Lucas 9

Jesús envía a los doce discípulos

1 Cierto día, Jesús reunió a sus doce discípulosy les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y sanar enfermedades.

2 Luego los envió para que anunciaran a todos acerca del reino de Dios y sanaran a los enfermos.

3 Les dio las siguientes instrucciones:«No lleven nada para el viaje, ni bastón, ni bolso de viaje, ni comida, ni dinero,ni siquiera una muda de ropa.

4 Por todo lugar que vayan, quédense en la misma casa hasta salir de la ciudad.

5 Y si en algún pueblo se niegan a recibirlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».

6 Entonces ellos comenzaron su recorrido por las aldeas para predicar la Buena Noticia y sanar a los enfermos.

La confusión de Herodes

7 Cuando Herodes Antipas, el gobernante de Galilea,oyó hablar de todo lo que Jesús hacía, quedó perplejo. Algunos decían que Juan el Bautista había resucitado de los muertos.

8 Otros pensaban que Jesús era Elías o algún otro profeta, levantado de los muertos.

9 «Decapité a Juan —decía Herodes—, así que, ¿quién es este hombre de quien oigo tantas historias?». Y siguió tratando de ver a Jesús.

Jesús alimenta a cinco mil

10 Cuando los apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Luego él se retiró con ellos sin llamar la atención hacia la ciudad de Betsaida,

11 pero las multitudes descubrieron adónde iba y lo siguieron. Jesús los recibió y les enseñó acerca del reino de Dios y sanó a los que estaban enfermos.

12 Al atardecer, los doce discípulos se le acercaron y le dijeron:

—Despide a las multitudes para que puedan conseguir comida y encontrar alojamiento para la noche en las aldeas y granjas cercanas. En este lugar alejado no hay nada para comer.

13 Jesús les dijo:

—Denles ustedes de comer.

—Pero lo único que tenemos son cinco panes y dos pescados —le respondieron—. ¿O esperas que vayamos y compremos suficiente comida para toda esta gente?

14 Pues había alrededor de cinco mil hombres allí.

Jesús les respondió:

—Díganles que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno.

15 Entonces todos se sentaron.

16 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró hacia el cielo y los bendijo. Luego, a medida que partía los panes en trozos, se los daba a sus discípulos junto con los pescados para que los distribuyeran entre la gente.

17 Todos comieron cuanto quisieron, y después los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró.

Declaración de Pedro acerca de Jesús

18 Cierto día, Jesús se alejó de las multitudes para orar a solas. Solo estaban con él sus discípulos, y les preguntó:

—¿Quién dice la gente que soy?

19 —Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros antiguos profetas, que volvió de la muerte.

20 Entonces les preguntó:

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

Pedro contestó:

—¡Tú eres el Mesíasenviado por Dios!

Jesús predice su muerte

21 Jesús les advirtió a sus discípulos que no dijeran a nadie quién era él.

22 —El Hijo del Hombretendrá que sufrir muchas cosas terribles—les dijo—.Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.

23 Entonces dijo a la multitud:«Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme.

24 Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás.

25 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo?

26 Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.

27 Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán sin antes ver el reino de Dios».

La transfiguración

28 Cerca de ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a una montaña para orar.

29 Y mientras oraba, la apariencia de su rostro se transformó y su ropa se volvió blanca resplandeciente.

30 De repente aparecieron dos hombres, Moisés y Elías, y comenzaron a hablar con Jesús.

31 Se veían llenos de gloria. Y hablaban sobre la partida de Jesús de este mundo, lo cual estaba a punto de cumplirse en Jerusalén.

32 Pedro y los otros se durmieron. Cuando despertaron, vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres de pie junto a él.

33 Cuando Moisés y Elías comenzaron a irse, Pedro, sin saber siquiera lo que decía, exclamó: «Maestro, ¡es maravilloso que estemos aquí! Hagamos tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías».

34 Pero no había terminado de hablar cuando una nube los cubrió y, mientras los cubría, se llenaron de miedo.

35 Entonces, desde la nube, una voz dijo: «Este es mi Hijo, mi Elegido.Escúchenlo a él».

36 Cuando la voz terminó de hablar, Jesús estaba allí solo. En aquel tiempo, no le contaron a nadie lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho endemoniado

37 Al día siguiente, después que bajaron del monte, una gran multitud salió al encuentro de Jesús.

38 Un hombre de la multitud le exclamó:

—Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo.

39 Un espíritu maligno sigue apoderándose de él, haciéndolo gritar. Le causa tales convulsiones que echa espuma por la boca; lo sacude violentamente y casi nunca lo deja en paz.

40 Les supliqué a tus discípulos que expulsaran ese espíritu, pero no pudieron hacerlo.

41 —Gente corrupta y sin fe—dijo Jesús—,¿hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos?

Entonces le dijo al hombre:

—Tráeme a tu hijo aquí.

42 Cuando el joven se acercó, el demonio lo arrojó al piso y le causó una violenta convulsión; pero Jesús reprendió al espíritu malignoy sanó al muchacho. Después lo devolvió a su padre.

43 El asombro se apoderó de la gente al ver esa majestuosa demostración del poder de Dios.

Jesús predice otra vez su muerte

Mientras todos se maravillaban de las cosas que él hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

44 «Escúchenme y recuerden lo que digo. El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos».

45 Sin embargo, ellos no entendieron lo que quiso decir. El significado de lo que decía estaba oculto de ellos, por eso no pudieron entender y tenían miedo de preguntarle.

El más importante en el reino

46 Entonces los discípulos comenzaron a discutir entre ellos acerca de quién era el más importante.

47 Pero Jesús conocía lo que ellos pensaban, así que trajo a un niño y lo puso a su lado.

48 Luego les dijo:«Todo el que recibe de mi partea un niño pequeño como este, me recibe a mí; y todo el que me recibe a mí, también recibe al Padre, quien me envió. El más insignificante entre ustedes es el más importante».

Uso del nombre de Jesús

49 Juan le dijo a Jesús:

—Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera porque no pertenece a nuestro grupo.

50 Jesús le dijo:

—¡No lo detengan! Todo el que no está en contra de ustedes está a su favor.

Oposición de los samaritanos

51 Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.

