Marcos 5

Jesús sana a un hombre endemoniado

1 Entonces llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos.

2 Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu malignosalió de entre las tumbas a su encuentro.

3 Este hombre vivía en las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.

4 Siempre que lo ataban con cadenas y grilletes —lo cual le hacían a menudo—, él rompía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie con suficiente fuerza para someterlo.

5 Día y noche vagaba entre las cuevas donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose con piedras afiladas.

6 Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió a su encuentro y se inclinó delante de él.

7 Dando un alarido, gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre de Dios, te suplico que no me tortures!».

8 Pues Jesús ya le había dicho al espíritu:«Sal de este hombre, espíritu maligno».

9 Entonces Jesús le preguntó:

—¿Cómo te llamas?

Y él contestó:

—Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.

10 Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano.

11 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana.

12 «Envíanos a esos cerdos —suplicaron los espíritus—. Déjanos entrar en ellos».

13 Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.

14 Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían. La gente salió corriendo para ver lo que había pasado.

15 Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo.

16 Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre poseído por los demonios y con los cerdos;

17 y la multitud comenzó a rogarle a Jesús que se fuera y los dejara en paz.

18 Mientras Jesús entraba en la barca, el hombre que había estado poseído por los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo.

19 Pero Jesús le dijo:«No. Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo».

20 Así que el hombre salió a visitar las Diez Ciudadesde esa región y comenzó a proclamar las grandes cosas que Jesús había hecho por él; y todos quedaban asombrados de lo que les decía.

Jesús sana en respuesta a la fe

21 Jesús entró de nuevo en la barca y regresó al otro lado del lago, donde una gran multitud se juntó alrededor de él en la orilla.

22 Entonces llegó uno de los líderes de la sinagoga local, llamado Jairo. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies

23 y le rogó con fervor: «Mi hijita se está muriendo —dijo—. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva».

24 Jesús fue con él, y toda la gente lo siguió, apretujada a su alrededor.

25 Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua.

26 Había sufrido mucho con varios médicos y, a lo largo de los años, había gastado todo lo que tenía para poder pagarles, pero nunca mejoró. De hecho, se puso peor.

27 Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica.

28 Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana».

29 Al instante, la hemorragia se detuvo, y ella pudo sentir en su cuerpo que había sido sanada de su terrible condición.

30 Jesús se dio cuenta de inmediato de que había salido poder sanador de él, así que se dio vuelta y preguntó a la multitud:«¿Quién tocó mi túnica?».

31 Sus discípulos le dijeron: «Mira a la multitud que te apretuja por todos lados. ¿Cómo puedes preguntar: “¿Quién me tocó?”?».

32 Sin embargo, él siguió mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho.

33 Entonces la mujer, asustada y temblando al darse cuenta de lo que le había pasado, se le acercó y se arrodilló delante de él y le confesó lo que había hecho.

34 Y él le dijo:«Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento».

35 Mientras él todavía hablaba con ella, llegaron mensajeros de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijeron: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro».

36 Jesús oyólo que decían y le dijo a Jairo:«No tengas miedo. Solo ten fe».

37 Jesús detuvo a la multitud y no dejó que nadie fuera con él excepto Pedro, Santiago y Juan (el hermano de Santiago).

38 Cuando llegaron a la casa del líder de la sinagoga, Jesús vio el alboroto y que había muchos llantos y lamentos.

39 Entró y preguntó:«¿Por qué tanto alboroto y llanto? La niña no está muerta; solo duerme».

40 La gente se rió de él; pero él hizo que todos salieran y llevó al padre y a la madre de la muchacha y a sus tres discípulos a la habitación donde estaba la niña.

41 La tomó de la mano y le dijo:«Talita cum»,que significa«¡Niña, levántate!».

42 Entonces la niña, que tenía doce años, ¡enseguida se puso de pie y caminó! Los presentes quedaron conmovidos y totalmente asombrados.

43 Jesús dio órdenes estrictas de que no le dijeran a nadie lo que había sucedido y entonces les dijo que le dieran de comer a la niña.

Marcos 6

Jesús es rechazado en Nazaret

1 Jesús salió de esa región y regresó con sus discípulos a Nazaret, su pueblo.

2 El siguiente día de descanso, comenzó a enseñar en la sinagoga, y muchos de los que lo oían quedaban asombrados. Preguntaban: «¿De dónde sacó toda esa sabiduría y el poder para realizar semejantes milagros?».

3 Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de Maríay hermano de Santiago, José,Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él.

4 Entonces Jesús les dijo:«Un profeta recibe honra en todas partes menos en su propio pueblo y entre sus parientes y su propia familia».

5 Y, debido a la incredulidad de ellos, Jesús no pudo hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos sobre algunos enfermos y sanarlos.

6 Y estaba asombrado de su incredulidad.

Jesús envía a los doce discípulos

Después Jesús fue de aldea en aldea enseñando a la gente.

7 Reunió a sus doce discípulos, comenzó a enviarlos de dos en dos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos.

8 Les dijo que no llevaran nada para el viaje —ni comida, ni bolso de viaje, ni dinero— sino solo un bastón.

9 Les permitió llevar sandalias pero no una muda de ropa.

10 Les dijo:«Por todo lugar que vayan, quédense en la misma casa hasta salir de la ciudad.

11 Pero si en algún lugar se niegan a recibirlos o a escucharlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».

12 Entonces los discípulos salieron y decían a todos que se arrepintieran de sus pecados y volvieran a Dios.

13 También expulsaban muchos demonios y sanaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite de oliva.

Muerte de Juan el Bautista

14 El rey Herodes Antipas pronto oyó hablar de Jesús, porque todos hablaban de él. Algunos decían:«Este debe ser Juan el Bautista que resucitó de los muertos. Por eso puede hacer semejantes milagros».

15 Otros decían: «Es Elías». Incluso otros afirmaban: «Es un profeta como los grandes profetas del pasado».

16 Cuando Herodes oyó hablar de Jesús, dijo: «Juan, el hombre que yo decapité, ha regresado de los muertos».

17 Pues Herodes había enviado soldados para arrestar y encarcelar a Juan para hacerle un favor a Herodías. Él se casó con ella a pesar de que era esposa de su hermano, Felipe.

18 Juan le había estado diciendo a Herodes: «Es contra la ley de Dios que te cases con la esposa de tu hermano».

19 Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y quería matarlo; pero sin el visto bueno de Herodes, ella no podía hacer nada,

20 porque Herodes respetaba a Juan y lo protegía porque sabía que era un hombre bueno y santo. Herodes se inquietaba mucho siempre que hablaba con Juan, pero aun así le gustaba escucharlo.

21 Finalmente, Herodías tuvo su oportunidad en el cumpleaños de Herodes. Él dio una fiesta para los altos funcionarios de su gobierno, los oficiales del ejército y los ciudadanos prominentes de Galilea.

22 Luego la hija del rey, también llamada Herodías,entró y bailó una danza que agradó mucho a Herodes y a sus invitados. «Pídeme lo que quieras —le dijo el rey a la muchacha— y te lo daré».

