2 Samuel 23

Últimas palabras de David

1 Estas son las últimas palabras de David:

«David, hijo de Isaí;

David, el hombre que fue elevado tan alto;

David, el hombre ungido por el Dios de Jacob;

David, el dulce salmista de Israel,declara:

2 »El Espíritu delSeñorhabla por medio de mí;

sus palabras están en mi lengua.

3 El Dios de Israel habló,

la Roca de Israel me dijo:

“El que gobierna con justicia

y gobierna en el temor de Dios,

4 es como la luz de la mañana al amanecer,

como una mañana sin nubes,

como el brillar del sol

sobre la hierba nueva después de la lluvia”.

5 »¿Acaso no es a mi familia que Dios ha elegido?

Sí, ha hecho un pacto eterno conmigo.

Su pacto está arreglado y asegurado hasta el último detalle;

él garantizará mi seguridad y mi éxito.

6 Pero los que no conocen a Dios son como espinos que se desechan,

porque desgarran la mano que los toca.

7 Se deben usar herramientas de hierro para cortarlos;

serán completamente consumidos por fuego».

Los guerreros más valientes de David

8 Estos son los nombres de los guerreros más valientes de David. El primero era Jasobeam el hacmonita,quien era el líder de los Tres,los tres guerreros más valientes entre los hombres de David. Una vez utilizó su lanza para matar a ochocientos guerreros enemigos en una sola batalla.

9 El siguiente en rango entre los Tres era Eleazar, hijo de Dodai, un descendiente de Ahoa. Una vez Eleazar y David juntos les hicieron frente a los filisteos cuando todo el ejército israelita había huido.

10 Siguió matando a filisteos hasta que se le cansó la mano para levantar su espada, y ese día elSeñorle dio una gran victoria. ¡El resto del ejército regresó recién a la hora de recoger el botín!

11 El siguiente en rango era Sama, hijo de Age, de Arar. Cierta vez los filisteos se reunieron en Lehi y atacaron a los israelitas en un campo lleno de lentejas. El ejército israelita huyó,

12 pero Samano cedió terreno en medio del campo e hizo retroceder a los filisteos. Así que elSeñorle dio una gran victoria.

13 Cierta vez durante la cosecha, cuando David estaba en la cueva de Adulam, el ejército filisteo estaba acampado en el valle de Refaim. Los Tres (que formaban parte de los Treinta, un grupo selecto entre los hombres de guerra de David) descendieron a la cueva para encontrarse con él.

14 En aquel tiempo, David se alojaba en la fortaleza, y un destacamento filisteo había ocupado la ciudad de Belén.

15 David les comentó a sus hombres un vivo deseo: «¡Ah, cómo me gustaría tomar un poco de esa buena agua del pozo que está junto a la puerta de Belén!».

16 Entonces los Tres atravesaron las líneas filisteas, sacaron agua del pozo junto a la puerta de Belén y se la llevaron a David. Pero David rehusó tomarla, en cambio la derramó como ofrenda alSeñor.

17 «¡No permita elSeñorque la beba! —exclamó—. Esta agua es tan preciosa como la sangre de estos hombresque arriesgaron la vida para traérmela». De manera que David no la tomó. Estos son ejemplos de las hazañas de los Tres.

Los Treinta valientes de David

18 Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, era el líder de los Treinta.En una ocasión usó su lanza para matar a trescientos guerreros enemigos en una sola batalla. Fue por hazañas como esta que se hizo tan famoso como los Tres.

19 Abisai era el comandante y el más famoso de los Treintaaunque no era uno de los Tres.

20 Estaba también Benaía, hijo de Joiada, un valiente guerrerode Cabseel, quien hizo muchas proezas heroicas, entre ellas mató a dos campeonesde Moab. En otra ocasión, en un día de mucha nieve, Benaía persiguió a un león hasta un hoyo y lo mató.

21 Otra vez, armado solamente con un palo, mató a un imponente guerrero egipcio que estaba armado con una lanza. Benaía arrebató la lanza de la mano del egipcio y lo mató con ella.

22 Hazañas como estas hicieron a Benaía tan famoso como los Tres, los guerreros más valientes.

23 Recibió más honores que los demás miembros de los Treinta, aunque no era uno de los Tres. Además David lo nombró capitán de su escolta.

24 Los demás miembros de los Treinta incluían a:

Asael, hermano de Joab;

Elhanán, hijo de Dodo, de Belén;

25 Sama de Harod;

Elica, hijo de Harod;

26 Heles de Pelón;

Ira, hijo de Iques, de Tecoa;

27 Abiezer de Anatot;

Sibecaide Husa;

28 Salmón de Ahoh;

Maharai de Netofa;

29 Heled,hijo de Baana, de Netofa;

Itai, hijo de Ribai, de Guibeá (de la tierra de Benjamín);

30 Benaía de Piratón;

Huraide Nahale-gaas;

31 Abi-albón de Arabá;

Azmavet de Bahurim;

32 Eliaba de Saalbón;

los hijos de Jasén;

Jonatán,

33 hijo de Sage,de Arar;

Ahíam, hijo de Sarar, de Arar;

34 Elifelet, hijo de Ahasbai, de Maaca;

Eliam, hijo de Ahitofel, de Gilo;

35 Hezro de Carmelo;

Paarai de Arba;

36 Igal, hijo de Natán, de Soba;

Bani de Gad;

37 Selec de Amón;

Naharai de Beerot, escudero de Joab, hijo de Sarvia;

38 Ira de Jatir;

Gareb de Jatir;

39 Urías el hitita.

En total eran treinta y siete.

