Éxodo 2

Nacimiento de Moisés

1 En esos días, un hombre y una mujer de la tribu de Leví se casaron.

2 La mujer quedó embarazada y dio a luz un hijo. Al ver que era un niño excepcional, lo escondió durante tres meses.

3 Cuando ya no pudo ocultarlo más, tomó una canasta de juncos de papiro y la recubrió con brea y resina para hacerla resistente al agua. Después puso al niño en la canasta y la acomodó entre los juncos, a la orilla del río Nilo.

4 La hermana del bebé se mantuvo a cierta distancia para ver qué le pasaría al niño.

5 Al poco tiempo, la hija del faraón bajó a bañarse en el río, y sus sirvientas se paseaban por la orilla. Cuando la princesa vio la canasta entre los juncos, mandó a su criada que se la trajera.

6 Al abrir la canasta la princesa vio al bebé. El niño lloraba, y ella sintió lástima por él. «Seguramente es un niño hebreo», dijo.

7 Entonces la hermana del bebé se acercó a la princesa.

—¿Quiere que vaya a buscar a una mujer hebrea para que le amamante al bebé? —le preguntó.

8 —¡Sí, consigue a una! —contestó la princesa.

Entonces la muchacha fue y llamó a la madre del bebé.

9 «Toma a este niño y dale el pecho por mí —le dijo la princesa a la madre del niño—. Te pagaré por tu ayuda». Así que la mujer se fue con el bebé a su casa y lo amamantó.

10 Años más tarde, cuando el niño creció, ella se lo devolvió a la hija del faraón, quien lo adoptó como su propio hijo y lo llamó Moisés,pues explicó: «Lo saqué del agua».

Moisés huye a Madián

11 Muchos años después, cuando ya era adulto, Moisés salió a visitar a los de su propio pueblo, a los hebreos, y vio con cuánta dureza los obligaban a trabajar. Durante su visita, vio que un egipcio golpeaba a uno de sus compatriotas hebreos.

12 Entonces Moisés miró a todos lados para asegurarse de que nadie lo observaba, y mató al egipcio y escondió el cuerpo en la arena.

13 Al día siguiente, cuando Moisés salió de nuevo a visitar a los de su pueblo, vio a dos hebreos peleando.

—¿Por qué le pegas a tu amigo? —le preguntó Moisés al que había empezado la pelea.

14 El hombre le contestó:

—¿Quién te nombró para ser nuestro príncipe y juez? ¿Vas a matarme como mataste ayer al egipcio?

Entonces Moisés se asustó y pensó: «Todos saben lo que hice».

15 Efectivamente, el faraón se enteró de lo que había ocurrido y trató de matar a Moisés; pero él huyó del faraón y se fue a vivir a la tierra de Madián.

Cuando Moisés llegó a Madián, se sentó junto a un pozo.

16 El sacerdote de Madián tenía siete hijas, quienes fueron al pozo como de costumbre para sacar agua y llenar los bebederos para los rebaños de su padre.

17 Pero llegaron unos pastores y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó de un salto y las rescató de los pastores. Luego sacó agua para los rebaños de las muchachas.

18 Cuando las jóvenes regresaron a la casa de Reuel, su padre, él les preguntó:

—¿Por qué hoy han regresado tan pronto?

19 —Un egipcio nos rescató de los pastores —contestaron ellas—; después nos sacó agua y dio de beber a nuestros rebaños.

20 —¿Y dónde está ese hombre? —les preguntó el padre—. ¿Por qué lo dejaron allí? Invítenlo a comer con nosotros.

21 Moisés aceptó la invitación y se estableció allí con Reuel. Con el tiempo, Reuel le entregó a su hija Séfora por esposa.

22 Más tarde, ella dio a luz un hijo, y Moisés lo llamó Gersón,pues explicó: «He sido un extranjero en tierra extraña».

23 Con el paso de los años, el rey de Egipto murió; pero los israelitas seguían gimiendo bajo el peso de la esclavitud. Clamaron por ayuda, y su clamor subió hasta Dios,

24 quien oyó sus gemidos y se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob.

25 Miró desde lo alto a los hijos de Israel y supo que ya había llegado el momento de actuar.

Éxodo 3

Moisés y la zarza ardiente

1 Cierto día Moisés se encontraba apacentando el rebaño de su suegro, Jetro,quien era sacerdote de Madián. Llevó el rebaño al corazón del desierto y llegó al Sinaí,el monte de Dios.

2 Allí el ángel delSeñorse le apareció en un fuego ardiente, en medio de una zarza. Moisés se quedó mirando lleno de asombro porque aunque la zarza estaba envuelta en llamas, no se consumía.

3 «Esto es increíble —se dijo a sí mismo—. ¿Por qué esa zarza no se consume? Tengo que ir a verla de cerca».

4 Cuando elSeñorvio que Moisés se acercaba para observar mejor, Dios lo llamó desde el medio de la zarza:

—¡Moisés! ¡Moisés!

—Aquí estoy —respondió él.

5 —No te acerques más —le advirtió elSeñor—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa.

6 Yo soy el Dios de tu padre,el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.

Cuando Moisés oyó esto, se cubrió el rostro porque tenía miedo de mirar a Dios.

7 Luego elSeñorle dijo:

—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. He oído sus gritos de angustia a causa de la crueldad de sus capataces. Estoy al tanto de sus sufrimientos.

8 Por eso he descendido para rescatarlos del poder de los egipcios, sacarlos de Egipto y llevarlos a una tierra fértil y espaciosa. Es una tierra donde fluyen la leche y la miel, la tierra donde actualmente habitan los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.

