Lamentaciones 4

El enojo de Dios queda satisfecho

1 ¡Cómo perdió su brillo el oro!

Hasta el oro más preciado se volvió opaco.

¡Las piedras preciosas sagradas

yacen esparcidas en las calles!

2 Miren cómo los preciosos hijos de Jerusalén,

que valen su peso en oro puro,

ahora son tratados como vasijas de barro

hechas por un alfarero común y corriente.

3 Hasta los chacales amamantan a sus cachorros,

pero mi pueblo Israel no lo hace;

ignoran los llantos de sus hijos,

como los avestruces del desierto.

4 La lengua reseca de sus pequeños,

se pega al paladar a causa de la sed.

Los niños lloran por pan,

pero nadie tiene para darles.

5 Los que antes comían los manjares más ricos

ahora mendigan en las calles por cualquier cosa que puedan obtener.

Los que antes vestían ropa de la más alta calidad

ahora hurgan en los basureros buscando qué comer.

6 La culpade mi pueblo

es mayor que la de Sodoma,

cuando en un instante cayó el desastre total

y nadie ofreció ayuda.

7 Nuestros príncipes antes rebosaban de salud,

más brillantes que la nieve, más blancos que la leche.

Sus rostros eran tan rosados como rubíes,

su aspecto como joyas preciosas.

8 Pero ahora sus caras son más negras que el carbón;

nadie los reconoce en las calles.

La piel se les pega a los huesos;

está tan seca y dura como la madera.

9 Los que murieron a espada terminaron mejor

que los que mueren de hambre.

Hambrientos, se consumen

por la falta de comida de los campos.

10 Mujeres de buen corazón

han cocinado a sus propios hijos;

los comieron

para sobrevivir el sitio.

11 Pero ahora, quedó satisfecho el enojo delSeñor;

su ira feroz ha sido derramada.

Prendió un fuego en Jerusalén

que quemó la ciudad hasta sus cimientos.

12 Ningún rey sobre toda la tierra,

nadie en todo el mundo,

hubiera podido creer que un enemigo

lograra entrar por las puertas de Jerusalén.

13 No obstante, ocurrió a causa de los pecados de sus profetas

y de los pecados de sus sacerdotes,

que profanaron la ciudad

al derramar sangre inocente.

14 Vagaban a ciegas

por las calles,

tan contaminados por la sangre

que nadie se atrevía a tocarlos.

15 «¡Apártense! —les gritaba la gente—.

¡Ustedes están contaminados! ¡No nos toquen!».

Así que huyeron a tierras distantes

y deambularon entre naciones extranjeras,

pero nadie les permitió quedarse.

16 ElSeñormismo los dispersó,

y ya no los ayuda.

La gente no tiene respeto por los sacerdotes

y ya no honra a los líderes.

17 En vano esperamos que nuestros aliados

vinieran a salvarnos,

pero buscábamos socorro en naciones

que no podían ayudarnos.

18 Era imposible andar por las calles

sin poner en peligro la vida.

Se acercaba nuestro fin; nuestros días estaban contados.

¡Estábamos condenados!

19 Nuestros enemigos fueron más veloces que las águilas en vuelo.

Si huíamos a las montañas, nos encontraban;

si nos escondíamos en el desierto,

allí estaban esperándonos.

20 Nuestro rey —el ungido delSeñor, la vida misma de nuestra nación—

quedó atrapado en sus lazos.

¡Pensábamos que su sombra

nos protegería contra cualquier nación de la tierra!

21 ¿Te estás alegrando en la tierra de Uz,

oh pueblo de Edom?

Tú también beberás de la copa del enojo delSeñor;

tú también serás desnudada en tu borrachera.

22 Oh bella Jerusalén,tu castigo tendrá fin;

pronto regresarás del destierro.

Pero Edom, tu castigo apenas comienza;

pronto serán puestos al descubierto tus muchos pecados.

Lamentaciones 5

Oración por restauración

1 Señor, recuerda lo que nos ha sucedido.

¡Mira cómo hemos sido deshonrados!

2 Se entregó nuestra herencia a extraños;

nuestras casas, a extranjeros.

3 Somos huérfanos, sin padre,

y nuestras madres son viudas.

4 Tenemos que pagar por el agua que bebemos,

y hasta la leña es costosa.

5 Los que nos persiguen nos pisan los talones;

estamos agotados pero no encontramos descanso.

6 Nos sometimos a Egipto y a Asiria

para conseguir alimentos y así sobrevivir.

7 Nuestros antepasados pecaron, pero murieron,

¡y nosotros sufrimos el castigo que ellos merecían!

8 Los esclavos son ahora nuestros amos;

no ha quedado nadie para rescatarnos.

9 Buscamos comida a riesgo de nuestra vida

porque la violencia domina el campo.

10 El hambre hizo ennegrecer nuestra piel

como si hubiera sido quemada en el horno.

11 Nuestros enemigos violaron a las mujeres de Jerusalén

y a las muchachas de las ciudades de Judá.

12 Cuelgan a nuestros príncipes de las manos,

y tratan a nuestros ancianos con desprecio.

13 Llevan a los jóvenes a trabajar en los molinos,

y los niños tambalean bajo pesadas cargas de leña.

14 Los ancianos ya no se sientan en las puertas de la ciudad;

los jóvenes ya no bailan ni cantan.

15 La alegría abandonó nuestro corazón;

nuestras danzas se convirtieron en luto.

16 Cayeron las guirnaldasde nuestra cabeza.

Lloren por nosotros porque hemos pecado.

17 Tenemos el corazón angustiado y cansado,

y nuestros ojos se nublan por las lágrimas,

18 porque Jerusalénestá vacía y desolada;

es un lugar donde merodean los chacales.

19 ¡PeroSeñor, tú serás el mismo para siempre!

Tu trono continúa de generación en generación.

20 ¿Por qué sigues olvidándonos?

¿Por qué nos has abandonado por tanto tiempo?

21 ¡Restáuranos, ohSeñor, y haz que regresemos a ti!

¡Devuélvenos la alegría que teníamos antes!

