Juan 10

El buen pastor y sus ovejas

1 »Les digo la verdad, el que trepa por la pared de un redil a escondidas en lugar de entrar por la puerta ¡con toda seguridad es un ladrón y un bandido!

2 Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.

3 El portero le abre la puerta, y las ovejas reconocen la voz del pastor y se le acercan. Él llama a cada una de sus ovejas por su nombre y las lleva fuera del redil.

4 Una vez reunido su propio rebaño, camina delante de las ovejas, y ellas lo siguen porque conocen su voz.

5 Nunca seguirán a un desconocido; al contrario, huirán de él porque no conocen su voz.

6 Los que oyeron a Jesús usar este ejemplo no entendieron lo que quiso decir,

7 entonces les dio la explicación:«Les digo la verdad, yo soy la puerta de las ovejas.

8 Todos los que vinieron antes que yoeran ladrones y bandidos, pero las verdaderas ovejas no los escucharon.

9 Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos.Entrarán y saldrán libremente y encontrarán buenos pastos.

10 El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.

11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida en sacrificio por las ovejas.

12 El que trabaja a sueldo sale corriendo cuando ve que se acerca un lobo; abandona las ovejas, porque no son suyas y él no es su pastor. Entonces el lobo ataca el rebaño y lo dispersa.

13 El cuidador contratado sale corriendo porque trabaja solamente por el dinero y, en realidad, no le importan las ovejas.

14 »Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí,

15 como también mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por las ovejas.

16 Además, tengo otras ovejas que no están en este redil, también las debo traer. Ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor.

17 »El Padre me ama, porque sacrifico mi vida para poder tomarla de nuevo.

18 Nadie puede quitarme la vida sino que yo la entrego voluntariamente en sacrificio. Pues tengo la autoridad para entregarla cuando quiera y también para volver a tomarla. Esto es lo que ordenó mi Padre».

19 Al oírlo decir esas cosas, la gentevolvió a dividirse en cuanto a su opinión sobre Jesús.

20 Algunos decían: «Está loco y endemoniado, ¿para qué escuchar a un hombre así?».

21 Otros decían: «¡No suena como alguien poseído por un demonio! ¿Acaso un demonio puede abrir los ojos de los ciegos?».

Jesús afirma ser el Hijo de Dios

22 Ya era invierno, y Jesús estaba en Jerusalén durante el tiempo de Januká, el Festival de la Dedicación.

23 Se encontraba en el templo, caminando por la parte conocida como el pórtico de Salomón.

24 La gente lo rodeó y le preguntó:

—¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo sin rodeos.

25 Jesús les contestó:

—Yo ya les dije, y ustedes no me creen. La prueba es la obra que hago en nombre de mi Padre,

26 pero ustedes no me creen porque no son mis ovejas.

27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen.

28 Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas,

29 porque mi Padre me las ha dado, y él es más poderoso que todos.Nadie puede quitarlas de la mano del Padre.

30 El Padre y yo somos uno.

31 Una vez más, la gente tomó piedras para matarlo.

32 Jesús dijo:

—Bajo la dirección de mi Padre, he realizado muchas buenas acciones. ¿Por cuál de todas ellas me van a apedrear?

33 —No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia! —contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios.

34 Jesús respondió:

—En sus propias Escriturasestá registrado que Dios les dijo a ciertos líderes del pueblo: “Yo digo que ustedes son dioses”.

35 Y ustedes bien saben que las Escrituras no pueden ser modificadas. Así que, si a las personas que recibieron el mensaje de Dios se les llamó “dioses”,

36 ¿por qué ustedes me acusan de blasfemar cuando digo: “Soy el Hijo de Dios”? Después de todo, el Padre me separó y me envió al mundo.

37 No me crean a menos que lleve a cabo las obras de mi Padre;

38 pero si hago su trabajo, entonces crean en las obras milagrosas que he hecho aunque no me crean a mí. Entonces sabrán y entenderán que el Padre está en mí y yo estoy en el Padre.

39 Una vez más trataron de arrestarlo, pero él se escapó y los dejó.

40 Se fue al otro lado del río Jordán, cerca del lugar donde Juan bautizaba al principio, y se quedó un tiempo allí.

41 Y muchos lo siguieron. «Juan no hacía señales milagrosas —se comentaban unos a otros—, pero todo lo que dijo acerca de este hombre resultó ser cierto».

42 Y muchos de los que estaban allí creyeron en Jesús.

Juan 11

La resurrección de Lázaro

1 Un hombre llamado Lázaro estaba enfermo. Vivía en Betania con sus hermanas María y Marta.

2 María era la misma mujer que tiempo después derramó el perfume costoso sobre los pies del Señor y los secó con su cabello.Su hermano, Lázaro, estaba enfermo.

3 Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo».

4 Cuando Jesús oyó la noticia, dijo:«La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado».

5 Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro,

6 se quedó donde estaba dos días más.

7 Pasado ese tiempo, les dijo a sus discípulos:

—Volvamos a Judea.

8 Pero sus discípulos se opusieron diciendo:

—Rabí,hace solo unos días, la gente de Judeatrató de apedrearte. ¿Irás allí de nuevo?

9 Jesús contestó:

—Cada día tiene doce horas de luz. Durante el día, la gente puede andar segura y puede ver porque tiene la luz de este mundo;

10 pero de noche se corre el peligro de tropezar, porque no hay luz.

11 —Después agregó—:Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero ahora iré a despertarlo.