9 ¡Mira! El clamor de los israelitas me ha llegado y he visto con cuánta crueldad abusan de ellos los egipcios.

10 Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel.

11 Pero Moisés protestó:

—¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel?

12 Dios contestó:

—Yo estaré contigo. Y esta es la señal para ti de que yo soy quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, adorarán a Dios en este mismo monte.

13 Pero Moisés volvió a protestar:

—Si voy a los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”, ellos me preguntarán: “¿Y cuál es el nombre de ese Dios?”. Entonces, ¿qué les responderé?

Dios le contestó a Moisés:

14 —Yo Soy el que Soy.Dile esto al pueblo de Israel: “Yo Soyme ha enviado a ustedes”.

15 Dios también le dijo a Moisés:

—Así dirás al pueblo de Israel: “Yahveh,el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes.

Este es mi nombre eterno,

el nombre que deben recordar por todas las generaciones”.

16 »Ahora ve y reúne a los ancianos de Israel y diles: “Yahveh, el Dios de sus antepasados —el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob— se me apareció y me dijo: ‘He estado observando de cerca y veo el trato que reciben de los egipcios.

17 Prometí rescatarlos de la opresión que sufren en Egipto. Los llevaré a una tierra donde fluyen la leche y la miel, la tierra donde actualmente habitan los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos’”.

18 »Los ancianos de Israel aceptarán tu mensaje. Entonces tú y los ancianos se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: “ElSeñor, Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro. Así que permítenos, por favor, hacer un viaje de tres días al desierto para ofrecer sacrificios alSeñor, nuestro Dios”.

19 »Pero yo sé que el rey de Egipto no los dejará ir a menos que sea forzado por una mano poderosa.

20 Así que levantaré mi mano y heriré a los egipcios con todo tipo de milagros que realizaré entre ellos. Entonces, al fin, el faraón los dejará ir.

21 Además haré que los egipcios los miren con agrado. Les darán obsequios cuando salgan, de modo que no se irán con las manos vacías.

22 Toda mujer israelita pedirá a sus vecinas egipcias y a las mujeres extranjeras que vivan con ellas toda clase de objetos de plata y de oro, y prendas costosas. Con estos vestirán a sus hijos e hijas. Así despojarán a los egipcios de sus riquezas.

Éxodo 4

Señales del poder del Señor

1 Sin embargo, Moisés protestó de nuevo:

—¿Qué hago si no me creen o no me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “ElSeñornunca se te apareció”?

2 Entonces elSeñorle preguntó:

—¿Qué es lo que tienes en la mano?

—Una vara de pastor —contestó Moisés.

3 —Arrójala al suelo —le dijo elSeñor.

Así que Moisés la tiró al suelo, ¡y la vara se convirtió en una serpiente! Entonces Moisés saltó hacia atrás.

4 Pero elSeñorle dijo:

—Extiende la mano y agárrala de la cola.

Entonces Moisés extendió la mano y la agarró, y la serpiente volvió a ser una vara de pastor.

5 —Realiza esta señal —le dijo elSeñor—, y ellos creerán que elSeñor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, de veras se te apareció.

6 Luego elSeñorle dijo a Moisés:

—Ahora mete la mano dentro de tu manto.

Entonces Moisés metió la mano dentro de su manto, y cuando la sacó, la mano estaba blanca como la nieve, afectada por una grave enfermedad de la piel.

7 —Ahora vuelve a meter la mano dentro de tu manto —le dijo elSeñor.

Así que Moisés metió la mano de nuevo, y cuando la sacó, estaba tan sana como el resto de su cuerpo.

8 ElSeñorle dijo a Moisés:

—Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda.

9 Y si no te creen ni te escuchan aun después de estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá en sangre sobre el suelo.

10 Pero Moisés rogó alSeñor:

—Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las palabras.

11 Entonces elSeñorle preguntó:

—¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, elSeñor?

12 ¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.

13 Pero Moisés suplicó de nuevo:

—¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro.

14 Entonces elSeñorse enojó con Moisés y le dijo:

—De acuerdo, ¿qué te parece tu hermano Aarón, el levita? Sé que él habla muy bien. ¡Mira! Ya viene en camino para encontrarte y estará encantado de verte.

15 Habla con él y pon las palabras en su boca. Yo estaré con los dos cuando hablen y les enseñaré lo que tienen que hacer.

16 Aarón será tu vocero ante el pueblo. Él será tu portavoz, y tú tomarás el lugar de Dios ante él al decirle lo que tiene que hablar.

17 Lleva contigo tu vara de pastor y úsala para realizar las señales milagrosas que te mostré.

Moisés regresa a Egipto

18 Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo:

—Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni siquiera sé si todavía viven.

—Ve en paz —le respondió Jetro.

19 Antes de que Moisés saliera de Madián, elSeñorle dijo: «Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte».

20 Así que Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los montó en un burro, y regresó a la tierra de Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios.

21 ElSeñorle dijo a Moisés: «Cuando llegues a Egipto, preséntate ante el faraón y haz todos los milagros que te he dado el poder de realizar. Pero yo le endureceré el corazón, y él se negará a dejar salir al pueblo.

22 Entonces le dirás: “Esto dice elSeñor: ‘Israel es mi primer hijo varón.

23 Te ordené: deja salir a mi hijo para que pueda adorarme, pero como te has negado, ¡ahora mataré a tu primer hijo varón!’”».

