Nehemías 8

Esdras lee la ley

En octubre,

cuando los israelitas ya se habían establecido en sus ciudades,

1 todo el pueblo se reunió con un mismo propósito en la plaza, justo dentro de la puerta del Agua. Le pidieron al escriba Esdras que sacara el libro de la ley de Moisés, la cual elSeñorhabía dado a Israel para que la obedeciera.

2 Así que el 8 de octubreel sacerdote Esdras llevó el libro de la ley ante la asamblea, que incluía a los hombres y a las mujeres y a todos los niños con edad suficiente para entender.

3 Se puso frente a la plaza, justo dentro de la entrada de la puerta del Agua, desde temprano por la mañana hasta el mediodía y leyó en voz alta a todos los que podían entender. Todo el pueblo escuchó atentamente la lectura del libro de la ley.

4 El escriba Esdras estaba de pie sobre una plataforma de madera que se había construido para la ocasión. A su derecha se encontraban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maaseías. A su izquierda estaban Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam.

5 Esdras estaba de pie en la plataforma a plena vista de todo el pueblo. Cuando vieron que abría el libro, se pusieron todos de pie.

6 Entonces Esdras alabó alSeñor, el gran Dios, y todo el pueblo, con las manos levantadas, exclamó: «¡Amén! ¡Amén!». Luego se inclinaron y, con el rostro en tierra, adoraron alSeñor.

7 Entonces los levitas —Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maaseías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaías— instruyeron al pueblo en la ley mientras todos permanecían en sus lugares.

8 Leían del libro de la ley de Dios y explicaban con claridad el significado de lo que se leía, así ayudaban al pueblo a comprender cada pasaje.

9 Luego Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban para el pueblo dijeron: «¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues hoy es un día sagrado delante delSeñorsu Dios». Pues todo el pueblo había estado llorando mientras escuchaba las palabras de la ley.

10 Nehemíascontinuó diciendo: «Vayan y festejen con un banquete de deliciosos alimentos y bebidas dulces, y regalen porciones de comida a los que no tienen nada preparado. Este es un día sagrado delante de nuestro Señor. ¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo delSeñores su fuerza!».

11 También los levitas clamaban al pueblo y decían: «¡Cállense! ¡No lloren! Pues este es un día sagrado».

12 Así que el pueblo se fue a comer y a beber en una gran fiesta, a compartir porciones de la comida y a celebrar con gran alegría porque habían oído y entendido las palabras de Dios.

El Festival de las Enramadas

13 El 9 de octubrelos jefes de familia de todo el pueblo, junto con los sacerdotes y los levitas, se reunieron con el escriba Esdras para repasar la ley más detalladamente.

14 Mientras estudiaban la ley descubrieron que elSeñorhabía ordenado, por medio de Moisés, que los israelitas debían vivir en enramadas durante el festival a celebrarse durante ese mes.

15 Él había dicho que debía proclamarse al pueblo en todas sus ciudades y en Jerusalén, que fueran a las colinas a buscar ramas de olivo, olivo silvestre,mirto, palmeras y otros árboles frondosos. Con esas ramas debían construirse enramadas para que habitaran en ellas durante el festival, como está establecido en la ley.

16 Así que el pueblo salió y cortó ramas y las usó para levantar enramadas en las azoteas de sus casas, en sus patios, en los atrios del templo de Dios o en las plazas justo dentro de la puerta del Agua y de la puerta de Efraín.

17 Entonces todos los que habían regresado del cautiverio vivieron en las enramadas durante el festival, ¡y todos ellos se llenaron de alegría! Los israelitas no habían celebrado de esa forma desde los días de Josué,hijo de Nun.

18 Esdras leyó del libro de la ley de Dios en cada uno de los siete días del festival. Luego, al octavo día, realizaron una asamblea solemne, tal como lo exigía la ley.

Nehemías 9

El pueblo confiesa sus pecados

1 El 31 de octubreel pueblo volvió a reunirse en asamblea. Esta vez ayunaron, se vistieron de tela áspera y se echaron polvo sobre la cabeza.

2 Los de ascendencia israelita se separaron de todos los extranjeros para confesar sus propios pecados y los pecados de sus antepasados.

3 Permanecieron de pie en el mismo lugar durante tres horasmientras se les leía en voz alta el libro de la ley delSeñorsu Dios. Luego confesaron sus pecados y adoraron alSeñorsu Dios durante tres horas más.

4 Los levitas —Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenaní— estuvieron de pie en la escalera de los levitas y clamaron alSeñorsu Dios en voz alta.

5 Luego los jefes de los levitas —Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías— llamaron al pueblo: «¡Levántense y alaben alSeñorsu Dios, porque él vive desde la eternidad hasta la eternidad!». Entonces oraron:

«¡Que tu glorioso nombre sea alabado! ¡Que sea exaltado por sobre toda bendición y alabanza!

6 »Solo tú eres elSeñor. Tú hiciste el firmamento, los cielos y todas las estrellas; hiciste la tierra, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú los preservas a todos, y los ángeles del cielo te adoran.

7 »Eres elSeñorDios, quien eligió a Abram y lo sacó de Ur de los caldeos y le dio un nuevo nombre, Abraham.

8 Cuando demostró ser fiel, hiciste un pacto con él para darle a él y a sus descendientes la tierra de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los jebuseos y de los gergeseos; y has cumplido lo que prometiste, porque tú siempre eres fiel a tu palabra.

9 »Tú viste la miseria de nuestros antepasados en Egipto y escuchaste sus lamentos cuando estaban junto al mar Rojo.

10 Realizaste señales milagrosas y maravillas contra el faraón, sus funcionarios y su pueblo, porque tú sabías con cuánta arrogancia trataban a nuestros antepasados. Tú tienes una gloriosa reputación que jamás ha sido olvidada.

11 ¡Dividiste el mar para que tu pueblo pudiera cruzarlo por tierra seca! Luego arrojaste a sus perseguidores a las profundidades del mar. Se hundieron como piedras en aguas turbulentas.

12 Guiaste a nuestros antepasados mediante una columna de nube durante el día y una columna de fuego durante la noche para que pudieran encontrar el camino.