23 Incluso juró: «Te daré cualquier cosa que me pidas, ¡hasta la mitad de mi reino!».

24 Ella salió y le preguntó a su madre:

—¿Qué debo pedir?

Su madre le dijo:

—¡Pide la cabeza de Juan el Bautista!

25 Así que la muchacha regresó de prisa y le dijo al rey:

—¡Quiero ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja!

26 Entonces el rey se arrepintió profundamente de lo que había dicho, pero debido a los juramentos que había hecho delante de sus invitados, no le podía negar lo que pedía.

27 Así que envió de inmediato a un verdugo a la prisión para que le cortara la cabeza a Juan y luego se la trajera. El soldado decapitó a Juan en la prisión,

28 trajo su cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha, quien se la llevó a su madre.

29 Cuando los discípulos de Juan oyeron lo que había sucedido, fueron a buscar el cuerpo y lo pusieron en una tumba.

Jesús alimenta a cinco mil

30 Los apóstoles regresaron de su viaje y le contaron a Jesús todo lo que habían hecho y enseñado.

31 Entonces Jesús les dijo:«Vayamos solos a un lugar tranquilo para descansar un rato».Lo dijo porque había tanta gente que iba y venía que Jesús y sus apóstoles no tenían tiempo ni para comer.

32 Así que salieron en la barca a un lugar tranquilo, donde pudieran estar a solas;

33 pero muchos los reconocieron y los vieron salir, y gente de muchos pueblos corrió a lo largo de la orilla y llegó antes que ellos.

34 Cuando Jesús salió de la barca, vio a la gran multitud y tuvo compasión de ellos porque eran como ovejas sin pastor. Entonces comenzó a enseñarles muchas cosas.

35 Al atardecer, los discípulos se le acercaron y le dijeron:

—Este es un lugar alejado y ya se está haciendo tarde.

36 Despide a las multitudes para que puedan ir a las granjas y aldeas cercanas a comprar algo de comer.

37 Jesús les dijo:

—Denles ustedes de comer.

—¿Con qué? —preguntaron—. ¡Tendríamos que trabajar durante meses para ganar suficientea fin de comprar comida para toda esta gente!

38 —¿Cuánto pan tienen?—preguntó—.Vayan y averigüen.

Ellos regresaron e informaron:

—Tenemos cinco panes y dos pescados.

39 Entonces Jesús les dijo a los discípulos que sentaran a la gente en grupos sobre la hierba verde.

40 Así que se sentaron en grupos de cincuenta y de cien.

41 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró hacia el cielo y los bendijo. Luego, a medida que partía los panes en trozos, se los daba a sus discípulos para que los distribuyeran entre la gente. También dividió los pescados para que cada persona tuviera su porción.

42 Todos comieron cuanto quisieron,

43 y después los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró de pan y pescado.

44 Un total de cinco mil hombres y sus familias se alimentaron.

Jesús camina sobre el agua

45 Inmediatamente después, Jesús insistió en que sus discípulos regresaran a la barca y comenzaran a cruzar el lago hacia Betsaida mientras él enviaba a la gente a casa.

46 Después de despedirse de la gente, subió a las colinas para orar a solas.

47 Muy tarde esa misma noche, los discípulos estaban en la barca en medio del lago y Jesús estaba en tierra, solo.

48 Jesús vio que ellos se encontraban en serios problemas, pues remaban con mucha fuerza y luchaban contra el viento y las olas. A eso de las tres de la madrugada,Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua. Su intención era pasarlos de largo,

49 pero cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, gritaron de terror pues pensaron que era un fantasma.

50 Todos quedaron aterrados al verlo.

Pero Jesús les habló de inmediato:«No tengan miedo—dijo—.¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!».

51 Entonces subió a la barca, y el viento se detuvo. Ellos estaban totalmente asombrados

52 porque todavía no entendían el significado del milagro de los panes. Tenían el corazón demasiado endurecido para comprenderlo.

53 Después de cruzar el lago, arribaron a Genesaret. Llevaron la barca hasta la orilla

54 y bajaron. Los habitantes reconocieron a Jesús enseguida

55 y corrieron por toda la región llevando a los enfermos en camillas hasta donde oían que él estaba.

56 Por donde iba —fueran aldeas, ciudades o granjas— le llevaban enfermos a las plazas. Le suplicaban que permitiera a los enfermos tocar al menos el fleco de su túnica, y todos los que tocaban a Jesús eran sanados.

Marcos 7

Jesús enseña acerca de la pureza interior

1 Cierto día, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús.

2 Notaron que algunos de sus discípulos no seguían el ritual judío de lavarse las manos antes de comer.

3 (Los judíos, sobre todo los fariseos, no comen si antes no han derramado agua sobre el hueco de sus manos,como exigen sus tradiciones antiguas.

4 Tampoco comen nada del mercado sin antes sumergir sus manos enagua. Esa es solo una de las tantas tradiciones a las que se han aferrado, tal como el lavado ceremonial de vasos, jarras y vasijas de metal).

5 Entonces los fariseos y maestros de la ley religiosa le preguntaron:

—¿Por qué tus discípulos no siguen nuestra antigua tradición? Ellos comen sin antes realizar la ceremonia de lavarse las manos.

6 Jesús contestó:

—¡Hipócritas! Isaías tenía razón cuando profetizó acerca de ustedes, porque escribió:

“Este pueblo me honra con sus labios,

pero su corazón está lejos de mí.

7 Su adoración es una farsa

porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios”.

8 Pues ustedes pasan por alto la ley de Dios y la reemplazan con su propia tradición.

9 Entonces dijo:

—Ustedes esquivan hábilmente la ley de Dios para aferrarse a su propia tradición.

10 Por ejemplo, Moisés les dio la siguiente ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu madre”y “Cualquiera que hable irrespetuosamente de su padre o de su madre tendrá que morir”.

11 Sin embargo, ustedes dicen que está bien que uno le diga a sus padres: “Lo siento, no puedo ayudarlos porque he jurado darle a Dios lo que les hubiera dado a ustedes”.

12 De esta manera, ustedes permiten que la gente desatienda a sus padres necesitados.

13 Y entonces anulan la palabra de Dios para transmitir su propia tradición. Y este es solo un ejemplo entre muchos otros.

14 Luego Jesús llamó a la multitud para que se acercara y oyera.«Escuchen, todos ustedes, y traten de entender.

15 Lo que entra en el cuerpo no es lo que los contamina; ustedes se contaminan por lo que sale de su corazón».

17 Luego Jesús entró en una casa para alejarse de la multitud, y sus discípulos le preguntaron qué quiso decir con la parábola que acababa de emplear.

18 «¿Ustedes tampoco entienden?—preguntó—.¿No se dan cuenta de que la comida que introducen en su cuerpo no puede contaminarlos?

19 La comida no entra en su corazón, solo pasa a través del estómago y luego termina en la cloaca».(Al decir eso, declaró que toda clase de comida es aceptable a los ojos de Dios).