24 Rumbo a Egipto, en un lugar donde Moisés se detuvo con su familia para pasar la noche, elSeñorenfrentó a Moisés y estuvo a punto de matarlo.

25 Pero Séfora, la esposa de Moisés, tomó un cuchillo de piedra y circuncidó a su hijo. Con el prepucio, tocó los piesde Moisés y le dijo: «Ahora tú eres un esposo de sangre para mí».

26 (Cuando dijo «un esposo de sangre», se refirió a la circuncisión). Después de ese incidente, elSeñorlo dejó en paz.

27 Ahora bien, elSeñorle había dicho a Aarón: «Ve al desierto para encontrarte con Moisés». Así que Aarón fue a encontrarse con Moisés en el monte de Dios y lo abrazó.

28 Moisés le contó todo lo que elSeñorle había ordenado que dijera y también le contó acerca de las señales milagrosas que elSeñorlo mandó a realizar.

29 Luego Moisés y Aarón regresaron a Egipto y convocaron a todos los ancianos de Israel.

30 Aarón les dijo todo lo que elSeñorle había dicho a Moisés, y Moisés realizó las señales milagrosas a la vista de ellos.

31 Entonces el pueblo de Israel quedó convencido de que elSeñorhabía enviado a Moisés y a Aarón. Cuando supieron que elSeñorse preocupaba por ellos y que había visto su sufrimiento, se inclinaron y adoraron.

Éxodo 5

Moisés y Aarón hablan con el faraón

1 Después del encuentro con los líderes de Israel, Moisés y Aarón fueron a hablar con el faraón y le dijeron:

—Esto dice elSeñor, Dios de Israel: “Deja salir a mi pueblo para que celebre un festival en mi honor en el desierto”.

2 —¿Ah sí? —replicó el faraón—. ¿Y quién es eseSeñor? ¿Por qué tendría que escucharlo y dejar ir a Israel? Yo no conozco a ese talSeñory no dejaré que Israel se vaya.

3 Pero Aarón y Moisés insistieron:

—El Dios de los hebreos nos ha visitado —declararon—. Por lo tanto, déjanos hacer un viaje de tres días al desierto a fin de ofrecer sacrificios alSeñornuestro Dios. Si no lo hacemos, nos matará con una plaga o a filo de espada.

4 El faraón respondió:

—Moisés y Aarón, ¿por qué distraen al pueblo de sus tareas? ¡Vuelvan a trabajar!

5 Miren, hay muchos de su pueblo en esta tierra y ustedes les impiden continuar su labor.

Ladrillos sin paja

6 Ese mismo día, el faraón dio la siguiente orden a los capataces egipcios y a los jefes de cuadrilla israelitas:

7 «Ya no les provean paja para hacer los ladrillos. ¡Hagan que ellos mismos vayan a buscarla!

8 Pero exíjanles que sigan fabricando la misma cantidad de ladrillos que antes. No reduzcan la cuota. Son unos perezosos; por eso claman: “Déjanos ir a ofrecer sacrificios a nuestro Dios”.

9 Cárguenlos con más trabajo. ¡Háganlos sudar! Así aprenderán a no dejarse llevar por mentiras».

10 Entonces los capataces y los jefes de cuadrilla salieron a informarle al pueblo: «El faraón dice lo siguiente: “Ya no les proporcionaré paja.

11 Tendrán que ir ustedes mismos a conseguirla por donde puedan. ¡Pero deberán producir la misma cantidad de ladrillos que antes!”».

12 Así que el pueblo se dispersó por todo Egipto en busca de hierba seca para usar como paja.

13 Mientras tanto, los capataces egipcios no dejaban de apremiarlos. «¡Cumplan con la cuota diaria de producción —les exigían—, tal como cuando se les proporcionaba la paja!».

14 Después azotaban a los jefes de cuadrilla israelitas que los capataces egipcios habían puesto a cargo de los trabajadores. «¿Por qué no cumplieron con sus cuotas ni ayer ni hoy?», les preguntaban.

15 Entonces los jefes de cuadrilla israelitas fueron a rogarle al faraón:

—Por favor, no trate así a sus siervos —le suplicaron—.

16 Ya no nos dan paja, ¡pero aun así los capataces nos exigen que sigamos haciendo ladrillos! Nos golpean, ¡pero no es nuestra culpa! ¡Es culpa de su propia gente!

17 Pero el faraón gritó:

—¡Ustedes son unos holgazanes! ¡Haraganes! Por eso andan diciendo: “Déjenos ir a ofrecer sacrificios alSeñor”.

18 ¡Vuelvan ya mismo a trabajar! No se les dará paja, pero aun así tendrán que producir la cuota completa de ladrillos.

19 Los jefes de cuadrilla israelitas se dieron cuenta de que estaban en serios problemas cuando les dijeron: «No debe disminuir la cantidad de ladrillos que se fabrica por día».

20 Al salir del palacio del faraón, se cruzaron con Moisés y con Aarón, quienes estaban esperándolos afuera.

21 Los jefes de cuadrilla les dijeron: «¡Que elSeñorlos juzgue y los castigue por habernos hecho repugnantes a los ojos del faraón y sus funcionarios! ¡Ustedes mismos les pusieron una espada en la mano, les dieron una excusa para que nos maten!».

22 Entonces Moisés fue ante elSeñory protestó:

—Señor, ¿por qué trajiste toda esta desgracia a tu propio pueblo? ¿Por qué me enviaste?

23 Desde que me presenté ante el faraón como tu vocero, él se ha vuelto aún más brutal contra tu pueblo, ¡y tú no has hecho nada para rescatarlos!

