Job 30

Job habla de su angustia

1 »Sin embargo, ahora, los que son más jóvenes que yo se burlan de mí,

jóvenes cuyos padres no son dignos de correr con mis perros ovejeros.

2 ¡De qué me sirven

esos pobres desgraciados!

3 Están demacrados por la pobreza y el hambre.

Escarban el suelo seco en tierras baldías y desoladas.

4 Arrancan verduras silvestres de entre los arbustos

y comen de las raíces de los árboles de retama.

5 Son expulsados de la sociedad,

y la gente les grita como si fueran ladrones.

6 Así que ahora viven en barrancos aterradores,

en cuevas y entre las rocas.

7 Suenan como animales aullando entre los arbustos,

apiñados debajo de las ortigas.

8 Ellos son necios, hijos de nadie,

gentuza de la sociedad.

9 »¡Y ahora se burlan de mí con canciones vulgares!

¡Se mofan de mí!

10 Me desprecian y no se me acercan,

excepto para escupirme en la cara.

11 Pues Dios ha cortado la cuerda de mi arco;

me ha humillado

y por eso ellos ya no se contienen.

12 Esa gentuza se me opone descaradamente;

me arroja al suelo

y tiende trampas a mis pies.

13 Me cierra el camino

y hace todo lo posible para destruirme.

Sabe que no tengo quien me ayude.

14 Me ataca por todos lados;

me asalta cuando estoy abatido.

15 Vivo aterrorizado;

mi honor ha volado con el viento,

y mi prosperidad se ha desvanecido como una nube.

16 »Y ahora la vida se me escapa;

la depresión me persigue durante el día.

17 De noche, mis huesos se llenan de dolor

que me atormenta incesantemente.

18 Con mano fuerte, Dios me agarra de la camisa;

me toma del cuello de mi abrigo.

19 Me ha lanzado al barro;

no soy más que polvo y ceniza.

20 »Clamo a ti, oh Dios, pero no respondes;

estoy delante de ti, pero ni siquiera miras.

21 Te has vuelto cruel conmigo;

utilizas tu poder para atormentarme.

22 Me lanzas al torbellino

y me destruyes en la tormenta.

23 Y sé que me envías a la muerte,

el destino de todos los que viven.

24 »Por cierto que nadie se pondrá en contra del necesitado

cuando clama por ayuda en medio de su miseria.

25 ¿No lloraba yo por los que estaban en apuros?

¿No me lamentaba profundamente por los necesitados?

26 Entonces busqué el bien, pero en su lugar me vino el mal.

Esperaba la luz, pero cayó la oscuridad.

27 Mi corazón está atribulado e inquieto;

me atormentan los días de sufrimiento.

28 Camino en penumbra, sin la luz del sol.

Clamo por ayuda en la plaza pública;

29 pero me consideran hermano de los chacales

y compañero de los búhos.

30 Mi piel se ha oscurecido,

y mis huesos arden de fiebre.

31 Mi arpa toca música triste,

y mi flauta acompaña a los que lloran.

Job 31

Job declara su inocencia

1 »Hice un pacto con mis ojos,

de no mirar con codicia sexual a ninguna joven.

2 Pues, ¿qué ha escogido para nosotros el Dios del cielo?

¿Cuál es nuestra herencia del Todopoderoso en las alturas?

3 ¿No es calamidad para los malvados

y desgracia para quienes hacen el mal?

4 ¿No ve Dios todo lo que hago

y cada paso que doy?

5 »¿Acaso he mentido

o he engañado a alguien?

6 Que Dios me pese en la balanza de justicia,

porque sabe que soy íntegro.

7 Si me he desviado de su camino,

o si mi corazón ha codiciado lo que vieron mis ojos

o si soy culpable de cualquier otro pecado,

8 entonces, que otro coma las cosechas que he sembrado.

Que todo lo que planté, sea desarraigado.

9 »Si mi corazón ha sido seducido por una mujer,

o si he codiciado a la mujer de mi prójimo,

10 entonces, que mi esposa sirva aotro hombre,

y que otros hombres se acuesten con ella.

11 Pues la codicia sexual es un pecado vergonzoso,

un delito que debería ser castigado.

12 Es un fuego que arde todo el camino hasta el infierno;

arrasaría con todo lo que poseo.

13 »Si he sido injusto con mis siervos o con mis siervas

cuando me han presentado sus quejas,

14 ¿cómo podría enfrentarme con Dios?