52 Envió mensajeros por delante a una aldea de Samaria para que se hicieran los preparativos para su llegada,

53 pero los habitantes de la aldea no recibieron a Jesús porque iba camino a Jerusalén.

54 Cuando Santiago y Juan vieron eso, le dijeron a Jesús: «Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que los consuma?».

55 Entonces Jesús se volvió a ellos y los reprendió.

56 Así que siguieron de largo hacia otro pueblo.

Lo que cuesta seguir a Jesús

57 Mientras caminaban, alguien le dijo a Jesús:

—Te seguiré a cualquier lugar que vayas.

58 Jesús le respondió:

—Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza.

59 Dijo a otro:

—Ven, sígueme.

El hombre aceptó, pero le dijo:

—Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre.

60 Jesús le dijo:

—¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos!Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios.

61 Otro dijo:

—Sí, Señor, te seguiré, pero primero deja que me despida de mi familia.

62 Jesús le dijo:

—El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios.

Lucas 10

Jesús envía a sus discípulos

1 Después el Señor escogió a otros setenta y dosdiscípulos y los envió de dos en dos delante de él a todas las ciudades y los lugares que tenía pensado visitar.

2 Y les dio las siguientes instrucciones:«La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos.

3 Ahora vayan, y recuerden que los envío como ovejas en medio de lobos.

4 No lleven con ustedes nada de dinero, ni bolso de viaje, ni un par de sandalias de repuesto; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.

5 »Cuando entren en la casa de alguien, primero digan: “La paz de Dios sea sobre esta casa”.

6 Si los que viven en la casa son gente de paz, la bendición permanecerá; si no lo son, la bendición regresará a ustedes.

7 No cambien de una casa a otra. Quédense en un lugar, coman y beban lo que les den. No duden en aceptar la hospitalidad, porque los que trabajan merecen recibir su salario.

8 »Si entran en un pueblo donde los reciben bien, coman todo lo que les ofrezcan.

9 Sanen a los enfermos y díganles: “El reino de Dios ahora está cerca de ustedes”.

10 Pero si un pueblo se niega a recibirlos bien, salgan a las calles y digan:

11 “Nos limpiamos de los pies hasta el polvo de su ciudad para mostrar que los abandonamos a su suerte. Y sepan esto: ¡el reino de Dios está cerca!”.

12 Les aseguro que, el día del juicio, le irá mejor a la perversa Sodoma que a ese pueblo.

13 »¡Qué aflicción les espera, Corazín y Betsaida! Pues, si en las perversas ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran hecho los milagros que hice entre ustedes, hace tiempo sus habitantes se habrían arrepentido de sus pecados vistiéndose de tela áspera y echándose ceniza sobre la cabeza en señal de remordimiento.

14 Así es, el día del juicio, les irá mejor a Tiro y Sidón que a ustedes.

15 Y ustedes, los de Capernaúm, ¿serán honrados en el cielo? No, descenderán al lugar de los muertos».

16 Entonces dijo a sus discípulos:«El que acepta el mensaje de ustedes me acepta también a mí. El que los rechaza a ustedes a mí me rechaza. Y el que me rechaza a mí rechaza a Dios, quien me envió».

17 Cuando los setenta y dos discípulos regresaron, le informaron llenos de alegría:

—¡Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando usamos tu nombre!

18 —Sí—les dijo—.Vi a Satanás caer del cielo como un rayo.

19 Miren, les he dado autoridad sobre todos los poderes del enemigo; pueden caminar entre serpientes y escorpiones y aplastarlos. Nada les hará daño.

20 Pero no se alegren de que los espíritus malignos los obedezcan; alégrense porque sus nombres están escritos en el cielo.

Jesús da gracias al Padre

21 En esa misma ocasión, Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo y dijo:«Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes y por revelárselas a los que son como niños. Sí, Padre, te agradó hacerlo de esa manera.

22 »Mi Padre me ha confiado todo. Nadie conoce verdaderamente al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce verdaderamente al Padre excepto el Hijo y aquellos a quienes el Hijo decide revelarlo».

23 Después, cuando estuvieron a solas, se volvió a sus discípulos y les dijo:«Benditos los ojos que ven lo que ustedes han visto.

24 Les digo que muchos profetas y reyes anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron».

El mandamiento más importante

25 Cierto día, un experto en la ley religiosa se levantó para probar a Jesús con la siguiente pregunta:

—Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?

26 Jesús contestó:

—¿Qué dice la ley de Moisés? ¿Cómo la interpretas?

27 El hombre contestó:

—“Ama alSeñortu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente” y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

28 —¡Correcto!—le dijo Jesús—.¡Haz eso y vivirás!

29 El hombre quería justificar sus acciones, entonces le preguntó a Jesús:

—¿Y quién es mi prójimo?

Parábola del buen samaritano

30 Jesús respondió con una historia:

—Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó y fue atacado por ladrones. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado del camino.

31 »Un sacerdote pasó por allí de casualidad, pero cuando vio al hombre en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo.

32 Un ayudante del templopasó y lo vio allí tirado, pero también siguió de largo por el otro lado.

33 »Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él.

34 Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él.

35 Al día siguiente, le dio dos monedas de plataal encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí”.

36 »Ahora bien, ¿cuál de los tres te parece que fue el prójimo del hombre atacado por los bandidos?—preguntó Jesús.

37 El hombre contestó:

—El que mostró compasión.

Entonces Jesús le dijo:

—Así es, ahora ve y haz lo mismo.

Jesús visita a Marta y a María

38 Durante el viaje a Jerusalén, Jesús y sus discípulos llegaron a cierta aldea donde una mujer llamada Marta los recibió en su casa.

39 Su hermana María se sentó a los pies del Señor a escuchar sus enseñanzas,

40 pero Marta estaba distraída con los preparativos para la gran cena. Entonces se acercó a Jesús y le dijo:

—Maestro, ¿no te parece injusto que mi hermana esté aquí sentada mientras yo hago todo el trabajo? Dile que venga a ayudarme.

41 El Señor le dijo:

—Mi apreciada Marta, ¡estás preocupada y tan inquieta con todos los detalles!

42 Hay una sola cosa por la que vale la pena preocuparse. María la ha descubierto, y nadie se la quitará.

Lucas 11

Enseñanza acerca de la oración

1 Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo:

—Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos.