2 Samuel 24

David levanta un censo

1 Una vez más el enojo delSeñorardió contra Israel, y provocó que David les hiciera daño al levantar un censo. «Ve y cuenta a las personas de Israel y Judá», le dijo elSeñor.

2 Entonces el rey les dijo a Joab y a los comandantesdel ejército:

—Hagan un censo de todas las tribus de Israel, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur, para que yo sepa cuánta gente hay.

3 Pero Joab le respondió al rey:

—¡Que elSeñorsu Dios le dé vida para ver cien veces más personas de las que hay ahora! ¿Pero por qué, mi señor el rey, quiere usted hacer tal cosa?

4 Sin embargo, el rey insistió en que levantaran el censo, así que Joab y los comandantes del ejército salieron y contaron al pueblo de Israel.

5 Primero cruzaron el Jordán y acamparon en Aroer, al sur de la ciudad en el valle, en dirección a Gad. Luego fueron a Jazer,

6 después a Galaad en la tierra de Tahtim-hodsiy a Danjaán y hasta Sidón.

7 Luego llegaron a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y los cananeos. Finalmente, fueron al sur de Judá,aun hasta Beerseba.

8 Habiendo recorrido toda la tierra durante nueve meses y veinte días, regresaron a Jerusalén.

9 Joab informó el número de personas al rey. Había en Israel ochocientos mil guerreros competentes que podían manejar una espada, y además quinientos mil en Judá.

Juicio por el pecado de David

10 Pero después de haber levantado el censo, a David le comenzó a remorder la conciencia, y le dijo alSeñor: «He pecado grandemente por haber hecho este censo.Señor, te ruego que perdones mi culpa por haber cometido esta tontería».

11 A la mañana siguiente, la palabra delSeñorvino al profeta Gad, quien era el vidente de David, y le dio este mensaje:

12 «Ve y dile a David: “Esto dice elSeñor: te doy tres opciones; escoge uno de estos castigos, y yo te lo impondré”».

13 De modo que Gad fue a ver a David y le preguntó:

—¿Vas a elegir tresaños de hambre en toda la tierra, o tres meses de huir de tus enemigos, o tres días de una terrible plaga por todo el país? Piénsalo bien y decide qué respuesta debo darle alSeñor, quien me envió.

14 —¡Estoy en una situación desesperada! —le respondió David a Gad—. Mejor que caigamos nosotros en las manos delSeñor, porque su misericordia es grande, y que no caiga yo en manos humanas.

15 Por lo tanto, elSeñormandó una plaga sobre Israel esa mañana que duró tres días.Un total de setenta mil personas murieron en toda la nación, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur.

16 Sin embargo, cuando el ángel se disponía a destruir Jerusalén, elSeñordesistió y le dijo al ángel de la muerte: «¡Detente! ¡Ya es suficiente!». En ese momento el ángel delSeñorestaba junto al campo de trillar de Arauna el jebuseo.

17 Cuando David vio al ángel, le dijo alSeñor: «¡Soy yo el que pecó e hizo el mal! Pero estas personas son tan inocentes como ovejas, ¿qué han hecho? Que tu enojo caiga sobre mí y mi familia».

David edifica un altar

18 Ese día, Gad fue a ver a David y le dijo: «Sube y edifica un altar alSeñoren el campo de trillar de Arauna el jebuseo».

19 Así que David subió para hacer lo que elSeñorle había ordenado.

20 Cuando Arauna vio al rey y a sus hombres acercándose, salió y se inclinó ante el rey rostro en tierra.

21 —¿Por qué ha venido, mi señor el rey? —preguntó Arauna.

David le contestó:

—Vine a comprar tu campo de trillar y a edificar allí un altar alSeñor, para que él detenga la plaga.

22 —Tómelo, mi señor el rey, y úselo como usted quiera —le respondió Arauna a David—. Aquí hay bueyes para la ofrenda quemada, y puede usar los tablones de trillar y los yugos de los bueyes como leña para hacer un fuego sobre el altar.

23 Le daré todo a usted, su majestad, y que elSeñorsu Dios acepte su sacrificio.

24 Pero el rey le respondió a Arauna:

—No, insisto en comprarlo; no le presentaré ofrendas quemadas alSeñormi Dios que no me hayan costado nada.

De modo que David le pagó cincuenta piezas de platapor el campo de trillar y por los bueyes.

25 Allí David edificó un altar alSeñory sacrificó ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Y elSeñorcontestó la oración que hizo por la tierra, y se detuvo la plaga que azotaba a Israel.

1 Samuel 1

Elcana y su familia

1 Había un hombre llamado Elcana que vivía en Ramá, en la región de Zufubicada en la zona montañosa de Efraín. Era hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, de la tribu de Efraín.