¿Qué podría decir cuando él me interrogara?

15 Pues Dios me creó tanto a mí como a mis siervos;

nos formó a ambos en el vientre.

16 »¿He rehusado ayudar al pobre

o he acabado con las esperanzas de las viudas?

17 ¿He sido tacaño con mi comida

o me he negado a compartirla con los huérfanos?

18 No, desde la niñez he cuidado a los huérfanos como un padre,

y toda mi vida me he ocupado de las viudas.

19 Cuando veía sin vestido a los que no tienen hogar

y a los necesitados sin nada que ponerse,

20 ¿acaso no me alababan

por darles ropas de lana para combatir el frío?

21 »Si he levantado la mano contra un huérfano

sabiendo que los jueces se pondrían de mi parte,

22 entonces, ¡que se disloque mi hombro!

¡Que mi brazo se descoyunte!

23 Eso sería mejor que enfrentarme al juicio de Dios.

Si la majestad de Dios está en mi contra, ¿qué esperanza queda?

24 »¿He puesto mi confianza en el dinero

o me he sentido seguro a causa de mi oro?

25 ¿Me he regodeado de mi riqueza

y de todo lo que poseo?

26 »¿He mirado alguna vez al sol que brilla en los cielos

o a la luna que recorre su sendero de plata,

27 y he sido seducido en lo secreto de mi corazón

a lanzarles besos de adoración?

28 Si así fuera, los jueces deberían castigarme,

porque significaría que he negado al Dios del cielo.

29 »¿Me he alegrado alguna vez cuando una calamidad ha herido a mis enemigos

o me entusiasmé cuando les ha tocado sufrir?

30 No, nunca he pecado por maldecir a nadie

ni por pedir venganza.

31 »Mis siervos nunca han dicho:

“Él dejó que otros pasaran hambre”.

32 Nunca he negado la entrada a un desconocido,

más bien, he abierto mis puertas a todos.

33 »¿He intentado ocultar mis pecados como hacen otros,

escondiendo mi culpa en el corazón?

34 ¿Acaso me he quedado callado

y encerrado por miedo a la multitud

o al desprecio de las masas?

35 »¡Si tan solo alguien me escuchara!

Miren, voy a respaldar mi defensa con mi firma.

Que el Todopoderoso me responda;

que escriba los cargos que tiene contra mí.

36 Me enfrentaría a la acusación con orgullo,

y la llevaría como una corona.

37 Pues le diría exactamente lo que he hecho;

vendría ante él como un príncipe.

38 »Si mi tierra me acusa

y todos sus surcos claman juntos contra mí,

39 o si he robado sus cosechas

o he matado a sus propietarios,

40 entonces que en esa tierra crezcan cardos en lugar de trigo,

y malezas en lugar de cebada».

Aquí terminan las palabras de Job.

Job 32

Eliú responde a los amigos de Job

1 Los tres amigos de Job no quisieron responderle más porque él insistía en su inocencia.

2 Entonces Eliú, hijo de Baraquel el buzita, del clan de Ram, se enojó, porque Job no quería admitir que había pecado y que Dios tenía razón cuando lo castigó.

3 También se enojó con los tres amigos de Job porque, al no lograr refutar los argumentos de Job, hacían parecer que Diosestaba equivocado.

4 Eliú había esperado que los demás hablaran con Job porque eran mayores que él;

5 pero cuando vio que ellos ya no tenían respuesta, habló con enojo.

6 Eliú, hijo de Baraquel el buzita, dijo:

«Yo soy joven y ustedes ancianos,

por eso me contuve de decirles lo que pienso.

7 Me dije: “Los que tienen más edad deben hablar

porque la sabiduría viene con los años”.

8 Sin embargo, hay un espíritudentro de las personas,

el aliento del Todopoderoso en ellas,

que las hace inteligentes.

9 No siempre los ancianos son sabios;

a veces las personas de edad no comprenden la justicia.

10 Así que, escúchenme

y déjenme decirles lo que pienso.

11 »He esperado todo este tiempo

prestando mucha atención a sus argumentos,

observando cómo buscaban a tientas las palabras.

12 He escuchado,

pero ninguno de ustedes ha logrado refutar a Job

ni responder a sus argumentos.

13 Y no me digan: “Él es demasiado sabio para nosotros;

solo Dios podrá convencerlo”.