Éxodo 6

Promesas de liberación

1 Entonces elSeñorle dijo a Moisés:

—Ahora verás lo que le haré al faraón. Cuando él sienta el peso de mi mano fuerte, dejará salir al pueblo. De hecho, ¡él mismo los echará de su tierra!

2 Dios también le dijo:

—Yo soy Yahveh, “elSeñor”.

3 Me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como El-Shaddai, “Dios Todopoderoso”, pero a ellos no les revelé mi nombre: Yahveh.

4 Y reafirmé mi pacto con ellos, mediante el cual prometí darles la tierra de Canaán donde vivían como extranjeros.

5 Puedes estar seguro de que he oído los gemidos de los israelitas que ahora son esclavos de los egipcios, y tengo muy presente mi pacto con ellos.

6 »Por lo tanto, dile al pueblo de Israel: “Yo soy elSeñor. Te libertaré de la opresión que sufres y te rescataré de tu esclavitud en Egipto. Te redimiré con mi brazo poderoso y con grandes actos de juicio.

7 Te tomaré como pueblo mío y seré tu Dios. Entonces sabrás que yo soy elSeñortu Dios, quien te ha librado de la opresión de Egipto.

8 Te llevaré a la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob; te la daré a ti como tu posesión exclusiva. ¡Yo soy elSeñor!”.

9 Así que Moisés le dijo al pueblo de Israel lo que elSeñorhabía dicho, pero ellos no quisieron escucharlo más porque estaban demasiado desalentados por la brutalidad de su esclavitud.

10 Luego elSeñorle dijo a Moisés:

11 —Vuelve a hablar con el faraón, rey de Egipto, y dile que deje salir de su territorio al pueblo de Israel.

12 —¡PeroSeñor! —contestó Moisés—, si mi propio pueblo ya no quiere escucharme, ¿cómo puedo esperar que me escuche el faraón? ¡Soy tan torpe para hablar!

13 Pero elSeñorhabló con Moisés y con Aarón y les dio órdenes para los israelitas y para el faraón, rey de Egipto. ElSeñormandó a Moisés y a Aarón que sacaran de Egipto al pueblo de Israel.

Antepasados de Moisés y de Aarón

14 Los siguientes son los antepasados de algunos de los clanes de Israel:

Los hijos de Rubén, el hijo mayor de Israel, fueron Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi. Sus descendientes formaron los clanes de Rubén.

15 Los hijos de Simeón fueron Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl. (La madre de Saúl fue una mujer cananea). Sus descendientes formaron los clanes de Simeón.

16 Estos son los descendientes de Leví, tal como aparecen en los registros de familia. Los hijos de Leví fueron Gersón, Coat y Merari. (Leví vivió hasta los ciento treinta y siete años).

17 Entre los descendientes de Gersón se encontraban Libni y Simei, cada uno de ellos llegó a ser el antepasado de un clan.

18 Entre los descendientes de Coat se encontraban Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. (Coat vivió hasta los ciento treinta y tres años).

19 Entre los descendientes de Merari estaban Mahli y Musi.

Los siguientes son los clanes de los levitas, tal como aparecen en los registros de familia:

20 Amram se casó con Jocabed, hermana de su padre, y ella dio a luz dos hijos, Aarón y Moisés. (Amram vivió hasta los ciento treinta y siete años).

21 Los hijos de Izhar fueron Coré, Nefeg y Zicri.

22 Los hijos de Uziel fueron Misael, Elzafán y Sitri.

23 Aarón se casó con Eliseba, hija de Aminadab y hermana de Naasón. Ella dio a luz a sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

24 Los hijos de Coré fueron Asir, Elcana y Abiasaf. Sus descendientes formaron los clanes de Coré.

25 Eleazar, hijo de Aarón, se casó con una de las hijas de Futiel, y ella dio a luz a su hijo, Finees.

Esos son los antepasados de las familias levitas, registrados según sus clanes.

26 El Aarón y el Moisés mencionados en la lista anterior son a quienes elSeñordijo: «Saquen al pueblo de Israel de la tierra de Egipto como a un ejército».

27 Moisés y Aarón fueron los que hablaron con el faraón, rey de Egipto, acerca de sacar de Egipto al pueblo de Israel.

28 Cuando elSeñorhabló con Moisés en la tierra de Egipto,

29 le dijo:

—¡Yo soy elSeñor! Dile al faraón, rey de Egipto, todo lo que te digo.

30 Pero Moisés discutió con elSeñorargumentando:

—¡No puedo hacerlo! ¡Soy tan torpe para hablar! ¿Por qué debe escucharme el faraón?

Éxodo 7

La vara de Aarón se convierte en serpiente

1 Entonces elSeñorle dijo a Moisés: «Presta mucha atención a lo que voy a decir. Yo haré que para el faraón parezcas como Dios, y tu hermano, Aarón, será tu profeta.

2 Dile a Aarón todo lo que yo te mande, y Aarón deberá ordenarle al faraón que deje salir de su territorio al pueblo de Israel.

3 Sin embargo, haré que el corazón del faraón se ponga terco, para poder multiplicar mis señales milagrosas y mis maravillas en la tierra de Egipto.

4 Aun así, el faraón se negará a escucharte; por eso alzaré mi puño contra Egipto. Luego rescataré a mis ejércitos —a mi pueblo, los israelitas— de la tierra de Egipto con grandes actos de juicio.