2 Elcana tenía dos esposas: Ana y Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no.

3 Cada año Elcana viajaba a la ciudad de Silo para adorar alSeñorde los Ejércitos Celestiales y ofrecerle sacrificios en el tabernáculo. Los sacerdotes delSeñoren ese tiempo eran los dos hijos de Elí: Ofni y Finees.

4 Cuando Elcana presentaba su sacrificio, les daba porciones de esa carne a Penina y a cada uno de sus hijos.

5 Sin embargo, a Ana, aunque la amaba, solamente le daba una porción selectaporque elSeñorno le había dado hijos.

6 De manera que Penina se mofaba y se reía de Ana porque elSeñorno le había permitido tener hijos.

7 Año tras año sucedía lo mismo: Penina se burlaba de Ana mientras iban al tabernáculo.En cada ocasión, Ana terminaba llorando y ni siquiera quería comer.

8 «¿Por qué lloras, Ana? —le preguntaba Elcana—. ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás desanimada? ¿Solo por no tener hijos? Me tienes a mí, ¿acaso no es mejor que tener diez hijos?».

Oración de Ana por un hijo

9 Una vez, después de comer lo que fue ofrecido como sacrificio en Silo, Ana se levantó y fue a orar. El sacerdote Elí estaba sentado en su lugar de costumbre junto a la entrada del tabernáculo.

10 Ana, con una profunda angustia, lloraba amargamente mientras oraba alSeñor

11 e hizo el siguiente voto: «OhSeñorde los Ejércitos Celestiales, si miras mi dolor y contestas mi oración y me das un hijo, entonces te lo devolveré. Él será tuyo durante toda su vida, y como señal de que fue dedicado alSeñor, nunca se le cortará el cabello».

12 Mientras Ana oraba alSeñor, Elí la observaba

13 y la veía mover los labios. Pero como no oía ningún sonido, pensó que estaba ebria.

14 —¿Tienes que venir borracha? —le reclamó—. ¡Abandona el vino!

15 —¡Oh no, señor! —respondió ella—. No he bebido vino ni nada más fuerte. Pero como estoy muy desanimada, derramaba ante elSeñorlo que hay en mi corazón.

16 ¡No piense que soy una mujer perversa! Pues he estado orando debido a mi gran angustia y a mi profundo dolor.

17 —En ese caso —le dijo Elí—, ¡ve en paz! Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.

18 —¡Oh, muchas gracias! —exclamó ella.

Así que se fue, comenzó a comer de nuevo y ya no estuvo triste.

Nacimiento y dedicación de Samuel

19 Temprano a la mañana siguiente, la familia se levantó y una vez más fue a adorar alSeñor. Después regresaron a su casa en Ramá. Ahora bien, cuando Elcana se acostó con Ana, elSeñorse acordó de la súplica de ella,

20 y a su debido tiempo dio a luz un hijo a quien le puso por nombre Samuel,porque dijo: «Se lo pedí alSeñor».

21 Al año siguiente, Elcana y su familia hicieron su viaje anual para ofrecer sacrificio alSeñory para cumplir su voto.

22 Pero Ana no los acompañó y le dijo a su esposo:

—Esperemos hasta que el niño sea destetado. Entonces lo llevaré al tabernáculo y lo dejaré allí con elSeñorpara siempre.

23 —Haz lo que mejor te parezca —acordó Elcana—. Quédate aquí por ahora, y que elSeñorte ayude a cumplir tu promesa.

Así que ella se quedó en casa y amamantó al niño hasta que lo destetó.

24 Cuando el niño fue destetado, Ana lo llevó al tabernáculo en Silo. Ellos llevaron un toro de tres añospara el sacrificio, una canastade harina y un poco de vino.

25 Después de sacrificar el toro, llevaron al niño a Elí.

26 «Señor, ¿se acuerda de mí? —preguntó Ana—. Soy aquella misma mujer que estuvo aquí hace varios años orando alSeñor.

27 Le pedí alSeñorque me diera este niño, y él concedió mi petición.

28 Ahora se lo entrego alSeñor, y le pertenecerá a él toda su vida». Y allí ellos adoraronalSeñor.

1 Samuel 2

Oración de alabanza de Ana

1 Luego Ana oró:

«¡Mi corazón se alegra en elSeñor!

ElSeñorme ha fortalecido.

Ahora tengo una respuesta para mis enemigos;

me alegro porque tú me rescataste.

2 ¡Nadie es santo como elSeñor!

Aparte de ti, no hay nadie;

no hay Roca como nuestro Dios.

3 »¡Dejen de ser tan orgullosos y altaneros!

¡No hablen con tanta arrogancia!

Pues elSeñores un Dios que sabe lo que han hecho;

él juzgará sus acciones.

4 El arco de los poderosos está quebrado,

y los que tropezaban ahora son fuertes.

5 Los que estaban bien alimentados ahora tienen hambre,

y los que se morían de hambre ahora están saciados.

La mujer que no podía tener hijos ahora tiene siete,

y la mujer con muchos hijos se consume.

6 ElSeñorda tanto la muerte como la vida;

a unos baja a la tumbay a otros levanta.

7 ElSeñorhace a algunos pobres y a otros ricos;

a unos derriba y a otros levanta.

8 Él levanta al pobre del polvo

y al necesitado del basurero.