20 Y entonces agregó:«Es lo que sale de su interior lo que los contamina.

21 Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato,

22 el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad.

23 Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan».

La fe de una mujer gentil

24 Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro.No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo.

25 Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno,

26 y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija.

Como la mujer era una gentil,nacida en la región de Fenicia que está en Siria,

27 Jesús le dijo:

—Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos.No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros.

28 —Es verdad, Señor —respondió ella—, pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer las sobras del plato de los hijos.

29 —¡Buena respuesta!—le dijo Jesús—.Ahora vete a tu casa, porque el demonio ha salido de tu hija.

30 Cuando ella llegó a su casa, encontró a su hijita tranquila recostada en la cama, y el demonio se había ido.

Jesús sana a un sordo

31 Jesús salió de Tiro y subió hasta Sidón antes de regresar al mar de Galilea y a la región de las Diez Ciudades.

32 Le trajeron a un hombre sordo con un defecto del habla, y la gente le suplicó a Jesús que pusiera sus manos sobre el hombre para sanarlo.

33 Jesús lo llevó aparte de la multitud para poder estar a solas con él. Metió sus dedos en los oídos del hombre. Después escupió sobre sus propios dedos y tocó la lengua del hombre.

34 Mirando al cielo, suspiró y dijo:«Efatá»,que significa«¡Ábranse!».

35 Al instante el hombre pudo oír perfectamente bien y se le desató la lengua, de modo que hablaba con total claridad.

36 Jesús le dijo a la multitud que no lo contaran a nadie, pero cuanto más les pedía que no lo hicieran, tanto más hacían correr la voz.

37 Quedaron completamente asombrados y decían una y otra vez: «Todo lo que él hace es maravilloso. Hasta hace oír a los sordos y da la capacidad de hablar al que no puede hacerlo».

Marcos 8

Jesús alimenta a cuatro mil

1 En esos días, se reunió otra gran multitud, y de nuevo la gente quedó sin alimentos. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

2 —Siento compasión por ellos. Han estado aquí conmigo durante tres días y no les queda nada para comer.

3 Si los envío a sus casas con hambre, se desmayarán en el camino porque algunos han venido desde muy lejos.

4 Sus discípulos respondieron:

—¿Cómo vamos a conseguir comida suficiente para darles de comer aquí en el desierto?

5 —¿Cuánto pan tienen?—preguntó Jesús.

—Siete panes —contestaron ellos.

6 Entonces Jesús le dijo a la gente que se sentara en el suelo. Luego tomó los siete panes, dio gracias a Dios por ellos, los partió en trozos y se los dio a sus discípulos, quienes repartieron el pan entre la multitud.

7 También encontraron unos pescaditos, así que Jesús los bendijo y pidió a sus discípulos que los repartieran.

8 Todos comieron cuanto quisieron. Después los discípulos recogieron siete canastas grandes con la comida que sobró.

9 Ese día había unas cuatro mil personas en la multitud, y Jesús las envió a sus casas luego de que comieron.

10 Inmediatamente después, subió a una barca con sus discípulos y cruzó a la región de Dalmanuta.

Los fariseos exigen una señal milagrosa

11 Cuando los fariseos oyeron que Jesús había llegado, se acercaron y comenzaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba, exigieron que les mostrara una señal milagrosa del cielo que demostrara su autoridad.

12 Cuando Jesús oyó esto, suspiró profundamente en su espíritu y dijo:«¿Por qué esta gente sigue exigiendo una señal milagrosa? Les digo la verdad, no daré ninguna señal a esta generación».

13 Luego regresó a la barca y los dejó y cruzó al otro lado del lago.

La levadura de los fariseos y de Herodes

14 Pero los discípulos se habían olvidado de llevar comida y solo tenían un pan en la barca.

15 Mientras cruzaban el lago, Jesús les advirtió:«¡Atención! ¡Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes!».

16 Al oír esto, comenzaron a discutir entre sí, pues no habían traído nada de pan.

17 Jesús supo lo que hablaban, así que les dijo:

—¿Por qué discuten por no tener pan? ¿Todavía no saben ni entienden? ¿Tienen el corazón demasiado endurecido para comprenderlo?

18 “Tienen ojos, ¿y no pueden ver? Tienen oídos, ¿y no pueden oír?”¿No recuerdan nada en absoluto?

19 Cuando alimenté a los cinco mil con cinco panes, ¿cuántas canastas con sobras recogieron después?

—Doce —contestaron ellos.

20 —Y cuando alimenté a los cuatro mil con siete panes, ¿cuántas canastas grandes con sobras recogieron?

—Siete —dijeron.

21 —¿Todavía no entienden?—les preguntó.

Jesús sana a un ciego

22 Cuando llegaron a Betsaida, algunas personas llevaron a un hombre ciego ante Jesús y le suplicaron que lo tocara y lo sanara.

23 Jesús tomó al ciego de la mano y lo llevó fuera de la aldea. Luego escupió en los ojos del hombre, puso sus manos sobre él y le preguntó:

—¿Puedes ver algo ahora?

24 El hombre miró a su alrededor y dijo:

—Sí, veo a algunas personas, pero no puedo verlas con claridad; parecen árboles que caminan.

25 Entonces Jesús puso nuevamente sus manos sobre los ojos del hombre y fueron abiertos. Su vista fue totalmente restaurada y podía ver todo con claridad.

26 Jesús lo envió a su casa y le dijo:

—No pases por la aldea cuando regreses a tu casa.

Declaración de Pedro acerca de Jesús

27 Jesús y sus discípulos salieron de Galilea y fueron a las aldeas cerca de Cesarea de Filipo. Mientras caminaban, él les preguntó:

—¿Quién dice la gente que soy?

28 —Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen que eres uno de los otros profetas.

29 Entonces les preguntó:

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

Pedro contestó:

—Tú eres el Mesías.

30 Pero Jesús les advirtió que no le contaran a nadie acerca de él.

Jesús predice su muerte

31 Entonces Jesús comenzó a decirles que el Hijo del Hombretendría que sufrir muchas cosas terribles y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero tres días después resucitaría.

32 Mientras hablaba abiertamente de eso con sus discípulos, Pedro lo llevó aparte y empezó a reprenderlo por decir semejantes cosas.

33 Jesús se dio la vuelta, miró a sus discípulos y reprendió a Pedro:«¡Aléjate de mí, Satanás!—dijo—.Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no del punto de vista de Dios».

34 Entonces llamó a la multitud para que se uniera a los discípulos, y dijo:«Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz y seguirme.

35 Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás; pero si entregas tu vida por mi causa y por causa de la Buena Noticia, la salvarás.

36 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma?

37 ¿Hay algo que valga más que tu alma?

38 Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje en estos días de adulterio y de pecado, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en la gloria de su Padre con sus santos ángeles».

Marcos 9

1 Jesús continuó diciendo:«¡Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán antes de ver el reino de Dios llegar con gran poder!».