22 ¿O acaso nos has rechazado por completo?

¿Todavía estás enojado con nosotros?

Jeremías 1

1 Estas son las palabras de Jeremías, hijo de Hilcías, uno de los sacerdotes de Anatot, ciudad de la tierra de Benjamín.

2 ElSeñorle dio mensajes a Jeremías por primera vez durante el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón, rey de Judá.

3 Los mensajes delSeñorcontinuaron durante el reinado de Joacim, hijo de Josías, hasta el año once del reinado de Sedequías, otro de los hijos de Josías. En agostode ese año once, la gente de Jerusalén fue llevada cautiva.

El llamado de Jeremías y las primeras visiones

4 ElSeñorme dio el siguiente mensaje:

5 —Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre;

antes de que nacieras, te aparté

y te nombré mi profeta a las naciones.

6 —OhSeñorSoberano —respondí—. ¡No puedo hablar por ti! ¡Soy demasiado joven!

7 —No digas: “Soy demasiado joven” —me contestó elSeñor—, porque debes ir dondequiera que te mande y decir todo lo que te diga.

8 No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. ¡Yo, elSeñor, he hablado!

9 Luego elSeñorextendió su mano, tocó mi boca y dijo:

«¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca!

10 Hoy te doy autoridad

para que hagas frente a naciones y reinos.

A algunos deberás desarraigar, derribar,

destruir y derrocar;

a otros deberás edificar

y plantar».

11 Después elSeñorme dijo:

—¡Observa, Jeremías! ¿Qué es lo que ves?

—Veo una rama de almendro —contesté.

12 —Así es —dijo elSeñor—, y eso significa que yo estoy vigilandoy ciertamente llevaré a cabo todos mis planes.

13 Después elSeñorme habló nuevamente.

—¿Qué es lo que ves ahora? —me preguntó.

—Veo una olla de agua hirviendo que se derrama desde el norte —contesté.

14 —Sí —dijo elSeñor—, porque el terror del norte hervirá y se derramará sobre la gente de esta tierra.

15 ¡Escucha! Estoy llamando a los ejércitos de los reinos del norte para que vengan a Jerusalén. ¡Yo, elSeñor, he hablado!

»Establecerán sus tronos

a las puertas de la ciudad;

atacarán los muros de Jerusalén

y a todas las demás ciudades de Judá.

16 Pronunciaré juicio

contra mi pueblo a causa de toda su maldad,

por haberme abandonado y por quemar incienso a otros dioses.

¡Sí, ellos rinden culto a ídolos que hicieron con sus propias manos!

17 »Levántate y prepárate para entrar en acción.

Ve y diles todo lo que te ordene decir.

No les tengas miedo,

sino haré que parezcas un necio delante de ellos.

18 Mira, hoy te he hecho fuerte,

como ciudad fortificada que no se puede conquistar,

como columna de hierro o pared de bronce.

Te enfrentarás contra toda esta tierra:

contra los reyes, los funcionarios, los sacerdotes y el pueblo de Judá.

19 Ellos pelearán contra ti, pero fracasarán,

porque yo estoy contigo y te protegeré.

¡Yo, elSeñor, he hablado!

Jeremías 2

El Señor acusa a su pueblo

1 ElSeñorme dio otro mensaje y me dijo:

2 «Ve y anuncia a gritos este mensaje a Jerusalén. Esto dice elSeñor:

»“Recuerdo qué ansiosa estabas por complacerme

cuando eras una joven recién casada,

cómo me amabas y me seguías

aun a través de lugares desolados.

3 En esos días Israel estaba consagrado alSeñor,

era el primero de sus hijos.

Todos los que lastimaron a su pueblo fueron declarados culpables,

y sobre ellos cayó la calamidad.

¡Yo, elSeñor, he hablado!”».

4 ¡Escuchen la palabra delSeñor, pueblo de Jacob, todas las familias de Israel!

5 Esto dice elSeñor:

«¿Qué mal encontraron en mí sus antepasados

que los llevó a alejarse tanto de mi lado?

Rindieron culto a ídolos inútiles

y ellos mismos se volvieron inútiles.

6 No preguntaron: “¿Dónde está elSeñor

que nos sacó a salvo de Egipto

y nos guió a través del árido desierto,

por una tierra desolada y llena de hoyos,

una tierra de sequía y muerte,

donde no vive ni viaja nadie?”.

7 »Cuando los traje a una tierra fértil

para que disfrutaran de sus bienes y de su abundancia,

contaminaron mi tierra y

corrompieron la posesión que les había prometido.

8 Los sacerdotes no preguntaron:

“¿Dónde está elSeñor?”.

Aquellos que enseñaron mi palabra me ignoraron,

los gobernantes se volvieron en mi contra,

y los profetas hablaron en nombre de Baal,

perdiendo su tiempo con ídolos inútiles.

9 Por lo tanto, presentaré mi acusación en su contra

—dice elSeñor—.

Aun presentaré cargos contra los hijos de sus hijos

en los años venideros.

10 »Vayan al occidente y miren en la tierra de Chipre;

vayan al oriente y busquen en la tierra de Cedar.

¿Acaso alguien ha oído algo

tan extraño como esto?

11 ¿Alguna vez una nación ha cambiado sus dioses por otros,

aun cuando no son dioses en absoluto?

¡Sin embargo, mi pueblo ha cambiado a su glorioso Dios

por ídolos inútiles!

12 Los cielos están espantados ante semejante cosa

y retroceden horrorizados y consternados

—dice elSeñor—.

13 Pues mi pueblo ha cometido dos maldades:

me ha abandonado a mí

—la fuente de agua viva—

y ha cavado para sí cisternas rotas

¡que jamás pueden retener el agua!

Los resultados del pecado de Israel

14 »¿Por qué Israel se ha convertido en esclavo?

¿Por qué se lo han llevado como botín?

15 Leones fuertes rugieron contra él,

y la tierra ha sido destruida.

Ahora las ciudades están en ruinas,

ya nadie vive en ellas.

16 Los egipcios, en pie de guerra, llegaron desde sus ciudades de Menfisy Tafnes,

han destruido la gloria y el poder de Israel.

