Jeremías 29

Carta a los desterrados

1 Jeremías escribió desde Jerusalén una carta a los ancianos, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los que el rey Nabucodonosor había desterrado a Babilonia.

2 Esto sucedió luego de que el rey Joaquín,la reina madre, los funcionarios de la corte, los demás funcionarios de Judá y todos los artífices y los artesanos fueran deportados de Jerusalén.

3 Envió la carta con Elasa, hijo de Safán, y Gemarías, hijo de Hilcías, cuando fueron a Babilonia como embajadores del rey Sedequías ante Nabucodonosor. Esto decía la carta de Jeremías:

4 «Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, a los cautivos que él desterró de Jerusalén a Babilonia:

5 “Edifiquen casas y hagan planes para quedarse. Planten huertos y coman del fruto que produzcan.

6 Cásense y tengan hijos. Luego encuentren esposos y esposas para ellos para que tengan muchos nietos. ¡Multiplíquense! ¡No disminuyan!

7 Y trabajen por la paz y prosperidad de la ciudad donde los envié al destierro. Pidan alSeñorpor la ciudad, porque del bienestar de la ciudad dependerá el bienestar de ustedes”.

8 »Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “No permitan que los engañen los profetas y los adivinos que están entre ustedes en la tierra de Babilonia. No presten atención a sus sueños,

9 porque les dicen mentiras en mi nombre. Yo no los envié”, dice elSeñor.

10 »Esto dice elSeñor: “Ustedes permanecerán en Babilonia durante setenta años; pero luego vendré y cumpliré todas las cosas buenas que les prometí, y los llevaré de regreso a casa.

11 Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice elSeñor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.

12 En esos días, cuando oren, los escucharé.

13 Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.

14 Sí, me encontrarán —dice elSeñor—. Pondré fin a su cautiverio y restableceré su bienestar. Los reuniré de las naciones adonde los envié y los llevaré a casa, de regreso a su propia tierra”.

15 »Ustedes afirman que elSeñorles ha levantado profetas en Babilonia;

16 pero esto dice elSeñoracerca del rey que se sienta en el trono de David y acerca de todos los que todavía viven aquí en Jerusalén, sus parientes que no fueron desterrados a Babilonia.

17 Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales: “Enviaré sobre ellos guerra, hambre y enfermedad, y haré que sean como higos podridos, tan podridos que no pueden comerse.

18 Sí, los perseguiré con guerra, hambre y enfermedad, y los esparciré por todo el mundo. En cada nación por donde los envíe los convertiré en objeto de condenación, horror, desprecio y burla.

19 Pues ellos rehusaron escucharme, a pesar de que les hablé repetidas veces por medio de los profetas que les envié. Y ustedes, que están en el destierro, tampoco han escuchado”, dice elSeñor.

20 »Por lo tanto, todos los cautivos en Babilonia, escuchen el mensaje delSeñor.

21 Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, acerca de los profetas que tienen —Acab, hijo de Colaías y Sedequías, hijo de Maaseías— que les dicen mentiras en mi nombre: “Yo los entregaré a Nabucodonosorpara que los ejecute delante de sus ojos.

22 Su horrible final será conocido por todos, entonces cuando los desterrados judíos quieran maldecir a alguien, dirán: ‘¡Que elSeñorte haga como a Sedequías y a Acab, a quienes el rey de Babilonia quemó vivos!’.

23 Pues estos hombres han hecho cosas terribles entre mi pueblo. Han cometido adulterio con las esposas de sus vecinos y han mentido en mi nombre diciendo cosas que no les mandé decir. De esto soy testigo. Yo, elSeñor, he hablado”».

Mensaje a Semaías

24 ElSeñorenvió este mensaje a Semaías el nehelamita que estaba en Babilonia.

25 «Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: escribiste una carta por tu propia cuenta a Sofonías, hijo de Maaseías, el sacerdote, y enviaste copias a los demás sacerdotes y al pueblo en Jerusalén. Le escribiste a Sofonías:

26 »“ElSeñorte ha designado para que reemplaces a Joiada como sacerdote a cargo de la casa delSeñor. Eres responsable de poner en cepos y grilletes a cualquier loco que afirme ser profeta.

27 Así que, ¿por qué no has hecho nada para detener a Jeremías de Anatot, que se hace pasar por profeta entre ustedes?

28 Jeremías envió aquí, a Babilonia, una carta prediciendo que nuestro cautiverio será por largo tiempo. Dijo: ‘Edifiquen casas y hagan planes para quedarse. Planten huertos y coman del fruto que produzcan’”».

29 Ahora bien, cuando el sacerdote Sofonías recibió la carta de Semaías, la llevó a Jeremías y se la leyó.

30 Entonces elSeñorle dio a Jeremías este mensaje:

31 «Envía una carta abierta a todos los desterrados en Babilonia. Diles: “Esto dice elSeñorcon relación a Semaías el nehelamita: ‘Como les ha profetizado a pesar de que yo no lo envié, y los ha engañado, haciéndolos creer sus mentiras,

32 lo castigaré a él y a su familia. Ninguno de sus descendientes verá las buenas cosas que haré para mi pueblo, porque él los ha incitado a rebelarse contra mí. ¡Yo, elSeñor, he hablado!’”».

Jeremías 30

Promesas de liberación

1 ElSeñorle dio otro mensaje a Jeremías. Le dijo:

2 «Esto dice elSeñor, Dios de Israel: Jeremías, anota en un registro cada cosa que te he dicho.

3 Pues se acerca la hora cuando restableceré el bienestar de mi pueblo, Israel y Judá. Los traeré a casa, a esta tierra que di a sus antepasados, y volverán a poseerla. ¡Yo, elSeñor, he hablado!».

4 Este es el mensaje que dio elSeñorcon relación a Israel y Judá.

5 Esto dice elSeñor:

«Oigo gritos de temor;

hay terror y no hay paz.

6 Déjenme hacerles una pregunta:

¿Acaso los varones dan a luz?

¿Entonces por qué están parados allí con sus caras pálidas

y con las manos apoyadas sobre el vientre

como una mujer en parto?