La transfiguración

2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan y los llevó a una montaña alta para estar a solas. Mientras los hombres observaban, la apariencia de Jesús se transformó,

3 y su ropa se volvió blanca resplandeciente, más de lo que cualquier blanqueador terrenal jamás podría lograr.

4 Después aparecieron Elías y Moisés y comenzaron a conversar con Jesús.

5 Pedro exclamó: «Rabí,¡es maravilloso que estemos aquí! Hagamos tres enramadas como recordatorios: una para ti, una para Moisés y la otra para Elías».

6 Dijo esto porque realmente no sabía qué otra cosa decir, pues todos estaban aterrados.

7 Luego una nube los cubrió y, desde la nube, una voz dijo: «Este es mi Hijo muy amado. Escúchenlo a él».

8 De pronto, cuando miraban ellos a su alrededor, Moisés y Elías se habían ido, y vieron solo a Jesús con ellos.

9 Mientras descendían de la montaña, él les dijo que no le contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del Hombrese levantara de los muertos.

10 Así que guardaron el secreto, pero a menudo se preguntaban qué quería decir con «levantarse de los muertos».

11 Entonces le preguntaron:

—¿Por qué los maestros de la ley religiosa insisten en que Elías debe regresar antes de que venga el Mesías?

12 Jesús contestó:

—Es cierto que Elías viene primero a fin de dejar todo preparado. Sin embargo, ¿por qué las Escrituras dicen que el Hijo del Hombre debe sufrir mucho y ser tratado con total desprecio?

13 Pero les digo, Elías ya vino, y ellos prefirieron maltratarlo, tal como lo predijeron las Escrituras.

Jesús sana a un muchacho endemoniado

14 Cuando regresaron adonde estaban los demás discípulos, vieron que los rodeaba una gran multitud y que algunos maestros de la ley religiosa discutían con ellos.

15 Cuando la multitud vio a Jesús, todos se llenaron de asombro y corrieron a saludarlo.

16 —¿Sobre qué discuten?—preguntó Jesús.

17 Un hombre de la multitud tomó la palabra y dijo:

—Maestro, traje a mi hijo para que lo sanaras. Está poseído por un espíritu maligno que no le permite hablar.

18 Y, siempre que este espíritu se apodera de él, lo tira violentamente al suelo y él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se pone rígido.Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo.

19 Jesús les dijo:«¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho».

20 Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a Jesús, le causó una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al piso retorciéndose y echando espuma por la boca.

21 —¿Hace cuánto tiempo que le pasa esto?—preguntó Jesús al padre del muchacho.

—Desde que era muy pequeño —contestó él—.

22 A menudo el espíritu lo arroja al fuego o al agua para matarlo. Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes.

23 —¿Cómo que “si puedo”?—preguntó Jesús—.Todo es posible si uno cree.

24 Al instante el padre clamó:

—¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!

25 Cuando Jesús vio que aumentaba el número de espectadores, reprendió al espíritu maligno.«Escucha, espíritu que impides que este muchacho oiga y hable—dijo—.¡Te ordeno que salgas de este muchacho y nunca más entres en él!».

26 Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente.

27 Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie.

28 Más tarde, cuando Jesús quedó a solas en la casa con sus discípulos, ellos le preguntaron:

—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu maligno?

29 Jesús contestó:

—Esa clase solo puede ser expulsada con oración.

Jesús predice otra vez su muerte

30 Saliendo de esa región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que él estaba allí,

31 porque deseaba pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles. Les dijo:«El Hijo del Hombre será traicionado y entregado en manos de sus enemigos. Lo matarán, pero tres días después se levantará de los muertos».

32 Ellos no entendieron lo que quería decir, sin embargo, tenían miedo de preguntarle.

El más importante en el reino

33 Después de llegar a Capernaúm e instalarse en una casa, Jesús preguntó a sus discípulos:«¿Qué venían conversando en el camino?».

34 Pero no le contestaron porque venían discutiendo sobre quién de ellos era el más importante.

35 Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo:«Quien quiera ser el primero debe tomar el último lugar y ser el sirviente de todos los demás».

36 Entonces puso a un niño pequeño en medio de ellos. Y, tomándolo en sus brazos, les dijo:

37 «Todo el que recibe de mi partea un niño pequeño como este me recibe a mí, y todo el que me recibe, no solo me recibe a mí, sino también a mi Padre, quien me envió».

Uso del nombre de Jesús

38 Juan le dijo a Jesús:

—Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera, porque no pertenece a nuestro grupo.

39 —¡No lo detengan!—dijo Jesús—.Nadie que haga un milagro en mi nombre podrá luego hablar mal de mí.

40 Todo el que no está en contra de nosotros está a nuestro favor.

41 Si alguien les da a ustedes incluso un vaso de agua porque pertenecen al Mesías, les digo la verdad, esa persona ciertamente será recompensada.

42 »Si tú haces que uno de estos pequeños que confían en mí caiga en pecado, sería mejor que te arrojaran al mar con una gran piedra de molino atada al cuello.

43 Si tu mano te hace pecar, córtatela. Es preferible entrar en la vida eterna con una sola mano que en el fuego inextinguible del infiernocon las dos manos.

45 Si tu pie te hace pecar, córtatelo. Es preferible entrar en la vida eterna con un solo pie que ser arrojado al infierno con los dos pies.

47 Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo. Es preferible entrar en el reino de Dios con un solo ojo que tener los dos ojos y ser arrojado al infierno,

48 “donde los gusanos nunca mueren y el fuego nunca se apaga”.

49 »Pues cada uno será probado con fuego.

50 La sal es buena para condimentar, pero si pierde su sabor, ¿cómo la harán salada de nuevo? Entre ustedes deben tener las cualidades de la sal y vivir en paz unos con otros.

Marcos 10

Discusión acerca del divorcio y del matrimonio

1 Luego Jesús salió de Capernaúm, descendió a la región de Judea y entró en la zona que está al oriente del río Jordán. Una vez más, las multitudes lo rodearon, y él les enseñaba como de costumbre.

2 Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con la siguiente pregunta:

—¿Está bien permitir que un hombre se divorcie de su esposa?

3 Jesús les contestó con otra pregunta:

—¿Qué dijo Moisés en la ley sobre el divorcio?

4 —Bueno, él lo permitió —contestaron—. Dijo que un hombre puede darle a su esposa un aviso de divorcio por escrito y despedirla.

5 Jesús les respondió:

—Moisés escribió ese mandamiento solo como una concesión ante la dureza del corazón de ustedes,

6 pero desde el principio de la creación “Dios los hizo hombre y mujer”.

7 “Esto explica por qué un hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa,

8 y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno,

9 que nadie separe lo que Dios ha unido.

10 Más tarde, cuando quedó a solas con sus discípulos en la casa, ellos sacaron el tema de nuevo.

11 Él les dijo:«El que se divorcia de su esposa y se casa con otra comete adulterio contra ella;

12 y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Jesús bendice a los niños

13 Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para que los tocara y los bendijera, pero los discípulos regañaron a los padres por molestarlo.