17 Tú mismo te has buscado esta desgracia

al rebelarte contra elSeñortu Dios,

¡aun cuando él te guiaba por el camino!

18 »¿Qué provecho has sacado de tus alianzas con Egipto

y de tus pactos con Asiria?

¿En qué te benefician las corrientes del Nilo

o las aguas del río Éufrates?

19 Tu perversidad traerá su propio castigo.

El haberte alejado de mí te avergonzará.

Verás qué malo y amargo es

abandonar alSeñortu Dios y no temerle.

¡Yo, el Señor, elSeñorde los Ejércitos Celestiales, he hablado!

20 »Hace tiempo rompí el yugo que te oprimía

y arranqué las cadenas de tu esclavitud,

pero aun así dijiste:

“No te serviré”.

Sobre cada colina y debajo de todo árbol frondoso

te has prostituido inclinándote ante ídolos.

21 Pero fui yo el que te planté,

escogiendo una vid del más puro origen, lo mejor de lo mejor.

¿Cómo te transformaste en esta vid corrupta y silvestre?

22 Por más jabón o lejía que te pongas no puedes limpiarte.

Aún puedo ver la mancha de tu culpa.

¡Yo, elSeñorSoberano, he hablado!

Israel, una esposa infiel

23 »Tú dices: “¡Esto no es cierto!

¡No he rendido culto a las imágenes de Baal!”.

¿Pero cómo puedes decir semejante cosa?

¡Ve y mira lo que hay en cualquier valle de la tierra!

Reconoce los espantosos pecados que has cometido.

Eres como una camella inquieta,

buscando un macho con desesperación.

24 Eres como una burra salvaje,

olfateando el viento en época de apareamiento.

¿Quién puede contenerla de su celo?

¡Los que la desean no necesitan buscar demasiado,

porque es ella quien corre hacia ellos!

25 ¿Cuándo dejarás de correr?

¿Cuándo desistirás de jadear tras otros dioses?

Pero tú dices: “Ahórrate tus palabras.

¡Estoy enamorada de estos dioses ajenos,

y no puedo dejar de amarlos!”.

26 »Israel es como un ladrón

que solo se avergüenza cuando lo descubren,

al igual que sus reyes, funcionarios, sacerdotes y profetas.

27 A una imagen tallada en un trozo de madera le dicen:

“Tú eres mi padre”.

A un ídolo esculpido en un bloque de piedra le dicen:

“Tú eres mi madre”.

Me dan la espalda,

pero durante tiempos difíciles me suplican:

“¡Ven y sálvanos!”.

28 Pero ¿por qué no invocas a esos dioses que has fabricado?

Cuando lleguen los problemas, ¡que ellos te salven si pueden!

Pues tú tienes tantos dioses

como ciudades hay en Judá.

29 ¿Por qué me acusas de hacer el mal?

Ustedes son los que se han rebelado

—dice elSeñor—.

30 He castigado a tus hijos,

pero no respondieron a mi disciplina.

Tú mismo mataste a tus profetas

como un león mata a su presa.

31 »¡Oh pueblo mío, presta atención a las palabras delSeñor!

¿Acaso he sido como un desierto para Israel?

¿Acaso le he sido una tierra de tinieblas?

Entonces díganme por qué mi pueblo declara: “¡Por fin nos hemos librado de Dios!

¡No lo necesitamos más!”.

32 ¿Se olvida una joven de sus joyas,

o una recién casada de su vestido de bodas?

Sin embargo, año tras año,

mi pueblo se ha olvidado de mí.

33 »¡Cómo maquinas y tramas para ganarte a tus amantes!

¡Hasta una prostituta veterana podría aprender de ti!

34 Tus vestidos están manchados con la sangre de los inocentes y de los pobres,

¡aunque no los sorprendiste robando tu casa!

35 Aun así dices:

“No he hecho nada malo.

¡Seguro que Dios no está enojado conmigo!”;

pero ahora te castigaré severamente

porque afirmas no haber pecado.

36 Primero acá, después allá,

saltas de un aliado a otro pidiendo ayuda.

Pero tus nuevos amigos de Egipto te fallarán,

tal como Asiria lo hizo antes.

37 Desesperado, serás llevado al destierro

con las manos en la cabeza,

porque elSeñorha rechazado a las naciones en las cuales confías.

Ellas no te ayudarán en absoluto.

Jeremías 3

1 »Si un hombre se divorcia de su esposa,

y ella se casa con otro,

él nunca la recibirá de nuevo,

porque eso sin duda corrompería la tierra.

Pero tú te has prostituido con muchos amantes,

entonces, ¿por qué tratas de volver a mí?

—dice elSeñor—.

2 Fíjate en los santuarios que hay en cada cumbre.

¿Hay algún lugar que no haya sido profanado

por tu adulterio con otros dioses?

Te sientas junto al camino como una prostituta en espera de un cliente.

Te sientas sola, como un nómada en el desierto.

Contaminaste la tierra con tu prostitución

y tu perversidad.

3 Por eso incluso han faltado las lluvias de primavera.

Pues eres una prostituta descarada y totalmente desvergonzada.

4 Aun así me dices:

“Padre, tú has sido mi guía desde mi juventud.

5 ¡Seguro que no estarás enojado para siempre!

¡Sin duda puedes olvidar lo que he hecho!”.

Hablas de esta manera,

pero sigues haciendo todo el mal posible».

Judá sigue el ejemplo de Israel

6 Durante el reinado de Josías, elSeñorme dijo: «¿Te has dado cuenta de lo que ha hecho la caprichosa Israel? Como una esposa que comete adulterio, Israel ha rendido culto a otros dioses en cada colina y debajo de todo árbol frondoso.

7 Yo pensaba: “Después de haber hecho todo esto regresará a mí”; pero no lo hizo, y su desleal hermana Judá lo observó.

8 Vioque me divorcié de la infiel Israel debido a su adulterio; pero Judá, esa hermana traicionera, no tuvo temor, y ahora ella también me ha dejado y se ha entregado a la prostitución.