7 En toda la historia nunca ha habido un tiempo de terror como este.

Será un tiempo de angustia para mi pueblo Israel.

¡Pero al final será salvo!

8 Pues en ese día

—dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales—,

quebraré el yugo de sus cuellos

y romperé sus cadenas.

Los extranjeros no serán más sus amos.

9 Pues mi pueblo servirá alSeñorsu Dios

y a su rey, descendiente de David,

el rey que yo le levantaré.

10 »Así que no temas, Jacob, mi siervo;

no te dejes abatir, Israel

—dice elSeñor—.

Pues desde tierras lejanas los traeré de regreso a casa,

y sus hijos regresarán del destierro.

Israel regresará a una vida de paz y tranquilidad,

y nadie lo atemorizará.

11 Yo estoy contigo y te salvaré

—dice elSeñor—.

Destruiré por completo a las naciones entre las cuales te esparcí,

pero a ti no te destruiré por completo.

Te disciplinaré, pero con justicia;

no puedo dejarte sin castigo».

12 Esto dice elSeñor:

«Tu lesión es incurable,

una herida terrible.

13 No hay nadie que te ayude

ni que vende tu herida.

Ningún medicamento puede curarte.

14 Todos tus amantes, tus aliados, te han abandonado

y ya no se interesan por ti.

Te he herido cruelmente

como si fuera tu enemigo.

Pues tus pecados son muchos

y tu culpa es grande.

15 ¿Por qué te quejas de tu castigo,

de esta herida que no tiene cura?

He tenido que castigarte

porque tus pecados son muchos

y tu culpa es grande.

16 »Pero todos los que te devoran serán devorados,

y todos tus enemigos serán enviados al destierro.

Todos los que te saquean serán saqueados,

y todos los que te atacan serán atacados.

17 Te devolveré la salud

y sanaré tus heridas —dice elSeñor—,

aunque te llamen desechada, es decir,

“Jerusalén,de quien nadie se interesa”».

18 Esto dice elSeñor:

«Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa

y cuando restablezca su bienestar,

Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas

y el palacio reconstruido como antes.

19 Habrá alegría y canciones de acción de gracias,

y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré;

lo honraré, no lo despreciaré.

20 Sus hijos prosperarán como en el pasado.

Los estableceré como una nación delante de mí,

y castigaré a cualquiera que les haga daño.

21 Volverán a tener su propio gobernante,

quien surgirá de entre ellos mismos.

Lo invitaré a que se acerque a mí —dice elSeñor—,

porque ¿quién se atrevería a acercarse sin ser invitado?

22 Ustedes serán mi pueblo

y yo seré su Dios».

23 ¡Miren! El enojo delSeñorestalla como una tormenta,

un viento devastador que se arremolina sobre las cabezas de los perversos.

24 La ira feroz delSeñorno disminuirá

hasta que haya terminado con todo lo que él tiene pensado.

En los días futuros

ustedes entenderán todo esto.

Jeremías 31

Esperanza de restauración

1 «En ese día —dice elSeñor—, seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellas serán mi pueblo.

2 Esto dice elSeñor:

»Los que sobrevivan de la destrucción venidera

encontrarán bendiciones aun en las tierras áridas,

porque al pueblo de Israel le daré descanso».

3 Hace tiempo elSeñorle dijo a Israel:

«Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno.

Con amor inagotable te acerqué a mí.

4 Yo te reedificaré, mi virgen Israel.

Volverás a ser feliz

y con alegría danzarás con las panderetas.

5 De nuevo plantarás tus viñedos sobre las montañas de Samaria

y allí comerás de tus propios huertos.

6 Llegará el día cuando los centinelas gritarán

desde la zona montañosa de Efraín:

“Vengan, subamos a Jerusalén

a adorar alSeñornuestro Dios”».

7 Ahora esto dice elSeñor:

«Canten con alegría por Israel.

¡Griten por la mejor de las naciones!

Griten de alabanza y alegría:

“¡Salva a tu pueblo, ohSeñor,

el remanente de Israel!”.

8 Pues los traeré del norte

y de los extremos más lejanos de la tierra.

No me olvidaré del ciego ni del cojo,

ni de las mujeres embarazadas ni de las que están en trabajo de parto.

¡Volverá un enorme grupo!

9 Por sus rostros correrán lágrimas de alegría,

y con mucho cuidado los guiaré a casa.

Caminarán junto a arroyos quietos

y por caminos llanos donde no tropezarán.

Pues soy el padre de Israel,

y Efraín es mi hijo mayor.

10 »Ustedes, naciones del mundo,

escuchen este mensaje delSeñor;

proclámenlo en las costas lejanas:

ElSeñorque dispersó a su pueblo,

lo reunirá y lo cuidará

como hace un pastor con su rebaño.

11 Pues elSeñorha rescatado a Israel

de manos más fuertes.

12 Vendrán a su tierra y entonarán canciones de alegría en las alturas de Jerusalén.

Estarán radiantes debido a los buenos regalos delSeñor:

abundancia de grano, vino nuevo y aceite de oliva,

y los rebaños y las manadas saludables.

Su vida será como un jardín bien regado

y desaparecerán todas sus tristezas.

13 Las jóvenes danzarán de alegría

y los hombres —jóvenes y viejos— se unirán a la celebración.

Convertiré su duelo en alegría.

Los consolaré y cambiaré su aflicción en regocijo.

14 Los sacerdotes disfrutarán de la abundancia,

y mi pueblo se saciará de mis buenos regalos.

¡Yo, elSeñor, he hablado!».

La tristeza de Raquel se torna en alegría

15 Esto dice elSeñor:

«En Ramá se oye una voz,

profunda angustia y llanto amargo.

Raquel llora por sus hijos,

se niega a que la consuelen,

porque sus hijos se han ido».

16 Pero ahora esto dice elSeñor:

«No llores más,

porque te recompensaré —dice elSeñor—.

Tus hijos volverán a ti

desde la tierra lejana del enemigo.

17 Hay esperanza para tu futuro —dice elSeñor—.

Tus hijos volverán a su propia tierra.

18 Oí a Israeldecir:

“Me disciplinaste severamente,

como a un becerro que necesita ser entrenado para el yugo.