12 —Señor —dijeron los discípulos—, si se ha dormido, ¡pronto se pondrá mejor!

13 Ellos pensaron que Jesús había querido decir que Lázaro solo estaba dormido, pero Jesús se refería a que Lázaro había muerto.

14 Por eso les dijo claramente:

—Lázaro está muerto.

15 Y, por el bien de ustedes, me alegro de no haber estado allí, porque ahora ustedes van a creer de verdad. Vamos a verlo.

16 Tomás, al que apodaban el Gemelo,les dijo a los otros discípulos: «Vamos nosotros también y moriremos con Jesús».

17 Cuando Jesús llegó a Betania, le dijeron que Lázaro ya llevaba cuatro días en la tumba.

18 Betania quedaba solo a unos pocos kilómetrosde Jerusalén,

19 y mucha gentese había acercado para consolar a Marta y a María por la pérdida de su hermano.

20 Cuando Marta se enteró de que Jesús estaba por llegar, salió a su encuentro, pero María se quedó en la casa.

21 Marta le dijo a Jesús:

—Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto;

22 pero aun ahora, yo sé que Dios te dará todo lo que pidas.

23 Jesús le dijo:

—Tu hermano resucitará.

24 —Es cierto —respondió Marta—, resucitará cuando resuciten todos, en el día final.

25 Jesús le dijo:

—Yo soy la resurrección y la vida.El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto.

26 Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?

27 —Sí, Señor —le dijo ella—. Siempre he creído que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que ha venido de Dios al mundo.

28 Luego Marta regresó adonde estaba María y los que se lamentaban. La llamó aparte y le dijo: «El Maestro está aquí y quiere verte».

29 Entonces María salió enseguida a su encuentro.

30 Jesús todavía estaba fuera de la aldea, en el lugar donde se había encontrado con Marta.

31 Cuando la genteque estaba en la casa consolando a María la vio salir con tanta prisa, creyeron que iba a la tumba de Lázaro a llorar. Así que la siguieron.

32 Cuando María llegó y vio a Jesús, cayó a sus pies y dijo:

—Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

33 Cuando Jesús la vio llorando y vio a la gente lamentándose con ella, se enojó en su interiory se conmovió profundamente.

34 —¿Dónde lo pusieron?—les preguntó.

Ellos le dijeron:

—Señor, ven a verlo.

35 Entonces Jesús lloró.

36 La gente que estaba cerca dijo: «¡Miren cuánto lo amaba!».

37 Pero otros decían: «Este hombre sanó a un ciego. ¿Acaso no podía impedir que Lázaro muriera?».

38 Jesús todavía estaba enojado cuando llegó a la tumba, una cueva con una piedra que tapaba la entrada.

39 «Corran la piedra a un lado»,les dijo Jesús.

Entonces Marta, la hermana del muerto, protestó:

—Señor, hace cuatro días que murió. Debe haber un olor espantoso.

40 Jesús respondió:

—¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?

41 Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo:«Padre, gracias por haberme oído.

42 Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste».

43 Entonces Jesús gritó:«¡Lázaro, sal de ahí!».

44 Y el muerto salió de la tumba con las manos y los pies envueltos con vendas de entierro y la cabeza enrollada en un lienzo. Jesús les dijo:«¡Quítenle las vendas y déjenlo ir!».

Conspiración para matar a Jesús

45 Al ver lo que sucedió, muchos de entre la gente que estaba con María creyeron en Jesús;

46 pero otros fueron a ver a los fariseos para contarles lo que Jesús había hecho.

47 Entonces, los principales sacerdotes y los fariseos convocaron al Concilio Supremo.«¿Qué vamos a hacer? —se preguntaron unos a otros—. Sin duda, ese hombre realiza muchas señales milagrosas.

48 Si lo dejamos seguir así, dentro de poco todos van a creer en él. Entonces, el ejército romano vendrá y destruirá tanto nuestro templocomo nuestra nación».

49 Caifás, quien era el sumo sacerdote en aquel tiempo,dijo: «¡No saben de qué están hablando!

50 No se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que la nación entera sea destruida».

51 No dijo eso por su propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que Jesús moriría por toda la nación.

52 Y no solo por esa nación, sino que también moriría para congregary unir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.

53 Así que, a partir de ese momento, los líderes judíos comenzaron a conspirar para matar a Jesús.

54 Como resultado, Jesús detuvo su ministerio público entre la gente y salió de Jerusalén. Fue a un lugar cercano al desierto, a la aldea de Efraín, y se quedó allí con sus discípulos.

55 Ya faltaba poco para la celebración de la Pascua judía, y mucha gente de todo el país llegó a Jerusalén varios días antes para participar en la ceremonia de purificación previa al comienzo de la Pascua.

56 Seguían buscando a Jesús, pero mientras estaban en el templo, se decían unos a otros: «¿Qué les parece? No vendrá para la Pascua, ¿verdad?».

57 Mientras tanto, los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes públicamente de que cualquiera que viera a Jesús avisara enseguida, para que ellos pudieran arrestarlo.

Juan 12

Jesús es ungido en Betania

1 Seis días antes de que comenzara la celebración de la Pascua, Jesús llegó a Betania, a la casa de Lázaro, el hombre a quien él había resucitado.

2 Prepararon una cena en honor de Jesús. Marta servía, y Lázaro estaba entrelos que comíancon él.

3 Entonces María tomó un frasco con casi medio litrode un costoso perfume preparado con esencia de nardo, le ungió los pies a Jesús y los secó con sus propios cabellos. La casa se llenó de la fragancia del perfume.