14 Cuando Jesús vio lo que sucedía, se enojó con sus discípulos y les dijo:«Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños.

15 Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él».

16 Entonces tomó a los niños en sus brazos y después de poner sus manos sobre la cabeza de ellos, los bendijo.

El hombre rico

17 Cuando Jesús estaba por emprender su camino a Jerusalén, un hombre se le acercó corriendo, se arrodilló y le preguntó:

—Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?

18 —¿Por qué me llamas bueno?—preguntó Jesús—.Solo Dios es verdaderamente bueno;

19 pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: “No cometas asesinato; no cometas adulterio; no robes; no des falso testimonio; no estafes a nadie; honra a tu padre y a tu madre”.

20 —Maestro —respondió el hombre—, he obedecido todos esos mandamientos desde que era joven.

21 Jesús miró al hombre y sintió profundo amor por él.

—Hay una cosa que todavía no has hecho—le dijo—.Anda y vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.

22 Al oír esto, el hombre puso cara larga y se fue triste porque tenía muchas posesiones.

23 Jesús miró a su alrededor y dijo a sus discípulos:«¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!».

24 Los discípulos quedaron asombrados de sus palabras. Pero Jesús volvió a decir:«Queridos hijos, es muy difícilentrar en el reino de Dios.

25 De hecho, ¡es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios!».

26 Los discípulos quedaron atónitos.

—Entonces, ¿quién podrá ser salvo? —preguntaron.

27 Jesús los miró fijamente y dijo:

—Humanamente hablando, es imposible, pero no para Dios. Con Dios, todo es posible.

28 Entonces Pedro comenzó a hablar.

—Nosotros hemos dejado todo para seguirte —dijo.

29 —Así es—respondió Jesús—,y les aseguro que todo el que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o bienes por mi causa y por la Buena Noticia

30 recibirá ahora a cambio cien veces más el número de casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y bienes, junto con persecución; y en el mundo que vendrá, esa persona tendrá la vida eterna.

31 Pero muchos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes, y aquellos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes.

Jesús predice otra vez su muerte

32 Subían rumbo a Jerusalén, y Jesús caminaba delante de ellos. Los discípulos estaban llenos de asombro y la gente que los seguía, abrumada de temor. Jesús tomó a los doce discípulos aparte y, una vez más, comenzó a describir todo lo que estaba por sucederle.

33 «Escuchen—les dijo—,subimos a Jerusalén, donde el Hijo del Hombreserá traicionado y entregado a los principales sacerdotes y a los maestros de la ley religiosa. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los romanos.

34 Se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán con un látigo y lo matarán; pero después de tres días, resucitará».

Jesús enseña acerca del servicio a los demás

35 Entonces Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron y dijeron:

—Maestro, queremos que nos hagas un favor.

36 —¿Cuál es la petición?—preguntó él.

37 Ellos contestaron:

—Cuando te sientes en tu trono glorioso, nosotros queremos sentarnos en lugares de honor a tu lado, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

38 Jesús les dijo:

—¡No saben lo que piden! ¿Acaso pueden beber de la copa amarga de sufrimiento que yo estoy a punto de beber? ¿Acaso pueden ser bautizados con el bautismo de sufrimiento con el cual yo tengo que ser bautizado?

39 —Claro que sí —contestaron ellos—, ¡podemos!

Entonces Jesús les dijo:

—Es cierto, beberán de mi copa amarga y serán bautizados con mi bautismo de sufrimiento;

40 pero no me corresponde a mí decir quién se sentará a mi derecha o a mi izquierda. Dios preparó esos lugares para quienes él ha escogido.

41 Cuando los otros diez discípulos oyeron lo que Santiago y Juan habían pedido, se indignaron.

42 Así que Jesús los reunió a todos y les dijo:«Ustedes saben que los gobernantes de este mundo tratan a su pueblo con prepotencia y los funcionarios hacen alarde de su autoridad frente a los súbditos.

43 Pero entre ustedes será diferente. El que quiera ser líder entre ustedes deberá ser sirviente,

44 y el que quiera ser el primero entre ustedes deberá ser esclavo de los demás.

45 Pues ni aun el Hijo del Hombre vino para que le sirvan, sino para servir a otros y para dar su vida en rescate por muchos».

Jesús sana al ciego Bartimeo

46 Después llegaron a Jericó y mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad, una gran multitud los siguió. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino.

47 Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba cerca, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!».

48 «¡Cállate!», muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».

49 Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y dijo:«Díganle que se acerque».

Así que llamaron al ciego. «Anímate —le dijeron—. ¡Vamos, él te llama!».

50 Bartimeo echó a un lado su abrigo, se levantó de un salto y se acercó a Jesús.

51 —¿Qué quieres que haga por ti?—preguntó Jesús.

—Mi Rabí—dijo el hombre ciego—, ¡quiero ver!

52 Y Jesús le dijo:

—Puedes irte, pues tu fe te ha sanado.

Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús por el camino.

Marcos 11

Entrada triunfal de Jesús

1 Mientras Jesús y los discípulos se acercaban a Jerusalén, llegaron a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos. Jesús mandó a dos de ellos que se adelantaran.

2 «Vayan a la aldea que está allí—les dijo—.En cuanto entren, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí.

3 Si alguien les pregunta: “¿Qué están haciendo?” simplemente digan: “El Señor lo necesita y él lo devolverá pronto”».

4 Los dos discípulos salieron y encontraron el burrito en la calle, atado frente a la puerta principal.

5 Mientras lo desataban, algunos que estaban allí les preguntaron: «¿Qué están haciendo, por qué desatan ese burrito?».

6 Ellos contestaron lo que Jesús había dicho y se les dio permiso para llevarlo.

7 Así que llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima y él se sentó allí.

8 Muchos de la multitud tendían sus prendas sobre el camino delante de él y otros extendían ramas frondosas que habían cortado en los campos.

9 Jesús estaba en el centro de la procesión, y la gente que lo rodeaba gritaba:

«¡Alaben a Dios!

¡Bendiciones al que viene en el nombre delSeñor!

10 ¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro antepasado David!

¡Alaben a Dios en el cielo más alto!».

11 Así Jesús llegó a Jerusalén y entró en el templo. Después de mirar todo detenidamente a su alrededor, salió porque ya era tarde. Después regresó a Betania con los doce discípulos.

Jesús maldice la higuera

12 A la mañana siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre.

13 Vio que a cierta distancia había una higuera frondosa, así que se acercó para ver si encontraba higos; pero solo tenía hojas porque aún no había comenzado la temporada de los higos.

14 Entonces Jesús dijo al árbol:«¡Que nadie jamás vuelva a comer tu fruto!».Y los discípulos lo oyeron.

Jesús despeja el templo

15 Cuando llegaron de nuevo a Jerusalén, Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que compraban y vendían animales para los sacrificios. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,

16 y les prohibió a todos que usaran el templo como un mercado.

17 Les dijo:«Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración para todas las naciones”, pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones».