Hazme volver a ti y restáurame,

porque solo tú eres elSeñormi Dios.

19 Me aparté de Dios,

pero después tuve remordimiento.

¡Me di golpes por haber sido tan estúpido!

Estaba profundamente avergonzado por todo lo que hice en los días de mi juventud”.

20 »¿No es aún Israel mi hijo,

mi hijo querido? —dice elSeñor—.

A menudo tengo que castigarlo,

pero aun así lo amo.

Por eso mi corazón lo anhela

y ciertamente le tendré misericordia.

21 Pon señales en el camino;

coloca postes indicadores.

Marca bien el camino

por el que viniste.

Regresa otra vez, mi virgen Israel;

regresa aquí a tus ciudades.

22 ¿Hasta cuándo vagarás,

mi hija descarriada?

Pues elSeñorhará que algo nuevo suceda:

Israel abrazará a su Dios».

23 Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: «Cuando los traiga de regreso del cautiverio, el pueblo de Judá y sus ciudades volverán a decir: “¡ElSeñorte bendiga, oh casa de rectitud, oh monte santo!”.

24 Tanto la gente de la ciudad como los agricultores y los pastores vivirán juntos en paz y felicidad.

25 Pues le he dado descanso al fatigado y al afligido, alegría».

26 Al oír esto, me desperté y miré a mi alrededor. Mi sueño había sido muy dulce.

27 «Se acerca el día —dice elSeñor—, cuando aumentaré en gran manera la población humana y el número de los animales en Israel y Judá.

28 En el pasado con determinación desarraigué y derribé a esta nación. La derroqué, la destruí y sobre ella traje el desastre; pero en el futuro con la misma determinación la plantaré y la edificaré. ¡Yo, elSeñor, he hablado!

29 »El pueblo ya no citará este proverbio:

“Los padres comieron uvas agrias

pero la boca de sus hijos se frunce por el sabor”.

30 Cada persona morirá por sus propios pecados, los que coman las uvas agrias serán los que tengan la boca fruncida.

31 »Se acerca el día —dice elSeñor—, en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá.

32 Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos rompieron ese pacto, a pesar de que los amé como un hombre ama a su esposa», dice elSeñor.

33 «Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días —dice elSeñor—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

34 Y no habrá necesidad de enseñar a sus vecinos ni habrá necesidad de enseñar a sus parientes diciendo: “Deberías conocer alSeñor”. Pues todos ya me conocerán, desde el más pequeño hasta el más grande —dice elSeñor—. Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».

35 Es elSeñorquien provee el sol para alumbrar el día

y la luna y las estrellas para alumbrar la noche,

y agita el mar y hace olas rugientes.

Su nombre es elSeñorde los Ejércitos Celestiales,

y esto es lo que dice:

36 «¡Igual de improbable es que anule las leyes de la naturaleza

como que rechace a mi pueblo Israel!».

37 Esto dice elSeñor:

«Así como no se pueden medir los cielos

ni explorar los fundamentos de la tierra,

así tampoco consideraré echarlos fuera

por las maldades que han hecho.

¡Yo, elSeñor, he hablado!

38 »Se acerca el día —dice elSeñor—, cuando toda Jerusalén será reconstruida para mí, desde la torre de Hananeel hasta la puerta de la Esquina.

39 Se extenderá una cuerda de medir sobre la colina de Gareb hasta Goa

40 y el área entera —incluidos el cementerio y el basurero de cenizas en el valle, y todos los campos en el oriente hasta el valle de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos— será santa alSeñor. Nunca más la ciudad será conquistada ni destruida».

Jeremías 32

Jeremías compra un terreno

1 Jeremías recibió el siguiente mensaje delSeñoren el décimo año del reinado de Sedequías,rey de Judá. También era el año dieciocho del reinado de Nabucodonosor.

2 Para entonces, Jerusalén estaba sitiada por el ejército babilónico y Jeremías estaba preso en el patio de la guardia del palacio real.

3 El rey Sedequías lo había puesto allí, y preguntaba por qué Jeremías seguía dando esta profecía: «Esto dice elSeñor: “Estoy a punto de entregar esta ciudad al rey de Babilonia, y él la tomará.

4 El rey Sedequías será capturado por los babiloniosy llevado a encontrarse cara a cara con el rey de Babilonia.

5 Él llevará a Sedequías a Babilonia y allí me ocuparé de él —dice elSeñor—. Si ustedes pelean contra los babilonios, no vencerán”».

6 En ese tiempo elSeñorme envió un mensaje. Me dijo:

7 «Tu primo Hanameel, hijo de Salum, vendrá y te dirá: “Compra mi terreno en Anatot. Por ley tienes derecho a comprarlo antes de que lo ofrezca a algún otro”».

8 Entonces, así como elSeñordijo que haría, mi primo Hanameel vino y me visitó en la cárcel. Me dijo: «Por favor, compra mi terreno en Anatot en la tierra de Benjamín. Por ley tienes el derecho de comprarlo antes de que lo ofrezca a algún otro, así que cómpralo para ti». Entonces supe que el mensaje que había oído era delSeñor.

9 Así que compré el terreno en Anatot pagándole a Hanameel diecisiete piezasde plata.

10 Firmé y sellé la escritura de compra delante de testigos, pesé la plata y le pagué.

11 Entonces tomé la escritura sellada y una copia de la escritura no sellada con los términos y condiciones de la compra,

12 y se las di a Baruc, hijo de Nerías y nieto de Maaseías. Hice todo esto en presencia de mi primo Hanameel, de los testigos que firmaron la escritura y de todos los hombres de Judá que estaban allí en el patio de la guardia.

13 Entonces le dije a Baruc mientras todos escuchaban:

14 «Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Toma tanto la escritura sellada como la copia no sellada y ponlas en una vasija de barro para preservarlas por largo tiempo”.

15 Pues esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Algún día de nuevo habrá dueños de estos terrenos que comprarán y venderán casas, viñedos y campos”».

Oración de Jeremías

16 Después que le di los documentos a Baruc, oré alSeñor:

17 «¡OhSeñorSoberano! Hiciste los cielos y la tierra con tu mano fuerte y tu brazo poderoso. ¡Nada es demasiado difícil para ti!