5 Cuando levante mi mano poderosa y saque a los israelitas, los egipcios sabrán que yo soy elSeñor».

6 Así que Moisés y Aarón hicieron tal como elSeñorles mandó.

7 Moisés tenía ochenta años, y Aarón, ochenta y tres cuando presentaron sus demandas ante el faraón.

8 Después elSeñorles dijo a Moisés y a Aarón:

9 «El faraón les dirá: “Muéstrenme un milagro”. Cuando lo haga, dile a Aarón: “Toma tu vara y arrójala al suelo delante del faraón, y la vara se convertirá en una serpiente”».

10 Entonces Moisés y Aarón fueron a ver al faraón e hicieron lo que elSeñorles había ordenado. Aarón tiró su vara al suelo delante del faraón y de sus funcionarios, ¡y la vara se convirtió en una serpiente!

11 Entonces el faraón llamó a sus sabios y a sus hechiceros, y los magos egipcios hicieron lo mismo con sus artes mágicas:

12 tiraron sus varas al suelo, ¡y las varas también se convirtieron en serpientes! Pero la vara de Aarón se tragó las varas de ellos.

13 Sin embargo, el corazón del faraón siguió endurecido. Continuó negándose a escucharlos, tal como elSeñorhabía dicho.

Plaga de sangre

14 Luego elSeñorle dijo a Moisés: «El corazón del faraón es obstinado,y todavía se niega a dejar salir al pueblo.

15 Así que irás a ver al faraón por la mañana, cuando descienda al río. Párate junto a la ribera del río Nilo para encontrarte allí con él. No te olvides de llevar contigo la vara que se convirtió en serpiente.

16 Luego anúnciale lo siguiente: “ElSeñor, Dios de los hebreos, me envió a decirte: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore en el desierto’. Hasta ahora te has negado a escucharlo;

17 por lo tanto, esto dice elSeñor: ‘Te mostraré que yo soy elSeñor’. ¡Mira! Con esta vara que tengo en la mano golpearé el agua del Nilo, y el río se convertirá en sangre.

18 Los peces del río morirán, y el río apestará y los egipcios no podrán beber agua del Nilo”».

19 Luego elSeñorle dijo a Moisés: «Dile a Aarón: “Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto —todos sus ríos, canales, estanques y depósitos de agua—; convierte toda el agua en sangre. En todo Egipto el agua se transformará en sangre, incluso el agua almacenada en vasijas de madera y en tinajas de piedra”».

20 Moisés y Aarón hicieron tal como elSeñorles ordenó. A la vista del faraón y de todos sus funcionarios, Aarón extendió su vara y golpeó el agua del Nilo. De repente, ¡todo el río se convirtió en sangre!

21 Murieron los peces del río y el agua quedó tan asquerosa que los egipcios no podían beberla. Había sangre por todas partes en la tierra de Egipto.

22 Pero los magos de Egipto volvieron a usar sus artes mágicas y también convirtieron el agua en sangre. De modo que el corazón del faraón siguió endurecido y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como elSeñorhabía dicho.

23 El faraón regresó a su palacio y no le prestó más atención al asunto.

24 Entonces los egipcios cavaron en las riberas del río en busca de agua potable, porque no podían beber el agua del Nilo.

25 Siete días pasaron desde el momento en que elSeñorhirió el Nilo.

Éxodo 8

Plaga de ranas

1 Entonces elSeñorle dijo a Moisés: «Regresa a ver al faraón y anúnciale lo siguiente: “Esto dice elSeñor: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore.

2 Si te niegas a dejarlo ir, enviaré una plaga de ranas por todo tu territorio.

3 El río Nilo se colmará de ranas. Saldrán del río y se meterán en tu palacio, ¡hasta en tu dormitorio y sobre tu cama! Entrarán en las casas de tus funcionarios y de tu gente. Incluso saltarán en tus hornos y en los recipientes donde amasan tu pan.

4 Las ranas saltarán sobre ti, sobre tu gente y sobre todos tus funcionarios’”».

5 Luego elSeñorle dijo a Moisés: «Dile a Aarón: “Extiende la vara que llevas en la mano sobre los ríos, los canales y las lagunas de Egipto, y haz que aparezcan ranas sobre toda la tierra”».

6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, ¡y salieron ranas que cubrieron todo el territorio!

7 Pero los magos pudieron hacer lo mismo con sus artes mágicas, también lograron que aparecieran ranas en la tierra de Egipto.

8 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les suplicó:

—Rueguen alSeñorque quite las ranas de mí y de mi gente. Yo dejaré salir a su pueblo para que ofrezca sacrificios alSeñor.

9 —¡Tú fija la hora! —respondió Moisés—. Dime cuándo quieres que ore por ti, por tus funcionarios y por tu gente. Entonces tú y tus casas se librarán de las ranas, y estas quedarán solo en el río Nilo.

10 —Háganlo mañana mismo —dijo el faraón.

—De acuerdo —respondió Moisés—, se hará como has dicho. Entonces sabrás que no hay nadie como elSeñornuestro Dios.

11 Las ranas se alejarán de ti y de tus casas, de tus funcionarios y de tu gente. Quedarán solamente en el río Nilo.

12 Entonces Moisés y Aarón salieron del palacio del faraón, y Moisés clamó alSeñoracerca de las ranas que le había enviado al faraón.

13 Y elSeñorhizo exactamente lo que Moisés había predicho. Murieron todas las ranas en las casas, en los patios y en los campos.

14 Los egipcios las apilaron en grandes montones, y un hedor insoportable llenó todo el territorio.

15 Pero cuando el faraón vio que había alivio, se puso tercoy se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como elSeñorhabía dicho.

