Salmos 120

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 Llevé mis problemas alSeñor;

clamé a él, y respondió a mi oración.

2 Rescátame, ohSeñor, de los mentirosos

y de todos los embusteros.

3 ¡Ay, lengua engañosa! ¿Qué hará Dios contigo?

¿Cómo aumentará tu castigo?

4 Te atravesarán con flechas afiladas

y te quemarán con brasas encendidas.

5 Cuánto sufro en el lejano Mesec.

Me duele habitar en el distante Cedar.

6 Estoy cansado de vivir

entre personas que odian la paz.

7 Busco la paz;

pero, cuando hablo de paz, ¡ellos quieren guerra!

Salmos 121

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 Levanto la vista hacia las montañas,

¿viene de allí mi ayuda?

2 ¡Mi ayuda viene delSeñor,

quien hizo el cielo y la tierra!

3 Él no permitirá que tropieces;

el que te cuida no se dormirá.

4 En efecto, el que cuida a Israel

nunca duerme ni se adormece.

5 ¡ElSeñormismo te cuida!

ElSeñorestá a tu lado como tu sombra protectora.

6 El sol no te hará daño durante el día,

ni la luna durante la noche.

7 ElSeñorte libra de todo mal

y cuida tu vida.

8 ElSeñorte protege al entrar y al salir,

ahora y para siempre.

Salmos 122

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.

1 Me alegré cuando me dijeron:

«Vayamos a la casa delSeñor».

2 Y ahora, aquí estamos,

de pie dentro de tus puertas, oh Jerusalén.

3 Jerusalén es una ciudad bien construida;

sus murallas compactas son impenetrables.

4 Todas las tribus de Israel —que son el pueblo delSeñor—

peregrinan hasta aquí.

Vienen a dar gracias al nombre delSeñor,

como la ley requiere de Israel.

5 Aquí están los tronos donde se emiten los juicios,

los tronos de la dinastía de David.

6 Oren por la paz de Jerusalén;

que todos los que aman a esta ciudad prosperen.

7 Oh Jerusalén, que haya paz dentro de tus murallas

y prosperidad en tus palacios.

8 Por amor a mi familia y a mis amigos, diré:

«Que tengas paz».

9 Por amor a la casa delSeñornuestro Dios,

buscaré lo mejor para ti, oh Jerusalén.

Salmos 123

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 Levanto mis ojos a ti,

oh Dios, entronizado en el cielo.

2 Seguimos buscando la misericordia delSeñornuestro Dios,

así como los sirvientes fijan los ojos en su amo

y la esclava observa a su ama, atenta al más mínimo gesto.

3 Ten misericordia de nosotros,Señor, ten misericordia

porque ya estamos hartos de tanto desprecio.

4 Ya estamos más que hartos de las burlas de los orgullosos

y del desprecio de los arrogantes.

Salmos 124

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.

1 ¿Qué habría ocurrido si elSeñorno hubiera estado de nuestro lado?

Que todo Israel repita:

2 ¿Qué habría ocurrido si elSeñorno hubiera estado de nuestro lado

cuando nos atacaron?

3 Nos habrían tragado vivos

en el ardor de su enojo.

4 Las aguas nos habrían envuelto;

un torrente nos habría inundado.

5 Así es, las impetuosas aguas de su furia

nos habrían ahogado hasta la vida misma.

6 ¡Alaben alSeñor,

quien no permitió que nos despedazaran con sus dientes!

7 Escapamos como un pájaro de la trampa del cazador;

¡la trampa se rompió y somos libres!

8 Nuestra ayuda viene delSeñor,

quien hizo el cielo y la tierra.

Salmos 125

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 Los que confían en elSeñorestán seguros como el monte Sión;

no serán vencidos, sino que permanecerán para siempre.

2 Así como las montañas rodean a Jerusalén,

así rodea elSeñora su pueblo, ahora y siempre.

3 Los perversos no gobernarán la tierra de los justos,

porque entonces los justos podrían ser tentados a hacer el mal.

4 OhSeñor, haz bien a los que son buenos,

a los que tienen el corazón en armonía contigo.

5 Pero expulsa a los que recurren a caminos torcidos, ohSeñor;

llévatelos junto con aquellos que hacen el mal.

¡Que Israel tenga paz!

Salmos 126

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 Cuando elSeñortrajo a los desterrados de regreso a Jerusalén,

¡fue como un sueño!

2 Nos llenamos de risa

y cantamos de alegría.

Y las otras naciones dijeron:

«Cuántas maravillas ha hecho elSeñorpor ellos».

3 ¡Así es, elSeñorha hecho maravillas por nosotros!

¡Qué alegría!

4 Restaura nuestro bienestar,Señor,

como los arroyos renuevan el desierto.

5 Los que siembran con lágrimas

cosecharán con gritos de alegría.

6 Lloran al ir sembrando sus semillas,

pero regresan cantando cuando traen la cosecha.

Salmos 127

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de Salomón.

1 Si elSeñorno construye la casa,

el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo.

Si elSeñorno protege la ciudad,

protegerla con guardias no sirve para nada.

2 Es inútil que te esfuerces tanto,

desde la mañana temprano hasta tarde en la noche,

y te preocupes por conseguir alimento;

porque Dios da descanso a sus amados.

3 Los hijos son un regalo delSeñor;

son una recompensa de su parte.

4 Los hijos que le nacen a un hombre joven

son como flechas en manos de un guerrero.

5 ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos!

No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad.

Salmos 128

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 ¡Qué feliz es el que teme alSeñor,

todo el que sigue sus caminos!

2 Gozarás del fruto de tu trabajo;

¡qué feliz y próspero serás!

3 Tu esposa será como una vid fructífera,

floreciente en el hogar.

Tus hijos serán como vigorosos retoños de olivo

alrededor de tu mesa.

4 Esa es la bendición delSeñor

para los que le temen.

5 Que elSeñorte bendiga continuamente desde Sión;

que veas prosperar a Jerusalén durante toda tu vida.

6 Que vivas para disfrutar de tus nietos.

¡Que Israel tenga paz!

Salmos 129

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

1 Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguido.

Que todo Israel repita:

2 Desde mi temprana juventud, mis enemigos me han perseguido

pero nunca me derrotaron.

3 Tengo la espalda cubierta de heridas,

como si un agricultor hubiera arado largos surcos.

4 Pero elSeñores bueno;

cortó las cuerdas con que me ataban los impíos.

5 Que todos los que odian a Jerusalén

retrocedan en vergonzosa derrota.

6 Que sean tan inútiles como la hierba que crece en un techo,

que se pone amarilla a la mitad de su desarrollo,

7 que es ignorada por el cosechador

y despreciada por el que hace los manojos.

8 Y que los que pasan por allí

se nieguen a darles esta bendición:

«ElSeñorlos bendiga;

los bendecimos en el nombre delSeñor».