18 Muestras un amor inagotable a miles, pero también haces recaer las consecuencias del pecado de una generación sobre la siguiente. Tú eres el Dios grande y poderoso, elSeñorde los Ejércitos Celestiales.

19 Tú posees toda la sabiduría y haces grandes y maravillosos milagros. Ves la conducta de todas las personas y les das lo que se merecen.

20 Realizaste señales milagrosas y maravillas en la tierra de Egipto, ¡cosas que se recuerdan hasta el día de hoy! Y sigues haciendo grandes milagros en Israel y en todo el mundo. Así has hecho que tu nombre sea famoso hasta el día de hoy.

21 »Tú sacaste a Israel de Egipto con señales poderosas y maravillas, con mano fuerte y brazo poderoso, y con un terror aplastante.

22 Le diste al pueblo de Israel esta tierra que habías prometido hace mucho tiempo a sus antepasados, tierra donde fluyen la leche y la miel.

23 Nuestros antepasados vinieron, la conquistaron y vivieron en ella, pero rehusaron obedecerte o seguir tu palabra. No hicieron nada de lo que les ordenaste. Por eso enviaste este terrible desastre sobre ellos.

24 »¡Miren cómo han construido rampas de asalto contra las murallas de la ciudad! Por medio de guerra, hambre y enfermedad la ciudad será entregada a los babilonios, que la conquistarán. Todo ha sucedido tal como lo dijiste.

25 Y aun así, ohSeñorSoberano, me has ordenado comprar el terreno —hasta pagué mucho dinero en presencia de estos testigos— aunque la ciudad pronto será entregada a los babilonios».

Predicción de la caída de Jerusalén

26 Después Jeremías recibió el siguiente mensaje delSeñor:

27 «Yo soy elSeñor, Dios de todos los pueblos del mundo. ¿Hay algo demasiado difícil para mí?

28 Por lo tanto, esto dice elSeñor: entregaré esta ciudad a los babilonios y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él la conquistará.

29 Los babilonios que están fuera de las murallas entrarán y prenderán fuego a la ciudad. Quemarán por completo todas estas casas, donde el pueblo provocó mi enojo al quemar incienso a Baal en las azoteas y al derramar ofrendas líquidas a otros dioses.

30 Desde su comienzo Israel y Judá solo han hecho lo malo. Me han enfurecido con todas sus malas acciones —dice elSeñor—.

31 Desde el día que se construyó esta ciudad hasta ahora no han hecho más que enojarme, así que estoy decidido a deshacerme de ella.

32 »Los pecados de Israel y de Judá —los pecados de la gente de Jerusalén, de los reyes, de los funcionarios, de los sacerdotes y de los profetas— han provocado mi enojo.

33 Mi pueblo me ha dado la espalda y no quiere regresar. A pesar de que les he enseñado con diligencia, no aceptaron la instrucción ni obedecieron.

34 Levantaron sus ídolos abominables justo en mi propio templo, y así lo profanaron.

35 Edificaron santuarios paganos a Baal en el valle de Ben-hinom y allí sacrifican a sus hijos e hijas a Moloc. Jamás ordené un acto tan horrendo; ¡ni siquiera me pasó por la mente ordenar semejante cosa! ¡Qué maldad tan increíble la que hizo que Judá pecara tanto!

Promesa de restauración

36 »Ahora quiero decir algo más acerca de esta ciudad. Ustedes han estado diciendo: “La ciudad caerá ante el rey de Babilonia por guerra, hambre y enfermedad”; pero esto dice elSeñor, Dios de Israel:

37 ciertamente traeré de regreso a mi pueblo de todos los países adonde lo esparcí en mi furor. Lo traeré de regreso a esta misma ciudad para que viva en paz y seguridad.

38 Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

39 Les daré un solo corazón y un solo propósito: adorarme para siempre para su propio bien y el bien de todos sus descendientes.

40 Y haré un pacto eterno con ellos: nunca dejaré de hacerles bien. Pondré en el corazón de ellos el deseo de adorarme, y nunca me dejarán.

41 Me gozaré en hacerles bien, y con fidelidad y de todo corazón los volveré a plantar en esta tierra.

42 »Esto dice elSeñor: así como traje todas estas calamidades sobre ellos, así haré todo el bien que les he prometido.

43 Se volverán a comprar y a vender terrenos en esta tierra de la que ahora ustedes dicen: “Ha sido arrasada por los babilonios, es una tierra desolada de donde la gente y los animales han desaparecido”.

44 Es cierto, otra vez se comprarán y venderán terrenos —con escrituras firmadas y selladas frente a testigos— en la tierra de Benjamín y aquí en Jerusalén, en las ciudades de Judá y en la zona montañosa, en las colinas de Judáy también en el Neguev. Pues algún día les devolveré la prosperidad. ¡Yo, elSeñor, he hablado!».

Jeremías 33

Promesas de paz y prosperidad

1 Mientras Jeremías aún estaba detenido en el patio de la guardia, elSeñorle dio un segundo mensaje:

2 «Esto dice elSeñor, elSeñorque hizo la tierra, que la formó y la estableció, cuyo nombre es elSeñor:

3 pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.

4 Pues esto dice elSeñor, Dios de Israel: ustedes derribaron las casas de esta ciudad y hasta el palacio real a fin de conseguir materiales para fortalecer las murallas contra las rampas de asalto y contra la espada del enemigo.

5 Ustedes esperan luchar contra los babiloniospero los hombres de esta ciudad ya están como muertos, porque en mi terrible enojo he decidido destruirlos. Los abandoné debido a toda su perversidad.

6 »Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz.

7 Restableceré el bienestar de Judá e Israel y reconstruiré sus ciudades.

8 Los limpiaré de sus pecados contra mí y perdonaré todos sus pecados de rebelión.

9 ¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!

10 »Esto dice elSeñor: ustedes dijeron: “Esta es una tierra desolada de donde la gente y los animales han desaparecido”. Sin embargo, en las calles desiertas de Jerusalén y de las otras ciudades de Judá volverán a oírse

11 risas y voces de alegría. Otra vez se oirán las voces felices de los novios y las novias junto con las canciones alegres de las personas que traen ofrendas de gratitud alSeñor. Cantarán:

“Denle gracias alSeñorde los Ejércitos Celestiales,

porque elSeñores bueno.