13 »Bajaste al monte Sinaí y les hablaste desde el cielo. Les diste ordenanzas e instrucciones justas, y decretos y mandatos buenos.

14 Les diste instrucciones acerca de tu sagrado día de descanso. Además, por medio de tu siervo Moisés, les ordenaste que obedecieran todos tus mandatos, decretos e instrucciones.

15 »Les diste pan del cielo cuando tenían hambre y agua de la roca cuando tenían sed. Les ordenaste que fueran y tomaran posesión de la tierra que habías jurado darles.

16 »Sin embargo, nuestros antepasados fueron arrogantes y tercos, y no prestaron ninguna atención a tus mandatos.

17 Se negaron a obedecerte y no se acordaron de los milagros que habías hecho a favor de ellos. En cambio, se pusieron tercos y nombraron a un líder para que los llevara de regreso a su esclavitud en Egipto;pero tú eres Dios de perdón, bondadoso y misericordioso, lento para enojarte y rico en amor inagotable. No los abandonaste,

18 ni siquiera cuando se hicieron un ídolo en forma de becerro y dijeron: “¡Este es tu dios que te sacó de Egipto!”. Cometieron terribles blasfemias.

19 »En tu gran misericordia no los abandonaste para que murieran en el desierto. La columna de nube todavía los guiaba de día, y la columna de fuego les mostraba el camino durante la noche.

20 Enviaste tu buen Espíritu para que les enseñara, y no dejaste de alimentarlos con maná del cielo ni de darles agua para su sed.

21 Durante cuarenta años los sustentaste en el desierto, y nada les faltó. ¡No se les desgastó la ropa, ni se les hincharon los pies!

22 »Luego ayudaste a nuestros antepasados a conquistar reinos y naciones, y colocaste a tu pueblo en todos los rincones de la tierra.Se apoderaron de la tierra del rey Sehón de Hesbón, y de la tierra del rey Og de Basán.

23 Hiciste que sus descendientes fueran tan numerosos como las estrellas del cielo y los llevaste a la tierra que habías prometido a sus antepasados.

24 »Entraron y tomaron posesión de la tierra. Tú sometiste naciones enteras delante de ellos. ¡Hasta los cananeos, que habitaban esa tierra, se sintieron impotentes! Tu pueblo pudo hacer lo que quiso con esas naciones y con sus reyes.

25 Nuestros antepasados conquistaron ciudades fortificadas y tierras fértiles. Se apoderaron de casas llenas de cosas buenas, con cisternas ya cavadas y viñedos y olivares, además de frutales en abundancia. De modo que comieron hasta saciarse y engordaron y disfrutaron de todas tus bendiciones.

26 »Sin embargo, a pesar de todo esto, fueron desobedientes y se rebelaron contra ti. Dieron la espalda a tu ley, mataron a tus profetas, quienes les advertían que volvieran a ti, y cometieron terribles blasfemias.

27 Así que los entregaste en manos de sus enemigos, quienes los hicieron sufrir; pero en sus momentos de angustia clamaron a ti, y desde el cielo los escuchaste. En tu gran misericordia, les enviaste libertadores que los rescataron de sus enemigos.

28 »No obstante, apenas tenían paz, volvían a cometer maldades ante tus ojos, y una vez más permitiste que sus enemigos los conquistaran. Sin embargo, cada vez que tu pueblo volvía y nuevamente clamaba a ti por ayuda, desde el cielo tú lo escuchabas una vez más. En tu maravillosa misericordia, los rescataste muchas veces.

29 »Les advertías que regresaran a tu ley, pero ellos se volvieron orgullosos y obstinados, y desobedecieron tus mandatos. No siguieron tus ordenanzas que dan vida a quienes las obedecen. Tercamente te dieron la espalda y se negaron a escuchar.

30 En tu amor fuiste paciente con ellos durante muchos años. Enviaste tu Espíritu, quien les advertía por medio de los profetas. ¡Pero aun así no quisieron escuchar! Entonces nuevamente permitiste que los pueblos de la tierra los conquistaran;

31 pero en tu gran misericordia no los destruiste por completo ni los abandonaste para siempre. ¡Qué Dios tan bondadoso y misericordioso eres tú!

32 »Ahora, Dios nuestro —Dios grande, poderoso y temible que cumple su pacto de amor inagotable—, no permitas que todas las privaciones que hemos sufrido te parezcan insignificantes. Grandes dificultades cayeron sobre nosotros, nuestros reyes, nuestros líderes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas y nuestros antepasados —todo tu pueblo—, desde los días cuando los reyes de Asiria por primera vez nos vencieron hasta el día de hoy.

33 Cada vez que nos castigaste actuaste con justicia. Hemos pecado grandemente, y nos diste solo lo que merecíamos.

34 Nuestros reyes, líderes, sacerdotes y antepasados no obedecieron tu ley ni prestaron atención a las advertencias de tus mandatos y leyes.

35 Aun cuando tenían su propio reino no te sirvieron, a pesar de que derramaste tu bondad sobre ellos. Les diste un territorio grande y fértil, pero ellos se negaron a abandonar su perversidad.

36 »Por eso, ¡hoy somos esclavos en esta tierra de abundancia que diste a nuestros antepasados para que la disfrutaran! Somos esclavos aquí en esta buena tierra.

37 Los abundantes productos agrícolas de esta tierra se amontonan en las manos de los reyes que has puesto sobre nosotros por causa de nuestros pecados. Ellos ejercen su poder sobre nosotros y nuestros animales. Les servimos según su antojo, y pasamos por mucho sufrimiento».

El pueblo decide obedecer

38 Entonces el pueblo respondió: «En vista de todo esto,hacemos una promesa solemne y la ponemos por escrito. En este documento sellado están los nombres de nuestros líderes, levitas y sacerdotes».

Nehemías 10

1 La siguiente es una lista de las personas que ratificaron el documento sellado.

El gobernador:

Nehemías, hijo de Hacalías, y también Sedequías.