14 Si Job hubiera estado discutiendo conmigo,

¡yo no le respondería con la misma lógica que ustedes!

15 Ustedes se sientan ahí desconcertados

sin nada más que decir.

16 ¿Seguiré esperando ahora que se han quedado callados?

¿Permaneceré en silencio yo también?

17 No, sino que daré mi opinión

y expresaré lo que pienso.

18 Pues estoy lleno de palabras contenidas

y el espíritu que hay en mí me obliga a hablar.

19 Soy como un barril de vino sin respiradero;

¡como un cuero de vino a punto de estallar!

20 Tengo que hablar para encontrar alivio,

así que déjenme dar mis respuestas.

21 No haré favoritismos

ni intentaré adular a nadie.

22 Pues si intentara usar la adulación,

pronto mi Creador me destruiría.

Job 33

Eliú presenta sus argumentos contra Job

1 »Job, escucha mis palabras;

presta atención a lo que tengo que decir.

2 Ahora que he comenzado a hablar,

déjame continuar.

3 Hablo con toda sinceridad;

digo la verdad.

4 El Espíritu de Dios me ha creado,

y el aliento del Todopoderoso me da vida.

5 Respóndeme, si puedes;

presenta tu argumento y define tu posición.

6 Mira, tú y yo, ambos, pertenecemos a Dios;

yo también fui formado del barro.

7 Así que no tienes que tenerme miedo;

no seré duro contigo.

8 »Tú has hablado en mi presencia

y he escuchado tus palabras.

9 Dijiste: “Yo soy puro; no tengo pecado;

soy inocente; no tengo culpa.

10 Dios busca pleito conmigo

y me considera su enemigo.

11 Él puso mis pies en el cepo

y vigila todos mis movimientos”.

12 »Pero estás equivocado, y te mostraré el porqué,

pues Dios es más grande que todo ser humano.

13 Así que, ¿por qué presentas cargos contra él?

¿Por qué dices que no responde a las quejas de la gente?

14 Pues Dios habla una y otra vez,

aunque la gente no lo reconozca.

15 Habla en sueños, en visiones nocturnas,

cuando el sueño profundo cae sobre las personas

mientras están acostadas.

16 Susurra a sus oídos

y las aterroriza con advertencias.

17 Él hace que se aparten de sus malas acciones;

no las deja caer en el orgullo.

18 Él las protege de la tumba,

de cruzar el río de la muerte.

19 »Otras veces Dios emplea el dolor para disciplinar a la gente en su lecho de enfermo,

con dolores incesantes en sus huesos.

20 Ellos pierden el apetito;

no desean ni la comida más deliciosa.

21 Su carne se consume

y son puro hueso.

22 Están a las puertas de la muerte;

los ángeles de la muerte los esperan.

23 »Pero si aparece un ángel del cielo

—un mensajero especial para interceder por una persona

y para declarar que es recta—

24 él le tendrá compasión y dirá:

“Sálvalo de la tumba,

porque he encontrado un rescate por su vida”.

25 Entonces su cuerpo se volverá tan sano como el de un niño,

fuerte y juvenil otra vez.

26 Cuando él ore a Dios,

será aceptado

y Dios lo recibirá con alegría

y lo restaurará a una relación correcta.

27 Declarará a sus amigos:

“Pequé y torcí la verdad,

pero no valió la pena.

28 Dios me rescató de la tumba

y ahora mi vida está llena de luz”.

29 »Así es, Dios actúa de esa forma

una y otra vez por las personas.

30 Él las rescata de la tumba

para que disfruten de la luz de la vida.

31 Toma nota, Job; escúchame,

porque tengo más para decir.

32 Sin embargo, si tienes algo que decir, adelante,

habla, porque deseo verte justificado;

33 pero si no, entonces escúchame.

¡Guarda silencio y te enseñaré sabiduría!».

Job 34

Eliú acusa a Job de arrogancia

1 Entonces Eliú dijo:

2 «Escúchenme, ustedes hombres sabios;

presten atención, ustedes que tienen conocimiento.

3 Job dijo: “El oído pone a prueba las palabras que oye

igual que la boca distingue los sabores”.

4 Así que, juzguemos por nosotros mismos lo que es correcto;

aprendamos juntos lo que es bueno.

5 Pues Job también dijo: “Yo soy inocente,

pero Dios ha quitado mis derechos.

6 Soy inocente, pero me llaman mentiroso;

mi sufrimiento es incurable, aunque yo no haya pecado”.