Los pone entre los príncipes

y los coloca en los asientos de honor.

Pues toda la tierra pertenece alSeñor,

y él puso en orden el mundo.

9 »Él protegerá a sus fieles,

pero los perversos desaparecerán en la oscuridad.

Nadie tendrá éxito solamente por la fuerza.

10 Los que pelean contra elSeñor, serán destrozados.

Él retumba contra ellos desde el cielo;

elSeñorjuzga en toda la tierra.

Él da poder a su rey;

aumenta la fuerzade su ungido».

11 Después Elcana regresó a su casa en Ramá sin Samuel, y el niño servía alSeñorcomo ayudante del sacerdote Elí.

Los hijos perversos de Elí

12 Ahora bien, los hijos de Elí eran unos sinvergüenzas que no le tenían respeto alSeñor

13 ni a sus obligaciones sacerdotales. Cada vez que alguien ofrecía un sacrificio, los hijos de Elí enviaban a un sirviente con un tenedor grande de tres dientes. Mientras la carne del animal sacrificado aún se cocía,

14 el sirviente metía el tenedor en la olla y exigía que todo lo que sacara con el tenedor fuera entregado a los hijos de Elí. Así trataban a todos los israelitas que llegaban a Silo para adorar.

15 Algunas veces el sirviente llegaba aun antes de que la grasa del animal fuera quemada sobre el altar. Exigía carne cruda antes de que hubiera sido cocida, para poder asarla.

16 Si el hombre que ofrecía el sacrificio respondía: «Toma toda la que quieras, pero solo después de quemarse la grasa», el sirviente insistía: «No, dámela ahora o la tomaré por la fuerza».

17 Así que el pecado de estos jóvenes era muy serio ante los ojos delSeñor, porque trataban las ofrendas delSeñorcon desprecio.

18 Pero Samuel, aunque era solo un niño, servía alSeñor; vestía una túnica de lino como la del sacerdote.

19 Cada año su madre le hacía un pequeño abrigo y se lo llevaba cuando iba con su esposo para el sacrificio.

20 Antes de que ellos regresaran a su casa, Elí bendecía a Elcana y a su esposa diciendo: «Que elSeñorles dé otros hijos para que tomen el lugar de este que ella entregó alSeñor».

21 Entonces elSeñorbendijo a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Entre tanto, Samuel crecía en la presencia delSeñor.

22 Ahora bien, Elí era muy viejo, pero estaba consciente de lo que sus hijos le hacían al pueblo de Israel. Por ejemplo, sabía que sus hijos seducían a las jóvenes que ayudaban a la entrada del tabernáculo.

23 Elí les dijo: «He oído lo que la gente dice acerca de las cosas perversas que ustedes hacen. ¿Por qué siguen pecando?

24 ¡Basta, hijos míos! Los comentarios que escucho del pueblo delSeñorno son buenos.

25 Si alguien peca contra otra persona, Dios puedemediar por el culpable. Pero si alguien peca contra elSeñor, ¿quién podrá interceder?». Sin embargo, los hijos de Elí no hicieron caso a su padre, porque elSeñorya había decidido quitarles la vida.

26 Mientras tanto, el niño Samuel crecía en estatura física y en el favor delSeñory en el de toda la gente.

Advertencia para la familia de Elí

27 Cierto día un hombre de Dios vino a Elí y le dio el siguiente mensaje delSeñor: «Yo me reveléa tus antepasados cuando eran esclavos del faraón en Egipto.

28 Elegí a tu antepasado Aarónde entre todas las tribus de Israel para que fuera mi sacerdote, ofreciera sacrificios sobre mi altar, quemara incienso y vistiera el chaleco sacerdotal,cuando me servía. Y les asigné las ofrendas de los sacrificios a ustedes, los sacerdotes.

29 Entonces, ¿por qué menosprecian mis sacrificios y ofrendas? ¿Por qué les das más honor a tus hijos que a mí? ¡Pues tú y ellos han engordado con lo mejor de las ofrendas de mi pueblo Israel!

30 »Por lo tanto, elSeñor, Dios de Israel, dice: prometí que los de tu rama de la tribu de Levíme servirían siempre como sacerdotes. Sin embargo, honraré a los que me honran y despreciaré a los que me menosprecian.

31 Llegará el tiempo cuando pondré fin a tu familia para que ya no me sirva en el sacerdocio. Todos los miembros de tu familia morirán antes de tiempo; ninguno llegará a viejo.

32 Con envidia mirarás cuando derrame prosperidad sobre el pueblo de Israel, pero ningún miembro de tu familia jamás cumplirá sus días.

33 Los pocos que no sean excluidos de servir en mi altar sobrevivirán, pero solamente para que sus ojos queden ciegos y se les rompa el corazón, y sus hijos morirán de muerte violenta.

34 Y para comprobar que lo que dije se hará realidad, ¡haré que tus dos hijos, Ofni y Finees, mueran el mismo día!

35 »Entonces levantaré a un sacerdote fiel, quien me servirá y hará lo que yo deseo. Estableceré para él una descendencia duradera, y ellos serán por siempre sacerdotes para mis reyes ungidos.