9 Israel no lo tomó en serio y no le parece nada fuera de lo común cometer adulterio al rendir culto a ídolos hechos de madera y de piedra. Así que ahora la tierra se ha corrompido.

10 Sin embargo, a pesar de esto, su infiel hermana Judá nunca ha vuelto a mí de corazón, solo fingió estar apenada. ¡Yo, elSeñor, he hablado!».

Esperanza para la rebelde Israel

11 Luego elSeñorme dijo: «¡Hasta la infiel Israel es menos culpable que la traidora Judá!

12 Por lo tanto, ve y dale este mensaje a Israel.Esto dice elSeñor:

»“Oh Israel, mi pueblo infiel,

regresa otra vez a mí,

porque yo soy misericordioso.

No estaré enojado contigo para siempre.

13 Solo reconoce tu culpa;

admite que te has rebelado contra elSeñortu Dios

y que cometiste adulterio contra él

al rendir culto a ídolos debajo de todo árbol frondoso.

Confiesa que rehusaste oír mi voz.

¡Yo, elSeñor, he hablado!

14 »”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados

—dice elSeñor—,

porque yo soy su amo.

Los traeré de regreso a la tierra de Israel,

uno de esta ciudad y dos de aquella familia,

de todo lugar donde estén esparcidos.

15 Y les daré pastores conforme a mi propio corazón,

que los guiarán con conocimiento y entendimiento.

16 »”Cuando una vez más la tierra se llene de gente —dice elSeñor—, ya no desearán más ‘los viejos tiempos’ cuando poseían el arca del pacto delSeñor. No extrañarán aquellos días, ni siquiera los recordarán y no habrá necesidad de reconstruir el arca.

17 En aquel día, Jerusalén será conocida como ‘el Trono delSeñor’. Todas las naciones acudirán a Jerusalén para honrar alSeñor. Ya no seguirán tercamente sus propios malos deseos.

18 En aquellos días la gente de Judá y la gente de Israel volverán juntas del destierro del norte. Regresarán a la tierra que les di a los antepasados de ustedes como herencia perpetua.

19 »”Me dije a mí mismo:

‘¡Cómo quisiera tratarlos como a mis propios hijos!’.

Solo quería darles esta hermosa tierra,

la posesión más maravillosa del mundo.

Esperaba con anhelo que me llamaran ‘Padre’,

y quise que nunca se alejaran de mí.

20 Sin embargo, me fuiste infiel, ¡pueblo de Israel!

Has sido como una esposa infiel que deja a su marido.

Yo, elSeñor, he hablado”».

21 Se escuchan voces en las alturas de las montañas desoladas,

el llanto y las súplicas del pueblo de Israel.

Pues han escogido caminos torcidos

y se han olvidado delSeñorsu Dios.

22 «Vuelvan a mí, hijos descarriados —dice elSeñor—,

y les sanaré el corazón extraviado».

«Sí, ya vamos —responde el pueblo—,

porque tú eres elSeñornuestro Dios.

23 Nuestro culto a ídolos en las colinas

y nuestras orgías religiosas en las montañas

son una falsa ilusión.

Solo en elSeñornuestro Dios

encontrará Israel salvación.

24 Desde la niñez hemos visto

cómo todo aquello por lo que trabajaron nuestros antepasados

—sus ganados y rebaños, sus hijos e hijas—

se despilfarraba en una falsa ilusión.

25 Echémonos al suelo llenos de vergüenza

y cubiertos de deshonra,

porque tanto nosotros como nuestros antepasados hemos pecado

contra elSeñornuestro Dios.

Desde la niñez hasta el día de hoy

nunca lo hemos obedecido».

Jeremías 4

1 «¡Oh, Israel! —dice elSeñor—,

si quisieras, podrías volver a mí.

Podrías desechar tus ídolos detestables

y no alejarte nunca más.

2 Después, cuando jures por mi nombre diciendo:

“Tan cierto como que elSeñorvive”,

lo podrías hacer

con verdad, justicia y rectitud.

Entonces serías una bendición a las naciones del mundo,

y todos los pueblos vendrían y alabarían mi nombre».

Se acerca el juicio a Judá

3 Esto dice elSeñora la gente de Judá y de Jerusalén:

«¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones!

No desperdicien la buena semilla entre los espinos.

4 Oh habitantes de Judá y de Jerusalén,

renuncien a su orgullo y a su poder.

Cambien la actitud del corazón ante elSeñor,

o mi enojo arderá como fuego insaciable

debido a todos sus pecados.

5 »¡Griten a la gente de Judá y proclamen a los de Jerusalén!

Díganles que toquen alarma en toda la tierra:

“¡Corran y salven sus vidas!

¡Huyan a las ciudades fortificadas!”.

6 Levanten una bandera de señales como una advertencia para Jerusalén:

“¡Huyan de inmediato! ¡No se demoren!”.

Pues desde el norte traigo una

terrible destrucción sobre ustedes».

7 Desde su guarida un león acecha,

un destructor de naciones.

Ha salido de su guarida y se dirige hacia ustedes.

¡Arrasará su tierra!

Sus ciudades quedarán en ruinas,

y ya nadie vivirá en ellas.

8 Así que póngase ropa de luto

y lloren con el corazón destrozado,

porque la ira feroz delSeñor

todavía está sobre nosotros.

9 «En aquel día —dice elSeñor—,

el rey y los funcionarios temblarán de miedo.

Los sacerdotes quedarán paralizados de terror

y los profetas, horrorizados».

10 Entonces dije: «OhSeñorSoberano,

el pueblo ha sido engañado por lo que dijiste,

porque prometiste paz para Jerusalén.

¡Sin embargo, la espada está en su cuello!».

11 Se acerca la hora en que elSeñordirá

a la gente de Jerusalén:

«Mi querido pueblo, desde el desierto sopla un viento abrasador,

y no la brisa suave que se usa para separar la paja del grano.

12 ¡Es una ráfaga estrepitosa que yo envié!

¡Ahora pronuncio la destrucción contra ti!».

13 ¡Nuestro enemigo avanza hacia nosotros como nubarrones!