4 Sin embargo, Judas Iscariote, el discípulo que pronto lo traicionaría, dijo:

5 «Ese perfume valía el salario de un año.Hubiera sido mejor venderlo para dar el dinero a los pobres».

6 No es que a Judas le importaran los pobres; en verdad, era un ladrón y, como estaba a cargo del dinero de los discípulos, a menudo robaba una parte para él.

7 Jesús respondió:«Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro.

8 Siempre habrá pobres entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán».

9 Cuando toda la gentese enteró de que Jesús había llegado, corrieron en masa para verlo a él y también a Lázaro, el hombre al que Jesús había resucitado de los muertos.

10 Entonces los principales sacerdotes decidieron matar a Lázaro también,

11 ya que a causa de él mucha gentelos había abandonado a ellosy ahora creían en Jesús.

Entrada triunfal de Jesús

12 Al día siguiente, la noticia de que Jesús iba camino a Jerusalén corrió por toda la ciudad. Una gran multitud de visitantes que habían venido para la Pascua

13 tomaron ramas de palmera y salieron al camino para recibirlo. Gritaban:

«¡Alabado sea Dios!

¡Bendiciones al que viene en el nombre delSeñor!

¡Viva el Rey de Israel!».

14 Jesús encontró un burrito y se montó en él; así se cumplió la profecía que dice:

15 «No temas, pueblo de Jerusalén.

Mira, tu Rey ya viene

montado en la cría de una burra».

16 Sus discípulos no entendieron en ese momento que se trataba del cumplimiento de la profecía. Solo después de que Jesús entró en su gloria, se acordaron de lo sucedido y se dieron cuenta de que esas cosas se habían escrito acerca de él.

17 Muchos de la multitud habían estado presentes cuando Jesús llamó a Lázaro de la tumba y lo resucitó de los muertos, y se lo habían contado a otros.

18 Por eso tantos salieron a recibir a Jesús, porque habían oído de esa señal milagrosa.

19 Entonces los fariseos se dijeron unos a otros: «Ya no hay nada que podamos hacer. ¡Miren, todo el mundose va tras él!».

Jesús anuncia su muerte

20 Algunos griegos que habían ido a Jerusalén para celebrar la Pascua

21 le hicieron una visita a Felipe, que era de Betsaida de Galilea. Le dijeron: «Señor, queremos conocer a Jesús».

22 Felipe se lo comentó a Andrés, y juntos fueron a preguntarle a Jesús.

23 Jesús respondió:«Ya ha llegado el momento para que el Hijo del Hombreentre en su gloria.

24 Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas.

25 Los que aman su vida en este mundo la perderán. Los que no le dan importancia a su vida en este mundo la conservarán por toda la eternidad.

26 Todo el que quiera servirme debe seguirme, porque mis siervos tienen que estar donde yo estoy. El Padre honrará a todo el que me sirva.

27 »Ahora mi alma está muy entristecida. ¿Acaso debería orar: “Padre, sálvame de esta hora”? ¡Pero esa es precisamente la razón por la que vine!

28 Padre, glorifica tu nombre».

Entonces habló una voz del cielo: «Ya he glorificado mi nombre y lo haré otra vez».

29 Al oír la voz, algunos de la multitud pensaron que era un trueno, mientras que otros decían que un ángel le había hablado.

30 Entonces Jesús les dijo:«La voz fue para beneficio de ustedes, no mío.

31 Ha llegado el tiempo de juzgar a este mundo, cuando Satanás —quien gobierna este mundo— será expulsado.

32 Y, cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí».

33 Con eso quería dar a entender de qué forma iba a morir.

34 La multitud respondió:

—Según entendimos de las Escrituras,el Mesías vivirá para siempre. ¿Cómo puedes decir, entonces, que el Hijo del Hombre va a morir? Además, ¿quién es este Hijo del Hombre?

35 Jesús contestó:

—Mi luz brillará para ustedes solo un poco más de tiempo. Caminen en la luz mientras puedan, para que la oscuridad no los tome por sorpresa, porque los que andan en la oscuridad no pueden ver adónde van.

36 Pongan su confianza en la luz mientras aún haya tiempo; entonces se convertirán en hijos de la luz.

Después de decir esas cosas, Jesús salió y desapareció de la vista de ellos.

Incredulidad de la gente

37 A pesar de todas las señales milagrosas que Jesús había hecho, la mayoría de la gente aún no creía en él.

38 Eso era precisamente lo que el profeta Isaías había predicho:

«Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?

¿A quién ha revelado elSeñorsu brazo poderoso?».

39 Pero la gente no podía creer, porque como también dijo Isaías:

40 «El Señor les ha cegado los ojos

y les ha endurecido el corazón,

para que sus ojos no puedan ver

y su corazón no pueda entender

y ellos no puedan volver a mí

para que yo los sane».

41 Isaías se refería a Jesús cuando dijo esas palabras, porque vio el futuro y habló de la gloria del Mesías.

42 Sin embargo, hubo muchos que sí creyeron en él —entre ellos algunos líderes judíos—, pero no lo admitían por temor a que los fariseos los expulsaran de la sinagoga,

43 porque amaban más la aprobación humana que la aprobación de Dios.

44 Jesús le gritó a la multitud:«Si confían en mí, no confían solo en mí, sino también en Dios, quien me envió.

45 Pues, cuando me ven a mí, están viendo al que me envió.

46 Yo he venido como una luz para brillar en este mundo de oscuridad, a fin de que todos los que pongan su confianza en mí no queden más en la oscuridad.