36 Así pues, todos los que sobrevivan de tu familia se inclinarán ante él, mendigando dinero y comida. Dirán: “Le rogamos que nos dé trabajo entre los sacerdotes para que tengamos suficiente para comer”».

1 Samuel 3

El Señor habla a Samuel

1 Mientras tanto, el niño Samuel servía alSeñorayudando a Elí. Ahora bien, en esos días los mensajes delSeñoreran muy escasos y las visiones eran poco comunes.

2 Una noche, Elí, que para entonces estaba casi ciego, ya se había acostado.

3 La lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba dormido en el tabernáculocerca del arca de Dios.

4 De pronto elSeñorllamó:

—¡Samuel!

—Sí —respondió Samuel—. ¿Qué quiere?

5 Se levantó y corrió hasta donde estaba Elí.

—Aquí estoy. ¿Me llamó usted?

—Yo no te llamé —dijo Elí—. Vuelve a la cama.

Entonces, Samuel se volvió a acostar.

6 Luego, elSeñorvolvió a llamar:

—¡Samuel!

Nuevamente Samuel se levantó y fue a donde estaba Elí.

—Aquí estoy. ¿Me llamó usted?

—Yo no te llamé, hijo mío —respondió Elí—. Vuelve a la cama.

7 Samuel todavía no conocía alSeñor, porque nunca antes había recibido un mensaje de él.

8 Así que elSeñorllamó por tercera vez, y una vez más Samuel se levantó y fue a donde estaba Elí.

—Aquí estoy. ¿Me llamó usted?

En ese momento Elí se dio cuenta de que era elSeñorquien llamaba al niño.

9 Entonces le dijo a Samuel:

—Ve y acuéstate de nuevo y, si alguien vuelve a llamarte, di: “Habla,Señor, que tu siervo escucha”.

Así que Samuel volvió a su cama.

10 Y elSeñorvino y llamó igual que antes:

—¡Samuel! ¡Samuel!

Y Samuel respondió:

—Habla, que tu siervo escucha.

11 Entonces elSeñorle dijo a Samuel:

—Estoy por hacer algo espantoso en Israel.

12 Llevaré a cabo todas mis amenazas contra Elí y su familia, de principio a fin.

13 Le advertí que viene juicio sobre su familia para siempre, porque sus hijos blasfeman a Diosy él no los ha disciplinado.

14 Por eso juré que los pecados de Elí y los de sus hijos jamás serán perdonados ni por medio de sacrificios ni ofrendas.

Samuel, vocero del Señor

15 Entonces Samuel se quedó en la cama hasta la mañana; luego se levantó y abrió las puertas del tabernáculo,como de costumbre. Tenía miedo de contarle a Elí lo que elSeñorle había dicho.

16 Pero Elí lo llamó:

—Samuel, hijo mío.

—Aquí estoy —respondió Samuel.

17 —¿Qué te dijo elSeñor? Dímelo todo. ¡Y que elSeñorte castigue, y aun te mate, si me ocultas algo!

18 Entonces Samuel le contó todo a Elí; no le ocultó nada.

—Es la voluntad delSeñor—respondió Elí—. Que él haga lo que mejor le parezca.

19 ElSeñorestaba con Samuel mientras crecía, y todo lo que Samuel decía se cumplía.

20 Entonces todo Israel, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur, supo que Samuel había sido confirmado como profeta delSeñor.

21 ElSeñorsiguió apareciéndose en Silo y le daba mensajes a Samuel allí en el tabernáculo.

22 Y las palabras de Samuel llegaban a todo el pueblo de Israel.

1 Samuel 4

Los filisteos capturan el arca

En aquel tiempo, Israel estaba en guerra con los filisteos. El ejército israelita acampaba cerca de Ebenezer y los filisteos estaban en Afec.

2 Los filisteos atacaron al ejército de Israel y lo derrotaron matando a cuatro mil hombres.

3 Terminada la batalla, las tropas se retiraron a su campamento, y los ancianos de Israel se preguntaban: «¿Por qué permitió elSeñorque los filisteos nos derrotaran?». Después dijeron: «Traigamos de Silo el arca del pacto delSeñor. Si la llevamos con nosotros a la batalla, nos salvaráde nuestros enemigos».

4 Así que enviaron hombres a Silo para que trajeran el arca del pacto delSeñorde los Ejércitos Celestiales, quien está entronizado entre los querubines. Los hijos de Elí, Ofni y Finees, también estaban allí con el arca del pacto de Dios.

5 Cuando los israelitas vieron que el arca del pacto delSeñorllegaba al campamento, ¡su grito de alegría fue tan fuerte que hizo temblar la tierra!

6 «¿Qué estará pasando? —se preguntaron los filisteos—. ¿Qué es todo ese griterío en el campamento de los hebreos?». Cuando les dijeron que era porque el arca delSeñorhabía llegado al campamento,

7 entraron en pánico. «¡Los dioses hanllegado a su campamento! —exclamaron—. ¡Esto es un desastre! ¡Nunca antes nos hemos enfrentado a algo así!

8 ¡Socorro! ¿Quién podrá librarnos de los dioses poderosos de Israel? Son los mismos dioses que destruyeron a los egipcios con plagas cuando Israel estaba en el desierto.