7 »Díganme, ¿hubo una vez un hombre como Job,

con sed de conversaciones irreverentes?

8 Él escoge como compañeros a hombres malvados;

pasa su tiempo con hombres perversos.

9 Ha llegado a decir: “¿Por qué malgastar el tiempo

intentando agradar a Dios?”.

10 »Escúchenme, ustedes que tienen entendimiento.

¡Todo el mundo sabe que Dios no peca!

El Todopoderoso no puede hacer nada malo.

11 Él paga a las personas según lo que hayan hecho;

las trata como se merecen.

12 En verdad, Dios no hará el mal;

el Todopoderoso no torcerá la justicia.

13 ¿Algún otro puso la tierra al cuidado de Dios?

¿Quién colocó al mundo en su sitio?

14 Si Dios retirara su espíritu

y quitara su aliento,

15 todos los seres vivientes dejarían de existir

y la humanidad volvería al polvo.

16 »Ahora escúchame, si eres sabio;

presta atención a lo que digo.

17 ¿Podría Dios gobernar si odiara la justicia?

¿Condenarás al juez todopoderoso?

18 Pues él dice a los reyes: “Ustedes son malvados”,

y a los nobles: “Ustedes son injustos”.

19 A él no le importa la grandeza que pueda tener una persona

y no presta más atención al rico que al pobre,

él creó a todos.

20 En un instante mueren;

fallecen en la mitad de la noche;

los poderosos se van sin la intervención de mano humana.

21 »Pues Dios observa cómo vive la gente;

ve todo lo que ellos hacen.

22 No hay oscuridad tan densa

que pueda esconder a los malos de sus ojos.

23 No decidimos nosotros el momento

de presentarnos ante Dios para ser juzgados.

24 Él lleva a los poderosos a la ruina sin consultar a nadie,

y pone a otros en su lugar.

25 Él sabe lo que hacen,

y por la noche los vence y los destruye.

26 Los derriba porque son malvados,

lo hace abiertamente para que todos lo vean.

27 Pues se apartaron y dejaron de seguirlo;

no respetan ninguno de sus caminos.

28 Hacen que los pobres clamen, y esto atrae la atención de Dios;

él oye los clamores de los necesitados.

29 Sin embargo, si él opta por quedarse callado,

¿quién puede criticarlo?

Cuando esconde su rostro, nadie puede encontrarlo,

ya sea un individuo o una nación.

30 Él no deja que los incrédulos gobiernen,

para que no sean una trampa para la gente.

31 »¿Por qué la gente no le dice a Dios: “He pecado

pero no volveré a pecar”?

32 O bien: “No sé qué mal hice, dímelo;

si he actuado mal, me detendré de inmediato”.

33 »¿Debe Dios adaptar su justicia a tus exigencias

a pesar de que lo hayas rechazado?

La elección es tuya, no mía.

Adelante, haznos partícipes de tu sabiduría.

34 Después de todo, las personas inteligentes me dirán

y la gente sabia me oirá decir:

35 “Job habla por ignorancia;

sus palabras carecen de percepción”.

36 Job, te mereces la pena máxima

por tu manera malvada de responder.

37 Pues a tu pecado has añadido rebelión;

no muestras ningún respeto

y dices muchas palabras de enojo contra Dios».

Job 35

Eliú le recuerda a Job la justicia de Dios

1 Entonces Eliú dijo:

2 «¿Te parece correcto que afirmes:

“Soy justo delante de Dios”?

3 También te preguntas: “¿Y yo qué gano?

¿De qué sirve vivir una vida recta?”.

4 »Yo te contestaré

y a todos tus amigos también.

5 Levanta tus ojos a los cielos

y mira las nubes en lo alto.

6 Si pecas, ¿en qué afecta eso a Dios?

Incluso si pecas una y otra vez,

¿qué efecto tendrá sobre él?

7 Si eres bueno, ¿es algún gran regalo para él?

¿Qué podrías darle tú?

8 No, tus pecados afectan únicamente a personas como tú,

y tus buenas acciones afectan solo a seres humanos.

9 »La gente clama al ser oprimida;

gime bajo el peso de los poderosos.

10 Sin embargo, no preguntan: “¿Dónde está Dios, mi Creador,

el que da canciones en la noche?

11 ¿Dónde está el que nos hace más inteligentes que los animales

y más sabios que las aves de los cielos?”.