47 No voy a juzgar a los que me oyen pero no me obedecen, porque he venido para salvar al mundo y no para juzgarlo.

48 Pero todos los que me rechazan a mí y rechazan mi mensaje serán juzgados el día del juicio por la verdad que yo he hablado.

49 Yo no hablo con autoridad propia; el Padre, quien me envió, me ha ordenado qué decir y cómo decirlo.

50 Y sé que sus mandatos llevan a la vida eterna; por eso digo todo lo que el Padre me indica que diga».

Juan 13

Jesús lava los pies a sus discípulos

1 Antes de la celebración de la Pascua, Jesús sabía que había llegado su momento para dejar este mundo y regresar a su Padre. Había amado a sus discípulos durante el ministerio que realizó en la tierra y ahora los amó hasta el final.

2 Era la hora de cenar, y el diablo ya había incitado a Judas, hijo de Simón Iscariote, para que traicionaraa Jesús.

3 Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios.

4 Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura

5 y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.

6 Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo:

—Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?

7 Jesús contestó:

—Ahora no entiendes lo que hago, pero algún día lo entenderás.

8 —¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies!

—Si no te lavo—respondió Jesús—,no vas a pertenecerme.

9 —¡Entonces, lávame también las manos y la cabeza, Señor, no solo los pies! —exclamó Simón Pedro.

10 Jesús respondió:

—Una persona que se ha bañado bien no necesita lavarse más que los piespara estar completamente limpia. Y ustedes, discípulos, están limpios, aunque no todos.

11 Pues Jesús sabía quién lo iba a traicionar. A eso se refería cuando dijo:«No todos están limpios».

12 Después de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, se sentó y preguntó:

—¿Entienden lo que acabo de hacer?

13 Ustedes me llaman “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque es lo que soy.

14 Y, dado que yo, su Señor y Maestro, les he lavado los pies, ustedes deben lavarse los pies unos a otros.

15 Les di mi ejemplo para que lo sigan. Hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.

16 Les digo la verdad, los esclavos no son superiores a su amo ni el mensajero es más importante que quien envía el mensaje.

17 Ahora que saben estas cosas, Dios los bendecirá por hacerlas.

Jesús predice la traición

18 »No les digo estas cosas a todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es para que se cumpla la Escritura que dice: “El que come de mi comida se ha puesto en mi contra”.

19 Les aviso de antemano, a fin de que, cuando suceda, crean queYo Soyel Mesías.

20 Les digo la verdad, todo el que recibe a mi mensajero me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió.

21 Entonces Jesús, muy angustiado,exclamó:«Les digo la verdad, ¡uno de ustedes va a traicionarme!».

22 Los discípulos se miraron unos a otros sin saber a cuál se refería Jesús.

23 El discípulo a quien Jesús amaba estaba sentado a la mesa a su lado.

24 Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería.

25 Entonces, ese discípulo se inclinó hacia Jesús y le preguntó:

—Señor, ¿quién es?

26 Jesús le contestó:

—Es aquel a quien le doy el pan que mojo en el plato.

Y, después de mojar el pan, se lo dio a Judas, el hijo de Simón Iscariote.

27 Cuando Judas comió el pan, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo:«Apresúrate a hacer lo que vas a hacer».

28 Ninguno de los demás que estaban a la mesa entendió lo que Jesús quiso decir.

29 Como Judas era el tesorero del grupo, algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que fuera a pagar la comida o que diera algo de dinero a los pobres.

30 Así que Judas se fue enseguida y se internó en la noche.

Jesús predice la negación de Pedro

31 En cuanto Judas salió del lugar, Jesús dijo:«Ha llegado el momento para que el Hijo del Hombreentre en su gloria y, por causa de él, Dios será glorificado.

32 Y dado que Dios recibe gloria a causa del Hijo,le dará su propia gloria al Hijo, y lo hará de inmediato.

33 Mis queridos hijos, voy a estar con ustedes solo un poco más de tiempo. Y, como les dije a los líderes judíos, ustedes me buscarán, pero no pueden ir adonde yo voy.

34 Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros.

35 El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos».

36 Simón Pedro le preguntó:

—Señor, ¿adónde vas?

Y Jesús contestó:

—Ahora no puedes venir conmigo, pero me seguirás después.

37 —¿Pero por qué no puedo ir ahora, Señor? —le preguntó—. Estoy dispuesto a morir por ti.

38 —¿Morir por mí?—le contestó Jesús—.Pedro, te digo la verdad, mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces.

Juan 14

Jesús, el camino al Padre

1 »No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.

2 En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente.Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?

3 Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy.

4 Y ustedes conocen el camino que lleva adonde voy.

5 —No, Señor, no lo conocemos —dijo Tomás—. No tenemos ni idea de adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?

6 Jesús le contestó:

—Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.

7 Si ustedes realmente me conocieran, también sabrían quién es mi Padre.De ahora en adelante, ya lo conocen y lo han visto.

8 Felipe le dijo:

—Señor, muéstranos al Padre y quedaremos conformes.

9 Jesús respondió:

—Felipe, ¿he estado con ustedes todo este tiempo, y todavía no sabes quién soy? ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre?

10 ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí.

11 Solo crean que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las obras que me han visto hacer.

12 »Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre.

13 Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo la haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre.

14 Es cierto, pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!

Jesús promete el Espíritu Santo

15 »Si me aman, obedezcanmis mandamientos.

16 Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor,quien estará con ustedes para siempre.