¡Su fiel amor perdura para siempre!”.

Pues restauraré la prosperidad de esta tierra a como era en el pasado, dice elSeñor.

12 »Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales: esta tierra —a pesar de que ahora está desolada y no tiene gente ni animales— tendrá otra vez pastizales donde los pastores podrán llevar los rebaños.

13 Una vez más los pastores contarán sus rebaños en las ciudades de la zona montañosa, en las colinas de Judá,en el Neguev, en la tierra de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en todas las ciudades de Judá. ¡Yo, elSeñor, he hablado!

14 »Llegará el día, dice elSeñor, cuando haré por Israel y por Judá todas las cosas buenas que les he prometido.

15 »En esos días y en ese tiempo

levantaré un descendiente justo,del linaje del rey David.

Él hará lo que es justo y correcto en toda la tierra.

16 En ese día Judá será salvo,

y Jerusalén vivirá segura.

Y este será su nombre:

“ElSeñores nuestra justicia”.

17 Pues esto dice elSeñor: David tendrá por siempre un descendiente sentado en el trono de Israel.

18 Y siempre habrá sacerdotes levitas para ofrecerme ofrendas quemadas, ofrendas de grano y sacrificios».

19 Luego Jeremías recibió el siguiente mensaje delSeñor:

20 «Esto dice elSeñor: si ustedes pudieran romper mi pacto con el día y con la noche de modo que uno no siguiera al otro,

21 solo entonces se rompería mi pacto con mi siervo David. Solo entonces, él no tendría un descendiente para reinar sobre su trono. Lo mismo ocurre con mi pacto con los sacerdotes levitas que ministran ante mí.

22 Y así como no se pueden contar las estrellas de los cielos ni se puede medir la arena a la orilla del mar, así multiplicaré los descendientes de mi siervo David y de los levitas que ministran ante mí».

23 ElSeñorle dio a Jeremías otro mensaje y le dijo:

24 «¿Te has dado cuenta de lo que la gente dice?: “¡ElSeñoreligió a Judá y a Israel pero luego los abandonó!”. En son de burla dicen que Israel no es digno de ser considerado una nación.

25 Sin embargo, esto dice elSeñor: así como no cambiaría las leyes que gobiernan el día y la noche, la tierra y el cielo, así tampoco rechazaré a mi pueblo.

26 Nunca abandonaré a los descendientes de Jacob o de mi siervo David ni cambiaré el plan de que los descendientes de David gobiernen a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. En cambio, yo los restauraré a su tierra y tendré misericordia de ellos».

Jeremías 34

Advertencia a Sedequías

1 El rey Nabucodonosorde Babilonia llegó con todos los ejércitos de los reinos que él gobernaba y peleó contra Jerusalén y las ciudades de Judá. En ese momento Jeremías recibió el siguiente mensaje delSeñor:

2 «Ve ante Sedequías, rey de Judá, y dile: “Esto dice elSeñor, Dios de Israel: ‘Estoy por entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia y él la incendiará.

3 No escaparás de sus garras sino que te tomarán cautivo, te llevarán ante el rey de Babilonia y lo verás cara a cara. Después serás exiliado a Babilonia’.

4 »”Pero escucha esta promesa delSeñor, oh Sedequías, rey de Judá. Esto dice elSeñor: ‘No te matarán en la guerra

5 sino que morirás en paz. La gente quemará incienso en tu memoria de la misma manera que lo hizo con tus antepasados, los reyes que te precedieron. Se lamentarán por ti llorando: “¡Ay, nuestro amo ha muerto!”. Esto es lo que he decretado, dice elSeñor’”».

6 Así que el profeta Jeremías transmitió este mensaje al rey Sedequías de Judá.

7 En ese tiempo, el ejército babilónico sitiaba Jerusalén, Laquis y Azeca, las únicas ciudades fortificadas de Judá que todavía no habían sido conquistadas.

Liberación para los esclavos hebreos

8 Jeremías recibió este mensaje delSeñorluego que el rey Sedequías hizo un pacto con el pueblo que proclamó la libertad de los esclavos.

9 El rey había ordenado que todo el pueblo dejara en libertad a sus esclavos hebreos, tanto hombres como mujeres. Nadie debía mantener a un hermano judío en esclavitud.

10 Las autoridades y todo el pueblo habían obedecido el mandato del rey,

11 pero luego cambiaron de opinión. Volvieron a tomar a los hombres y a las mujeres que habían liberado y los obligaron a ser esclavos otra vez.

12 Así que elSeñorles dio el siguiente mensaje por medio de Jeremías:

13 «Esto dice elSeñor, Dios de Israel: “Hace tiempo hice un pacto con sus antepasados cuando los rescaté de la esclavitud de Egipto.

14 Les dije que todo esclavo hebreo debía ser liberado después de haber servido seis años; pero sus antepasados no me hicieron caso.

15 Hace poco ustedes se arrepintieron e hicieron lo que es correcto obedeciendo mi palabra. Liberaron a sus esclavos e hicieron un pacto solemne conmigo en el templo que lleva mi nombre.

16 Sin embargo, ahora ustedes abandonaron su juramento y profanaron mi nombre al volver a tomar a los hombres y a las mujeres que habían liberado y los obligaron a ser esclavos otra vez.

17 »”Por lo tanto, esto dice elSeñor: ya que ustedes me han desobedecido al no poner en libertad a sus compatriotas, yo los pondré a ustedes en libertad para ser destruidos por guerra, enfermedad y hambre. Serán objeto de horror para todas las naciones de la tierra.

18 Puesto que rompieron las condiciones de nuestro pacto, los partiré en dos tal como ustedes partieron el becerro cuando caminaron entre las mitades para solemnizar sus votos.

19 Así es, yo los partiré, sean autoridades de Judá o de Jerusalén, funcionarios de la corte, sacerdotes o gente común, porque rompieron su juramento.