2 Los siguientes sacerdotes:

Seraías, Azarías, Jeremías,

3 Pasur, Amarías, Malquías,

4 Hatús, Sebanías, Maluc,

5 Harim, Meremot, Obadías,

6 Daniel, Ginetón, Baruc,

7 Mesulam, Abías, Mijamín,

8 Maazías, Bilgaí y Semaías. Estos eran los sacerdotes.

9 Los siguientes levitas:

Jesúa, hijo de Azanías, Binúi, de la familia de Henadad, Cadmiel,

10 y los demás levitas: Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán,

11 Micaía, Rehob, Hasabías,

12 Zacur, Serebías, Sebanías,

13 Hodías, Bani y Beninu.

14 Los siguientes jefes del pueblo:

Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani,

15 Buni, Azgad, Bebai,

16 Adonías, Bigvai, Adín,

17 Ater, Ezequías, Azur,

18 Hodías, Hasum, Bezai,

19 Harif, Anatot, Nebai,

20 Magpías, Mesulam, Hezir,

21 Mesezabeel, Sadoc, Jadúa,

22 Pelatías, Hanán, Anaías,

23 Oseas, Hananías, Hasub,

24 Halohes, Pilha, Sobec,

25 Rehum, Hasabna, Maaseías,

26 Ahías, Hanán, Anán,

27 Maluc, Harim y Baana.

Promesa del pueblo

28 Luego el resto del pueblo —los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los sirvientes del templo y todos los que se habían separado de la gente pagana de esa tierra para obedecer la ley de Dios, junto con sus mujeres, hijos, hijas y todos los que tenían edad suficiente para entender—

29 se unió a sus jefes y se comprometió mediante juramento. Juraron que caería una maldición sobre ellos mismos si dejaban de obedecer la ley de Dios dada por medio de su siervo Moisés. Prometieron solemnemente seguir al pie de la letra todos los mandatos, las ordenanzas y los decretos delSeñor, nuestro Señor:

30 «Nos comprometemos a no permitir que nuestras hijas se casen con los habitantes paganos de la tierra ni a permitir que nuestros hijos se casen con sus hijas.

31 »También prometemos no comprar mercadería ni grano que la gente de esta tierra traiga para vender en el día de descanso o en cualquier otro día sagrado. Cada séptimo año dejaremos que nuestras tierras descansen y perdonaremos toda deuda.

32 »Además, nos comprometemos a obedecer el mandato de pagar el impuesto anual del templo de cuatro gramos de platapara los gastos del templo de nuestro Dios.

33 Este monto servirá para el pan de la Presencia; las ofrendas regulares de grano y las ofrendas quemadas; las ofrendas de los días de descanso, las celebraciones de luna nueva y los festivales anuales; las ofrendas sagradas y las ofrendas para hacer expiación por el pecado de Israel. Servirá para proporcionar todo lo necesario para el trabajo del templo de nuestro Dios.

34 »Hicimos sorteos sagrados para determinar cuándo —en tiempos regulares cada año— las familias de los sacerdotes, los levitas y la gente común deberán llevar leña al templo de Dios para ser quemada en el altar delSeñornuestro Dios, como está escrito en la ley.

35 »Nos comprometemos a llevar cada año al templo delSeñorla primera parte de toda cosecha, sea producto de la tierra o de nuestros árboles frutales.

36 Aceptamos entregar a Dios nuestros primeros hijos varones y las primeras crías de todo nuestro ganado y de nuestros rebaños, como lo establece la ley. Los presentaremos a los sacerdotes que ejercen el ministerio en el templo de nuestro Dios.

37 Almacenaremos los productos agrícolas en los depósitos del templo de nuestro Dios. Llevaremos lo mejor de nuestra harina y otras ofrendas de grano, lo mejor de nuestra fruta, lo mejor de nuestro vino nuevo y de nuestro aceite de oliva. Además, prometemos llevar a los levitas una décima parte de todo lo que nuestra tierra produzca, porque son los levitas quienes recogen los diezmos en todas nuestras poblaciones rurales.

38 »Un sacerdote —descendiente de Aarón— estará con los levitas cuando reciban esos diezmos. Una décima parte de todos los diezmos que se reúnan será entregada por los levitas al templo de nuestro Dios para ser colocada en los depósitos.

39 El pueblo y los levitas tienen que trasladar estas ofrendas de grano, de vino nuevo y de aceite de oliva a los depósitos y colocarlas en recipientes sagrados cerca de los sacerdotes de turno, los porteros y los cantores.

»Todos nos comprometemos a no descuidar el templo de nuestro Dios».

Nehemías 11

El pueblo habita en Jerusalén

1 Los jefes del pueblo vivían en Jerusalén, la ciudad santa. Mediante los sorteos sagrados eligieron a una décima parte del pueblo de otras ciudades de Judá y de Benjamín para que vivieran allí también, mientras que el resto siguió viviendo donde estaba;

2 y el pueblo elogiaba a todos los que se ofrecían para reubicarse en Jerusalén.

3 La siguiente es una lista de los nombres de los funcionarios provinciales que fueron a vivir a Jerusalén. (La mayoría del pueblo, de los sacerdotes, de los levitas, de los sirvientes del templo y de los descendientes de los sirvientes de Salomón siguieron viviendo en sus propias casas en las diversas ciudades de Judá,

4 pero algunos de los de Judá y de Benjamín repoblaron Jerusalén).

De la tribu de Judá:

Ataías, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, de la familia de Fares.

5 También Maaseías, hijo de Baruc, hijo de Col-hoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, de la familia de Sela.

6 Fueron cuatrocientos sesenta y ocho descendientes de Fares los que se establecieron en Jerusalén, todos ellos hombres excepcionales.

7 De la tribu de Benjamín:

Salú, hijo de Mesulam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maaseías, hijo de Itiel, hijo de Jesaías;

8 después de él estaban Gabai y Salai: en total novecientos veintiocho parientes.

9 El funcionario principal de ellos era Joel, hijo de Zicri, y su asistente era Judá, hijo de Senúa, el segundo en autoridad de la ciudad.

10 De los sacerdotes:

Jedaías, hijo de Joiarib; Jaquín;

11 y Seraías, hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, que era el supervisor del templo de Dios.

12 También ochocientos veintidós de sus colaboradores, quienes trabajaban en el templo. También Adaías, hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías,

13 junto con doscientos cuarenta y dos de sus colaboradores, quienes eran jefes de sus familias. También Amasai, hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer,

14 y ciento veintiocho de sus excepcionales colaboradores.El funcionario principal de ellos era Zabdiel, hijo de Gedolim.