17 Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes.

18 No los abandonaré como a huérfanos; vendré a ustedes.

19 Dentro de poco, el mundo no me verá más, pero ustedes sí me verán. Dado que yo vivo, ustedes también vivirán.

20 Cuando yo vuelva a la vida, ustedes sabrán que estoy en mi Padre y que ustedes están en mí, y yo, en ustedes.

21 Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a mí, mi Padre los amará a ellos. Y yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.

22 Judas (no Judas Iscariote, sino el otro discípulo con el mismo nombre) le dijo:

—Señor, ¿por qué te darás a conocer solo a nosotros y no al mundo en general?

23 Jesús contestó:

—Todos los que me aman harán lo que yo diga. Mi Padre los amará, y vendremos para vivir con cada uno de ellos.

24 El que no me ama no me obedece. Y recuerden, mis palabras no son mías; lo que les hablo proviene del Padre, quien me envió.

25 Les digo estas cosas ahora, mientras todavía estoy con ustedes.

26 Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante —es decir, al Espíritu Santo—, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho.

27 »Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.

28 Recuerden lo que les dije: me voy, pero volveré a ustedes. Si de veras me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, quien es más importante que yo.

29 Les he dicho estas cosas antes de que sucedan para que, cuando sucedan, ustedes crean.

30 »No me queda mucho tiempo para hablar con ustedes, porque se acerca el que gobierna este mundo. Él no tiene ningún poder sobre mí,

31 pero haré lo que el Padre me manda, para que el mundo sepa que amo al Padre. Vamos, salgamos de aquí.

Juan 15

Jesús, la vid verdadera

1 »Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.

2 Él corta de mí toda rama que no produce fruto y poda las ramas que sí dan fruto, para que den aún más.

3 Ustedes ya han sido podados y purificados por el mensaje que les di.

4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí.

5 »Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.

6 El que no permanece en mí es desechado como rama inútil y se seca. Todas esas ramas se juntan en un montón para quemarlas en el fuego.

7 Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!

8 Cuando producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos discípulos. Eso le da mucha gloria a mi Padre.

9 »Yo los he amado a ustedes tanto como el Padre me ha amado a mí. Permanezcan en mi amor.

10 Cuando obedecen mis mandamientos, permanecen en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

11 Les he dicho estas cosas para que se llenen de mi gozo; así es, desbordarán de gozo.

12 Este es mi mandamiento: ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado.

13 No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.

14 Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.

15 Ya no los llamo esclavos, porque el amo no confía sus asuntos a los esclavos. Ustedes ahora son mis amigos, porque les he contado todo lo que el Padre me dijo.

16 Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.

17 Este es mi mandato: ámense unos a otros.

Odio del mundo

18 »Si el mundo los odia, recuerden que a mí me odió primero.

19 Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como a uno de los suyos, pero ustedes ya no forman parte del mundo. Yo los elegí para que salieran del mundo, por eso el mundo los odia.

20 ¿Recuerdan lo que les dije? “El esclavo no es superior a su amo”. Ya que me persiguieron a mí, también a ustedes los perseguirán. Y, si me hubieran escuchado a mí, también los escucharían a ustedes.

21 Les harán todo eso a causa de mí, porque han rechazado a aquel que me envió.

22 Ellos no serían culpables si yo no hubiera venido a hablarles, pero ahora no tienen ninguna excusa por su pecado.

23 Cualquiera que me odia a mí también odia a mi Padre.

24 Si yo no hubiera hecho entre ellos esas señales tan milagrosas que nadie más podría hacer, no serían culpables; pero la verdad es que vieron todo lo que hice, y aun así nos siguen odiando a mí y a mi Padre.

25 Con eso se cumple lo que está registrado en sus Escrituras: “Me odiaron sin motivo”.

26 »A ustedes yo les enviaré al Abogado Defensor,el Espíritu de verdad. Él vendrá del Padre y dará testimonio acerca de mí,

27 y también ustedes deben dar testimonio de mí porque han estado conmigo desde el principio de mi ministerio.

Juan 16

1 »Les he dicho estas cosas para que no abandonen su fe.

2 Los expulsarán de las sinagogas, y llegará el tiempo en que quienes los maten pensarán que están haciendo un servicio santo para Dios.

3 Eso se debe a que nunca han conocido ni al Padre ni a mí.

4 Les digo estas cosas ahora para que, cuando sucedan, recuerden mi advertencia. No las mencioné antes porque todavía iba a estar un tiempo más con ustedes.

La obra del Espíritu Santo

5 »Ahora voy a aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy.

6 En cambio, se entristecen por lo que les he dicho.

7 En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensorno vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes;

8 y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene.

9 El pecado del mundo consiste en que el mundo se niega a creer en mí.

10 La justicia está disponible, porque voy al Padre, y ustedes no me verán más.

11 El juicio vendrá, porque quien gobierna este mundo ya ha sido juzgado.

12 »Me queda aún mucho más que quisiera decirles, pero en este momento no pueden soportarlo.

13 Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro.

14 Me glorificará porque les contará todo lo que reciba de mí.

15 Todo lo que pertenece al Padre es mío; por eso dije: “El Espíritu les dirá todo lo que reciba de mí”.

La tristeza se convertirá en alegría

16 »Dentro de poco, ya no me verán más; pero tiempo después, me verán de nuevo.

17 Algunos de los discípulos se preguntaron unos a otros: «¿A qué se refiere cuando dice: “Dentro de poco, no me verán, pero luego me verán” y “voy al Padre”?