18 Cuando los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa oyeron lo que Jesús había hecho, comenzaron a planificar cómo matarlo; pero tenían miedo de Jesús, porque la gente estaba asombrada de su enseñanza.

19 Esa tarde Jesús y los discípulos salieronde la ciudad.

20 A la mañana siguiente, al pasar junto a la higuera que él había maldecido, los discípulos notaron que se había marchitado desde la raíz.

21 Pedro recordó lo que Jesús había dicho al árbol el día anterior y exclamó:

—¡Mira, Rabí! ¡La higuera que maldijiste se marchitó y murió!

22 Entonces Jesús dijo a los discípulos:

—Tengan fe en Dios.

23 Les digo la verdad, ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón.

24 Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya.

25 Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados.

Desafían la autoridad de Jesús

27 Nuevamente entraron en Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por la zona del templo, los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos se le acercaron.

28 —¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron—. ¿Quién te dio el derecho de hacerlas?

29 —Les diré con qué autoridad hago estas cosas si me contestan una pregunta—respondió Jesús—.

30 La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana? ¡Contéstenme!

31 Ellos discutieron el asunto unos con otros: «Si decimos que provenía del cielo, preguntará por qué nosotros no le creímos a Juan.

32 ¿Pero nos atrevemos a decir que era meramente humana?». Pues tenían temor de lo que haría la gente, porque todos creían que Juan era un profeta.

33 Entonces finalmente contestaron:

—No sabemos.

Y Jesús respondió:

—Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.

Marcos 12

Parábola de los agricultores malvados

1 Después Jesús comenzó a enseñarles con historias:«Un hombre plantó un viñedo. Lo cercó con un muro, cavó un hoyo para extraer el jugo de las uvas y construyó una torre de vigilancia. Luego les alquiló el viñedo a unos agricultores arrendatarios y se mudó a otro país.

2 Llegado el tiempo de la cosecha de la uva, envió a uno de sus siervos para recoger su parte de la cosecha;

3 pero los agricultores agarraron al siervo, le dieron una paliza y lo mandaron de regreso con las manos vacías.

4 Entonces el dueño envió a otro siervo, pero lo insultaron y le pegaron en la cabeza.

5 Al próximo siervo que envió, lo mataron. Envió a otros, a unos los golpearon y a otros los mataron,

6 hasta que le quedó solo uno, su hijo, a quien amaba profundamente. Finalmente, el dueño lo envió porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.

7 »Los agricultores se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad. ¡Matémoslo y nos quedaremos con la propiedad!”.

8 Así que lo agarraron, lo asesinaron y tiraron su cuerpo fuera del viñedo.

9 »¿Qué creen qué hará el dueño del viñedo?—preguntó Jesús—.Les diré: irá y matará a esos agricultores y alquilará el viñedo a otros.

10 ¿Nunca leyeron en las Escrituras:

“La piedra que los constructores rechazaron

ahora se ha convertido en la piedra principal.

11 Esto es obra delSeñor

y es maravilloso verlo”?».

12 Los líderes religiososquerían arrestar a Jesús porque se dieron cuenta de que contaba esa historia en contra de ellos, pues ellos eran los agricultores malvados; pero tenían miedo de la multitud, así que lo dejaron y se marcharon.

Los impuestos para el César

13 Después los ancianos enviaron a algunos fariseos y partidarios de Herodes para hacer que Jesús cayera en la trampa de decir algo por lo cual pudiera ser arrestado.

14 —Maestro —dijeron—, sabemos lo honesto que eres. Eres imparcial y no tienes favoritismos. Enseñas con verdad el camino de Dios. Ahora dinos, ¿es correcto que paguemos impuestos al César o no?

15 ¿Debemos o no pagarlos?

Jesús se dio cuenta de su hipocresía y dijo:

—¿Por qué intentan atraparme? Muéstrenme una moneda romana,y les diré.

16 Cuando se la dieron, les preguntó:

—¿A quién pertenecen la imagen y el título grabados en la moneda?

—Al César —contestaron.

17 —Bien—dijo Jesús—,entonces den al César lo que pertenece al César y den a Dios lo que pertenece a Dios.

Su respuesta los dejó totalmente asombrados.

Discusión acerca de la resurrección

18 Después se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta:

19 —Maestro, Moisés nos dio una ley que dice que, si un hombre muere y deja a una esposa sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe.

20 Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos.

21 Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero también murió sin dejar hijos. Luego el tercer hermano se casó con ella.

22 Lo mismo sucedió con los siete y aún no había hijos. Por último, la mujer también murió.

23 Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.

24 Jesús contestó:

—El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios.

25 Pues, cuando los muertos resuciten, no se casarán ni se entregarán en matrimonio. En este sentido, serán como los ángeles del cielo.

26 »Ahora bien, en cuanto a si los muertos resucitarán, ¿nunca han leído acerca de esto en los escritos de Moisés, en la historia de la zarza que ardía? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieron, Dios le dijo a Moisés:“Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.

27 Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos. Ustedes han cometido un grave error.

El mandamiento más importante

28 Uno de los maestros de la ley religiosa estaba allí escuchando el debate. Se dio cuenta de que Jesús había contestado bien, entonces le preguntó:

—De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?

29 Jesús contestó:

—El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! ElSeñornuestro Dios es el únicoSeñor.

30 Ama alSeñortu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.

31 El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que estos.

32 El maestro de la ley religiosa respondió:

—Bien dicho, Maestro. Has hablado la verdad al decir que hay solo un Dios y ningún otro.

33 Además yo sé que es importante amarlo con todo mi corazón y todo mi entendimiento y todas mis fuerzas, y amar a mi prójimo como a mí mismo. Esto es más importante que presentar todas las ofrendas quemadas y sacrificios exigidos en la ley.

34 Al ver cuánto entendía el hombre, Jesús le dijo:

—No estás lejos del reino de Dios.

Y, a partir de entonces, nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

¿De quién es hijo el Mesías?

35 Tiempo después, Jesús estaba enseñando al pueblo en el templo y preguntó:«¿Por qué afirman los maestros de la ley religiosa que el Mesías es hijo de David?

36 Pues el propio David, mientras hablaba bajo la inspiración del Espíritu Santo, dijo:

“ElSeñorle dijo a mi Señor:

‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha,

hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies’”.

37 Ya que David mismo llamó al Mesías “mi Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?».La gran multitud se deleitaba al escucharlo.

38 Jesús también enseñó:«¡Cuídense de los maestros de la ley religiosa! Pues les gusta pavonearse en túnicas largas y sueltas y recibir saludos respetuosos cuando caminan por las plazas.

39 ¡Y cómo les encanta ocupar los asientos de honor en las sinagogas y sentarse a la mesa principal en los banquetes!

40 Sin embargo, estafan descaradamente a las viudas para apoderarse de sus propiedades y luego pretenden ser piadosos haciendo largas oraciones en público. Por eso, serán castigados con más severidad».