2 Jesús dijo:

—Deberían orar de la siguiente manera:

»Padre, que siempre sea santificado tu nombre.

Que tu reino venga pronto.

3 Danos cada día el alimento que necesitamos

4 y perdónanos nuestros pecados,

así como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Y no permitas que cedamos ante la tentación.

5 Luego utilizó la siguiente historia para enseñarles más acerca de la oración:«Supongan que uno de ustedes va a la casa de un amigo a medianoche para pedirle que le preste tres panes. Le dices:

6 “Acaba de llegar de visita un amigo mío y no tengo nada para darle de comer”.

7 Supongan que ese amigo grita desde el dormitorio: “No me molestes. La puerta ya está cerrada, y mi familia y yo estamos acostados. No puedo ayudarte”.

8 Les digo que, aunque no lo haga por amistad, si sigues tocando a la puerta el tiempo suficiente, él se levantará y te dará lo que necesitas debido a tu audaz insistencia.

9 »Así que les digo, sigan pidiendo y recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la puerta se les abrirá.

10 Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.

11 »Ustedes, los que son padres, si sus hijos les pidenun pescado, ¿les dan una serpiente en su lugar?

12 O si les piden un huevo, ¿les dan un escorpión? ¡Claro que no!

13 Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan».

Jesús y el príncipe de los demonios

14 Cierto día, Jesús expulsó un demonio de un hombre que no podía hablar y, cuando el demonio salió, el hombre comenzó a hablar. Las multitudes quedaron asombradas,

15 pero algunos dijeron: «Con razón puede expulsar demonios. Él recibe su poder de Satanás,el príncipe de los demonios».

16 Otros, con la intención de poner a Jesús a prueba, le exigían que les mostrara alguna señal milagrosa del cielo para demostrar su autoridad.

17 Jesús conocía sus pensamientos, así que dijo:«Todo reino dividido por una guerra civil está condenado al fracaso. Una familia dividida por peleas se desintegrará.

18 Ustedes dicen que mi poder proviene de Satanás, pero si Satanás está dividido y pelea contra sí mismo, ¿cómo puede sobrevivir su reino?

19 Entonces, si mi poder proviene de Satanás, ¿qué me dicen de sus propios exorcistas quienes también expulsan demonios? Así que ellos los condenarán a ustedes por lo que acaban de decir.

20 Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el poder de Dios,entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes.

21 Cuando un hombre fuerte está armado y protege su palacio, sus posesiones están seguras,

22 hasta que alguien aún más fuerte lo ataca y lo vence, le quita sus armas y se lleva sus pertenencias.

23 »El que no está conmigo a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra.

24 »Cuando un espíritu malignosale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero como no lo encuentra, dice: “Volveré a la persona de la cual salí”.

25 De modo que regresa y encuentra que su antigua casa está barrida y en orden.

26 Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes».

27 Mientras él hablaba, una mujer de la multitud exclamó: «¡Que Dios bendiga a tu madre, el vientre del cual saliste y los pechos que te amamantaron!».

28 Jesús respondió:«Pero aún más bendito es todo el que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica».

La señal de Jonás

29 Al apretujarse la multitud contra Jesús, él dijo:«Esta generación maligna sigue pidiéndome que le muestre una señal milagrosa, pero la única que le daré será la señal de Jonás.

30 Lo que le sucedió a él fue una señal para los habitantes de Nínive de que Dios lo había enviado. Lo que le suceda al Hijo del Hombreserá una señal para la gente de este tiempo de que él fue enviado por Dios.

31 »El día del juicio, la reina de Sabase levantará contra esta generación y la condenará, porque vino de una tierra lejana para oír la sabiduría de Salomón. Ahora alguien superior a Salomón está aquí, pero ustedes se niegan a escuchar.

32 Los habitantes de Nínive también se levantarán contra esta generación el día del juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse.

La lámpara del cuerpo

33 »Nadie enciende una lámpara y luego la esconde o la pone debajo de una canasta.En cambio, una lámpara se coloca en un lugar alto donde todos los que entren en la casa puedan ver su luz.

34 »Tu ojo es como una lámpara que da luz a tu cuerpo. Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo está enfermo, tu cuerpo está lleno de oscuridad.

35 Asegúrate de que la luz que crees tener no sea en realidad oscuridad.

36 Si estás lleno de luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida será radiante, como si un reflector te llenara con su luz».

Jesús critica a los líderes religiosos

37 Mientras Jesús hablaba, uno de los fariseos lo invitó a comer en su casa. Jesús fue y se sentó a la mesa.

38 Su anfitrión se sorprendió de que se sentara a la mesa sin antes realizar la ceremonia de lavarse las manos que exigía la costumbre judía.

39 Entonces el Señor le dijo:«Ustedes, los fariseos, son tan cuidadosos para limpiar la parte exterior de la taza y del plato pero están sucios por dentro, ¡llenos de avaricia y de perversidad!

40 ¡Necios! ¿No hizo Dios tanto el interior como el exterior?

41 Por lo tanto, limpien el interior dando de sus bienes a los pobres, y quedarán completamente limpios.

42 »¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas,pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes.

43 »¡Qué aflicción les espera, fariseos! Pues les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.

44 ¡Sí, qué aflicción les espera! Pues son como tumbas escondidas en el campo. Las personas caminan sobre ellas sin saber de la corrupción que están pisando».

45 —Maestro —le dijo un experto en la ley religiosa—, nos has insultado a nosotros también con lo que has dicho.

46 —Sí—dijo Jesús—,¡qué aflicción les espera también a ustedes, expertos en la ley religiosa! Pues aplastan a la gente bajo el peso de exigencias religiosas insoportables y jamás mueven un dedo para aligerar la carga.

47 ¡Qué aflicción les espera! Pues levantan monumentos a los profetas que sus propios antepasados mataron tiempo atrás.

48 Por lo cual, ustedes quedan como testigos que aprueban lo que hicieron sus antepasados. Ellos mataron a los profetas, ¡y ustedes se convierten en cómplices al edificar los monumentos!