18 ¿Qué quiere decir con “dentro de poco”? No lo entendemos».

19 Jesús se dio cuenta de que querían preguntarle sobre eso, así que les dijo:

—¿Se están preguntando qué quise decir? Dije que, dentro de poco, no me verán más; pero tiempo después, volverán a verme.

20 Les digo la verdad, ustedes llorarán y se lamentarán por lo que va a sucederme, pero el mundo se alegrará. Ustedes se lamentarán, pero su dolor se convertirá de pronto en una alegría maravillosa.

21 Será como una mujer que sufre dolores de parto, pero cuando nace su hijo, su angustia se transforma en alegría, porque ha traído una nueva vida al mundo.

22 Así que ahora ustedes tienen tristeza, pero volveré a verlos; entonces se alegrarán, y nadie podrá robarles esa alegría.

23 Ese día, no necesitarán pedirme nada. Les digo la verdad, le pedirán directamente al Padre, y él les concederá la petición, porque piden en mi nombre.

24 No lo han hecho antes. Pidan en mi nombre y recibirán y tendrán alegría en abundancia.

25 »He hablado de estos asuntos en lenguaje figurativo, pero pronto dejaré de hablar en sentido figurado y les contaré acerca del Padre con toda claridad.

26 Ese día pedirán en mi nombre. No digo que pediré al Padre de parte de ustedes,

27 ya que el Padre mismo los ama profundamente, porque ustedes me aman a mí y han creído que vine de Dios.

28 Es cierto, vine del Padre al mundo y ahora dejaré el mundo y volveré al Padre.

29 Entonces sus discípulos dijeron:

—Por fin hablas con claridad y no en sentido figurado.

30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas y que no es necesario que nadie te pregunte nada. Por eso creemos que viniste de Dios.

31 —¿Por fin creen?—preguntó Jesús—.

32 Pero se acerca el tiempo —de hecho, ya ha llegado— cuando ustedes serán dispersados, cada uno se irá por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.

33 Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.

Juan 17

Oración de Jesús

1 Después de decir todas esas cosas, Jesús miró al cielo y dijo:«Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti.

2 Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado.

3 Y la manera de tener vida eterna es conocerte a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú enviaste a la tierra.

4 Yo te di la gloria aquí en la tierra, al terminar la obra que me encargaste.

5 Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo.

6 »Te he dado a conocera los que me diste de este mundo. Siempre fueron tuyos. Tú me los diste, y ellos han obedecido tu palabra.

7 Ahora saben que todo lo que tengo es un regalo que proviene de ti,

8 porque les he transmitido el mensaje que me diste. Ellos aceptaron el mensaje y saben que provine de ti y han creído que tú me enviaste.

9 »Mi oración no es por el mundo, sino por los que me has dado, porque te pertenecen.

10 Todos los que son míos te pertenecen, y me los has dado, para que me den gloria.

11 Ahora me voy del mundo; ellos se quedan en este mundo, pero yo voy a ti. Padre santo, tú me has dado tu nombre;ahora protégelos con el poder de tu nombre para que estén unidos como lo estamos nosotros.

12 Durante el tiempo que estuve aquí, los protegí con el poder del nombre que me diste.Los cuidé para que ni uno solo se perdiera, excepto el que va camino a la destrucción como predijeron las Escrituras.

13 »Ahora voy a ti. Mientras estuve con ellos en este mundo, les dije muchas cosas para que estuvieran llenos de mi alegría.

14 Les he dado tu palabra, y el mundo los odia, porque ellos no pertenecen al mundo, así como yo tampoco pertenezco al mundo.

15 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.

16 Al igual que yo, ellos no pertenecen a este mundo.

17 Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad.

18 Así como tú me enviaste al mundo, yo los envío al mundo.

19 Y me entrego por ellos como un sacrificio santo, para que tu verdad pueda hacerlos santos.

20 »No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos.

21 Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno.

23 Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí.

24 Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo.

25 »Oh Padre justo, el mundo no te conoce, pero yo sí te conozco; y estos discípulos saben que tú me enviaste.

26 Yo te he dado a conocer a ellos y seguiré haciéndolo. Entonces tu amor por mí estará en ellos, y yo también estaré en ellos».

Juan 18

Traicionan y arrestan a Jesús

1 Después de decir esas cosas, Jesús cruzó el valle de Cedrón con sus discípulos y entró en un huerto de olivos.

2 Judas, el traidor, conocía ese lugar, porque Jesús solía reunirse allí con sus discípulos.

3 Los principales sacerdotes y los fariseos le habían dado a Judas un grupo de soldados romanos y guardias del templo para que lo acompañaran. Llegaron al huerto de olivos con antorchas encendidas, linternas y armas.

4 Jesús ya sabía todo lo que le iba a suceder, así que salió al encuentro de ellos.

—¿A quién buscan?—les preguntó.

5 —A Jesús de Nazaret—contestaron.

—Yo Soy—dijo Jesús.

(Judas, el que lo traicionó, estaba con ellos).

6 Cuando Jesús dijo«Yo Soy»,¡todos retrocedieron y cayeron al suelo!

7 Una vez más les preguntó:

—¿A quién buscan?

Y nuevamente ellos contestaron:

—A Jesús de Nazaret.

8 —Ya les dije queYo Soy—dijo Jesús—.Ya que soy la persona a quien buscan, dejen que los demás se vayan.