La ofrenda de la viuda

41 Jesús se sentó cerca de la caja de las ofrendas del templo y observó mientras la gente depositaba su dinero. Muchos ricos echaban grandes cantidades.

42 Entonces llegó una viuda pobre y echó dos monedas pequeñas.

43 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:«Les digo la verdad, esta viuda pobre ha dado más que todos los demás que ofrendan.

44 Pues ellos dieron una mínima parte de lo que les sobraba, pero ella, con lo pobre que es, dio todo lo que tenía para vivir».

Marcos 13

Jesús habla acerca del futuro

1 Cuando Jesús salía del templo ese día, uno de sus discípulos le dijo:

—Maestro, ¡mira estos magníficos edificios! Observa las impresionantes piedras en los muros.

2 Jesús respondió:

—Sí, mira estos grandes edificios, pero serán demolidos por completo. ¡No quedará ni una sola piedra sobre otra!

3 Más tarde, Jesús se sentó en el monte de los Olivos, al otro lado del valle del templo. Pedro, Santiago, Juan y Andrés se le acercaron en privado y le preguntaron:

4 —Dinos, ¿cuándo sucederá todo eso? ¿Qué señal nos indicará que esas cosas están por cumplirse?

5 Jesús contestó:

—No dejen que nadie los engañe,

6 porque muchos vendrán en mi nombre y afirmarán: “Yo soy el Mesías”. Engañarán a muchos.

7 Y ustedes oirán de guerras y de amenazas de guerras, pero no se dejen llevar por el pánico. Es verdad, esas cosas deben suceder, pero el fin no vendrá inmediatamente después.

8 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá terremotos en muchas partes del mundo, y también hambres; pero eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.

9 »Cuando esas cosas comiencen a suceder, ¡tengan cuidado! Los entregarán a los tribunales y los golpearán en las sinagogas. Serán sometidos a juicio ante gobernantes y reyes por ser mis seguidores, pero esa será una oportunidad para que ustedes les hablen de mí.

10 Pues la Buena Noticia primero tiene que ser predicada a todas las naciones.

11 Cuando los arresten y los sometan a juicio, no se preocupen de antemano por lo que van a decir. Solo hablen lo que Dios les diga en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.

12 »Un hermano traicionará a muerte a su hermano, un padre traicionará a su propio hijo, y los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten.

13 Todos los odiarán a ustedes por ser mis seguidores,pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

14 »Llegará el día cuando verán el objeto sacrílego que causa profanaciónde pie en un lugar donde élno debe estar.(Lector, ¡presta atención!).Entonces los que estén en Judea huyan a las colinas.

15 La persona que esté en la azotea no baje a la casa para empacar.

16 El que esté en el campo no regrese ni para buscar un abrigo.

17 ¡Qué terribles serán esos días para las mujeres embarazadas y para las madres que amamantan!

18 Y oren para que la huida no sea en invierno.

19 Pues habrá más angustia en esos días que en cualquier otro momento desde que Dios creó al mundo. Y jamás habrá una angustia tan grande.

20 De hecho, a menos que el Señor acorte ese tiempo de calamidad, ni una sola persona sobrevivirá; pero por el bien de los elegidos, él ha acortado esos días.

21 »Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo crean.

22 Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios.

23 ¡Tengan cuidado! ¡Les he advertido esto de antemano!

24 »En ese tiempo, después de la angustia de esos días,

el sol se oscurecerá,

la luna no dará luz,

25 las estrellas caerán del cielo,

y los poderes de los cielos serán sacudidos.

26 Entonces todos verán al Hijo del Hombrevenir en las nubes con gran poder y gloria.

27 Y él enviará a sus ángeles para que reúnan a los elegidos de todas partes del mundo,desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo.

28 »Ahora, aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca.

29 De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas.

30 Les digo la verdad, no pasará esta generaciónhasta que todas estas cosas sucedan.

31 El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.

32 »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán esas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Solo el Padre lo sabe.

33 Y, ya que ustedes tampoco saben cuándo llegará ese tiempo, ¡manténganse en guardia! ¡Estén alerta!

34 »La venida del Hijo del Hombre puede ilustrarse mediante la historia de un hombre que tenía que emprender un largo viaje. Cuando salió de casa, dio instrucciones a cada uno de sus esclavos sobre el trabajo que debían hacer y le dijo al portero que esperara su regreso.

35 ¡Ustedes también deben estar alerta! Pues no saben cuándo regresará el amo de la casa: si en la tarde, a medianoche, durante la madrugada o al amanecer.

36 Que no los encuentre dormidos cuando llegue sin previo aviso.

37 Les digo a ustedes lo que digo a todos: ¡Manténganse despiertos esperándolo a él!

Marcos 14

Jesús es ungido en Betania

1 Faltaban dos días para la Pascua y el Festival de los Panes sin Levadura. Los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa seguían buscando una oportunidad para capturar a Jesús en secreto y matarlo.

2 «Pero no durante la celebración de la Pascua —acordaron—, no sea que la gente cause disturbios».

3 Mientras tanto, Jesús se encontraba en Betania, en la casa de Simón, un hombre que había tenido lepra. Mientras comía,entró una mujer con un hermoso frasco de alabastro que contenía un perfume costoso, preparado con esencias de nardo. Ella abrió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

4 Algunos que estaban a la mesa se indignaron. «¿Por qué desperdiciar un perfume tan costoso? —preguntaron—.

5 ¡Podría haberse vendido por el salario de un añoy el dinero dado a los pobres!». Así que la regañaron severamente.

6 Pero Jesús respondió:«Déjenla en paz. ¿Por qué la critican por hacer algo tan bueno conmigo?

7 Siempre habrá pobres entre ustedes, y pueden ayudarlos cuando quieran, pero a mí no siempre me tendrán.

8 Ella hizo lo que pudo y ungió mi cuerpo en preparación para el entierro.

9 Les digo la verdad, en cualquier lugar del mundo donde se predique la Buena Noticia, se recordará y se hablará de lo que hizo esta mujer».

Judas acuerda traicionar a Jesús

10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los principales sacerdotes para llegar a un acuerdo de cómo entregarles a Jesús a traición.

11 Ellos quedaron complacidos cuando oyeron la razón de su visita y le prometieron darle dinero. Entonces él comenzó a buscar una oportunidad para traicionar a Jesús.

La última cena

12 El primer día del Festival de los Panes sin Levadura, cuando se sacrifica el cordero de la Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».

13 Así que Jesús envió a dos de ellos a Jerusalén con las siguientes instrucciones:«Al entrar en la ciudad, se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo.

14 En la casa donde él entre, díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ‘¿Dónde está el cuarto de huéspedes para que pueda comer la cena de Pascua con mis discípulos?’”.

15 Él los llevará a un cuarto grande en el piso de arriba, que ya está listo. Allí deben preparar nuestra cena».

16 Entonces los dos discípulos entraron en la ciudad y encontraron todo como Jesús les había dicho y allí prepararon la cena de Pascua.