9 ¡Filisteos, peleen como nunca antes! ¡Si no lo hacen, seremos esclavos de los hebreos así como ellos han sido esclavos nuestros! ¡Peleen como hombres!».

10 Así que los filisteos pelearon con desesperación, y de nuevo derrotaron a Israel. La matanza fue grande; ese día murieron treinta mil soldados israelitas. Los sobrevivientes dieron la vuelta y huyeron, cado uno a su carpa.

11 Entonces los filisteos capturaron el arca de Dios y mataron a Ofni y a Finees, los dos hijos de Elí.

Muerte de Elí

12 Un hombre de la tribu de Benjamín corrió desde el campo de batalla y, más tarde ese mismo día, llegó a Silo. Había rasgado su ropa y echado polvo sobre su cabeza en señal de dolor.

13 Elí esperaba junto al camino para oír noticias de la batalla, pues estaba tan preocupado por la seguridad del arca de Dios que le temblaba el corazón. Cuando llegó el mensajero y contó lo que había sucedido, un clamor resonó por todo el pueblo.

14 «¿A qué se debe todo ese ruido?», preguntó Elí.

Entonces el mensajero corrió a donde estaba Elí,

15 quien tenía noventa y ocho años de edad y ya estaba ciego,

16 y le dijo:

—Acabo de llegar del campo de batalla; estuve allí hoy mismo.

—¿Qué pasó, hijo mío? —preguntó Elí.

17 —Israel fue derrotado por los filisteos —le contestó el mensajero—. Masacraron a la gente, también mataron a sus dos hijos, Ofni y Finees, y capturaron el arca de Dios.

18 Cuando el mensajero mencionó lo que había sucedido al arca de Dios, Elí cayó de espaldas de su asiento junto a la puerta. Se quebró la nuca y murió, porque era viejo y demasiado gordo. Durante cuarenta años había sido el juez de Israel.

19 La nuera de Elí, esposa de Finees, estaba embarazada y próxima a dar a luz. Cuando se enteró de que habían capturado el arca de Dios y que su suegro y su esposo habían muerto, entró en trabajo de parto y dio a luz.

20 Ella murió después del parto, pero antes de que muriera las parteras trataron de animarla. «No tengas miedo —le dijeron—. ¡Tienes un varón!». Pero ella no contestó ni les prestó atención.

21 Al niño le puso por nombre Icabod (que significa «¿dónde está la gloria?») porque dijo: «La gloria de Israel se ha ido». Le puso ese nombre porque el arca de Dios había sido capturada y porque murieron su suegro y su esposo.

22 Y luego dijo: «La gloria se ha ido de Israel, porque el arca de Dios ha sido capturada».

1 Samuel 5

El arca en territorio filisteo

1 Después de que los filisteos capturaran el arca de Dios, la llevaron del campo de batalla en Ebenezer hasta la ciudad de Asdod.

2 Llevaron el arca de Dios al templo del dios Dagón y la pusieron junto a una estatua de Dagón.

3 Pero cuando los ciudadanos de Asdod fueron a verla a la mañana siguiente, ¡la estatua de Dagón había caído boca abajo delante del arca delSeñor! Así que levantaron a Dagón y nuevamente lo colocaron en su lugar.

4 Pero temprano al día siguiente sucedió lo mismo: de nuevo Dagón había caído boca abajo frente al arca delSeñor. Esta vez su cabeza y sus manos se habían quebrado y estaban a la entrada; solo el tronco de su cuerpo quedó intacto.

5 Por eso, hasta el día de hoy, ni los sacerdotes de Dagón ni nadie más que entra al templo de Dagón, en Asdod, pisan el umbral.

6 Entonces la mano dura delSeñorhirió a la gente de Asdod y de las aldeas cercanas con una plaga de tumores.

7 Cuando el pueblo se dio cuenta de lo que sucedía, exclamó: «¡No podemos quedarnos con el arca del Dios de Israel ni un minuto más! ¡Él está en contra de nosotros! Todos seremos destruidos junto con Dagón, nuestro dios».

8 De modo que convocaron a los gobernantes de las ciudades filisteas y les preguntaron:

—¿Qué debemos hacer con el arca del Dios de Israel?

Los gobernantes deliberaron y contestaron:

—Trasládenla a la ciudad de Gat.

Así que trasladaron el arca del Dios de Israel a Gat.

9 Pero cuando el arca llegó a Gat, la mano dura delSeñorcayó sobre sus hombres, jóvenes y mayores; los hirió con una plaga de tumores, y hubo gran pánico.

10 Entonces enviaron el arca de Dios a la ciudad de Ecrón, pero cuando los habitantes de Ecrón vieron que se acercaba, clamaron: «¡Traen el arca del Dios de Israel a nuestra ciudad para matarnos a nosotros también!».

11 Entonces el pueblo volvió a llamar a los gobernantes filisteos y les suplicó: «¡Por favor, regresen el arca del Dios de Israel a su propio país, o nos mataráa todos!». Pues ya había comenzado la plaga mortal enviada por Dios, y un gran temor se apoderaba del pueblo.