9 Lo hizo para que se cumplieran sus propias palabras:«No perdí ni a uno solo de los que me diste».

10 Entonces Simón Pedro sacó una espada y le cortó la oreja derecha a Malco, un esclavo del sumo sacerdote.

11 Pero Jesús le dijo a Pedro:«Mete tu espada en la vaina. ¿Acaso no voy a beber de la copa de sufrimiento que me ha dado el Padre?».

Jesús en la casa del sumo sacerdote

12 Así que los soldados, el oficial que los comandaba y los guardias del templo arrestaron a Jesús y lo ataron.

13 Primero lo llevaron ante Anás, ya que era el suegro de Caifás, quien era sumo sacerdote en ese momento.

14 Caifás era el que les había dicho a los otros líderes judíos: «Es mejor que muera un solo hombre por el pueblo».

Primera negación de Pedro

15 Simón Pedro y otro discípulo siguieron a Jesús. Ese otro discípulo conocía al sumo sacerdote, así que le permitieron entrar con Jesús al patio del sumo sacerdote.

16 Pedro tuvo que quedarse afuera, junto a la puerta. Entonces el discípulo que conocía al sumo sacerdote habló con la mujer que cuidaba la puerta, y ella dejó entrar a Pedro.

17 La mujer le preguntó a Pedro:

—¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?

—No —le contestó Pedro—, no lo soy.

18 Como hacía frío, los sirvientes de la casa y los guardias habían hecho una fogata con carbón. Estaban allí de pie, junto al fuego, calentándose, y Pedro estaba con ellos, también calentándose.

El sumo sacerdote interroga a Jesús

19 Adentro, el sumo sacerdote comenzó a interrogar a Jesús acerca de sus seguidores y de lo que les había estado enseñando.

20 Jesús contestó:«Todos saben lo que enseño. He predicado con frecuencia en las sinagogas y en el templo, donde se reúne el pueblo.No he hablado en secreto.

21 ¿Por qué me haces a mí esa pregunta? Pregúntales a los que me oyeron, ellos saben lo que dije».

22 Entonces uno de los guardias del templo que estaba cerca le dio una bofetada a Jesús.

—¿Es esa la forma de responder al sumo sacerdote? —preguntó.

23 Jesús contestó:

—Si dije algo indebido, debes demostrarlo; pero si digo la verdad, ¿por qué me pegas?

24 Entonces Anás ató a Jesús y lo envió a Caifás, el sumo sacerdote.

Segunda y tercera negación de Pedro

25 Mientras tanto, como Simón Pedro seguía de pie junto a la fogata calentándose, volvieron a preguntarle:

—¿No eres tú también uno de sus discípulos?

—No lo soy —negó Pedro.

26 Pero uno de los esclavos del sumo sacerdote, pariente del hombre al que Pedro le había cortado la oreja, preguntó: «¿No te vi en el huerto de olivos con Jesús?».

27 Una vez más, Pedro lo negó, y enseguida cantó un gallo.

Juicio de Jesús ante Pilato

28 El juicio de Jesús ante Caifás terminó cerca del amanecer. De allí lo llevaron a la residencia oficial del gobernador romano.Sus acusadores no entraron porque, de haberlo hecho, se habrían contaminado y no hubieran podido celebrar la Pascua.

29 Por eso Pilato, el gobernador, salió adonde estaban ellos y les preguntó:

—¿Qué cargos tienen contra este hombre?

30 —¡No te lo habríamos entregado si no fuera un criminal! —replicaron.

31 —Entonces llévenselo y júzguenlo de acuerdo con la ley de ustedes —les dijo Pilato.

—Solo los romanos tienen derecho a ejecutar a una persona —respondieron los líderes judíos.

32 (Con eso se cumplió la predicción de Jesús acerca de la forma en que iba a morir).

33 Entonces Pilato volvió a entrar en su residencia y pidió que le trajeran a Jesús.

—¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó.

34 Jesús contestó:

—¿Lo preguntas por tu propia cuenta o porque otros te hablaron de mí?

35 —¿Acaso yo soy judío? —replicó Pilato—. Tu propio pueblo y sus principales sacerdotes te trajeron a mí para que yo te juzgue. ¿Por qué? ¿Qué has hecho?

36 Jesús contestó:

—Mi reino no es un reino terrenal. Si lo fuera, mis seguidores lucharían para impedir que yo sea entregado a los líderes judíos; pero mi reino no es de este mundo.

37 Pilato le dijo:

—¿Entonces eres un rey?

—Tú dices que soy un rey—contestó Jesús—.En realidad, yo nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todos los que aman la verdad reconocen que lo que digo es cierto.

38 —¿Qué es la verdad? —preguntó Pilato.

Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo:

—Este hombre no es culpable de ningún delito,

39 pero ustedes tienen la costumbre de pedirme cada año que ponga en libertad a un preso durante la Pascua. ¿Quieren que deje en libertad a ese “rey de los judíos”?

40 Pero ellos contestaron a gritos:

—¡No!, a ese hombre, no. ¡Queremos a Barrabás!

(Barrabás era un insurgente).

Juan 19

Sentencia de muerte para Jesús

1 Entonces Pilato mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo.

2 Los soldados armaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza y lo vistieron con un manto púrpura.

3 «¡Viva el rey de los judíos!», se burlaban de él mientras lo abofeteaban.

4 Pilato volvió a salir y le dijo al pueblo: «Ahora lo voy a traer, pero que quede bien claro que yo no lo encuentro culpable de nada».

5 Entonces Jesús salió con la corona de espinas sobre la cabeza y el manto púrpura puesto. Y Pilato dijo: «¡Miren, aquí tienen al hombre!».