49 Esto es lo que Dios en su sabiduría dijo acerca de ustedes:“Les enviaré profetas y apóstoles, pero ellos matarán a unos y perseguirán a otros”.

50 »Como consecuencia, a esta generación se le hará responsable del asesinato de todos los profetas de Dios desde la creación del mundo,

51 desde el asesinato de Abel hasta el de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario. Sí, de verdad se culpará a esta generación.

52 »¡Qué aflicción les espera a ustedes, expertos en la ley religiosa! Pues le quitan a la gente la llave del conocimiento. Ustedes mismos no entran al reino e impiden que otros entren.

53 Mientras Jesús se retiraba, los maestros de la ley religiosa y los fariseos se pusieron agresivos y trataron de provocarlo con muchas preguntas.

54 Querían tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra.

Lucas 12

Advertencia contra la hipocresía

1 Mientras tanto, las multitudes crecieron hasta que miles de personas se arremolinaban y se atropellaban unas a otras. Jesús primero se dirigió a sus discípulos y les advirtió:«Tengan cuidado con la levadura de los fariseos, es decir, su hipocresía.

2 Llegará el tiempo en que todo lo que está encubierto será revelado y todo lo secreto se dará a conocer a todos.

3 Todo lo que hayan dicho en la oscuridad se oirá a plena luz, y todo lo que hayan susurrado a puerta cerrada, ¡se gritará desde los techos para que todo el mundo lo oiga!

4 »Queridos amigos, no teman a los que quieren matarles el cuerpo; después de eso, no pueden hacerles nada más.

5 Les diré a quién temer: teman a Dios, quien tiene el poder de quitarles la vida y luego arrojarlos al infierno.Claro, él es a quien deben temer.

6 »¿Cuánto cuestan cinco gorriones: dos monedas de cobre? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos.

7 Y, en cuanto a ustedes, cada cabello de su cabeza está contado. Así que no tengan miedo; para Dios ustedes son más valiosos que toda una bandada de gorriones.

8 »Les digo la verdad, a todo el que me reconozca en público aquí en la tierra, el Hijo del Hombretambién lo reconocerá en presencia de los ángeles de Dios.

9 Pero el que me niegue aquí en la tierra será negado delante de los ángeles de Dios.

10 El que hable en contra del Hijo del Hombre puede ser perdonado, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no será perdonado.

11 »Cuando sean sometidos a juicio en las sinagogas y delante de gobernantes y autoridades, no se preocupen por cómo defenderse o qué decir,

12 porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que hay que decir».

Parábola del rico insensato

13 Entonces alguien de la multitud exclamó:

—Maestro, por favor, dile a mi hermano que divida la herencia de nuestro padre conmigo.

14 Jesús le respondió:

—Amigo, ¿quién me puso por juez sobre ustedes para decidir cosas como esa?

15 Y luego dijo:«¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen».

16 Luego les contó una historia:«Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas.

17 Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”.

18 Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes.

19 Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”.

20 »Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”.

21 »Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio».

Enseñanza acerca del dinero y las posesiones

22 Luego, dirigiéndose a sus discípulos, dijo:«Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento para comer o suficiente ropa para vestirse.

23 Pues la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa.

24 Miren los cuervos. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque Dios los alimenta. ¡Y ustedes son para él mucho más valiosos que cualquier pájaro!

25 ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida?

26 Y, si por mucho preocuparse no se logra algo tan pequeño como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes?

27 »Miren cómo crecen los lirios. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos.

28 Y, si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe?

29 »No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a beber. No se preocupen por esas cosas.

30 Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya conoce sus necesidades.

31 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten.

32 »Así que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino.

33 »Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo.

34 Donde esté su tesoro, allí estarán también los deseos de su corazón.

Preparados para la venida del Señor

35 »Estén vestidos, listos para servir y mantengan las lámparas encendidas,

36 como si esperaran el regreso de su amo de la fiesta de bodas. Entonces estarán listos para abrirle la puerta y dejarlo entrar en el momento que llegue y llame.

37 Los siervos que estén listos y a la espera de su regreso serán recompensados. Les digo la verdad, él mismo les indicará dónde sentarse, se pondrá el delantal y les servirá mientras están a la mesa y comen.

38 Puede ser que llegue en la mitad de la noche o durante la madrugada,pero cualquiera sea la hora a la que llegue, recompensará a los siervos que estén preparados.

39 »Entiendan lo siguiente: si el dueño de una casa supiera exactamente a qué hora viene un ladrón, no dejaría que asaltara su casa.

40 Ustedes también deben estar preparados todo el tiempo, porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperen».

41 Pedro preguntó:

—Señor, ¿esa ilustración es solo para nosotros o es para todos?

42 Y el Señor respondió:

—Un siervo fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás siervos y alimentarlos.

43 Si el amo regresa y encuentra que el siervo ha hecho un buen trabajo, habrá una recompensa.

44 Les digo la verdad, el amo pondrá a ese siervo a cargo de todo lo que posee.

45 ¿Pero qué tal si el siervo piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo” y comienza a golpear a los otros siervos, a parrandear y a emborracharse?

46 El amo regresará inesperadamente y sin previo aviso, cortará al siervo en pedazos y lo expulsará junto con los infieles.

47 »Un siervo que sabe lo que su amo quiere, pero no se prepara ni cumple las instrucciones, será severamente castigado.

48 Pero alguien que no lo sabe y hace algo malo, será castigado levemente. Alguien a quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio; y alguien a quien se le ha confiado mucho, aún más se le exigirá.

Jesús causa división

49 »Yo he venido para encender con fuego el mundo, ¡y quisiera que ya estuviera en llamas!

50 Me espera un terrible bautismo de sufrimiento, y estoy bajo una carga pesada hasta que se lleve a cabo.

51 ¿Piensan que vine a traer paz a la tierra? No, ¡vine a causar división entre las personas!

52 De ahora en adelante, las familias estarán divididas, tres a mi favor y dos en mi contra, o dos a favor y tres en contra.

53 “Habrá divisiones, el padre estará contra el hijo

y el hijo contra el padre;

la madre contra la hija

y la hija contra la madre;

la suegra contra la nuera,

y la nuera contra la suegra”.

54 Entonces Jesús se dirigió a la multitud y dijo:«Cuando ustedes ven que se forman nubes en el occidente, dicen: “Viene la lluvia”. Y tienen razón.