15 De los levitas:

Semaías, hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni.

16 También Sabetai y Jozabad, quienes estaban a cargo del trabajo fuera del templo de Dios.

17 También Matanías, hijo de Micaía, hijo de Zabdi, descendiente de Asaf, quien dirigía las acciones de gracias y la oración. También Bacbuquías, ayudante de Matanías, y Abda, hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún.

18 En total, había doscientos ochenta y cuatro levitas en la ciudad santa.

19 De los porteros:

Acub, Talmón y ciento setenta y dos colaboradores que vigilaban las puertas.

20 Los demás sacerdotes, levitas e israelitas vivían en las otras ciudades de Judá, dondequiera que se encontrara su herencia familiar.

21 Sin embargo, todos los sirvientes del templo, bajo la dirección de Ziha y Gispa, se establecieron en la colina de Ofel.

22 El funcionario principal de los levitas en Jerusalén era Uzi, hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaía, descendiente de Asaf. Los integrantes de la familia de Asaf eran los cantores en el templo de Dios.

23 Las responsabilidades diarias de los cantores se llevaban a cabo según los términos establecidos por un mandato real.

24 Petaías, hijo de Mesezabeel, descendiente de Zera, hijo de Judá, era el consejero real en todos los asuntos de la administración pública.

25 En cuanto a las aldeas vecinas con sus campos abiertos, parte de la gente de Judá vivía en Quiriat-arba y sus asentamientos, en Dibón y sus asentamientos y en Jecabseel y sus aldeas.

26 También residían en Jesúa, Molada, Bet-pelet,

27 Hazar-sual, Beerseba y sus asentamientos,

28 Siclag y Mecona y sus asentamientos.

29 También vivían en En-rimón, Zora, Jarmut,

30 Zanoa y Adulam y sus aldeas vecinas. También vivían en Laquis y sus campos aledaños y en Azeca y sus aldeas cercanas. De manera que el pueblo de Judá vivía desde Beerseba en el sur hasta el valle de Hinom.

31 Parte de la gente de Benjamín vivía en Geba, Micmas, Aía y Betel y sus asentamientos.

32 También vivían en Anatot, Nob, Ananías,

33 Hazor, Ramá, Gitaim,

34 Hadid, Seboim, Nebalat,

35 Lod, Ono y el valle de los Artesanos.

36 Algunos de los levitas que residían en Judá fueron enviados a vivir con la tribu de Benjamín.

Nehemías 12

Historia de los sacerdotes y los levitas

1 La siguiente es una lista de los sacerdotes y los levitas que regresaron con Zorobabel, hijo de Salatiel y Jesúa, el sumo sacerdote:

Seraías, Jeremías, Esdras,

2 Amarías, Maluc, Hatús,

3 Secanías, Harim,Meremot,

4 Iddo, Ginetón,Abías,

5 Miniamín, Moadías,Bilga,

6 Semaías, Joiarib, Jedaías,

7 Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías.

Estos eran los jefes de los sacerdotes y sus colaboradores en los días de Jesúa.

8 Los levitas que regresaron con ellos eran Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías, quien junto con sus colaboradores estaba a cargo de las canciones de acción de gracias.

9 Sus colaboradores, Bacbuquías y Uni, se ubicaban frente a ellos durante el servicio.

10 Jesúa, el sumo sacerdote, fue padre de Joiacim.

Joiacim fue padre de Eliasib.

Eliasib fue padre de Joiada.

11 Joiada fue padre de Johanán.

Johanán fue padre de Jadúa.

12 Ahora bien, cuando Joiacim era sumo sacerdote, los jefes de familia de los sacerdotes eran los siguientes:

Meraías era jefe de la familia de Seraías.

Hananías era jefe de la familia de Jeremías.

13 Mesulam era jefe de la familia de Esdras.

Johanán era jefe de la familia de Amarías.

14 Jonatán era jefe de la familia de Maluc.

José era jefe de la familia de Secanías.

15 Adna era jefe de la familia de Harim.

Helcai era jefe de la familia de Meremot.

16 Zacarías era jefe de la familia de Iddo.

Mesulam era jefe de la familia de Ginetón.

17 Zicri era jefe de la familia de Abías.

También había unjefe de la familia de Miniamín.

Piltai era jefe de la familia de Moadías.

18 Samúa era jefe de la familia de Bilga.

Jonatán era jefe de la familia de Semaías.

19 Matenai era jefe de la familia de Joiarib.

Uzi era jefe de la familia de Jedaías.

20 Calai era jefe de la familia de Salú.

Eber era jefe de la familia de Amoc.

21 Hasabías era jefe de la familia de Hilcías.

Natanael era jefe de la familia de Jedaías.

22 Durante los años cuando Eliasib, Joiada, Johanán y Jadúa servían como sumos sacerdotes, se mantuvo un registro de las familias de los levitas. Durante el reinado de Darío el persase mantuvo otro registro de los sacerdotes.

23 Hasta los días de Johanán, nietode Eliasib, se mantuvo un registro de los jefes de las familias de los levitas enEl libro de historia.

24 Estos eran los jefes de familia de los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa, Binúi,Cadmiel y otros colaboradores, quienes se ubicaban frente a ellos durante las ceremonias de alabanza y acción de gracias, un lado le respondía al otro, como lo ordenó David, hombre de Dios.

25 Este grupo incluía a Matanías, a Bacbuquías y a Obadías.

Mesulam, Talmón y Acub eran los porteros a cargo de los depósitos cerca de las puertas.

26 Todos ellos sirvieron en los días de Joiacim, hijo de Jesúa, hijo de Jehosadac,y en los días de Nehemías, el gobernador, y de Esdras, el sacerdote y escriba.

Dedicación de la muralla de Jerusalén

27 Para la dedicación de la nueva muralla de Jerusalén se les pidió a los levitas de toda la tierra que fueran a Jerusalén para colaborar en las ceremonias. Debían tomar parte en la feliz celebración con sus canciones de acción de gracias y con música de címbalos, arpas y liras.

