Un llamado a volver al Señor
1 En noviembredel segundo año del reinado de Darío, elSeñorle dio este mensaje al profeta Zacarías, hijo de Berequías, nieto de Iddo:
2 «Yo, elSeñor, estuve muy enojado con los antepasados de ustedes.
3 Por lo tanto, dile al pueblo: “ElSeñorde los Ejércitos Celestiales dice: ‘Regresen a mí y yo me volveré a ustedes, dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales’.
4 No sean como sus antepasados que no querían escuchar ni prestar atención cuando los antiguos profetas les dijeron: ‘ElSeñorde los Ejércitos Celestiales dice: “Apártense de sus malos caminos y abandonen todas sus prácticas malvadas”’.
5 »”¿Dónde están ahora sus antepasados? Ellos y los profetas murieron hace mucho tiempo.
6 Pero todo lo que dije por medio de mis siervos, los profetas, les ocurrió a sus antepasados, tal como lo dije. En consecuencia, ellos se arrepintieron y dijeron: ‘Hemos recibido lo que merecíamos delSeñorde los Ejércitos Celestiales. Él ha hecho lo que dijo que haría’”».
Un hombre entre los arrayanes
7 Tres meses después, el 15 de febrero,elSeñorenvió otro mensaje al profeta Zacarías, hijo de Berequías, nieto de Iddo.
8 En una visión durante la noche, vi a un hombre montado en un caballo rojo que estaba entre unos arrayanes en un pequeño valle. Detrás de él había jinetes en caballos rojos, marrones y blancos.
9 Le pregunté al ángel que hablaba conmigo:
—Mi señor, ¿qué significan estos caballos?
—Te mostraré —me contestó el ángel.
10 Entonces el jinete que estaba entre los arrayanes me explicó: «Son los que elSeñorha enviado a recorrer la tierra».
11 Entonces los otros jinetes le informaron al ángel delSeñor, que se encontraba entre los arrayanes: «Hemos estado recorriendo la tierra y el mundo entero está en paz».
12 Al escucharlo, el ángel delSeñorelevó la siguiente oración: «OhSeñorde los Ejércitos Celestiales, durante los últimos setenta años has estado enojado con Jerusalén y con las ciudades de Judá. ¿Cuánto tiempo más pasará para que vuelvas a mostrarles compasión?».
13 Entonces elSeñorle habló palabras buenas y consoladoras al ángel que conversaba conmigo.
14 Luego el ángel me dijo: «Proclama este mensaje a gritos para que todos lo oigan: “ElSeñorde los Ejércitos Celestiales dice: ‘Mi amor por Jerusalén y el monte Sión es intenso y ferviente.
15 Sin embargo, estoy muy enojado con las otras naciones que ahora disfrutan de paz y seguridad. Solo me enojé un poco con mi pueblo, pero las naciones le causaron mucho más daño del que me proponía.
16 »’Por lo tanto, esto es lo que dice elSeñor: he vuelto a mostrar misericordia a Jerusalén. Mi templo será reedificado, dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, y se tomarán las medidas para la reconstrucción de Jerusalén’”.
17 »Proclama también: “ElSeñorde los Ejércitos Celestiales dice: ‘Otra vez las ciudades de Israel rebosarán de prosperidad y otra vez elSeñorconsolará a Sión y elegirá a Jerusalén para sí mismo’”».
Los cuatro cuernos y los cuatro herreros
18 Entonces levanté la mirada y vi cuatro cuernos.
19 —¿Qué significan estos cuernos? —pregunté al ángel que hablaba conmigo.
Él me contestó:
—Estos cuernos representan a las naciones que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén.
20 Entonces elSeñorme mostró cuatro herreros.
21 —Y estos hombres, ¿qué vienen a hacer? —pregunté.
El ángel me contestó:
—Estos cuatro cuernos, es decir, estas naciones, dispersaron y humillaron a Judá. Ahora estos herreros han venido para aterrorizar, derribar y destruir a esas naciones.