Plaga de mosquitos

16 Así que elSeñorle dijo a Moisés: «Dile a Aarón: “Extiende tu vara y golpea el suelo. El polvo se convertirá en enjambres de mosquitos por toda la tierra de Egipto”».

17 Entonces Moisés y Aarón hicieron tal como elSeñorles ordenó. Cuando Aarón extendió la mano y golpeó el suelo con su vara, los mosquitos infestaron todo el territorio y tanto los egipcios como sus animales quedaron cubiertos de ellos. Todo el polvo de la tierra de Egipto se convirtió en mosquitos.

18 Los magos del faraón intentaron hacer lo mismo mediante sus artes ocultas, pero esta vez no pudieron. Y los mosquitos estaban sobre todos: gente y animales por igual.

19 «¡Es el dedo de Dios!», exclamaron los magos ante el faraón. Pero el corazón del faraón siguió endurecido y no quiso escucharlos, tal como elSeñorhabía dicho.

Plaga de moscas

20 Luego elSeñorle dijo a Moisés: «Mañana, levántate temprano y párate delante del faraón cuando baje al río y dile: “Esto dice elSeñor: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore.

21 Si te niegas, enviaré enjambres de moscas sobre ti, tus funcionarios, tu gente y todas las casas. Los hogares egipcios se llenarán de moscas, y el suelo quedará cubierto de ellas.

22 Pero esta vez haré una excepción con la región de Gosén, donde vive mi pueblo. Allí no habrá moscas. Entonces sabrás que yo soy elSeñor, y que estoy presente incluso en el corazón de tu tierra.

23 Haré una clara distinción entremi pueblo y tu pueblo. Esta señal milagrosa ocurrirá mañana’”».

24 Y elSeñorhizo tal como había dicho. Una densa nube de moscas llenó el palacio del faraón y las casas de sus funcionarios. Todo el territorio de Egipto entró en un estado de caos por causa de las moscas.

25 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón y les dijo:

—¡De acuerdo! Vayan y ofrezcan sacrificios a su Dios, pero háganlo aquí, dentro del reino.

26 Pero Moisés respondió:

—Eso no estaría bien. Los egipcios detestan los sacrificios que ofrecemos alSeñornuestro Dios. Si ofrecemos nuestros sacrificios a la vista de ellos, nos apedrearán.

27 Para ofrecer sacrificios alSeñornuestro Dios, tenemos que salir al desierto, a una distancia de tres días, tal como él nos ordenó.

28 —Está bien, pueden ir —contestó el faraón—. Los dejaré ir al desierto para ofrecer sacrificios alSeñorsu Dios, pero no se alejen demasiado. Apúrense y oren por mí.

29 —En cuanto salga de tu presencia —le respondió Moisés—, oraré alSeñor, y mañana mismo la nube de moscas desaparecerá de ti, de tus funcionarios y de toda tu gente. Pero te advierto, faraón, no vuelvas a mentirnos o a engañarnos y luego negarte a dejar salir al pueblo para que ofrezca sacrificios alSeñor.

30 Entonces Moisés salió del palacio del faraón y rogó alSeñorque quitara todas las moscas.

31 ElSeñorhizo lo que Moisés pidió, y los enjambres de moscas desaparecieron del faraón, de los funcionarios y de su gente. No quedó ni una sola mosca.

32 Pero el faraón volvió a ponerse terco y se negó a dejar salir al pueblo.

Éxodo 9

Plaga en los animales

1 «Preséntate de nuevo al faraón —le ordenó elSeñora Moisés— y dile: “Esto dice elSeñor, Dios de los hebreos: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore’.

2 Si continúas reteniéndolo y te niegas a dejarlo salir,

3 la mano delSeñorherirá a todos tus animales —caballos, burros, camellos, ganado, ovejas y cabras— con una plaga mortal.

4 Sin embargo, elSeñornuevamente hará una distinción entre los animales de los israelitas y entre los de los egipcios. ¡No morirá ni un solo animal de Israel!

5 ElSeñorya determinó cuándo comenzará la plaga; ha declarado que mañana mismo herirá la tierra”».

6 Así que elSeñorhizo tal como había dicho. A la mañana siguiente, todos los animales de los egipcios murieron, pero los israelitas no perdieron ni un solo animal.

7 Entonces el faraón envió a sus funcionarios a investigar, ¡y comprobaron que los israelitas no habían perdido ni uno de sus animales! Pero aun así, el corazón del faraón siguió obstinado,y una vez más se negó a dejar salir al pueblo.

Plaga de llagas purulentas

8 Entonces elSeñorles dijo a Moisés y a Aarón: «Tomen puñados de hollín de un horno de ladrillos y que Moisés lance el hollín al aire a la vista del faraón.

9 La ceniza se esparcirá como polvo fino sobre toda la tierra de Egipto y provocará llagas purulentas en las personas y en los animales por todo el territorio».

10 Entonces Moisés y Aarón tomaron hollín de un horno de ladrillos y se pararon ante el faraón. Mientras él observaba, Moisés lanzó la ceniza al aire, y brotaron llagas purulentas tanto en las personas como en los animales.

11 Ni los magos podían estar delante de Moisés, porque también ellos estaban afectados con las llagas, igual que todos los egipcios.

12 Pero elSeñorendureció el corazón del faraón, y tal como elSeñorhabía dicho a Moisés, el faraón se negó a escuchar.

Plaga de granizo

13 Luego elSeñorle dijo a Moisés: «Mañana, levántate temprano, regresa a ver al faraón y dile: “Esto dice elSeñor, Dios de los hebreos: ‘Deja ir a mi pueblo para que me adore.