28 Se reunió a los cantores de la zona alrededor de Jerusalén y de las aldeas de los netofatitas.

29 También llegaron de Bet-gilgal y de las zonas rurales cercanas a Geba y Azmavet porque los cantores habían levantado sus propios asentamientos en los alrededores de Jerusalén.

30 Primero los sacerdotes y los levitas se purificaron a sí mismos, luego purificaron al pueblo, a las puertas y a la muralla.

31 Conduje a los líderes de Judá a la parte superior de la muralla y organicé dos grandes coros para dar acción de gracias. Uno de los coros se dirigió hacia el surpor encima de la muralla hasta la puerta del Estiércol.

32 Osaías y la mitad de los jefes de Judá los seguían,

33 con Azarías, Esdras, Mesulam,

34 Judá, Benjamín, Semaías y Jeremías.

35 Luego iban algunos sacerdotes que tocaban trompetas, junto con Zacarías, hijo de Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías, hijo de Zacur, descendiente de Asaf.

36 Los compañeros de Zacarías eran Semaías, Azareel, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hananí. Tocaban los instrumentos musicales indicados por David, hombre de Dios. Esdras, el escriba, lideraba esta procesión.

37 En la puerta de la Fuente subieron los escalones de la subida de la muralla de la ciudad en dirección hacia la Ciudad de David. Pasaron frente a la casa de David y luego siguieron al oriente hacia la puerta del Agua.

38 El segundo coro que daba acción de gracias se dirigió hacia el norte,dando la vuelta por el otro lado para encontrarse con el primer coro. Yo los seguía sobre la muralla, junto con la otra mitad del pueblo, y pasamos por la torre de los Hornos hacia el muro Ancho,

39 y luego sobre la puerta de Efraín hacia la puerta de la Ciudad Antigua,pasamos la puerta del Pescado y la torre de Hananeel, hasta la torre de los Cien. Luego seguimos hacia la puerta de las Ovejas y nos detuvimos a la altura de la puerta de la Guardia.

40 Luego los dos coros que daban acción de gracias siguieron hacia el templo de Dios y allí tomaron sus lugares. Lo mismo hice yo, junto con el grupo de jefes que estaba conmigo.

41 Íbamos con los sacerdotes que tocaban las trompetas —Eliacim, Maaseías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías—

42 y con los cantores —Maaseías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías, Elam y Ezer—; tocaban y cantaban a toda voz bajo la dirección de Izrahías, el director del coro.

43 Se ofrecieron muchos sacrificios durante aquel día de gozo porque Dios había dado al pueblo razón de alegrarse. También las mujeres y los niños participaron en la celebración, y la alegría del pueblo de Jerusalén podía oírse a gran distancia.

Provisiones para el culto en el templo

44 Ese día se designaron hombres para que se encargaran de los depósitos para las ofrendas, la primera parte de la cosecha y los diezmos. Eran responsables de recolectar de los campos fuera de las ciudades las porciones especificadas por la ley para los sacerdotes y los levitas. Pues todo el pueblo de Judá se complacía en los sacerdotes y los levitas y en el trabajo que prestaban.

45 Ellos, junto con los cantores y los porteros, llevaban a cabo el servicio para su Dios y el servicio de purificación, como lo habían ordenado David y su hijo Salomón.

46 La costumbre de tener directores para dirigir los coros al entonar himnos de alabanza y de acción de gracias a Dios comenzó mucho tiempo antes, en los días de David y Asaf.

47 De modo que ahora, en los días de Zorobabel y de Nehemías, todo Israel llevaba una provisión diaria de comida para los cantores, los porteros y los levitas. Los levitas, a su vez, daban a los sacerdotes —los descendientes de Aarón— parte de lo que ellos recibían.

Nehemías 13

Diversas reformas de Nehemías

1 Ese mismo día, mientras se leía al pueblo el libro de Moisés, se encontró el pasaje que dice que jamás se debe admitir a un amonita o a un moabita en la asamblea de Dios,

2 porque ellos se habían negado a darles comida y agua a los israelitas en el desierto. Por el contrario, contrataron a Balaam para que los maldijera, aunque nuestro Dios convirtió la maldición en bendición.

3 Cuando se leyó este pasaje de la ley, inmediatamente se excluyó de la asamblea a todos los que tenían ascendencia extranjera.

4 Antes de esto, el sacerdote Eliasib, quien había sido designado para supervisar los depósitos del templo de nuestro Dios y quien también era pariente de Tobías,

5 había rediseñado un gran depósito y lo había puesto a disposición de Tobías. Anteriormente usaban el cuarto para almacenar ofrendas de grano, incienso, diversos utensilios para el templo, diezmos de granos, de vino nuevo, de aceite de oliva (destinados a los levitas, a los cantores y a los porteros), y también las ofrendas para los sacerdotes.

6 En esa época yo no estaba en Jerusalén porque había ido a presentarme ante Artajerjes, rey de Babilonia, en el año treinta y dos de su reinado,aunque más tarde le pedí permiso para regresar.

7 Cuando regresé a Jerusalén, me enteré del acto perverso de Eliasib de proporcionarle a Tobías una habitación en los atrios del templo de Dios.

8 Me disgusté mucho y saqué del cuarto todas las pertenencias de Tobías.

9 Luego exigí que purificaran las habitaciones y volví a colocar los utensilios para el templo de Dios, las ofrendas de grano y el incienso.

10 También descubrí que no se les había entregado a los levitas las porciones de comida que les correspondían, de manera que todos ellos y los cantores que debían dirigir los servicios de adoración habían regresado a trabajar en los campos.

11 Inmediatamente enfrenté a los dirigentes y les pregunté: «¿Por qué ha sido descuidado el templo de Dios?». Luego pedí a todos los levitas que regresaran y los reintegré para que cumplieran con sus obligaciones.

12 Entonces, una vez más, todo el pueblo de Judá comenzó a llevar sus diezmos de grano, de vino nuevo y de aceite de oliva a los depósitos del templo.

13 Como supervisores de los depósitos asigné al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc y a Pedaías, uno de los levitas. Como ayudante de ellos nombré a Hanán, hijo de Zacur y nieto de Matanías. Estos hombres gozaban de una excelente reputación, y su tarea consistía en hacer distribuciones equitativas a sus compañeros levitas.