20 Los entregaré en manos de sus enemigos y ellos los matarán. Sus cuerpos serán alimento para los buitres y para los animales salvajes.

21 »”Yo entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus funcionarios en manos del ejército del rey de Babilonia. A pesar de que se han ido de Jerusalén por un tiempo,

22 llamaré a los ejércitos babilónicos para que regresen. Pelearán contra esta ciudad, la conquistarán y la incendiarán. Me aseguraré de que todas las ciudades de Judá sean destruidas y que nadie viva allí”».

Jeremías 35

Los fieles recabitas

1 Este es el mensaje que elSeñorle dio a Jeremías cuando Joacim, hijo de Josías, era rey de Judá:

2 «Ve al asentamiento donde habitan las familias de los recabitas e invítalos al templo delSeñor. Llévalos a una de las habitaciones interiores y ofréceles algo de vino».

3 Así que fui a ver a Jaazanías, hijo de Jeremías y nieto de Habasinías, y a todos sus hermanos e hijos, que representan a todas las familias recabitas.

4 Los llevé al templo y fuimos a la habitación asignada a los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, hombre de Dios. Esta habitación se encontraba junto a la que usaban los funcionarios del templo, encima de la habitación de Maaseías, hijo de Salum, el portero del templo.

5 Puse copas y jarras llenas de vino delante de ellos y los invité a beber,

6 pero no aceptaron. «No —dijeron—, no bebemos vino porque nuestro antepasado Jonadab, hijo de Recab, nos ordenó: “Nunca beban vino ni ustedes ni sus descendientes.

7 Tampoco edifiquen casas, ni planten cultivos, ni viñedos, sino que siempre vivan en carpas. Si ustedes obedecen estos mandamientos vivirán largas y buenas vidas en la tierra”.

8 Así que le hemos obedecido en todas estas cosas. Nunca hemos bebido vino hasta el día de hoy, ni tampoco nuestras esposas, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas.

9 No hemos construido casas ni hemos sido dueños de viñedos o granjas, ni sembramos campos.

10 Hemos vivido en carpas y hemos obedecido por completo los mandamientos de Jonadab, nuestro antepasado.

11 Sin embargo, cuando el rey Nabucodonosorde Babilonia atacó este país tuvimos miedo del ejército de Babiloniay del ejército de Aram. Así que decidimos mudarnos a Jerusalén. Por esa razón, estamos aquí».

12 Entonces elSeñorle dio a Jeremías el siguiente mensaje:

13 «Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ve y dile al pueblo de Judá y de Jerusalén: “Vengan y aprendan una lección de cómo obedecerme.

14 Los recabitas no beben vino hasta el día de hoy porque su antepasado Jonadab les dijo que no; pero yo les hablé a ustedes una y otra vez y se negaron a obedecerme.

15 Vez tras vez les envié profetas que decían: ‘Apártense de su conducta perversa y comiencen a hacer lo que es correcto. Dejen de rendir culto a otros dioses para que vivan en paz aquí en la tierra que les di a ustedes y a sus antepasados’; pero ustedes no querían escucharme ni obedecerme.

16 Los descendientes de Jonadab, hijo de Recab, han obedecido a su antepasado en todo, pero ustedes rehusaron escucharme”.

17 »Por lo tanto, esto dice elSeñorDios de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Dado que ustedes se niegan a escuchar o a responder cuando llamo, enviaré sobre Judá y Jerusalén todos los desastres con que los amenacé”».

18 Entonces Jeremías se dirigió a los recabitas y les dijo: «Esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Ustedes han obedecido a su antepasado Jonadab en todos los aspectos y han seguido todas sus instrucciones”.

19 Por lo tanto, esto dice elSeñorde los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Jonadab, hijo de Recab, siempre tendrá descendientes que me sirvan”».

Jeremías 36

Baruc lee los mensajes del Señor

1 ElSeñorle dio a Jeremías el siguiente mensaje en el cuarto año del reinado de Joacim, hijo de Josías, en Judá:

2 «Toma un rollo y anota todos mis mensajes contra Israel, Judá y las demás naciones. Comienza con el primer mensaje allá por los tiempos de Josías y escribe todos los mensajes, hasta llegar al tiempo presente.

3 Quizá los habitantes de Judá se arrepientan cuando vuelvan a escuchar todas las cosas terribles que tengo pensadas para ellos. Entonces perdonaré sus pecados y maldades».

4 Así que Jeremías mandó llamar a Baruc, hijo de Nerías, y mientras Jeremías le dictaba todas las profecías que elSeñorle había dado, Baruc las escribía en un rollo.

5 Entonces Jeremías le dijo a Baruc: «Estoy preso aquí y no puedo ir al templo.

6 Así que en el próximo día de ayuno ve al templo y lee los mensajes de parte delSeñorque te he hecho escribir en este rollo. Léelos para que la gente de todo Judá que esté presente los escuche.

7 Quizá se aparten de sus malos caminos y antes de que sea demasiado tarde le pidan alSeñorque los perdone. Pues elSeñorlos ha amenazado con su terrible enojo».

8 Baruc hizo lo que Jeremías le dijo y leyó al pueblo los mensajes delSeñoren el templo.

9 Lo hizo en un día de ayuno sagrado, celebrado a finales del otoño,durante el quinto año del reinado de Joacim, hijo de Josías. Gente de toda Judá había venido a Jerusalén ese día para asistir a los servicios en el templo.

10 Baruc leyó al pueblo las palabras de Jeremías, escritas en el rollo. En el templo, se paró frente a la habitación de Gemarías, hijo de Safán, el secretario. Esa habitación estaba junto al atrio superior del templo, cerca de la entrada de la puerta Nueva.

11 Cuando Micaías, hijo de Gemarías y nieto de Safán, oyó los mensajes de parte delSeñor,

12 bajó a la sala del secretario en el palacio, donde estaban reunidos los funcionarios administrativos. Allí estaba el secretario Elisama junto con Delaía, hijo de Semaías; Elnatán, hijo de Acbor; Gemarías, hijo de Safán; Sedequías, hijo de Ananías y todos los demás funcionarios.