14 De lo contrario, enviaré más plagas sobre ti,tus funcionarios y tu pueblo. Entonces sabrás que no hay nadie como yo en toda la tierra.

15 A estas alturas, bien podría haber ya extendido mi mano y haberte herido a ti y a tu pueblo con una plaga capaz de exterminarlos de la faz de la tierra.

16 Sin embargo, te he perdonado la vida con un propósito: mostrarte mi podery dar a conocer mi fama por toda la tierra.

17 Pero todavía actúas como señor y dueño de mi pueblo, te niegas a dejarlo salir.

18 Por eso, mañana, a esta misma hora, enviaré la granizada más devastadora que haya habido en toda la historia de Egipto.

19 ¡Rápido! Manda que tus animales y tus siervos regresen del campo para ponerse a salvo. Cualquier persona o animal que quede afuera morirá cuando caiga el granizo’”».

20 Algunos de los funcionarios del faraón tuvieron miedo, debido a lo que elSeñorhabía dicho, y enseguida hicieron regresar a los siervos y al ganado de los campos;

21 pero los que no hicieron caso a la palabra delSeñordejaron a los suyos a la intemperie.

22 Entonces elSeñorle dijo a Moisés: «Levanta tu mano al cielo para que caiga el granizo sobre la gente, los animales y todas las plantas a lo largo y a lo ancho de Egipto».

23 Así que Moisés levantó su vara al cielo, y elSeñorenvió truenos y granizo, y cayeron rayos hacia la tierra. ElSeñordescargó una terrible granizada sobre toda la tierra de Egipto.

24 Nunca en toda la historia de Egipto hubo una tormenta igual, con rayos sin parar y con un granizo tan devastador.

25 Dejó a Egipto totalmente en ruinas. El granizo destruyó todo lo que había en campo abierto: personas, animales y plantas por igual; hasta los árboles quedaron destrozados.

26 El único lugar donde no cayó granizo fue en la región de Gosén, donde vivía el pueblo de Israel.

27 Entonces el faraón enseguida mandó llamar a Moisés y a Aarón.

—Esta vez he pecado —confesó—. ElSeñores el justo, y mi pueblo y yo estamos equivocados.

28 Por favor, supliquen alSeñorque ponga fin a este granizo y a estos truenos tan aterradores. ¡Basta ya! Los dejaré salir; no tienen que quedarse más tiempo.

29 —Muy bien —respondió Moisés—. En cuanto salga de la ciudad, levantaré mis manos y oraré alSeñor. Entonces los truenos y el granizo cesarán, y sabrás que la tierra pertenece alSeñor.

30 Sin embargo, yo sé que todavía ni tú ni tus funcionarios temen alSeñorDios.

31 (Todo el lino y toda la cebada quedaron destrozados por el granizo, porque la cebada estaba en espiga y el lino en flor.

32 Pero ni el trigo ni el trigo espelta sufrieron daño, porque todavía no habían brotado del suelo).

33 Entonces Moisés se fue del palacio del faraón y salió de la ciudad. Cuando elevó sus manos alSeñor, los truenos y el granizo cesaron, y se detuvo la lluvia.

34 Al ver el faraón que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, él y sus funcionarios pecaron de nuevo, y el faraón se puso tercouna vez más.

35 Como tenía el corazón endurecido, el faraón se negó a dejar salir al pueblo, tal como elSeñorhabía dicho por medio de Moisés.

Éxodo 10

Plaga de langostas

1 Entonces elSeñorle dijo a Moisés: «Regresa a ver al faraón y vuelve a presentar tus demandas. Yo hice que él y sus funcionarios se pusieran tercoscon el fin de mostrar mis señales milagrosas en medio de ellos.

2 También lo hice para que ustedes pudieran contarles a sus hijos y a sus nietos acerca de cómo puse en ridículo a los egipcios, acerca de las señales que realicé en medio de ellos, y para que ustedes sepan que yo soy elSeñor».

3 Así que Moisés y Aarón fueron ante el faraón y le dijeron: «Esto dice elSeñor, Dios de los hebreos: “¿Hasta cuándo te negarás a someterte a mí? Deja ir a mi pueblo para que me adore.

4 Si te niegas, ¡ten cuidado! Pues mañana mismo traeré sobre tu tierra una plaga de langostas.

5 Cubrirán la tierra de tal manera que no podrás ver el suelo. Devorarán lo poquito que quedó después de la granizada, junto con todos los árboles que crecen en el campo.

6 Invadirán tus palacios y los hogares de tus funcionarios y todas las casas de Egipto. ¡Jamás en la historia de Egipto vieron tus antepasados una plaga como esta!”». Después de decir esas palabras, Moisés dio media vuelta y salió de la presencia del faraón.

7 Esta vez los funcionarios del faraón se le acercaron y le suplicaron: «¿Hasta cuándo permitirás que este hombre nos tenga como rehenes? ¡Deja que los hombres se vayan a adorar alSeñorsu Dios! ¿Acaso no te das cuenta de que Egipto está en ruinas?».

8 Entonces hicieron volver a Moisés y a Aarón ante el faraón.

—Está bien —les dijo—, vayan a adorar alSeñorsu Dios. Pero ¿exactamente quiénes irán con ustedes?

9 —Iremos todos —contestó Moisés—: jóvenes y mayores, nuestros hijos y nuestras hijas, y nuestros rebaños y nuestras manadas. Debemos unirnos todos para celebrar un festival alSeñor.