14 Recuerda esta buena obra, oh Dios mío, y no olvides todo lo que fielmente he hecho por el templo de mi Dios y sus servicios.

15 En esos días vi a unos hombres de Judá pisando en sus lagares en el día de descanso. Además, recogían granos y los cargaban sobre burros, y traían su vino, sus uvas, sus higos y toda clase de productos a Jerusalén para venderlos en el día de descanso. Así que los reprendí por vender sus productos en ese día.

16 Algunos hombres de Tiro, que vivían en Jerusalén, traían pescado y toda clase de mercancía. La vendían al pueblo de Judá el día de descanso, ¡y nada menos que en Jerusalén!

17 De modo que confronté a los nobles de Judá. «¿Por qué profanan el día de descanso de este modo tan perverso? —les pregunté—.

18 ¿Acaso no fueron cosas como estas las que hicieron sus antepasados y provocaron que nuestro Dios hiciera caer sobre nosotros y nuestra ciudad toda esta desgracia? ¡Ahora ustedes provocan aún más enojo contra Israel al permitir que el día de descanso sea profanado de esta manera!».

19 Entonces ordené que todos los viernesse cerraran las puertas de Jerusalén al caer la noche, y que no se abrieran hasta que terminara el día de descanso. Envié a algunos de mis propios sirvientes a vigilar las puertas para que no pudiera entrar ninguna mercadería en los días de descanso.

20 Los mercaderes y los comerciantes de diversos productos acamparon fuera de Jerusalén una o dos veces;

21 pero yo les hablé duramente diciendo: «¿Qué pretenden, acampando aquí afuera alrededor de la muralla? ¡Si lo hacen otra vez, los arrestaré!». Esa fue la última vez que aparecieron en el día de descanso.

22 Luego ordené a los levitas que se purificaran y vigilaran las puertas para preservar la santidad del día de descanso.

¡Recuerda también esta buena obra, oh Dios mío! Ten compasión de mí conforme a tu grande e inagotable amor.

23 Por el mismo tiempo, me di cuenta de que algunos de los hombres de Judá se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab.

24 Además, la mitad de sus hijos hablaban el idioma de Asdod o de algún otro pueblo y no podían hablar en absoluto la lengua de Judá.

25 De modo que confronté a los hombres y pedí que cayeran maldiciones sobre ellos. Golpeé a algunos y les arranqué el cabello. Los hice jurar por el nombre de Dios que no permitirían que sus hijos o sus hijas se casaran con la gente pagana de la región.

26 «¿Acaso no fue exactamente eso lo que llevó a Salomón, rey de Israel, a pecar? —exclamé—. No había rey de ninguna nación que pudiera compararse con él, Dios lo amaba y lo hizo rey sobre todo Israel; pero incluso él fue inducido a pecar por sus mujeres extranjeras.

27 ¿Cómo pudieron siquiera pensar en cometer esta acción pecaminosa y ser infieles a Dios al casarse con mujeres extranjeras?».

28 Uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib, el sumo sacerdote, se había casado con la hija de Sanbalat, el horonita, por lo cual lo expulsé de mi presencia.

29 Recuérdalos, oh Dios mío, porque han profanado el sacerdocio y los votos solemnes de los sacerdotes y los levitas.

30 Así que expulsé todo lo que fuera extranjero y asigné tareas a los sacerdotes y a los levitas, asegurándome de que cada uno supiera lo que tenía que hacer.

31 También me aseguré de que llegara el suministro de leña para el altar y las primeras porciones de la cosecha en los tiempos establecidos.

Recuerda esto a mi favor, oh Dios mío.

Esdras 1

Ciro permite el regreso de los desterrados

1 En el primer año de Ciro, rey de Persia,elSeñorcumplió la profecía que había dado por medio de Jeremías.Movió el corazón de Ciro a poner por escrito el siguiente edicto y enviarlo a todo el reino:

2 «Esto dice Ciro, rey de Persia:

»“ElSeñor, Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra. Me encargó construirle un templo en Jerusalén, que está en Judá.

3 Cualquiera que pertenezca a su pueblo puede ir a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo delSeñor, Dios de Israel, quien vive en Jerusalén, ¡y que su Dios esté con ustedes!

4 En el lugar que se encuentre este remanente judío, que sus vecinos los ayuden con los gastos, dándoles plata y oro, provisiones para el viaje y animales, como también una ofrenda voluntaria para el templo de Dios en Jerusalén”».

5 Luego Dios movió el corazón de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de las tribus de Judá y de Benjamín, para que fueran a Jerusalén a reconstruir el templo delSeñor.

6 Todos los vecinos colaboraron, dándoles objetos de plata y de oro, provisiones para el viaje y animales. Les dieron muchos regalos valiosos además de todas las ofrendas voluntarias.

7 El propio rey Ciro sacó los objetos que el rey Nabucodonosor se había llevado del templo delSeñoren Jerusalén y había colocado en el templo de sus dioses.

8 Ciro le ordenó a Mitrídates, el tesorero de Persia, que contara esos artículos y se los entregara a Sesbasar, el líder de los desterrados que regresaban a Judá.

9 La siguiente es una lista de los artículos que se devolvieron:

tazones de oro 30
tazones de plata 1000
recipientes de plata para quemar incienso 29
10 copas de oro 30
copas de plata 410
otros artículos 1000

11 En total eran 5400 artículos de oro y de plata. Sesbasar los llevó todos consigo cuando los desterrados se fueron de Babilonia hacia Jerusalén.

Esdras 2

Los desterrados que regresaron con Zorobabel

1 Esta es la lista de los desterrados judíos de las provincias que regresaron de su cautiverio. El rey Nabucodonosor los había desterrado a Babilonia, pero ahora regresaron a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá donde vivían originalmente.

