1 Samuel 9

Saúl conoce a Samuel

1 Había un hombre rico e influyente llamado Cis, de la tribu de Benjamín. Era hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, de la tribu de Benjamín.

2 Su hijo Saúl era el hombre más apuesto en Israel; era tan alto que los demás apenas le llegaban a los hombros.

3 Cierto día, los burros de Cis se extraviaron, y él le dijo a Saúl: «Lleva a un siervo contigo y ve a buscar los burros».

4 Así que Saúl tomó a un siervo y anduvo por la zona montañosa de Efraín, por la tierra de Salisa, por el área de Saalim y por toda la tierra de Benjamín, pero no pudieron encontrar los burros por ninguna parte.

5 Finalmente, entraron a la región de Zuf y Saúl le dijo a su siervo:

—Volvamos a casa. ¡Es probable que ahora mi padre esté más preocupado por nosotros que por los burros!

6 Pero el siervo dijo:

—¡Se me ocurre algo! En esta ciudad vive un hombre de Dios. La gente lo tiene en gran estima porque todo lo que dice se cumple. Vayamos a buscarlo; tal vez pueda decirnos por dónde ir.

7 —Pero no tenemos nada que ofrecerle —respondió Saúl—. Hasta nuestra comida se acabó y no tenemos nada para darle.

8 —Bueno —dijo el siervo—, tengo una pequeña pieza de plata.¡Al menos, se la podemos ofrecer al hombre de Dios y ver qué pasa!

9 (En esos días, si la gente quería recibir un mensaje de Dios, decía: «Vamos a preguntarle al vidente», porque los profetas solían ser llamados «videntes»).

10 —Está bien —aceptó Saúl—, ¡hagamos el intento!

Así que se encaminaron hacia la ciudad donde vivía el hombre de Dios.

11 Al ir subiendo la colina hacia la ciudad, se encontraron con unas jóvenes que salían a sacar agua. Entonces Saúl y su siervo les preguntaron:

—¿Se encuentra por aquí el vidente?

12 —Sí —les contestaron—, sigan por este camino; él está junto a las puertas de la ciudad. Acaba de llegar para participar de un sacrificio público que se realizará arriba, en el lugar de adoración.

13 Apúrense para que lo puedan encontrar antes de que suba a comer. Los invitados no comenzarán a comer hasta que él llegue para bendecir los alimentos.

14 De modo que llegaron a la ciudad y, mientras entraban por las puertas, Samuel iba saliendo hacia ellos para subir al lugar de adoración.

15 Ahora bien, elSeñorle había dicho a Samuel el día anterior:

16 «Mañana a esta hora te enviaré a un hombre de la tierra de Benjamín. Úngelo para que sea el líder de mi pueblo, Israel. Él lo librará de los filisteos, porque desde lo alto he mirado a mi pueblo con misericordia y he oído su clamor».

17 Cuando Samuel vio a Saúl, elSeñorle dijo: «¡Ese es el hombre del que te hablé! Él gobernará a mi pueblo».

18 Justo en ese momento, Saúl se acercó a Samuel a las puertas de la ciudad y le preguntó:

—¿Podría decirme, por favor, dónde está la casa del vidente?

19 —¡Yo soy el vidente! —contestó Samuel—. Sube al lugar de adoración delante de mí. Allí comeremos juntos; en la mañana te diré lo que quieres saber y te enviaré de regreso.

20 Y no te preocupes por esos burros que se perdieron hace tres días, porque ya los encontraron. Además, estoy aquí para decirte que tú y tu familia son el centro de todas las esperanzas de Israel.

21 Saúl respondió:

—¡Pero solo soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de Israel, y mi familia es la menos importante de todas las familias de la tribu! ¿Por qué me habla usted de esa manera?

22 Luego Samuel llevó a Saúl y a su siervo al comedor y los sentó en la cabecera de la mesa, y así los honró más que a los treinta invitados especiales.

23 Después Samuel dio instrucciones al cocinero para que le sirviera a Saúl el mejor corte de carne, la porción que había sido reservada para el invitado de honor.

24 El cocinero trajo la carne y la puso frente a Saúl. «Adelante, come —le dijo Samuel—, ¡lo había apartado para ti aun antes de que invitara a los demás!». Así que ese día Saúl comió con Samuel.

25 Cuando bajaron del lugar de adoración y regresaron a la ciudad, Samuel llevó a Saúl a la azotea de la casa y allí le preparó una cama.

26 Al amanecer del día siguiente, Samuel llamó a Saúl: «¡Levántate! ¡Es hora de que sigas tu viaje!». Así que Saúl se preparó y salió de la casa junto a Samuel.

27 Cuando llegaron a las afueras de la ciudad, Samuel le dijo a Saúl que mandara a su siervo que se adelantara. Después de que el siervo se fue, Samuel dijo: «Quédate aquí, porque he recibido un mensaje especial para ti de parte de Dios».

1 Samuel 10

Samuel unge a Saúl como rey

1 Entonces Samuel tomó un frasco de aceite de oliva y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Besó a Saúl y dijo: «Hago esto porque elSeñorte ha designado para que gobiernes a Israel, su posesión más preciada.