12 Cuando claman, Dios no les responde

a causa de la soberbia de ellos,

13 pero es un error decir que Dios no escucha,

que al Todopoderoso no le importa.

14 Tú dices que no puedes verlo,

sin embargo, si esperas, te hará justicia.

15 Dices que Dios no responde con enojo a los pecadores

y que no le importa mucho la perversidad.

16 Pero Job, hablas tonterías;

has hablado como un necio».

Job 36

1 Eliú siguió hablando:

2 «Déjame seguir, y te mostraré la verdad,

¡porque no he terminado de defender a Dios!

3 Presentaré argumentos profundos

a favor de la justicia de mi Creador.

4 Estoy diciendo solamente la verdad,

porque soy un hombre de gran conocimiento.

5 »Dios es poderoso, ¡pero no desprecia a nadie!

Él es poderoso tanto en fuerza como en entendimiento.

6 No deja con vida a los malvados

pero hace justicia a los afligidos.

7 Nunca quita los ojos de los inocentes,

sino que los pone en tronos en compañía de reyes

y los exalta para siempre.

8 Si están encadenados,

y atrapados en una red de dificultades,

9 él les muestra la causa;

les hace ver sus pecados de soberbia.

10 Él capta su atención

y ordena que se aparten de la maldad.

11 »Si escuchan y obedecen a Dios,

serán bendecidos con prosperidad por el resto de su vida.

Todos sus años serán agradables.

12 Pero si se niegan a escucharlo,

cruzarán el río de la muerte;

morirán por falta de entendimiento.

13 Los incrédulos están llenos de resentimiento.

Aun cuando Dios los castiga,

se niegan a pedirle auxilio.

14 Mueren en plena juventud,

después de haber malgastado la vida en inmoralidad.

15 Pero por medio del sufrimiento, él rescata a los que sufren,

pues capta su atención mediante la adversidad.

16 »Job, Dios está alejándote del peligro,

y te lleva a un lugar libre de angustia.

Está poniendo en tu mesa la mejor comida,

17 pero te obsesiona saber si los incrédulos serán juzgados.

No te preocupes, el juicio y la justicia prevalecerán.

18 Ten cuidado, o la riqueza podrá seducirte;

No dejes que el soborno te haga pecar.

19 ¿Podrá toda tu riqueza

o podrán todos tus grandes esfuerzos

protegerte de la angustia?

20 No desees el amparo de la noche

porque allí es cuando la gente será destruida.

21 ¡Mantente en guardia! Apártate de lo malo,

porque Dios envió este sufrimiento

para protegerte de una vida de maldad.

Eliú le recuerda a Job el poder de Dios

22 »Mira, Dios es todopoderoso.

¿Quién es un maestro como él?

23 Nadie puede indicarle lo que tiene que hacer,

ni decirle: “Has hecho mal”.

24 En cambio, glorifica tú sus obras poderosas,

entonando canciones de alabanza.

25 Todo el mundo ha visto estas cosas,

aunque solo desde lejos.

26 »Mira, Dios es más grande de lo que podemos comprender;

sus años no se pueden contar.

27 Él hace subir el vapor de agua

y luego lo destila en lluvia.

28 La lluvia se derrama desde las nubes,

y todos se benefician.

29 ¿Quién puede comprender el despliegue de las nubes

y el trueno que retumba desde los cielos?

30 Mira cómo Dios extiende el relámpago a su alrededor

e ilumina las profundidades del mar.

31 Por medio de esos actos poderosos él nutrea la gente,

dándole comida en abundancia.

32 Él llena sus manos de rayos

y lanza cada uno a su objetivo.

33 El trueno declara su presencia;

la tormenta anuncia su enojo indignado.

Job 37

1 »Cuando pienso en esto, mi corazón late con fuerza;

tiembla dentro de mi pecho.

2 Escucha con atención el estruendo de la voz de Dios

cuando retumba de su boca.

3 Resuena por todo el cielo

y sus relámpagos brillan en todas direcciones.

4 Después llega el rugido del trueno,

la tremenda voz de su majestad;

él no la retiene cuando habla.

5 La voz de Dios es gloriosa en el trueno.

Ni siquiera podemos imaginar la grandeza de su poder.

6 ȃl ordena que caiga la nieve en la tierra

y le dice a la lluvia que sea torrencial.

7 Hace que todos dejen de trabajar

para que contemplen su poder.