55 Cuando sopla viento del sur, dicen: “Hoy será un día de mucho calor”. Y así sucede.

56 ¡Necios! Saben interpretar las señales del clima en la tierra y en los cielos, pero no saben interpretar los tiempos presentes.

57 »¿Por qué no pueden decidir por ustedes mismos lo que es correcto?

58 Cuando vayan camino al juicio con el que los acusa, traten de resolver el asunto antes de llegar. De no ser así, su acusador podría arrastrarlos ante el juez, quien los entregará a un oficial, que los meterá en la cárcel.

59 Y, si eso sucede, no los pondrán en libertad hasta que hayan pagado el último centavo».

Lucas 13

Un llamado al arrepentimiento

1 En esos días, le informaron a Jesús que Pilato había asesinado a varias personas de Galilea mientras ofrecían sacrificios en el templo.

2 «¿Piensan que esos galileos eran peores pecadores que todas las demás personas de Galilea?—preguntó Jesús—.¿Por eso sufrieron?

3 ¡De ninguna manera! Y ustedes también perecerán a menos que se arrepientan de sus pecados y vuelvan a Dios.

4 ¿Y qué piensan de los dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima? ¿Acaso eran los peores pecadores de Jerusalén?

5 No, y les digo de nuevo, a menos que se arrepientan, ustedes también perecerán».

Parábola de la higuera estéril

6 Luego Jesús les contó la siguiente historia:«Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado.

7 Finalmente le dijo al jardinero: “Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, solo ocupa espacio en mi jardín”.

8 »El jardinero respondió: “Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante.

9 Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla”».

Jesús sana en el día de descanso

10 Cierto día de descanso, mientras Jesús enseñaba en la sinagoga,

11 vio a una mujer que estaba lisiada a causa de un espíritu maligno. Había estado encorvada durante dieciocho años y no podía ponerse derecha.

12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:«Apreciada mujer, ¡estás sanada de tu enfermedad!».

13 Luego la tocó y, al instante, ella pudo enderezarse. ¡Cómo alabó ella a Dios!

14 En cambio, el líder a cargo de la sinagoga se indignó de que Jesús la sanara en un día de descanso. «Hay seis días en la semana para trabajar —dijo a la multitud—. Vengan esos días para ser sanados, no el día de descanso».

15 Así que el Señor respondió:«¡Hipócritas! Cada uno de ustedes trabaja el día de descanso. ¿Acaso no desatan su buey o su burro y lo sacan del establo el día de descanso y lo llevan a tomar agua?

16 Esta apreciada mujer, una hija de Abraham, estuvo esclavizada por Satanás durante dieciocho años. ¿No es justo que sea liberada, aun en el día de descanso?».

17 Esto avergonzó a sus enemigos, pero toda la gente se alegraba de las cosas maravillosas que él hacía.

Parábola de la semilla de mostaza

18 Entonces Jesús dijo:«¿A qué se parece el reino de Dios? ¿Cómo puedo ilustrarlo?

19 Es como una pequeña semilla de mostaza que un hombre sembró en un jardín; crece y se convierte en un árbol, y los pájaros hacen nidos en las ramas».

Parábola de la levadura

20 También preguntó:«¿A qué otra cosa se parece el reino de Dios?

21 Es como la levadura que utilizó una mujer para hacer pan. Aunque puso solo una pequeña porción de levadura en tres medidas de harina, la levadura impregnó toda la masa».

La puerta angosta

22 Jesús iba enseñando por ciudades y aldeas mientras seguía adelante, camino a Jerusalén.

23 Alguien le preguntó:

—Señor, ¿solo unos pocos se salvarán?

Él contestó:

24 —Esfuércense por entrar por la puerta angosta del reino de Dios, porque muchos tratarán de entrar pero fracasarán.

25 Cuando el señor de la casa haya cerrado la puerta, será demasiado tarde. Ustedes quedarán afuera llamando y rogando: “¡Señor, ábrenos la puerta!”, pero él contestará: “No los conozco ni sé de dónde vienen”.

26 Entonces ustedes dirán: “Pero comimos y bebimos contigo, y enseñaste en nuestras calles”.

27 Entonces él responderá: “Les digo que no sé quiénes son ni de dónde vienen. Aléjense de mí, todos ustedes que hacen maldad”.

28 »Habrá llanto y rechinar de dientes, porque verán a Abraham y a Isaac y a Jacob junto con todos los profetas en el reino de Dios, pero ustedes serán echados fuera.

29 Y vendrán personas de todas partes del mundo —del oriente y del occidente, del norte y del sur— para ocupar sus lugares en el reino de Dios.

30 Y tomen en cuenta lo siguiente: algunos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes, y algunos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes.

Lamento de Jesús por Jerusalén

31 En ese tiempo, algunos fariseos le dijeron:

—¡Sal de aquí si quieres vivir! ¡Herodes Antipas quiere matarte!

32 Jesús respondió:

—Vayan y díganle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y sanando a la gente hoy y mañana; y al tercer día cumpliré mi propósito.

33 Sí, hoy, mañana y pasado mañana debo seguir mi camino. Pues, después de todo, ¡no se debe matar a un profeta de Dios en un lugar que no sea Jerusalén!

34 »¡Oh, Jerusalén, Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas y apedrea a los mensajeros de Dios! Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina protege a sus pollitos debajo de sus alas, pero no me dejaste.

35 Y ahora, mira, tu casa está abandonada. Y no volverás a verme hasta que digas: “Bendiciones al que viene en el nombre delSeñor”.

Lucas 14

Jesús sana en el día de descanso

1 Cierto día de descanso, Jesús fue a cenar en la casa de un líder de los fariseos, y la gente lo observaba de cerca.

2 Había allí un hombre que tenía hinchados los brazos y las piernas.

3 Jesús preguntó a los fariseos y a los expertos de la ley religiosa:«¿Permite o no la ley sanar a la gente el día de descanso?».

4 Como ellos se negaron a contestar, Jesús tocó al hombre enfermo, lo sanó y lo despidió.

5 Después se dirigió a ellos y dijo:«¿Quién de ustedes no trabaja el día de descanso? Si tu hijoo tu buey cae en un pozo, ¿acaso no corres para sacarlo?».