2 Sus líderes fueron Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana.

Este es el total de los hombres de Israel que regresó del destierro:

3 la familia de Paros 2172
4 la familia de Sefatías 372
5 la familia de Ara 775
6 la familia de Pahat-moab (descendientes de Jesúa y Joab) 2812
7 la familia de Elam 1254
8 la familia de Zatu 945
9 la familia de Zacai 760
10 la familia de Bani 642
11 la familia de Bebai 623
12 la familia de Azgad 1222
13 la familia de Adonicam 666
14 la familia de Bigvai 2056
15 la familia de Adín 454
16 la familia de Ater (descendientes de Ezequías) 98
17 la familia de Bezai 323
18 la familia de Jora 112
19 la familia de Hasum 223
20 la familia de Gibar 95
21 la gente de Belén 123
22 la gente de Netofa 56
23 la gente de Anatot 128
24 la gente de Bet-azmavet 42
25 la gente de Quiriat-jearim,Cafira y Beerot 743
26 la gente de Ramá y Geba 621
27 la gente de Micmas 122
28 la gente de Betel y Hai 223
29 los ciudadanos de Nebo 52
30 los ciudadanos de Magbis 156
31 los ciudadanos de Elam occidental 1254
32 los ciudadanos de Harim 320
33 los ciudadanos de Lod, Hadid y Ono 725
34 los ciudadanos de Jericó 345
35 los ciudadanos de Senaa 3630

36 Estos son los sacerdotes que regresaron del destierro:

la familia de Jedaías (por la línea genealógica de Jesúa) 973
37 la familia de Imer 1052
38 la familia de Pasur 1247
39 la familia de Harim 1017

40 Estos son los levitas que regresaron del destierro:

la familia de Jesúa y la de Cadmiel (descendientes de Hodavías) 74
41 los cantores de la familia de Asaf 128
42 los porteros de las familias de Salum, Ater, Talmón, Acub, Hatita y Sobai 139

43 Regresaron del destierro los descendientes de estos sirvientes del templo:

Ziha, Hasufa, Tabaot,

44 Queros, Siaha, Padón,

45 Lebana, Hagaba, Acub,

46 Hagab, Salmai,Hanán,

47 Gidel, Gahar, Reaía,

48 Rezín, Necoda, Gazam,

49 Uza, Paseah, Besai,

50 Asena, Mehunim, Nefusim,

51 Bacbuc, Hacufa, Harhur,

52 Bazlut, Mehída, Harsa,

53 Barcos, Sísara, Tema,

54 Nezía y Hatifa.

55 Regresaron del destierro los descendientes de estos sirvientes del rey Salomón:

Sotai, Hasoferet, Peruda,

56 Jaala, Darcón, Gidel,

57 Sefatías, Hatil, Poqueret-hazebaim y Ami.

58 En total, los sirvientes del templo y los descendientes de los sirvientes de Salomón fueron trescientas noventa y dos personas.

59 Otro grupo regresó en esos días de las ciudades de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer. Sin embargo, ni ellos ni sus familias pudieron demostrar que eran descendientes de Israel.

60 Ese grupo incluía a las familias de Delaía, Tobías y Necoda: un total de seiscientas cincuenta y dos personas.

61 También regresaron tres familias de sacerdotes: Habaía, Cos y Barzilai. (Este Barzilai se había casado con una mujer que era descendiente de Barzilai de Galaad y había tomado el nombre de la familia de ella).

62 Buscaron sus nombres en los registros genealógicos pero no los encontraron, así que no calificaron para servir como sacerdotes.

63 El gobernador les dijo que no comieran de la porción de los sacrificios que correspondía a los sacerdotes hasta que un sacerdote pudiera consultar alSeñorsobre ese asunto por medio del Urim y el Tumim, o sea, el sorteo sagrado.

64 Así que un total de 42.360 personas regresaron a Judá,

65 además de 7337 sirvientes y 200 cantores, tanto hombres como mujeres.

66 Llevaron consigo 736 caballos, 245 mulas,

67 435 camellos y 6720 burros.

68 Cuando llegaron al templo delSeñoren Jerusalén, algunos de los jefes de familia entregaron ofrendas voluntarias para la reconstrucción del templo de Dios en su sitio original,

69 y cada jefe dio todo lo que pudo. El total de esas ofrendas fue 61.000 monedas de oro,3000 kilosde plata y 100 túnicas para los sacerdotes.

70 Entonces los sacerdotes, los levitas, los cantores, los porteros, los sirvientes del templo y algunos miembros del pueblo se establecieron en aldeas cerca de Jerusalén. El resto de la gente regresó a sus respectivas ciudades por todo el territorio de Israel.

Esdras 3

Reconstrucción del altar

1 A comienzos del otoño,cuando los israelitas ya se habían establecido en sus ciudades, todo el pueblo se reunió en Jerusalén con un mismo propósito.

2 Entonces Jesúa, hijo de Jehosadac,se unió a sus hermanos sacerdotes y a Zorobabel, hijo de Salatiel, con su familia, para reconstruir el altar del Dios de Israel. Querían sacrificar ofrendas quemadas sobre el altar, según las instrucciones de la ley de Moisés, hombre de Dios.

3 A pesar de que tenían miedo de los lugareños, reconstruyeron el altar en su sitio original. Luego, cada mañana y cada tarde, comenzaron a sacrificar ofrendas quemadas alSeñorsobre el altar.

4 Celebraron el Festival de las Enramadas como está establecido en la ley y sacrificaron la cantidad específica de ofrendas quemadas para cada día del festival.

5 También ofrecieron las ofrendas quemadas habituales y las ofrendas requeridas para las celebraciones de luna nueva y los festivales anuales, tal como lo había establecido elSeñor. La gente también entregó ofrendas voluntarias alSeñor.

6 Quince días antes de que comenzara el Festival de las Enramadas,los sacerdotes empezaron a sacrificar ofrendas quemadas alSeñor. Esto ocurrió aun antes de que comenzaran a echar los cimientos del templo delSeñor.

El pueblo comienza a reconstruir el templo

7 Luego el pueblo contrató albañiles y carpinteros, y compró troncos de cedro de los habitantes de Tiro y Sidón, a quienes les pagaron con alimentos, vino y aceite de oliva. Transportaron troncos desde las montañas del Líbano hasta Jope haciéndolos flotar a lo largo de la costa del mar Mediterráneo,ya que el rey Ciro había dado permiso para hacerlo.