10 El faraón replicó:

—¡Verdaderamente necesitarán que elSeñoresté con ustedes si dejo que se lleven a sus hijos pequeños! Me doy cuenta de que tienen malas intenciones.

11 ¡Jamás! Solo los hombres pueden ir a adorar alSeñor, ya que eso es lo que pidieron.

Entonces el faraón los echó del palacio.

12 Así que elSeñorle dijo a Moisés: «Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que vengan las langostas. Que cubran la tierra y devoren todas las plantas que sobrevivieron la granizada».

13 Moisés extendió su vara sobre Egipto, y elSeñorhizo que un viento del oriente soplara sobre el territorio todo ese día y también durante toda la noche. A la mañana siguiente, el viento del oriente había traído las langostas.

14 Estas invadieron toda la tierra de Egipto en densos enjambres, y se asentaron desde un extremo del territorio hasta el otro. Fue la peor plaga de langostas en la historia de Egipto, y jamás hubo otra igual;

15 pues las langostas cubrieron todo el reino y oscurecieron la tierra. Devoraron todas las plantas del campo y todos los frutos de los árboles que sobrevivieron al granizo. No quedó ni una sola hoja en los árboles ni en las plantas en toda la tierra de Egipto.

16 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón de inmediato. «He pecado contra elSeñorsu Dios y contra ustedes —les confesó—.

17 Perdonen mi pecado una vez más, y rueguen alSeñorsu Dios para que aleje de mí esta muerte».

18 Moisés salió del palacio del faraón y rogó alSeñor.

19 ElSeñorle respondió y cambió la dirección del viento, y el viento fuerte del occidente se llevó las langostas y las echó en el mar Rojo.No quedó ni una sola langosta en toda la tierra de Egipto.

20 Pero elSeñornuevamente endureció el corazón del faraón, por lo cual no dejó salir al pueblo.

Plaga de tinieblas

21 Luego elSeñorle dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y la tierra de Egipto quedará en una oscuridad tan densa que podrá palparse».

22 Entonces Moisés extendió su mano hacia los cielos, y una densa oscuridad cubrió toda la tierra de Egipto por tres días.

23 Durante todo ese tiempo las personas no pudieron verse unas a otras ni se movieron. Sin embargo, la luz no faltó en ningún momento donde vivían los israelitas.

24 Finalmente el faraón llamó a Moisés y le dijo:

—Vayan a adorar alSeñor, pero dejen aquí sus rebaños y sus manadas. Sin embargo, pueden llevarse a sus hijos pequeños.

25 —¡De ninguna manera! —respondió Moisés—. Tú debes proveernos de animales para los sacrificios y las ofrendas quemadas que presentaremos alSeñornuestro Dios.

26 Todos nuestros animales deberán ir con nosotros; ni una sola pezuña puede quedar atrás. Tendremos que seleccionar nuestros sacrificios para elSeñornuestro Dios de entre esos animales, y solo sabremos cómo vamos a adorar alSeñoruna vez que estemos allí.

27 Pero elSeñorendureció el corazón del faraón una vez más, y no quiso dejarlos salir.

28 —¡Lárgate de aquí! —le gritó el faraón a Moisés—. Te advierto: ¡jamás regreses a verme! El día que me veas la cara, ¡morirás!

29 —Muy bien —respondió Moisés—. ¡Nunca más volveré a verte!

Éxodo 11

Muerte para los primeros hijos varones de Egipto

1 Entonces elSeñorle dijo a Moisés: «Heriré al faraón y a la tierra de Egipto con un golpe más. Después, el faraón los dejará salir de su territorio. De hecho, estará tan desesperado por librarse de ustedes que los obligará a irse de su tierra.

2 Diles a todos los hombres y a todas las mujeres israelitas que pidan a sus vecinos egipcios objetos de plata y de oro».

3 (ElSeñorhabía hecho que los egipcios miraran con agrado al pueblo de Israel. Además, Moisés era considerado un gran hombre en la tierra de Egipto, y tanto los funcionarios del faraón como el pueblo egipcio lo respetaban).

4 Así que Moisés le dijo al faraón: «Esto dice elSeñor: “Hoy, a la medianoche, pasaré por el corazón de Egipto.

5 Todo primer hijo varón de cada familia de Egipto morirá, desde el hijo mayor del faraón, el que se sienta en su trono, hasta el hijo mayor de la sirvienta más humilde que trabaja en el molino. Incluso la primera cría de todos los animales morirá”.

6 Entonces se oirá un lamento desgarrador por toda la tierra de Egipto, un lamento como nunca antes hubo ni habrá después.

7 Sin embargo, entre los israelitas habrá tal tranquilidad que ni siquiera un perro ladrará. Entonces sabrán que elSeñorhace una distinción entre los egipcios y los israelitas.

8 Todos los funcionarios de Egipto correrán a buscarme y caerán al suelo ante mí y me suplicarán: “¡Por favor, vete! ¡Apresúrate! Y llévate a todos tus seguidores”. ¡Solo entonces me iré!». Luego Moisés, ardiendo de enojo, salió de la presencia del faraón.

9 Ahora bien, ya antes, elSeñorle había dicho a Moisés: «El faraón no los escuchará, así que haré más milagros poderosos en la tierra de Egipto».

10 Moisés y Aarón realizaron esos milagros en presencia del faraón, pero elSeñorendureció el corazón del faraón, y no dejó salir de su territorio a los israelitas.