6 Una vez más, ellos no pudieron responder.

Jesús enseña acerca de la humildad

7 Cuando Jesús vio que todos los invitados a la cena trataban de sentarse en los lugares de honor, cerca de la cabecera de la mesa, les dio el siguiente consejo:

8 «Cuando te inviten a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor. ¿Qué pasaría si invitaron a alguien más distinguido que tú?

9 El anfitrión vendría y te diría: “Cédele tu asiento a esta persona”. Te sentirías avergonzado, ¡y tendrías que sentarte en cualquier otro lugar que haya quedado libre al final de la mesa!

10 »Más bien, ocupa el lugar más humilde, al final de la mesa. Entonces, cuando el anfitrión te vea, vendrá y te dirá: “¡Amigo, tenemos un lugar mejor para ti!”. Entonces serás honrado delante de todos los demás invitados.

11 Pues aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados».

12 Luego Jesús se dirigió al anfitrión:«Cuando ofrezcas un almuerzo o des un banquete—le dijo—,no invites a tus amigos, hermanos, parientes y vecinos ricos. Pues ellos también te invitarán a ti, y esa será tu única recompensa.

13 Al contrario, invita al pobre, al lisiado, al cojo y al ciego.

14 Luego, en la resurrección de los justos, Dios te recompensará por invitar a los que no podían devolverte el favor».

Parábola de la gran fiesta

15 Al oír esto, un hombre que estaba sentado a la mesa con Jesús exclamó: «¡Qué bendición será participar de un banqueteen el reino de Dios!».

16 Jesús respondió con la siguiente historia:«Un hombre preparó una gran fiesta y envió muchas invitaciones.

17 Cuando el banquete estuvo listo, envió a su sirviente a decirles a los invitados: “Vengan, el banquete está preparado”;

18 pero todos comenzaron a poner excusas. Uno dijo: “Acabo de comprar un campo y debo ir a inspeccionarlo. Por favor, discúlpame”.

19 Otro dijo: “Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y quiero ir a probarlas. Por favor, discúlpame”.

20 Otro dijo: “Acabo de casarme, así que no puedo ir”.

21 »El sirviente regresó y le informó a su amo lo que le habían dicho. Su amo se puso furioso y le dijo: “Ve rápido a las calles y callejones de la ciudad e invita a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos”.

22 Después de hacerlo, el sirviente informó: “Todavía queda lugar para más personas”.

23 Entonces su amo dijo: “Ve por los senderos y detrás de los arbustos y a cualquiera que veas, insístele que venga para que la casa esté llena.

24 Pues ninguno de mis primeros invitados probará ni una migaja de mi banquete”».

El costo de ser discípulo

25 Una gran multitud seguía a Jesús. Él se dio vuelta y les dijo:

26 «Si quieres ser mi discípulo, debes aborrecer a los demás —a tu padre y madre, esposa e hijos, hermanos y hermanas— sí, hasta tu propia vida. De lo contrario, no puedes ser mi discípulo.

27 Además, si no cargas tu propia cruz y me sigues, no puedes ser mi discípulo.

28 »Sin embargo, no comiences sin calcular el costo. Pues, ¿quién comenzaría a construir un edificio sin primero calcular el costo para ver si hay suficiente dinero para terminarlo?

29 De no ser así, tal vez termines solamente los cimientos antes de quedarte sin dinero, y entonces todos se reirán de ti.

30 Dirán: “¡Ahí está el que comenzó un edificio y no pudo terminarlo!”.

31 »¿O qué rey entraría en guerra con otro rey sin primero sentarse con sus consejeros para evaluar si su ejército de diez mil puede vencer a los veinte mil soldados que marchan contra él?

32 Y, si no puede, enviará una delegación para negociar las condiciones de paz mientras el enemigo todavía esté lejos.

33 Así que no puedes convertirte en mi discípulo sin dejar todo lo que posees.

34 »La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿cómo la harán salada de nuevo?

35 La sal sin sabor no sirve ni para la tierra ni para el abono. Se tira. ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!».

Lucas 15

Parábola de la oveja perdida

1 Los cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama a menudo venían a escuchar las enseñanzas de Jesús.

2 Por eso los fariseos y los maestros de la ley religiosa se quejaban de que Jesús se juntaba con semejantes pecadores, ¡y hasta comía con ellos!

3 Entonces Jesús les contó la siguiente historia:

4 «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre?

5 Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa.

6 Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”.

7 De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!

Parábola de la moneda perdida

8 »O supongamos que una mujer tiene diez monedas de platay pierde una. ¿No encenderá una lámpara y barrerá toda la casa y buscará con cuidado hasta que la encuentre?

9 Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida!”.

10 De la misma manera, hay alegría en presencia de los ángeles de Dios cuando un solo pecador se arrepiente».

Parábola del hijo perdido

11 Para ilustrar mejor esa enseñanza, Jesús les contó la siguiente historia:«Un hombre tenía dos hijos.

12 El hijo menor le dijo al padre: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos.

13 »Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada.

14 Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país, y él comenzó a morirse de hambre.

15 Convenció a un agricultor local de que lo contratara, y el hombre lo envió al campo para que diera de comer a sus cerdos.

16 El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada.

17 »Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre!

18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

19 Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero’”.

20 »Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.

21 Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”.

22 »Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies.

23 Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete,

24 porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.

25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando regresó, oyó el sonido de música y baile en la casa,

26 y preguntó a uno de los sirvientes qué pasaba.

27 “Tu hermano ha vuelto —le dijo—, y tu padre mató el ternero engordado. Celebramos porque llegó a salvo”.

28 »El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara,

29 pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos.

30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!”.

31 »Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo.

32 Teníamos que celebrar este día feliz. ¡Pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida! ¡Estaba perdido y ahora ha sido encontrado!”».

Lucas 16

Parábola del administrador astuto

1 Jesús les contó la siguiente historia a sus discípulos:«Había cierto hombre rico que tenía un administrador que manejaba sus negocios. Un día llegó la noticia de que el administrador estaba malgastando el dinero de su patrón.

2 Entonces el patrón lo llamó y le dijo: “¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Prepara un informe final porque voy a despedirte”.