8 La construcción del templo de Dios comenzó a mediados de la primavera,en el segundo año después de la llegada a Jerusalén. La fuerza laboral estaba formada por todos los que habían regresado del destierro, entre ellos Zorobabel, hijo de Salatiel, Jesúa, hijo de Jehosadac, junto con sus hermanos sacerdotes y todos los levitas. Pusieron al frente de la reconstrucción del templo delSeñora los levitas mayores de veinte años de edad.

9 Jesúa, sus hijos y parientes, junto con Cadmiel y sus hijos, todos descendientes de Hodavías,supervisaron a los que trabajaban en el templo de Dios. Para esta tarea contaron con la colaboración de los levitas de la familia de Henadad.

10 Cuando los constructores terminaron los cimientos del templo delSeñor, los sacerdotes se pusieron sus mantos y tomaron su lugar para tocar sus trompetas. Luego los levitas descendientes de Asaf hicieron sonar sus címbalos para alabar alSeñor, tal como lo había establecido el rey David.

11 Con alabanza y agradecimiento entonaron el siguiente canto alSeñor:

«¡Él es tan bueno!

¡Su fiel amor por Israel permanece para siempre!».

Luego todo el pueblo dio un fuerte grito, alabando alSeñor, porque se habían echado los cimientos del templo delSeñor.

12 Sin embargo, muchos de los sacerdotes, levitas y otros líderes de edad avanzada que habían visto el primer templo lloraron en voz alta al ver los cimientos del nuevo templo. Los demás, en cambio, gritaban de alegría.

13 Los gritos de alegría se mezclaron con el llanto y produjeron un clamor que podía oírse a gran distancia.

Esdras 4

Los enemigos se oponen a la reconstrucción

1 Cuando los enemigos de Judá y de Benjamín oyeron que los desterrados estaban reconstruyendo un templo alSeñor, Dios de Israel,

2 fueron a ver a Zorobabel y a los otros líderes, y les dijeron:

—Déjennos participar en la construcción junto con ustedes, porque nosotros también adoramos a su Dios. Le venimos haciendo sacrificios desde que el rey Esar-hadón, de Asiria, nos trajo a estas tierras.

3 Zorobabel, Jesúa y los otros líderes de Israel respondieron:

—De ninguna manera pueden tomar parte en esta obra. Nosotros solos construiremos el templo para elSeñor, Dios de Israel, tal como nos ordenó Ciro, rey de Persia.

4 Entonces los habitantes del lugar intentaron desalentar e intimidar al pueblo de Judá para impedirle que siguiera trabajando.

5 Sobornaron a algunos funcionarios para que actuaran en contra de ellos y frustraran sus planes. Esta situación continuó durante todo el reinado de Ciro, rey de Persia, y duró hasta que Darío subió al trono de Persia.

Más oposición durante el reinado de Jerjes y Artajerjes

6 Años más tarde, cuando Jerjescomenzó su reinado, los enemigos de Judá escribieron una carta con acusaciones contra el pueblo de Judá y de Jerusalén.

7 Tiempo después, durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia,los enemigos de Judá, dirigidos por Bislam, Mitrídates y Tabeel, le enviaron una carta a Artajerjes escrita en arameo, que fue traducida al idioma del rey.

8 El gobernador Rehum y Simsai, el secretario de la corte, escribieron la carta, en la cual le contaban al rey Artajerjes acerca de la situación en Jerusalén.

9 Saludaban al rey en nombre de todos sus colegas: los jueces y los dirigentes locales, el pueblo de Tarpel, los persas, los babilonios y los de Erec y Susa (es decir, Elam).

10 También enviaron saludos de parte del resto del pueblo que el gran y noble Asurbanipalhabía deportado y reubicado en Samaria y en todas las tierras vecinas de la provincia situada al occidente del río Éufrates.

11 La siguiente es una copia de la carta:

«Al rey Artajerjes, de parte de sus leales súbditos de la provincia situada al occidente del río Éufrates:

12 »El rey debería saber que los judíos que llegaron a Jerusalén de Babilonia están reconstruyendo esa ciudad rebelde y malvada. Ya han echado los cimientos y pronto terminarán sus murallas.

13 El rey también debería saber que, si esa ciudad se reconstruye y se completan sus murallas, su reino se verá perjudicado, porque los judíos se negarán a pagar los tributos, los derechos aduaneros y los peajes correspondientes.

14 »Ya que nosotros somos leales súbditosde usted y no queremos que se deshonre al rey de esa manera, hemos enviado esta información a su majestad.

15 Sugerimos que se investigue en los registros de sus antepasados, en los que descubrirá lo rebelde que fue esa ciudad en la antigüedad. De hecho, fue destruida a causa de su larga y conflictiva historia de rebelión contra los reyes y las naciones que la controlaban.

16 Advertimos al rey que, si esa ciudad se reconstruye y sus murallas se completan, su majestad perderá la provincia situada al occidente del río Éufrates».

17 Entonces el rey Artajerjes envió la siguiente respuesta:

«Al gobernador Rehum, a Simsai, secretario de la corte, y a sus colegas de Samaria y de toda la provincia situada al occidente del río Éufrates: saludos.

18 »La carta que me enviaron fue traducida y leída en mi presencia.

19 Ordené que se investigara en los registros y, efectivamente, comprobé que Jerusalén ha sido un semillero de insurrección contra muchos reyes. De hecho, ¡la rebelión y las revueltas son normales allí!

20 Reyes poderosos han gobernado Jerusalén y toda la provincia al occidente del río Éufrates, y han recibido tributos, derechos aduaneros y peajes.

21 Por lo tanto, emitan órdenes para que esos hombres dejen de trabajar. Queda prohibido reconstruir esa ciudad, a menos que yo lo ordene expresamente.

22 Sean diligentes y no descuiden este asunto, porque no debemos permitir que la situación perjudique los intereses del trono».

23 Cuando Rehum, Simsai y sus colegas oyeron la lectura de esa carta del rey Artajerjes, se fueron de prisa hacia Jerusalén. Entonces, con una demostración de fuerza, obligaron a los judíos a abandonar la construcción.

Se reanuda la reconstrucción

24 Por lo tanto, se detuvo la obra del templo de Dios en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el segundo año del reinado de Darío, rey de Persia.