12 Los que no morían, sufrían de tumores; y el clamor del pueblo ascendió al cielo.

1 Samuel 6

Los filisteos devuelven el arca

1 Así que el arca delSeñorpermaneció en territorio filisteo por un total de siete meses.

2 Entonces los filisteos mandaron llamar a sus sacerdotes y adivinos, y les preguntaron:

—¿Qué debemos hacer con el arca delSeñor? Dígannos cómo devolverla a su propio país.

3 —Devuelvan el arca del Dios de Israel junto con un regalo —les dijeron—. Envíen una ofrenda por la culpa, para que la plaga se detenga. Entonces, si se sanan, sabrán que fue la mano de Dios la que causó esta plaga.

4 —¿Qué clase de ofrenda por la culpa debemos enviar? —preguntaron.

Entonces les respondieron:

—Ya que la plaga los hirió a ustedes y a sus cinco gobernantes, elaboren cinco tumores de oro y cinco ratas de oro como los que asolaron la tierra.

5 Hagan estas cosas para demostrar su respeto al Dios de Israel. Tal vez entonces él deje de afligirlos a ustedes, a sus dioses y a su tierra.

6 No sean tercos y rebeldes como lo fueron faraón y los egipcios. Cuando Dios terminó con ellos, estaban deseosos de dejar ir a Israel.

7 »Así que construyan una carreta nueva y busquen dos vacas que acaben de tener cría. Asegúrense de que las vacas nunca hayan llevado yugo. Engánchenlas a la carreta, pero encierren sus becerros en un corral.

8 Pongan el arca delSeñoren la carreta, y junto a ella coloquen un cofre con las ratas de oro y los tumores de oro que estarán enviando como ofrenda por la culpa. Después dejen que las vacas vayan por donde quieran.

9 Si cruzan la frontera de nuestra tierra y van hacia Bet-semes, sabremos que fue elSeñorquien trajo este terrible desastre sobre nosotros. Si no la cruzan, sabremos que no fue la mano de Dios que causó esta plaga; más bien sucedió por pura casualidad.

10 Así que llevaron a cabo las instrucciones. Engancharon dos vacas a la carreta y encerraron sus crías en un corral.

11 Luego pusieron el arca delSeñoren la carreta junto con el cofre que contenía los tumores y las ratas de oro.

12 Y efectivamente, las vacas, sin desviarse a ningún lado, siguieron directo por el camino hacia Bet-semes, mugiendo por todo el camino. Los gobernantes filisteos las siguieron hasta los límites de Bet-semes.

13 Ahora bien, los habitantes de Bet-semes estaban cosechando trigo en el valle y, cuando vieron el arca, ¡se llenaron de alegría!

14 La carreta entró en el campo de un hombre llamado Josué y se detuvo junto a una roca grande. Entonces la gente hizo pedazos la madera de la carreta para leña, mató a las dos vacas y las sacrificó alSeñorcomo ofrenda quemada.

15 Varios hombres de la tribu de Leví levantaron de la carreta el arca delSeñory el cofre —que contenía las ratas y los tumores de oro— y los pusieron sobre la roca grande. En ese día el pueblo de Bet-semes ofreció muchos sacrificios y ofrendas quemadas alSeñor.

16 Los cinco gobernantes filisteos observaron todo esto y luego regresaron a Ecrón ese mismo día.

17 Los cinco tumores de oro enviados por los filisteos alSeñor, como ofrenda por la culpa, eran regalos de los gobernantes de Asdod, Gaza, Ascalón, Gat y Ecrón.

18 Las cinco ratas de oro representaban las cinco ciudades filisteas junto con sus aldeas vecinas, que eran controladas por los cinco gobernantes. La gran rocade Bet-semes, donde colocaron el arca delSeñor, todavía está en el campo de Josué como un testimonio de lo que sucedió allí.

Trasladan el arca a Quiriat-jearim

19 Pero elSeñormató a setenta hombresde Bet-semes porque miraron dentro del arca delSeñor. Y el pueblo hizo gran duelo por lo que elSeñorhabía hecho.

20 «¿Quién puede estar en la presencia delSeñor, este Dios santo? —clamaron—. ¿Adónde podremos enviar el arca desde aquí?».

21 Así que enviaron mensajeros a la gente de Quiriat-jearim y le dijeron: «Los filisteos han devuelto el arca delSeñor. ¡Vengan y llévensela!».

1 Samuel 7

1 Entonces los hombres de Quiriat-jearim fueron por el arca delSeñor. La llevaron a la casa de Abinadab que estaba en las laderas y comisionaron a su hijo Eleazar para que se encargara de ella.

2 El arca permaneció en Quiriat-jearim mucho tiempo: veinte años en total. Durante ese tiempo todos los israelitas se lamentaron porque parecía que elSeñorlos había abandonado.

Samuel lleva a Israel a la victoria

3 Entonces Samuel le dijo a todo el pueblo de Israel: «Si de todo corazón desean volver alSeñor, desháganse de sus dioses ajenos y de las imágenes de Astoret. Dediquen su corazón alSeñory obedézcanlo solamente a él; entonces él los rescatará de los filisteos».