3 »El administrador pensó: “¿Y ahora qué haré? Mi jefe me ha despedido. No tengo fuerzas para cavar zanjas y soy demasiado orgulloso para mendigar.

4 Ah, ya sé cómo asegurarme de que tendré muchos amigos que me recibirán en sus casas cuando mi patrón me despida”.

5 »Entonces invitó a todo el que le debía dinero a su patrón para conversar sobre la situación. Le preguntó al primero: “¿Cuánto debes a mi patrón?”.

6 El hombre contestó: “Le debo cien medidas de aceite de oliva”. Entonces el administrador le dijo: “Toma la factura y cámbiala a cincuenta medidas”.

7 »Le preguntó al siguiente: “¿Cuánto le debes tú?”. “Le debo cien medidas de trigo”, respondió. “Toma la factura y cámbiala a ochenta medidas”, le dijo.

8 »El hombre rico tuvo que admirar a este pícaro deshonesto por su astucia. Y la verdad es que los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz al lidiar con el mundo que los rodea.

9 Aquí está la lección: usen sus recursos mundanos para beneficiar a otros y para hacer amigos. Entonces, cuando esas posesiones se acaben, ellos les darán la bienvenida a un hogar eterno.

10 »Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes.

11 Entonces, si no son confiables con las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas del cielo?;

12 y si no son fieles con las cosas de otras personas, ¿por qué se les debería confiar lo que es de ustedes?

13 »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero».

14 Los fariseos, que amaban mucho su dinero, oyeron todo eso y se burlaron de Jesús.

15 Entonces él les dijo:«A ustedes les encanta aparecer como personas rectas en público, pero Dios conoce el corazón. Lo que este mundo honra es detestable a los ojos de Dios.

16 »Hasta el tiempo de Juan el Bautista, la ley de Moisés y el mensaje de los profetas fueron sus guías; pero ahora se predica la Buena Noticia del reino de Dios, y todos están ansiosos por entrar.

17 Eso no significa que la ley haya perdido su fuerza. Es más fácil que el cielo y la tierra desaparezcan, a que el más pequeño punto de la ley de Dios sea anulado.

18 »Por ejemplo, un hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio; y el que se case con una mujer divorciada de su esposo comete adulterio».

Parábola del rico y Lázaro

19 Jesús dijo:«Había un hombre rico que se vestía con gran esplendor en púrpura y lino de la más alta calidad y vivía rodeado de lujos.

20 Tirado a la puerta de su casa había un hombre pobre llamado Lázaro, quien estaba cubierto de llagas.

21 Mientras Lázaro estaba tendido, deseando comer las sobras de la mesa del hombre rico, los perros venían y le lamían las llagas abiertas.

22 »Con el tiempo, el hombre pobre murió y fue llevado por los ángeles para que se sentara junto a Abraham en el banquete celestial.El hombre rico también murió y fue enterrado,

23 y fue al lugar de los muertos.Allí, en medio del tormento, vio a Abraham a lo lejos con Lázaro junto a él.

24 »El hombre rico gritó: “¡Padre Abraham, ten piedad! Envíame a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua. Estoy en angustia en estas llamas”.

25 »Abraham le dijo: “Hijo, recuerda que tuviste todo lo que quisiste durante tu vida, y Lázaro no tuvo nada. Ahora él está aquí recibiendo consuelo y tú estás en angustia.

26 Además, hay un gran abismo que nos separa. Ninguno de nosotros puede cruzar hasta allí, y ninguno de ustedes puede cruzar hasta aquí”.

27 »Entonces el hombre rico dijo: “Por favor, padre Abraham, al menos envíalo a la casa de mi padre.

28 Tengo cinco hermanos y quiero advertirles que no terminen en este lugar de tormento”.

29 »Abraham le dijo: “Moisés y los profetas ya les advirtieron. Tus hermanos pueden leer lo que ellos escribieron”.

30 »El hombre rico respondió: “¡No, padre Abraham! Pero si se les envía a alguien de los muertos ellos se arrepentirán de sus pecados y volverán a Dios”.

31 »Pero Abraham le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se persuadirán por más que alguno se levantara de los muertos”».

Lucas 17

Enseñanzas acerca del perdón y la fe

1 Cierto día, Jesús dijo a sus discípulos:«Siempre habrá tentaciones para pecar, ¡pero qué aflicción le espera a la persona que provoca la tentación!

2 Sería mejor que se arrojara al mar con una piedra de molino alrededor del cuello que hacer que uno de estos pequeños caiga en pecado.

3 Así que, ¡cuídense!

»Si un creyentepeca, repréndelo; luego, si hay arrepentimiento, perdónalo.

4 Aun si la persona te agravia siete veces al día y cada vez regresa y te pide perdón, debes perdonarla».

5 Los apóstoles le dijeron al Señor:

—Muéstranos cómo aumentar nuestra fe.

6 El Señor respondió:

—Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol de moras: “Desarráigate y plántate en el mar”, ¡y les obedecería!

7 »Cuando un sirviente vuelve de arar o de cuidar las ovejas, ¿acaso su patrón le dice: “Ven y come conmigo”?

8 No, le dirá: “Prepara mi comida, ponte el delantal y sírveme mientras como. Luego puedes comer tú”.

9 ¿Y le agradece el amo al sirviente por hacer lo que se le dijo que hiciera? Por supuesto que no.

10 De la misma manera, cuando ustedes me obedecen, deben decir: “Somos siervos indignos que simplemente cumplimos con nuestro deber”.

Diez leprosos son sanados

11 Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria.

12 Al entrar en una aldea, diez leprosos se quedaron a la distancia,

13 gritando:

—¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros!

14 Jesús los miró y dijo:

—Vayan y preséntense a los sacerdotes.

Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra.

15 Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!».

16 Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano.

17 Jesús preguntó:«¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve?

18 ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?».

19 Y Jesús le dijo al hombre:«Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado».

La venida del reino

20 Un día, los fariseos le preguntaron a Jesús:

—¿Cuándo vendrá el reino de Dios?

Jesús contestó:

—No pueden descubrir el reino de Dios por medio de señales visibles.