8 Los animales salvajes buscan refugio

y se quedan dentro de sus guaridas.

9 El viento tormentoso sale de su cámara,

y los vientos impetuosos traen el frío.

10 El aliento de Dios envía el hielo

y congela grandes extensiones de agua.

11 Él carga las nubes de humedad

y después salen relámpagos brillantes.

12 Las nubes se agitan bajo su mando

y hacen por toda la tierra lo que él ordena.

13 Él hace que estas cosas sucedan para castigar a las personas

o para mostrarles su amor inagotable.

14 »Job, presta atención a esto,

¡detente y considera los maravillosos milagros de Dios!

15 ¿Sabes cómo Dios controla la tormenta

y hace que los relámpagos salgan de las nubes?

16 ¿Entiendes cómo él mueve las nubes

con maravillosa perfección y destreza?

17 Cuando te sofocas de calor dentro de tus ropas

y el viento del sur pierde su fuerza y todo se calma,

18 él hace que los cielos reflejen el calor como un espejo de bronce.

¿Puedes tú hacer eso?

19 »Entonces, enséñanos qué decirle a Dios.

Somos demasiado ignorantes para presentar nuestros propios argumentos.

20 ¿Se debe avisar a Dios que quiero hablar?

¿Puede una persona hablar cuando está confundida?

21 No podemos mirar al sol,

porque brilla con fuerza en el cielo

cuando el viento se lleva las nubes.

22 También el esplendor dorado proviene del monte de Dios;

él está vestido de deslumbrante esplendor.

23 No nos podemos imaginar la potencia del Todopoderoso;

pero aunque él es justo y recto,

no nos destruye.

24 Por eso en todas partes la gente le teme;

todos los sabios le muestran reverencia».

Job 38

El Señor desafía a Job

1 Entonces elSeñorrespondió a Job desde el torbellino:

2 «¿Quién es este que pone en duda mi sabiduría

con palabras tan ignorantes?

3 Prepárate, muestra tu hombría

porque tengo algunas preguntas para ti

y tendrás que contestarlas.

4 »¿Dónde estabas tú cuando puse los cimientos de la tierra?

Dímelo, ya que sabes tanto.

5 ¿Quién decidió sus dimensiones

y extendió la cinta de medir?

6 ¿Qué sostiene sus cimientos

y quién puso su piedra principal

7 mientras las estrellas de la mañana cantaban a coro

y todos los ángelesgritaban de alegría?

8 »¿Quién contuvo el mar dentro de sus límites

cuando brotó del vientre

9 y cuando lo vestí de nubes

y lo envolví en densa oscuridad?

10 Pues lo encerré detrás de portones con rejas

y puse límite a sus orillas.

11 Dije: “De aquí no pasarás.

¡Aquí se detendrán tus orgullosas olas!”.

12 »¿Alguna vez has ordenado que aparezca la mañana

o has causado que el amanecer se levante por el oriente?

13 ¿Has hecho que la luz del día se extienda hasta los confines de la tierra

para poner fin a la perversidad de la noche?

14 A medida que la luz se aproxima,

la tierra va tomando forma como el barro bajo un sello;

se viste de brillantes colores.

15 La luz molesta a los malvados

y detiene el brazo que se levanta para hacer violencia.

16 »¿Has explorado las fuentes donde nacen los mares?

¿Has recorrido sus profundidades?

17 ¿Sabes dónde se encuentran las puertas de la muerte?

¿Has visto las puertas de la absoluta penumbra?

18 ¿Tienes idea de la magnitud de la tierra?

¡Dímelo, si es que lo sabes!

19 »¿De dónde viene la luz

y adónde va la oscuridad?

20 ¿Puedes llevar a cada una a su hogar?

¿Sabes cómo llegar allí?

21 ¡Pero claro que ya conoces todo esto!

¡Pues naciste antes de que todo fuera creado,

y tienes muchísima experiencia!

22 »¿Has visitado los depósitos de la nieve

o has visto donde se guarda el granizo?

23 (Los he reservado como armas para el tiempo de angustia,

para el día de la batalla y de la guerra).

24 ¿Dónde está el camino hacia la fuente de luz?

¿Dónde está el hogar del viento del oriente?

25 »¿Quién creó un canal para los torrentes de lluvia?

¿Quién trazó el sendero del relámpago?

26 ¿Quién hace caer la lluvia en tierra árida,

en el desierto donde nadie vive?