4 Así que los israelitas se deshicieron de todas sus imágenes de Baal y de Astoret y adoraron únicamente alSeñor.

5 Después Samuel les dijo: «Reúnan a todo Israel en Mizpa, y yo oraré alSeñorpor ustedes».

6 De manera que se reunieron en Mizpa y, en una gran ceremonia, sacaron agua de un pozo y la derramaron delante delSeñor. Asimismo no comieron durante todo el día y confesaron que habían pecado contra elSeñor. (Fue en Mizpa donde Samuel se convirtió en juez de Israel).

7 Cuando los gobernantes filisteos se enteraron de que Israel se había reunido en Mizpa, movilizaron a su ejército y avanzaron. El miedo invadió a los israelitas cuando supieron que los filisteos se acercaban.

8 «¡No dejes de rogarle alSeñornuestro Dios que nos salve de los filisteos!», le suplicaron a Samuel.

9 Entonces Samuel tomó un cordero y lo ofreció alSeñorcomo ofrenda quemada entera. Rogó alSeñorque ayudara a Israel, y elSeñorle contestó.

10 Entonces, justo en el momento en que Samuel sacrificaba la ofrenda quemada, llegaron los filisteos para atacar a Israel. Pero ese día elSeñorhabló con una poderosa voz de trueno desde el cielo y causó tal confusión entre los filisteos, que los israelitas los derrotaron.

11 Los hombres de Israel los persiguieron desde Mizpa hasta un lugar abajo de Bet-car, matándolos a lo largo del camino.

12 Luego Samuel tomó una piedra grande y la colocó entre las ciudades de Mizpa y Jesana.La llamó Ebenezer (que significa «la piedra de ayuda») porque dijo: «¡Hasta aquí elSeñornos ha ayudado!».

13 De modo que los filisteos fueron sometidos y no volvieron a invadir a Israel por algún tiempo. Y durante toda la vida de Samuel la mano poderosa delSeñorse levantó contra los filisteos.

14 Entonces fueron restituidas a Israel las aldeas cercanas a Ecrón y Gat que los filisteos habían tomado, junto con el resto del territorio que habían tomado de Israel. Y en esos días hubo paz entre los israelitas y los amorreos.

15 Samuel continuó como juez de Israel por el resto de su vida.

16 Cada año hacía un recorrido y establecía su tribunal, primero en Betel, luego en Gilgal y después en Mizpa. Juzgaba al pueblo de Israel en cada uno de estos lugares.

17 Luego regresaba a su hogar en Ramá, donde también atendía otros casos. En Ramá, Samuel construyó un altar alSeñor.

1 Samuel 8

Israel pide un rey

1 Cuando Samuel envejeció, nombró a sus hijos como jueces de Israel.

2 Joel y Abías, sus hijos mayores, establecieron su corte en Beerseba.

3 Pero ellos no eran como su padre, porque codiciaban el dinero; aceptaban sobornos y pervertían la justicia.

4 Finalmente, todos los ancianos de Israel se reunieron en Ramá para hablar del asunto con Samuel.

5 «Mira, Samuel —le dijeron—, ya eres anciano y tus hijos no son como tú. Danos un rey para que nos juzgue así como lo tienen las demás naciones».

6 Samuel se disgustó con esta petición y fue alSeñoren busca de orientación.

7 «Haz todo lo que te digan —le respondió elSeñor—, porque me están rechazando a mí y no a ti; ya no quieren que yo siga siendo su rey.

8 Desde que los saqué de Egipto me han abandonado continuamente y han seguido a otros dioses. Y ahora te tratan a ti de la misma manera.

9 Haz lo que te pidan, pero adviérteles seriamente acerca de la manera en que reinará sobre ellos un rey».

Samuel advierte contra tener un rey

10 Entonces Samuel transmitió la advertencia delSeñoral pueblo que pedía un rey.

11 —Esta es la manera en que un rey gobernará sobre ustedes —les dijo—. El rey reclutará en el ejército a los hijos de ustedes y los asignará a los carros de guerra y a sus conductores, y los hará correr delante de sus carros.

12 Algunos serán generales y capitanes del ejército,otros serán obligados a arar y a cosechar los cultivos del rey, y otros harán las armas y el equipo para los carros de guerra.

13 El rey tomará a las hijas de ustedes y las obligará a cocinar, a hornear y a hacer perfumes para él.

14 Les quitará a ustedes lo mejor de sus campos, viñedos y huertos de olivos, y se los dará a sus oficiales.

15 Tomará una décima parte de su grano y de sus cosechas de uvas y la repartirá entre sus oficiales y miembros de la corte.

16 Les quitará sus esclavos y esclavas, y les exigirá lo mejor de sus ganadosy burros para su propio uso.

17 Les exigirá la décima parte de sus rebaños, y ustedes serán sus esclavos.

18 Cuando llegue ese día, suplicarán ser aliviados de este rey que ahora piden, pero entonces elSeñorno los ayudará.

19 Sin embargo, el pueblo se negó a escuchar la advertencia de Samuel.

—Aun así, todavía queremos un rey —dijeron ellos—.

20 Nuestro deseo es ser como las naciones que nos rodean. El rey nos juzgará y será nuestro líder en las batallas.

21 Así que Samuel le repitió alSeñorlo que el pueblo dijo,

22 y elSeñorrespondió: «Haz lo que te piden y dales un rey». Entonces Samuel estuvo de acuerdo y los envió a sus casas.