Sus carros de guerra son como torbellinos;

sus caballos son más veloces que las águilas.

¡Qué horrible será, pues estamos condenados!

14 Oh Jerusalén, limpia tu corazón

para que seas salvada.

¿Hasta cuándo guardarás

tus malos pensamientos?

15 Tu destrucción ya se anunció

desde Dan y la zona montañosa de Efraín.

16 «Adviertan a las naciones vecinas

y anuncien esto a Jerusalén:

“El enemigo viene desde una tierra lejana,

dando gritos de guerra contra las ciudades de Judá.

17 Rodean a Jerusalén como guardianes alrededor de un campo

porque mi pueblo se rebeló contra mí

—dice elSeñor—.

18 Tus propios hechos han traído todo esto sobre ti.

Este castigo es amargo, ¡te penetra hasta el corazón!”».

Jeremías llora por su pueblo

19 ¡Mi corazón, mi corazón, me retuerzo de dolor!

¡Mi corazón retumba dentro de mí! No puedo quedarme quieto.

Pues he escuchado el sonar de las trompetas enemigas

y el bramido de sus gritos de guerra.

20 Olas de destrucción cubren la tierra,

hasta dejarla en completa desolación.

Súbitamente mis carpas son destruidas;

de repente mis refugios son demolidos.

21 ¿Hasta cuándo tendré que ver las banderas de combate

y oír el toque de trompetas de guerra?

22 «Mi pueblo es necio

y no me conoce —dice elSeñor—.

Son hijos tontos,

sin entendimiento.

Son lo suficientemente listos para hacer lo malo,

¡pero no tienen ni idea de cómo hacer lo correcto!».

Visión de Jeremías del desastre venidero

23 Miré a la tierra y estaba vacía y no tenía forma;

miré a los cielos y no había luz.

24 Miré a las montañas y colinas

que temblaban y se agitaban.

25 Miré y toda la gente se había ido;

todos los pájaros del cielo se habían volado.

26 Miré y los terrenos fértiles se habían convertido en desiertos;

las ciudades estaban en ruinas,

destruidas por la ira feroz delSeñor.

27 Esto dice elSeñor:

«La tierra entera será arrasada,

pero no la destruiré por completo.

28 La tierra estará de luto

y los cielos serán tapizados de negro

a causa de la sentencia que pronuncié contra mi pueblo.

Lo he decidido y no lo cambiaré».

29 Al oír el ruido de los carros de guerra y los arqueros,

la gente huye aterrorizada.

Ellos se esconden en los matorrales

y corren a las montañas.

Todas las ciudades han sido abandonadas,

¡no queda nadie en ellas!

30 ¿Qué es lo que haces,

tú que has sido saqueado?

¿Por qué te vistes de ropas hermosas

y te pones joyas de oro?

¿Por qué te resaltas los ojos con rímel?

¡Arreglarte así de nada te servirá!

Los aliados que fueron tus amantes

te desprecian y buscan tu muerte.

31 Oigo gritos, como los de una mujer que está de parto,

los gemidos de una mujer dando a luz a su primer hijo.

Es la bella Jerusalén,

que respira con dificultad y grita:

«¡Socorro! ¡Me están matando!».

Jeremías 5

Los pecados de Judá

1 «Corran por todas las calles de Jerusalén —dice elSeñor—,

busquen arriba y abajo, ¡busquen por toda la ciudad!

Si encuentran aunque sea a una sola persona justa y honrada

no destruiré la ciudad.

2 Pero aun cuando están bajo juramento

diciendo: “Tan cierto como que elSeñorvive”,

¡todos siguen mintiendo!».

3 Señor, tú estás buscando la honradez.

Golpeaste a tu pueblo,

pero no prestó atención.

Los has aplastado,

pero se negaron a ser corregidos.

Son tercos, de caras duras como piedra;

rehusaron arrepentirse.

4 Entonces dije: «¿Pero qué podemos esperar de los pobres?

Son unos ignorantes.

No conocen los caminos delSeñor

ni entienden las leyes divinas.

5 Así que iré y hablaré a sus líderes.

Sin duda ellos conocen los caminos delSeñor

y entienden las leyes de Dios».

Pero los líderes también, como un solo hombre,

se habían librado del yugo de Dios

y roto las cadenas.

6 Entonces ahora un león de la selva los atacará;

un lobo del desierto se les echará encima.

Un leopardo acechará cerca de sus ciudades,

y hará trizas a quien se atreva a salir.

Pues grande es la rebelión de ellos

y muchos son sus pecados.

7 «¿Cómo puedo perdonarte?

Pues aun tus hijos se han alejado de mí.

¡Ellos juraron por dioses que no son dioses en absoluto!

Alimenté a mi pueblo hasta que estuvo satisfecho;

pero su manera de darme las gracias fue cometer adulterio

y hacer fila en los prostíbulos.

8 Son vigorosos sementales, bien alimentados,

cada uno relinchando por la mujer de su prójimo.

9 ¿No habría de castigarlos por esto? —dice elSeñor—.

¿No habría de vengarme contra semejante nación?

10 »Vayan por las hileras de los viñedos y destruyan las vides

pero dejen algunas con vida.

Arranquen los sarmientos de las vides,

porque esta gente no pertenece alSeñor.

11 Los pueblos de Israel y Judá

están llenos de traición contra mí

—dice elSeñor—.

12 Mintieron acerca delSeñory dijeron:

“¡Él no nos molestará!

Ningún desastre vendrá sobre nosotros;

no habrá guerra ni hambre.

13 Todos los profetas de Dios son pura palabrería;

en realidad no hablan de parte de él.

¡Que caigan sobre ellos mismos sus predicciones de desastre!”».

14 Por lo tanto, esto dice elSeñorDios de los Ejércitos Celestiales:

«Debido a que mi pueblo habla de esta manera,

mis mensajes saldrán de tu boca como llamas de fuego

y quemarán al pueblo como si fuera leña.

15 Oh Israel, traeré una nación lejana contra ti

—dice elSeñor—.