13 Cuando Micaías les contó acerca de los mensajes que Baruc leía al pueblo,

14 los funcionarios enviaron a Jehudí, hijo de Netanías, nieto de Selemías y bisnieto de Cusi, para pedirle a Baruc que también viniera a leerles los mensajes. Entonces Baruc tomó el rollo y se dirigió a ellos.

15 Los funcionarios le dijeron: «Siéntate y léenos el rollo». Entonces Baruc hizo lo que le pidieron.

16 Cuando oyeron todos los mensajes, se miraron unos a otros asustados.

—Tenemos que contarle al rey lo que hemos oído —le dijeron a Baruc—,

17 pero primero dinos cómo obtuviste estos mensajes. ¿Provinieron directamente de Jeremías?

18 Así que Baruc explicó:

—Jeremías me los dictó y yo los escribí con tinta, palabra por palabra, en este rollo.

19 —Tanto tú como Jeremías deberían esconderse —le dijeron los funcionarios a Baruc—. ¡No le digan a nadie dónde están!

20 Entonces, los funcionarios dejaron el rollo a salvo en la habitación de Elisama, el secretario, y le fueron a decir al rey lo que había acontecido.

El rey Joacim quema el rollo

21 Luego el rey envió a Jehudí a buscar el rollo y Jehudí lo sacó de la habitación de Elisama y lo leyó al rey, con los funcionarios presentes.

22 Era avanzado el otoño, así que el rey estaba en el cuarto del palacio acondicionado para el invierno, sentado junto a un brasero para calentarse.

23 Cada vez que Jehudí terminaba de leer tres o cuatro columnas, el rey tomaba un cuchillo y cortaba esa sección del rollo. Luego lo lanzaba al fuego, sección por sección, hasta que quemó todo el rollo.

24 Ni el rey ni sus asistentes mostraron ninguna señal de temor o arrepentimiento ante lo que habían oído.

25 Aun cuando Elnatán, Delaía y Gemarías le suplicaron al rey que no quemara el rollo, él no les hizo caso.

26 Entonces el rey mandó a su hijo Jerameel, a Seraías, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdeel, para que arrestaran a Baruc y a Jeremías; pero elSeñorlos había escondido.

Jeremías vuelve a escribir el rollo

27 Después de que el rey quemó el rollo en el que Baruc había escrito las palabras de Jeremías, elSeñorle dio a Jeremías otro mensaje. Le dijo:

28 «Toma otro rollo y escribe de nuevo todo tal como lo hiciste en el rollo que quemó el rey Joacim.

29 Luego dile al rey: “Esto dice elSeñor: ‘Tú quemaste el rollo porque allí dice que el rey de Babilonia destruiría esta tierra y la dejaría vacía de gente y de animales.

30 Ahora, esto dice elSeñoracerca del rey Joacim de Judá: el rey no tendrá herederos que se sienten en el trono de David. Su cadáver será echado a la intemperie y permanecerá sin enterrar, expuesto al calor del día y a las heladas de la noche.

31 Lo castigaré a él, a su familia y a sus ayudantes por sus pecados. Derramaré sobre ellos y sobre la gente de Jerusalén y de Judá todas las calamidades que prometí, porque no hicieron caso a mis advertencias’”».

32 Así que Jeremías tomó otro rollo y volvió a dictarle a su secretario Baruc. Escribió todo lo que estaba en el rollo que el rey Joacim había quemado en el brasero. ¡Solo que esta vez agregó mucho más!

Jeremías 37

Sedequías llama a Jeremías

1 Sedequías, hijo de Josías, subió al trono de Judá después de Joaquín,hijo de Joacim. Fue nombrado rey por el rey Nabucodonosorde Babilonia.

2 Sin embargo, ni Sedequías ni sus ayudantes ni la gente que quedó en la tierra de Judá hicieron caso a lo que elSeñordecía a través de Jeremías.

3 No obstante, el rey Sedequías envió a Jehucal, hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maaseías, a pedirle a Jeremías: «Por favor, ora por nosotros alSeñor, nuestro Dios».

4 Todavía no habían encarcelado a Jeremías, por lo tanto, se movía con total libertad entre la gente.

5 En ese tiempo, el ejército del faraón Hofrade Egipto apareció en la frontera sur de Judá. Cuando el ejército babilónicose enteró de esto, levantó el sitio de Jerusalén.

6 Entonces elSeñorle dio el siguiente mensaje a Jeremías:

7 «Esto dice elSeñor, Dios de Israel: el rey de Judá te envió a consultarme acerca de lo que va a suceder. Dile a él: “El ejército del faraón está a punto de regresar a Egipto aunque vino aquí para ayudarte.

8 Luego los babiloniosregresarán y conquistarán esta ciudad y la quemarán hasta reducirla a cenizas”.

9 »Esto dice elSeñor: “No se engañen a sí mismos creyendo que los babilonios se marcharon para siempre. ¡No es así!

10 Y aunque pudieran destruir a todo el ejército babilónico y dejaran a solo un puñado de sobrevivientes heridos, ¡aun así estos saldrían tambaleando de sus carpas e incendiarían esta ciudad hasta reducirla a cenizas!”».

Jeremías encarcelado

11 Cuando el ejército babilónico se fue de Jerusalén debido a que se acercaba el ejército del faraón,

12 Jeremías comenzó a salir de la ciudad camino al territorio de Benjamín para tomar posesión de su terreno allí, entre sus parientes.

13 Sin embargo, cuando atravesaba la puerta de Benjamín un guardia lo arrestó y le dijo:

—¡Estás desertando para unirte a los babilonios!

El guardia que lo arrestó era Irías, hijo de Selemías y nieto de Hananías.

14 —¡Mentira! —protestó Jeremías—. No tenía la menor intención de hacer tal cosa.

Pero Irías no quiso escucharlo, así que llevó a Jeremías ante los funcionarios.

15 Ellos estaban furiosos con Jeremías y mandaron que lo azotaran y lo encarcelaran en la casa del secretario Jonatán porque la casa de Jonatán había sido convertida en prisión.

16 Jeremías fue puesto en un calabozo donde permaneció por muchos días.

17 Más tarde, a escondidas, el rey Sedequías pidió que Jeremías fuera al palacio y allí el rey le preguntó:

—¿Tienes algún mensaje de parte delSeñor?