21 Nunca podrán decir: “¡Aquí está!” o “¡Está por allí!”, porque el reino de Dios ya está entre ustedes.

22 Entonces dijo a sus discípulos:«Se acerca el tiempo en que desearán ver el día que el Hijo del Hombre regrese,pero no lo verán.

23 Algunos les dirán: “Miren, allí está el Hijo del Hombre” o “Aquí está”, pero no los sigan.

24 Pues, así como el relámpago destella e ilumina el cielo de un extremo a otro, así será el díacuando venga el Hijo del Hombre.

25 Pero primero el Hijo del Hombre tiene que sufrir terriblementey ser rechazado por esta generación.

26 »Cuando el Hijo del Hombre regrese, será como en los días de Noé.

27 En esos días, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé entró en su barco y llegó el diluvio y los destruyó a todos.

28 »El mundo será como en los días de Lot, cuando las personas se ocupaban de sus quehaceres diarios —comían y bebían, compraban y vendían, cultivaban y edificaban—

29 hasta la mañana en que Lot salió de Sodoma. Entonces llovió del cielo fuego y azufre ardiente, y destruyó a todos.

30 Sí, será “todo como siempre” hasta el día en que se manifieste el Hijo del Hombre.

31 Ese día, la persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar. La persona que esté en el campo no regrese a su casa.

32 ¡Recuerden lo que le pasó a la esposa de Lot!

33 Si se aferran a su vida, la perderán; pero si dejan de aferrarse a su vida, la salvarán.

34 Esa noche, dos personas estarán durmiendo en una misma cama; una será llevada y la otra, dejada.

35 Dos mujeres estarán moliendo harina juntas en un molino; una será llevada, la otra será dejada».

37 Los discípulos le preguntaron:

—¿Dónde sucederá eso, Señor?

Jesús les contestó:

—Así como los buitres, cuando se juntan, indican que hay un cadáver cerca, de la misma manera, esas señales revelan que el fin está cerca.

Lucas 18

Parábola de la viuda persistente

1 Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos.

2 «Había un juez en cierta ciudad—dijo—,que no tenía temor de Dios ni se preocupaba por la gente.

3 Una viuda de esa ciudad acudía a él repetidas veces para decirle: “Hágame justicia en este conflicto con mi enemigo”.

4 Durante un tiempo, el juez no le hizo caso, hasta que finalmente se dijo a sí mismo: “No temo a Dios ni me importa la gente,

5 pero esta mujer me está volviendo loco. Me ocuparé de que reciba justicia, ¡porque me está agotando con sus constantes peticiones!”».

6 Entonces el Señor dijo:«Aprendan una lección de este juez injusto.

7 Si hasta él dio un veredicto justo al final, ¿acaso no creen que Dios hará justicia a su pueblo escogido que clama a él día y noche? ¿Seguirá aplazando su respuesta?

8 Les digo, ¡él pronto les hará justicia! Pero cuando el Hijo del Hombreregrese, ¿a cuántas personas con fe encontrará en la tierra?».

Parábola del fariseo y el cobrador de impuestos

9 Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en su propia rectitud y despreciaban a los demás:

10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos.

11 El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración:“Te agradezco, Dios, que no soy como otros: tramposos, pecadores, adúlteros. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos!

12 Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.

13 »En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba, sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”.

14 Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados».

Jesús bendice a los niños

15 Cierto día, algunos padres llevaron a sus hijitos a Jesús para que él los tocara y los bendijera; pero cuando los discípulos vieron esto, regañaron a los padres por molestarlo.

16 Entonces Jesús llamó a los niños y dijo a los discípulos:«Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños.

17 Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él».

El hombre rico

18 Cierta vez, un líder religioso le hizo a Jesús la siguiente pregunta:

—Maestro bueno, ¿qué debería hacer para heredar la vida eterna?

19 —¿Por qué me llamas bueno?—le preguntó Jesús—.Solo Dios es verdaderamente bueno;

20 pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: “No cometas adulterio; no cometas asesinato; no robes; no des falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre”.

21 El hombre respondió:

—He obedecido todos esos mandamientos desde que era joven.

22 Cuando Jesús oyó su respuesta, le dijo:

—Hay una cosa que todavía no has hecho. Vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.

23 Cuando el hombre oyó esto, se puso triste porque era muy rico.

24 Jesús lo vioy dijo:«¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!

25 De hecho, ¡es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios!».

26 Los que lo oyeron, dijeron: «Entonces, ¿quién podrá ser salvo?».

27 Él contestó:«Lo que es imposible para los seres humanos es posible para Dios».

28 Pedro dijo:

—Nosotros hemos dejado nuestros hogares para seguirte.

29 —Así es—respondió Jesús—,y les aseguro que todo el que haya dejado casa o esposa o hermanos o padres o hijos por causa del reino de Dios

30 recibirá mucho más en esta vida y tendrá la vida eterna en el mundo que vendrá.

Jesús predice otra vez su muerte

31 Jesús llevó a los doce discípulos aparte y dijo:«Escuchen, subimos a Jerusalén, donde todas las predicciones de los profetas acerca del Hijo del Hombre se harán realidad.

32 Será entregado a los romanos,y se burlarán de él, lo tratarán de manera vergonzosa y lo escupirán.

33 Lo azotarán con un látigo y lo matarán, pero al tercer día resucitará».

34 Sin embargo, ellos no entendieron nada de esto. La importancia de sus palabras estaba oculta de ellos, y no captaron lo que decía.

Jesús sana a un mendigo ciego

35 Al acercarse Jesús a Jericó, un mendigo ciego estaba sentado junto al camino.

36 Cuando oyó el ruido de la multitud que pasaba, preguntó qué sucedía.

37 Le dijeron que Jesús de Nazaretpasaba por allí.

38 Entonces comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!».

39 «¡Cállate!», le gritaba la gente que estaba más adelante.

Sin embargo, él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

40 Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y ordenó que le trajeran al hombre. Al acercarse el ciego, Jesús le preguntó:

41 —¿Qué quieres que haga por ti?

—Señor —le dijo—, ¡quiero ver!

42 Jesús le dijo:

—Bien, recibe la vista. Tu fe te ha sanado.

43 Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús mientras alababa a Dios. Y todos los que lo vieron también alabaron a Dios.