Es una nación poderosa,

una nación antigua,

un pueblo cuyo idioma desconoces,

cuya forma de hablar no entiendes.

16 Sus armas son mortíferas;

sus guerreros, poderosos.

17 Devorarán la comida de tu cosecha;

devorarán a tus hijos e hijas.

Devorarán tus rebaños y manadas;

devorarán tus uvas y tus higueras.

Y destruirán tus ciudades fortificadas

que consideras tan seguras.

18 »Sin embargo, aun en esos días, no te eliminaré por completo —dice elSeñor—.

19 Y cuando tu pueblo pregunte: “¿Por qué elSeñornuestro Dios nos hizo todo esto?”, debes contestar: “Ustedes lo rechazaron y se entregaron a dioses extranjeros en su propia tierra. Ahora servirán a extranjeros en una tierra que a ustedes no les pertenece”.

Advertencia al pueblo de Dios

20 »Anuncien esto a Israel,

y díganselo a Judá:

21 “Escucha, gente necia y sin sentido común,

que tiene ojos que no ven,

y oídos que no oyen.

22 ¿No me tienes respeto?

¿Por qué no tiemblas en mi presencia?

Yo, elSeñor, con la arena defino el límite del océano

como frontera eterna que las aguas no pueden cruzar.

Las olas pueden agitarse y rugir,

pero nunca podrán pasar los límites que establecí.

23 Sin embargo, mi pueblo tiene el corazón terco y rebelde;

se alejó y me abandonó.

24 No dicen de corazón:

“Vivamos con temor reverente ante elSeñornuestro Dios,

porque nos da la lluvia cada primavera y otoño,

asegurándonos una cosecha en el tiempo apropiado”.

25 Su maldad les ha privado de estas maravillosas bendiciones;

su pecado les ha robado todas estas cosas buenas.

26 »Hay hombres perversos entre mi pueblo

que están al acecho de víctimas, como un cazador oculto en su escondite.

Continuamente ponen trampas

para atrapar a la gente.

27 Como una jaula llena de pájaros

sus casas están llenas de planes siniestros.

Ahora son poderosos y ricos.

28 Están gordos y con aspecto saludable,

y sus obras de maldad no tienen límite.

Rehúsan dar justicia al huérfano

y le niegan los derechos al pobre.

29 ¿No habría de castigarlos por esto? —dice elSeñor—.

¿No habría de vengarme de semejante nación?

30 Algo terrible y espantoso

ha sucedido en este país:

31 los profetas dan profecías falsas,

y los sacerdotes gobiernan con mano de hierro.

Peor todavía, ¡a mi pueblo le encanta que sea así!

Ahora bien, ¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin?

Jeremías 6

Advertencia final a Jerusalén

1 »¡Corran y salven sus vidas, habitantes de Benjamín!

¡Salgan de Jerusalén!

¡Toquen alarma en Tecoa!

¡Levanten señales en Bet-haquerem!

Un ejército poderoso viene del norte

y trae calamidad y destrucción.

2 Oh Jerusalén,tú eres mi hija hermosa y delicada,

¡pero te destruiré!

3 Los enemigos te rodearán como pastores que acampan alrededor de la ciudad.

Cada uno escoge un lugar para que su tropa devore.

4 Ellos gritan: “¡Prepárense para la batalla!

¡Ataquen a mediodía!”.

“No, ya es muy tarde; el día se acaba,

y caen las sombras de la noche”.

5 “¡Entonces, ataquemos de noche

y destruyamos sus palacios!”».

6 ElSeñorde los Ejércitos Celestiales dice:

«Corten árboles para usarlos como arietes;

construyan rampas de asalto contra las murallas de Jerusalén.

Esta es la ciudad que debe ser castigada,

porque es perversa hasta más no poder.

7 De ella brota la maldad como de una fuente.

Sus calles resuenan con violencia y destrucción.

Siempre veo sus enfermedades y heridas.

8 Oye esta advertencia, Jerusalén,

o me alejaré de ti indignado.

Escucha o te convertiré en un montón de escombros,

una tierra donde no vive nadie».

9 ElSeñorde los Ejércitos Celestiales dice:

«Aun los pocos que permanezcan en Israel

serán nuevamente recogidos,

como cuando el que cosecha revisa cada vid por segunda vez

para recoger las uvas que no se cortaron».

La rebelión constante de Judá

10 ¿A quién puedo advertir?

¿Quién escuchará cuando yo hable?

Tienen sordos los oídos

y no pueden oír.

Ellos desprecian la palabra delSeñor.

No quieren escuchar para nada.

11 Por eso ahora estoy lleno de la furia delSeñor.

¡Sí, estoy cansado de contenerla!

«Derramaré mi furia sobre los niños que juegan en las calles

y sobre las reuniones de jóvenes,

sobre esposos y esposas

y sobre los que son viejos y canosos.

12 Sus casas serán dadas a los enemigos,

al igual que sus campos y sus esposas

porque levantaré mi puño poderoso

contra la gente de esta tierra

—dice elSeñor—.

13 Desde el menos importante hasta el más importante,

sus vidas están dominadas por la avaricia.

Desde los profetas hasta los sacerdotes,

todos son unos farsantes.

14 Ofrecen curas superficiales

para la herida mortal de mi pueblo.

Dan garantías de paz

cuando no hay paz.

15 ¿Se avergüenzan de sus actos repugnantes?

De ninguna manera, ¡ni siquiera saben lo que es sonrojarse!

Por lo tanto, estarán entre los caídos en la matanza;

serán derribados cuando los castigue»,

dice elSeñor.

Judá rechaza el camino del Señor

16 Esto dice elSeñor:

«Deténganse en el cruce y miren a su alrededor;

pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él.

Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma.

Pero ustedes responden: “¡No, ese no es el camino que queremos!”.

17 Puse centinelas sobre ustedes, que dijeron:

“Estén atentos al sonido de alarma”.

Pero ustedes respondieron:

“¡No! ¡No prestaremos atención!”.

18 »Por lo tanto, naciones, escuchen esto;

tomen nota de la situación de mi pueblo.

19 ¡Escucha, toda la tierra!