6 Cuando lo vieron, los principales sacerdotes y los guardias del templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!».

—Llévenselo ustedes y crucifíquenlo —dijo Pilato—. Yo no lo encuentro culpable.

7 Los líderes judíos respondieron:

—Según nuestra ley, debe morir porque afirmó que era el Hijo de Dios.

8 Cuando Pilato oyó eso, tuvo más miedo que nunca.

9 Llevó a Jesús de nuevo a la residencia oficialy le preguntó: «¿De dónde eres?». Pero Jesús no le dio ninguna respuesta.

10 —¿Por qué no me hablas? —preguntó Pilato—. ¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para crucificarte?

11 Entonces Jesús le dijo:

—No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubieran dado desde lo alto. Así que el que me entregó en tus manos es el que tiene el mayor pecado.

12 Entonces Pilato trató de poner en libertad a Jesús, pero los líderes judíos gritaron: «Si pones en libertad a ese hombre, no eres “amigo del César”. Todo el que se proclama a sí mismo rey está en rebeldía contra el César».

13 Cuando dijeron eso, Pilato llevó de nuevo a Jesús ante el pueblo. Entonces Pilato se sentó en el tribunal, en la plataforma llamada el Empedrado (en hebreo,Gabata).

14 Ya era el día de preparación para la Pascua, cerca del mediodía. Y Pilato dijo al pueblo: «¡Miren, aquí tienen a su rey!».

15 «¡Llévatelo! ¡Llévatelo! —gritaban—. ¡Crucifícalo!».

—¿Cómo dicen? ¿Que yo crucifique a su rey? —preguntó Pilato.

—No tenemos otro rey más que el César —le contestaron a gritos los principales sacerdotes.

16 Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran.

La crucifixión

Así que se llevaron a Jesús.

17 Él, cargando su propia cruz, fue al sitio llamado Lugar de la Calavera (en hebreo,Gólgota).

18 Allí lo clavaron en la cruz. También crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio.

19 Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «Jesús de Nazaret,el Rey de los judíos».

20 El lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, para que muchospudieran leerlo.

21 Entonces los principales sacerdotes se opusieron y le dijeron a Pilato:

—Cambia la inscripción “El Rey de los judíos” por una que diga “Él dijo: ‘Yo soy el Rey de los judíos’”.

22 —No —respondió Pilato—. Lo que he escrito, escrito está y así quedará.

23 Una vez que los soldados terminaron de crucificarlo, tomaron la ropa de Jesús y la dividieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. También tomaron la túnica, la cual no tenía costura y había sido tejida de arriba a abajo en una sola pieza.

24 Así que dijeron: «En lugar de rasgarla, tiremos los dadospara ver quién se la queda». Con eso se cumplió la Escritura que dice: «Se repartieron mi vestimenta entre ellos y tiraron los dados por mi ropa». Así que eso fue lo que hicieron.

25 Estaban de pie junto a la cruz la madre de Jesús, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas y María Magdalena.

26 Cuando Jesús vio a su madre al lado del discípulo que él amaba, le dijo:«Apreciada mujer, ahí tienes a tu hijo».

27 Y al discípulo le dijo:«Ahí tienes a tu madre».Y, a partir de entonces, ese discípulo la llevó a vivir a su casa.

Muerte de Jesús

28 Jesús sabía que su misión ya había terminado y, para cumplir las Escrituras, dijo:«Tengo sed».

29 Había allí una vasija de vino agrio, así que mojaron una esponja en el vino, la pusieron en una rama de hisopo y la acercaron a los labios de Jesús.

30 Después de probar el vino, Jesús dijo:«¡Todo está cumplido!».Entonces inclinó la cabeza y entregó su espíritu.

31 Era el día de preparación, y los líderes judíos no querían que los cuerpos permanecieran allí colgados el día siguiente, que era el día de descanso (y uno muy especial, porque era la Pascua). Entonces le pidieron a Pilato que mandara a quebrarles las piernas a los crucificados para apresurarles la muerte. Así podrían bajar los cuerpos.

32 Entonces los soldados fueron y les quebraron las piernas a los dos hombres crucificados con Jesús.

33 Cuando llegaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto, así que no le quebraron las piernas.

34 Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y, de inmediato, salió sangre y agua.

35 (La información anterior proviene de un testigo ocular que presenta un relato fiel. Él dice la verdad para que ustedes también continúen creyendo).

36 Esas cosas sucedieron para que se cumplieran las Escrituras que dicen: «Ni uno de sus huesos será quebrado»

37 y «Mirarán al que atravesaron».

Entierro de Jesús

38 Más tarde, José de Arimatea, quien había sido un discípulo secreto de Jesús (por temor a los líderes judíos), pidió permiso a Pilato para bajar el cuerpo de Jesús. Cuando Pilato concedió el permiso, José fue a buscar el cuerpo y se lo llevó.

39 Lo acompañó Nicodemo, el hombre que había ido a ver a Jesús de noche. Llevó consigo unos treinta y tres kilosde ungüento perfumado, una mezcla de mirra y áloe.

40 De acuerdo con la costumbre de los entierros judíos, envolvieron el cuerpo de Jesús untado con las especias en largos lienzos de lino.

41 El lugar de la crucifixión estaba cerca de un huerto donde había una tumba nueva que nunca se había usado.

42 Y, como era el día de preparación para la Pascua judía yla tumba estaba cerca, pusieron a Jesús allí.