—¡Sí, lo tengo! —dijo Jeremías—. Serás derrotado por el rey de Babilonia.

18 Entonces Jeremías le preguntó al rey:

—¿Qué crimen he cometido? ¿Qué he hecho yo contra ti, tus ayudantes o el pueblo para que me hayan encarcelado?

19 ¿Ahora dónde están tus profetas que te dijeron que el rey de Babilonia no te atacaría a ti ni a esta tierra?

20 Escucha, mi señor y rey, te suplico que no me mandes de regreso al calabozo en la casa del secretario Jonatán, porque allí me moriré.

21 Así que el rey Sedequías mandó que no regresaran a Jeremías al calabozo. En cambio, lo encerró en el patio de la guardia del palacio real. El rey también ordenó que cada día se le diera a Jeremías un pan recién horneado mientras hubiera pan en la ciudad. Así que Jeremías fue puesto en la prisión del palacio.

Jeremías 38

Jeremías en una cisterna

1 Entonces Sefatías, hijo de Matán; Gedalías, hijo de Pasur; Jehucal,hijo de Selemías; y Pasur, hijo de Malquías, oyeron lo que Jeremías le decía al pueblo:

2 «Esto dice elSeñor: “Todo el que se quede en Jerusalén morirá por guerra, enfermedad o hambre, pero los que se rindan a los babiloniosvivirán. Su recompensa será su propia vida, ¡ellos vivirán!”.

3 ElSeñortambién dice: “La ciudad de Jerusalén ciertamente será entregada al ejército del rey de Babilonia, quien la conquistará”».

4 Entonces los funcionarios fueron a ver al rey y le dijeron:

—Señor, ¡este hombre debe morir! Esta forma de hablar desmoralizará a los pocos hombres de guerra que nos quedan, al igual que a todo el pueblo. ¡Este hombre es un traidor!

5 El rey Sedequías estuvo de acuerdo.

—Está bien —dijo—, hagan lo que quieran. No los puedo detener.

6 Así que los funcionarios sacaron a Jeremías de la celda y lo bajaron con sogas a una cisterna vacía en el patio de la cárcel que pertenecía a Malquías, miembro de la familia real. La cisterna no tenía agua pero Jeremías se hundió en una espesa capa de barro que había en el fondo.

7 Pero el etíopeEbed-melec, un importante funcionario de la corte, se enteró de que Jeremías estaba en la cisterna. En ese momento el rey estaba en sesión junto a la puerta de Benjamín,

8 entonces Ebed-melec salió del palacio a toda prisa para hablar con él.

9 —Mi señor y rey —dijo—, estos hombres hicieron un gran mal al poner al profeta Jeremías dentro de la cisterna. Pronto morirá de hambre porque casi no hay pan en la ciudad.

10 Entonces el rey le dijo a Ebed-melec:

—Toma contigo a unos treinta de mis hombres y saca a Jeremías de la cisterna antes de que muera.

11 Así que Ebed-melec se llevó a los hombres y fue a la habitación del palacio que estaba debajo de la tesorería. Allí encontró trapos viejos y ropa desechada que llevó a la cisterna y se los bajó con sogas a Jeremías.

12 Ebed-melec le gritó a Jeremías: «Ponte estos trapos debajo de tus axilas para protegerte de las sogas». Cuando Jeremías estuvo listo,

13 lo sacaron. Entonces regresaron a Jeremías al patio de la guardia —la prisión del palacio— y allí permaneció.

Sedequías interroga a Jeremías

14 Cierto día, el rey Sedequías mandó llamar a Jeremías e hizo que lo llevaran a la tercera entrada del templo delSeñor.

—Quiero preguntarte algo —le dijo el rey—. Y no intentes ocultar la verdad.

15 —Si te dijera la verdad, me matarías —contestó Jeremías—. Y si te diera un consejo, igual no me escucharías.

16 Entonces el rey Sedequías le prometió en secreto:

—Tan cierto como que elSeñornuestro Creador vive, no te mataré ni te entregaré en manos de los hombres que desean verte muerto.

17 Entonces Jeremías le dijo a Sedequías:

—Esto dice elSeñorDios de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: “Si te rindes a los oficiales babilónicos, tú y toda tu familia vivirán, y la ciudad no será incendiada;

18 pero si rehúsas rendirte, ¡no escaparás! La ciudad será entregada en manos de los babilonios y la incendiarán hasta reducirla a cenizas”.

19 —Pero tengo miedo de rendirme —dijo el rey—, porque los babilonios me pueden entregar a los judíos que desertaron para unirse a ellos. ¡Y quién sabe qué me harán!

20 —Si eliges obedecer alSeñorno serás entregado a ellos —contestó Jeremías—, sino que salvarás tu vida y todo te irá bien;

21 pero si te niegas a rendirte, elSeñorme ha revelado lo siguiente:

22 todas las mujeres que queden en el palacio serán sacadas y entregadas a los oficiales del ejército babilónico. Entonces las mujeres se mofarán de ti diciendo:

»“¡Qué buenos amigos tienes!

Te han traicionado y engañado.

¡Cuando tus pies se hundieron en el barro,

te abandonaron a tu suerte!”.

23 Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios y tú no escaparás. El rey de Babilonia te apresará, y esta ciudad será incendiada.

24 Entonces Sedequías le dijo a Jeremías:

—No le comentes a nadie que me dijiste esto ¡o morirás!

25 Mis funcionarios quizá se enteren de que hablé contigo y te digan: “Cuéntanos de lo que hablaban tú y el rey. De lo contrario, te mataremos”.

26 Si tal cosa sucediera, solo diles que me suplicaste que no te enviara de nuevo al calabozo de Jonatán por temor a morir allí.

27 Efectivamente, poco tiempo después los funcionarios del rey vinieron a Jeremías a preguntarle por qué el rey lo había llamado; pero Jeremías siguió las instrucciones del rey y ellos se fueron sin enterarse de la verdad ya que nadie había escuchado la conversación entre Jeremías y el rey.

28 Así que Jeremías permaneció encarcelado en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue conquistada.