Traeré desastre sobre mi pueblo.

Es el fruto de sus propias intrigas,

porque se niegan a escucharme;

han rechazado mi palabra.

20 Es inútil ofrecerme el incienso dulce de Saba.

¡Guárdense su cálamo aromático importado de tierras lejanas!

No aceptaré sus ofrendas quemadas;

sus sacrificios no tienen ningún aroma agradable para mí».

21 Por lo tanto, esto dice elSeñor:

«Pondré obstáculos en el camino de mi pueblo.

Padres e hijos tropezarán contra ellos.

Vecinos y amigos morirán juntos».

Invasión desde el norte

22 Esto dice elSeñor:

«¡Miren! ¡Un gran ejército viene del norte!

Desde tierras lejanas se levanta contra ti una gran nación.

23 Están armados con arcos y lanzas;

son crueles y no perdonan a nadie.

Cuando avanzan montados a caballo

se oyen como el rugido del mar.

Vienen en formación de batalla,

con planes de destruirte, hermosa Jerusalén».

24 Hemos oído informes acerca del enemigo

y las manos nos tiemblan de miedo.

Punzadas de angustia se han apoderado de nosotros,

como las de la mujer que está en trabajo de parto.

25 ¡No salgan a los campos!

¡No viajen por los caminos!

¡La espada del enemigo está por todos lados,

y nos aterroriza a cada paso!

26 Oh, pueblo mío, vístete de tela áspera

y siéntate entre las cenizas.

Laméntate y llora amargamente, como el que pierde a un hijo único.

¡Pues los ejércitos destructores caerán de sorpresa sobre ti!

27 «Jeremías, te he hecho probador de metales,

para que puedas determinar la calidad de mi pueblo.

28 Ellos son rebeldes de la peor clase,

llenos de calumnia.

Son tan duros como el bronce y el hierro

y llevan a otros a la corrupción.

29 Los fuelles soplan las llamas con furor

para quemar la corrupción.

Pero no los purifica,

ya que su perversidad permanece.

30 Los marcaré: “plata rechazada”,

porque yo, elSeñor, los desecho».

Jeremías 7

Jeremías habla en el templo

1 ElSeñorle dio otro mensaje a Jeremías diciendo:

2 «Vete a la entrada del templo delSeñory dale el siguiente mensaje al pueblo: “Oh Judá, ¡escucha este mensaje delSeñor! ¡Escúchenlo, todos ustedes que aquí adoran alSeñor!

3 Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel:

»“Incluso ahora, si abandonan sus malos caminos les permitiré quedarse en su propia tierra;

4 pero no se dejen engañar por los que les prometen seguridad simplemente porque aquí está el templo delSeñor. Ellos repiten: ‘¡El templo delSeñorestá aquí! ¡El templo delSeñorestá aquí!’.

5 Pero seré misericordioso únicamente si abandonan sus malos pensamientos y sus malas acciones, y comienzan a tratarse el uno al otro con justicia;

6 si dejan de explotar a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas; si dejan de asesinar; y si dejan de dañarse ustedes mismos al rendir culto a los ídolos.

7 Entonces, les permitiré quedarse en esta tierra que les di a sus antepasados para siempre.

8 »”No se dejen engañar ni crean que nunca tendrán que sufrir porque el templo está aquí. ¡Es una mentira!

9 ¿De verdad piensan que pueden robar, matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros nuevos dioses que tienen,

10 y luego venir y presentarse delante de mí en mi templo a repetir: ‘¡Estamos a salvo!’, solo para irse a cometer nuevamente todas las mismas maldades?

11 ¿No reconocen ustedes mismos que este templo, que lleva mi nombre, se ha convertido en una cueva de ladrones? Les aseguro que veo todo el mal que ocurre allí. ¡Yo, elSeñor, he hablado!

12 »”Ahora vayan a Silo, al lugar donde puse antes el tabernáculo que llevaba mi nombre. Vean lo que hice allí debido a toda la perversidad de mi pueblo, los israelitas.

13 Cuando ustedes cometían estas perversidades, dice elSeñor, yo les hablé de ello repetidas veces, pero ustedes no quisieron escuchar. Los llamé pero se negaron a contestar.

14 Entonces, tal como destruí a Silo, ahora también destruiré a este templo que lleva mi nombre, este templo al que acuden en busca de ayuda, este lugar que les di a ustedes y a sus antepasados.

15 Y los enviaré al destierro fuera de mi vista, así como hice con sus parientes, el pueblo de Israel”.

Persistente idolatría de Judá

16 »Jeremías, no ores más por este pueblo. No llores ni ores por ellos y no me supliques que los ayude, porque no te escucharé.

17 ¿Acaso no ves lo que están haciendo en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

18 ¡Con razón estoy tan enojado! Mira cómo los hijos juntan leña y los padres preparan el fuego para el sacrificio. Observa cómo las mujeres preparan la masa para hacer pasteles y ofrecérselos a la reina del cielo. ¡Y derraman ofrendas líquidas a sus otros dioses-ídolos!

19 ¿Soy yo al que ellos perjudican? —pregunta elSeñor—. Más que nada se perjudican a sí mismos, para su propia vergüenza».

20 Así que esto dice elSeñorSoberano: «Derramaré mi terrible furia sobre este lugar. Sus habitantes, animales, árboles y cosechas serán consumidos con el fuego insaciable de mi enojo».

21 Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: «¡Tomen sus ofrendas quemadas y los demás sacrificios y cómanselos ustedes mismos!

22 Cuando saqué a sus antepasados de Egipto no eran ofrendas quemadas ni sacrificios lo que deseaba de ellos.

23 Esto les dije: “Obedézcanme, y yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. ¡Hagan todo lo que les diga y les irá bien!”.

24 »Pero mi pueblo no quiso escucharme. Continuaron haciendo lo que querían, siguiendo los tercos deseos de su malvado corazón. Retrocedieron en vez de ir hacia adelante.

25 Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, no he dejado de enviarles a mis siervos, los profetas, día tras día;

26 pero mi pueblo no me ha escuchado, ni siquiera ha tratado de oírme. Han sido tercos y pecadores, aún peores que sus antepasados.