17 Por la noche, Jesús llegó con los Doce.

18 Mientras estaban a la mesa,comiendo, Jesús dijo:«Les digo la verdad, uno de ustedes que está aquí comiendo conmigo me traicionará».

19 Ellos, muy afligidos, le preguntaron uno por uno: «¿Seré yo?».

20 Él contestó:«Es uno de ustedes doce que come de este plato conmigo.

21 Pues el Hijo del Hombretiene que morir, tal como lo declararon las Escrituras hace mucho tiempo. Pero qué aflicción le espera a aquel que lo traiciona. ¡Para ese hombre sería mucho mejor no haber nacido!».

22 Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo:«Tómenlo, porque esto es mi cuerpo».

23 Y tomó en sus manos una copa de vino y dio gracias a Dios por ella. Se la dio a ellos, y todos bebieron de la copa.

24 Y les dijo:«Esto es mi sangre, la cual confirma el pactoentre Dios y su pueblo. Es derramada como sacrificio por muchos.

25 Les digo la verdad, no volveré a beber vino hasta el día en que lo beba nuevo en el reino de Dios».

26 Luego cantaron un himno y salieron al monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro

27 En el camino, Jesús les dijo:«Todos ustedes me abandonarán, porque las Escrituras dicen:

“Dios golpearáal Pastor,

y las ovejas se dispersarán”.

28 Sin embargo, después de ser levantado de los muertos, iré delante de ustedes a Galilea y allí los veré».

29 Pedro le dijo:

—Aunque todos te abandonen, yo jamás lo haré.

30 Jesús respondió:

—Te digo la verdad, Pedro: esta misma noche, antes de que cante el gallo dos veces, negarás tres veces que me conoces.

31 —¡No! —exclamó Pedro enfáticamente—. Aunque tenga que morir contigo, ¡jamás te negaré!

Y los demás juraron lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní

32 Fueron al huerto de olivos llamado Getsemaní, y Jesús dijo:«Siéntense aquí mientras yo voy a orar».

33 Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan y comenzó a afligirse y angustiarse profundamente.

34 Les dijo:«Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo».

35 Se adelantó un poco más y cayó en tierra. Pidió en oración que, si fuera posible, pasara de él la horrible hora que le esperaba.

36 «Abba, Padre—clamó—,todo es posible para ti. Te pido que quites esta copa de sufrimiento de mí. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía».

37 Luego volvió y encontró a los discípulos dormidos. Le dijo a Pedro:«Simón, ¿estás dormido? ¿No pudiste velar conmigo ni siquiera una hora?

38 Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».

39 Entonces Jesús los dejó otra vez e hizo la misma oración que antes.

40 Cuando regresó de nuevo adonde estaban ellos, los encontró dormidos porque no podían mantener los ojos abiertos. Y no sabían qué decir.

41 Cuando volvió a ellos por tercera vez, les dijo:«Adelante, duerman, descansen; pero no, la hora ha llegado. El Hijo del Hombre es traicionado y entregado en manos de pecadores.

42 Levántense, vamos. ¡Miren, el que me traiciona ya está aquí!».

Traicionan y arrestan a Jesús

43 En ese mismo instante, mientras Jesús todavía hablaba, llegó Judas, uno de los doce discípulos, junto con una multitud de hombres armados con espadas y palos. Los habían enviado los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos.

44 El traidor, Judas, había acordado previamente con ellos una señal: «Sabrán a cuál arrestar cuando yo lo salude con un beso. Entonces podrán llevárselo bajo custodia».

45 En cuanto llegaron, Judas se acercó a Jesús. «¡Rabí!»,exclamó, y le dio el beso.

46 Entonces los otros agarraron a Jesús y lo arrestaron;

47 pero uno de los hombres que estaban con Jesús sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote cortándole una oreja.

48 Jesús les preguntó:«¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme?

49 ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí entre ustedes todos los días. Pero estas cosas suceden para que se cumpla lo que dicen las Escrituras acerca de mí».

50 Entonces todos sus discípulos lo abandonaron y huyeron.

51 Un joven que los seguía solamente llevaba puesta una camisa de noche de lino. Cuando la turba intentó agarrarlo,

52 su camisa de noche se deslizó y huyó desnudo.

Jesús ante el Concilio

53 Llevaron a Jesús a la casa del sumo sacerdote, donde se habían reunido los principales sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley religiosa.

54 Mientras tanto, Pedro lo siguió de lejos y entró directamente al patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias para calentarse junto a la fogata.

55 Adentro, los principales sacerdotes y todo el Concilio Supremointentaban encontrar pruebas contra Jesús para poder ejecutarlo, pero no pudieron encontrar ninguna.

56 Había muchos falsos testigos que hablaban en contra de él, pero todos se contradecían.

57 Finalmente unos hombres se pusieron de pie y dieron el siguiente falso testimonio:

58 «Nosotros lo oímos decir: “Yo destruiré este templo hecho con manos humanas y en tres días construiré otro, no hecho con manos humanas”».

59 ¡Pero aun así sus relatos no coincidían!

60 Entonces el sumo sacerdote se puso de pie ante todos y le preguntó a Jesús: «Bien, ¿no vas a responder a estos cargos? ¿Qué tienes que decir a tu favor?».

61 Pero Jesús se mantuvo callado y no contestó. Entonces el sumo sacerdote le preguntó:

—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?

62 Jesús dijo:

—Yo Soy.Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado en el lugar de poder, a la derecha de Dios,y viniendo en las nubes del cielo.

63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras en señal de horror y dijo: «¿Para qué necesitamos más testigos?

64 Todos han oído la blasfemia que dijo. ¿Cuál es el veredicto?».

«¡Culpable! —gritaron todos—. ¡Merece morir!».

65 Entonces algunos comenzaron a escupirle, y le vendaron los ojos y le daban puñetazos. «¡Profetízanos!», se burlaban. Y los guardias lo abofeteaban mientras se lo llevaban.

Pedro niega a Jesús

66 Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Una de las sirvientas que trabajaba para el sumo sacerdote pasó

67 y vio que Pedro se calentaba junto a la fogata. Se quedó mirándolo y dijo:

—Tú eres uno de los que estaban con Jesús de Nazaret.

68 Pero Pedro lo negó y dijo:

—No sé de qué hablas.

Y salió afuera, a la entrada. En ese instante, cantó un gallo.

69 Cuando la sirvienta vio a Pedro parado allí, comenzó a decirles a los otros: «¡No hay duda de que este hombre es uno de ellos!».

70 Pero Pedro lo negó otra vez.

Un poco más tarde, algunos de los otros que estaban allí confrontaron a Pedro y dijeron:

—Seguro que tú eres uno de ellos, porque eres galileo.

71 Pedro juró:

—¡Que me caiga una maldición si les miento! ¡No conozco a ese hombre del que hablan!

72 Inmediatamente, el gallo cantó por segunda vez.

De repente, las palabras de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro:«Antes de que cante el gallo dos veces, negarás tres veces que me conoces»;y se echó a llorar.