27 ¿Quién envía la lluvia para saciar la tierra seca

y hace que brote la hierba tierna?

28 »¿Tiene padre la lluvia?

¿Quién da a luz el rocío?

29 ¿Quién es la madre del hielo?

¿Quién da a luz la escarcha que viene del cielo?

30 Pues el agua se convierte en hielo, duro como la roca,

y la superficie del agua se congela.

31 »¿Puedes tú guiar el movimiento de las estrellas

y atar el grupo de las Pléyades

o aflojar las cuerdas de Orión?

32 ¿Puedes dirigir las constelaciones a través de las estaciones del año

o guiar a la Osa con sus cachorros a través del cielo?

33 ¿Conoces las leyes del universo?

¿Puedes usarlas para regular la tierra?

34 »¿Puedes gritar a las nubes

y hacer que llueva?

35 ¿Puedes hacer que aparezca el relámpago

y que caiga hacia donde lo dirijas?

36 ¿Quién da la intuición al corazón

y el instinto a la mente?

37 ¿Quién es lo suficientemente sabio para contar las nubes?

¿Quién puede inclinar los cántaros de los cielos

38 cuando la tierra reseca está árida

y el suelo, convertido en terrones?

39 »¿Puedes acechar la presa para la leona

y saciar el hambre de los cachorros

40 cuando están tendidos en sus guaridas

o se agazapan en los matorrales?

41 ¿Quién da comida a los cuervos

cuando sus crías claman a Dios

y andan errantes con hambre?

Job 39

El Señor continúa su desafío

1 »¿Sabes cuándo dan a luz las cabras salvajes?

¿Has visto nacer a los ciervos en su ambiente natural?

2 ¿Sabes cuántos meses llevan a las crías en su vientre?

¿Eres consciente del momento de parto?

3 Se agachan para dar a luz

y tener sus crías.

4 Estas crecen en campo abierto

y luego se van del hogar para no regresar.

5 »¿Quién le da libertad al burro salvaje?

¿Quién desató sus cuerdas?

6 Yo lo puse en el desierto;

su hogar es la tierra baldía.

7 Detesta el ruido de la ciudad

y no tiene arriero que le grite.

8 Las montañas son su pastizal

donde busca cada brizna de hierba.

9 »¿Acaso aceptará el buey salvaje ser domado?

¿Pasará la noche en tu establo?

10 ¿Puedes enganchar un buey salvaje a un arado?

¿Acaso arará un campo para ti?

11 Teniendo en cuenta su fuerza, ¿podrás confiar en él?

¿Puedes irte y confiar en que el buey haga tu trabajo?

12 ¿Podrás contar con él para que traiga el grano a tu casa

y lo ponga en tu campo de trillar?

13 »El avestruz agita sus alas con ostentación

pero estas no pueden competir con el plumaje de la cigüeña.

14 El avestruz pone sus huevos en la tierra,

y deja que se calienten en el polvo.

15 No le preocupa que alguien los aplaste

o que un animal salvaje los destruya.

16 Trata con dureza a sus polluelos,

como si no fueran suyos.

No le importa si mueren,

17 porque Dios no le dio sabiduría

ni le dio entendimiento.

18 Pero siempre que se levanta para correr

le gana al jinete con el caballo más veloz.

19 »¿Diste la fuerza al caballo

o adornaste su cuello con largas crines?

20 ¿Le diste la capacidad de saltar como una langosta?

¡Su majestuoso resoplido es aterrador!

21 Patea la tierra y se alegra de su fuerza

cuando se lanza a la batalla.

22 Se ríe del miedo y no tiene temor.

No huye de la espada.

23 Se oye el sonido de las flechas golpeándolo

y brillan las lanzas y las jabalinas.

24 Patea el suelo con furia

y se lanza a la batalla cuando suena el cuerno de carnero.

25 Resopla al sonido del cuerno.

Percibe la batalla a lo lejos.

Se estremece bajo las órdenes del capitán y el ruido de la batalla.

26 »¿Es tu sabiduría la que hace que el halcón alce vuelo

y extienda sus alas hacia el sur?

27 ¿Es por tu mandato que el águila se eleva

y hace su nido en las cumbres?

28 Vive en los acantilados,

y tiene su hogar en las rocas lejanas y escarpadas.

29 Desde allí acecha a su presa

vigilándola con ojos penetrantes.

30 Sus crías engullen sangre.

Donde hay un cadáver, allí los encontrarás».