27 »Diles todo esto, pero no esperes que te escuchen. Adviérteles a gritos, pero no esperes que te hagan caso.

28 Diles: “Esta es la nación que no obedece alSeñorsu Dios y que rechaza ser enseñada. Entre ellos la verdad ha desaparecido; ya no se escucha en sus labios.

29 Rápate en señal de luto y llora a solas en las montañas, porque elSeñorha rechazado y ha abandonado a esta generación que ha provocado su furia”.

El valle de la Matanza

30 »La gente de Judá ha pecado ante mis propios ojos —dice elSeñor—. Han puesto sus ídolos abominables precisamente en el templo que lleva mi nombre, y así lo han profanado.

31 Han edificado santuarios paganos en Tofet, el basurero en el valle de Ben-hinom, donde queman a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa!

32 Así que, ¡atención! Se acerca la hora —dice elSeñor—, cuando ese basurero ya no será llamado más Tofet ni valle de Ben-hinom, sino valle de la Matanza. Enterrarán a sus muertos en Tofet hasta que ya no haya más lugar.

33 Los cadáveres de mi pueblo servirán de comida para los buitres y los animales salvajes, y no habrá quien los ahuyente.

34 Pondré fin a las risas y a las alegres canciones en las calles de Jerusalén. No se oirán más las voces felices de los novios ni de las novias en las ciudades de Judá. La tierra quedará completamente desolada.

Jeremías 8

1 »En ese día —dice elSeñor—, el enemigo abrirá las tumbas de los reyes y los funcionarios de Judá, las tumbas de los sacerdotes, los profetas y la gente común de Jerusalén.

2 Esparcirá los huesos sobre la tierra ante el sol, la luna y las estrellas: los dioses que mi pueblo ha amado, servido y rendido culto. Sus huesos no serán recogidos nuevamente ni enterrados, sino que serán esparcidos sobre la tierra como si fueran estiércol.

3 Y la gente que sobreviva de esta nación malvada deseará morir en vez de vivir en el lugar donde los enviaré. ¡Yo, elSeñorde los Ejércitos Celestiales, he hablado!

Engaño de los falsos profetas

4 »Jeremías, dile al pueblo: “Esto dice elSeñor:

»‘Cuando una persona se cae, ¿acaso no vuelve a levantarse?

Cuando descubre que está en un camino equivocado, ¿acaso no da la vuelta?

5 Entonces, ¿por qué esta gente continúa en su camino de autodestrucción?

¿Por qué los habitantes de Jerusalén rehúsan regresar?

Se aferran a sus mentiras

y se niegan a volver.

6 Escucho sus conversaciones

y no oigo una sola palabra de verdad.

¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo?

¿Alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”?

¡No! ¡Todos corren por el camino del pecado

tan veloces como galopa un caballo a la batalla!

7 Hasta la cigüeña que surca el cielo

conoce el tiempo de su migración,

al igual que la tórtola, la golondrina y la grulla.

Todas regresan en el tiempo señalado cada año.

¡Pero no en el caso de mi pueblo!

Ellos no conocen las leyes delSeñor.

8 »’¿Cómo pueden decir: “Somos sabios porque tenemos la palabra delSeñor”,

cuando, al escribir mentiras, sus maestros la han torcido?

9 Estos maestros sabios caerán

en la trampa de su propia necedad,

porque han rechazado la palabra delSeñor.

Después de todo, ¿son ellos tan sabios?

10 Les daré sus esposas a otros

y sus fincas a extranjeros.

Desde el menos importante hasta el más importante,

sus vidas están dominadas por la avaricia.

Es cierto, incluso mis profetas y sacerdotes son así;

todos ellos son unos farsantes.

11 Ofrecen curas superficiales

para la herida mortal de mi pueblo.

Dan garantías de paz

cuando no hay paz.

12 ¿Se avergüenzan de estos actos repugnantes?

De ninguna manera, ¡ni siquiera saben lo que es sonrojarse!

Por lo tanto, estarán entre los caídos en la matanza;

serán derribados cuando los castigue,

dice elSeñor.

13 Con toda seguridad los consumiré.

No habrá más cosechas de higos ni de uvas;

todos sus árboles frutales morirán.

Todo lo que les di, pronto se acabará.

¡Yo, elSeñor, he hablado!’.

14 »Luego el pueblo dirá:

“¿Por qué deberíamos esperar aquí para morir?

Vengan, vayamos a las ciudades fortificadas para morir allí.

Pues elSeñornuestro Dios ha decretado nuestra destrucción

y nos ha dado a beber una copa de veneno

porque pecamos contra elSeñor.

15 Esperábamos paz, pero la paz no llegó;

esperábamos tiempos de sanidad, pero solo encontramos terror”.

16 »Ya se puede oír el resoplido de los caballos de guerra del enemigo

¡desde tan lejos como la tierra de Dan en el norte!

El relincho de sus sementales hace temblar toda la tierra.

Vienen a devorar el país y todo lo que hay en él,

tanto las ciudades como los habitantes.

17 Enviaré estas tropas enemigas entre ustedes

como serpientes venenosas a las que no pueden encantar.

Los morderán y ustedes morirán.

¡Yo, elSeñor, he hablado!».

Jeremías llora por Judá

18 Mi dolor no tiene remedio;

mi corazón está destrozado.

19 Escuchen el llanto de mi pueblo;

puede oírse por toda la tierra.

«¿Acaso ha abandonado elSeñora Jerusalén?—pregunta la gente—.

¿No está más su Rey allí?».

«Oh, ¿por qué han provocado mi enojo con sus ídolos tallados

y sus despreciables dioses ajenos?», pregunta elSeñor.

20 «Ya se acabó la cosecha,

y el verano se ha ido —se lamenta el pueblo—,

¡y todavía no hemos sido salvados!».

21 Sufro con el dolor de mi pueblo,

lloro y estoy abrumado de profunda pena.

22 ¿No hay medicina en Galaad?

¿No hay un médico allí?

¿Por qué no hay sanidad

para las heridas de mi pueblo?