2 Cuando me dejes hoy, verás a dos hombres junto a la tumba de Raquel en Selsa, en los límites del territorio de Benjamín. Ellos te dirán que los burros fueron encontrados y que tu padre dejó de preocuparse por ellos, pero que ahora está preocupado por ti. Está preguntando: “¿Han visto a mi hijo?”.

3 »Cuando llegues al roble de Tabor, te encontrarás con tres hombres que van camino a Betel para adorar a Dios. Uno llevará tres cabritos, otro tendrá tres panes y el tercero un odre lleno de vino.

4 Los tres hombres te saludarán y te ofrecerán dos panes, los cuales debes aceptar.

5 »Cuando llegues a Guibeá de Dios,donde está la guarnición de los filisteos, encontrarás a un grupo de profetas que desciende del lugar de adoración. Estarán tocando un arpa, una pandereta, una flauta y una lira, y estarán profetizando.

6 En ese momento el Espíritu delSeñorvendrá poderosamente sobre ti y profetizarás con ellos. Serás transformado en una persona diferente.

7 Después de que sucedan estas señales, haz lo que deba hacerse, porque Dios está contigo.

8 Luego desciende a Gilgal delante de mí. Allí me encontraré contigo para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Deberás esperar siete días hasta que yo llegue y te dé más instrucciones».

Las señales de Samuel se cumplen

9 Mientras Saúl se daba vuelta para irse, Dios le dio un nuevo corazón, y todas las señales de Samuel se cumplieron en ese día.

10 Cuando Saúl y su siervo llegaron a Guibeá, vieron a un grupo de profetas que se les acercaba. Entonces el Espíritu de Dios vino poderosamente sobre Saúl, y él también comenzó a profetizar.

11 Cuando los que conocían a Saúl se enteraron de lo sucedido, exclamaron: «¿Qué? ¿Hasta Saúl es profeta? ¿Cómo se convirtió el hijo de Cis en profeta?».

12 Además, uno de los que estaban allí dijo: «¿Cualquiera puede convertirse en profeta, sin importar quien sea su padre?». Este es el origen del dicho: «¿Hasta Saúl es profeta?».

13 Cuando Saúl terminó de profetizar, subió al lugar de adoración.

14 —¿Dónde han estado? —les preguntó el tío de Saúl a él y a su siervo.

—Estábamos buscando a los burros —le respondió Saúl—, pero no pudimos encontrarlos. Así que acudimos a Samuel para preguntarle dónde estaban.

15 —¡Ah! ¿Y qué dijo? —le preguntó su tío.

16 —Nos dijo que ya habían encontrado los burros —contestó Saúl.

Pero Saúl no le contó a su tío lo que Samuel había dicho acerca del reino.

Saúl es proclamado rey

17 Después Samuel convocó a todo el pueblo de Israel para que se reuniera delante delSeñoren Mizpa,

18 y dijo: «Esto es lo que elSeñor, Dios de Israel, ha declarado: “Los saqué de Egipto; los rescaté de los egipcios y de todas las naciones que los oprimían.

19 Pero aunque los rescaté de su miseria y aflicción, hoy han rechazado a su Dios y han dicho: ‘¡No, en lugar de Dios queremos un rey!’. Por lo tanto, preséntense ahora delante delSeñorpor tribus y clanes”».

20 Entonces Samuel reunió a todas las tribus de Israel delante delSeñor, y por sorteo se eligió a la tribu de Benjamín.

21 Después llevó a cada familia de la tribu de Benjamín delante delSeñor, y se eligió a la familia de los Matri. Finalmente de entre ellos fue escogido Saúl, hijo de Cis. Pero cuando lo buscaron, ¡había desaparecido!

22 Entonces le preguntaron alSeñor:

—¿Dónde está?

Y elSeñorcontestó:

—Está escondido entre el equipaje.

23 Así que lo encontraron y lo sacaron. Era tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro.

24 Luego Samuel dijo a todo el pueblo: «Este es el hombre que elSeñorha escogido como su rey. ¡No hay nadie como él en todo Israel!».

Y todo el pueblo gritó: «¡Viva el rey!».

25 Después, Samuel le explicó al pueblo cuales eran los derechos y las obligaciones de un rey. Los escribió en un rollo y lo puso delante delSeñor. Luego Samuel envió al pueblo a sus casas.

26 Cuando Saúl regresó a su casa en Guibeá lo acompañó un grupo de hombres a quienes Dios les había tocado el corazón.

27 Sin embargo, había unos sinvergüenzas que se quejaban: «¿Cómo puede este hombre salvarnos?». Y lo despreciaban y se negaban a llevarle regalos; pero Saúl no les hizo caso.

[Nahas, rey de los amonitas, había estado oprimiendo gravemente a los habitantes de Gad y de Rubén que vivían al oriente del río Jordán. Les sacó el ojo derecho a todos los israelitas que vivían allí, y no permitía que nadie viniera a rescatarlos. De hecho, de todos los israelitas que vivían al oriente del río Jordán, no había uno solo a quien Nahas no le hubiera sacado el ojo derecho. Pero había siete mil hombres que habían escapado de los amonitas y se habían establecido en Jabes de Galaad].

1 Samuel 11

Saúl derrota a los amonitas

1 Como un mes después,el rey Nahas de Amón dirigió a su ejército contra la ciudad israelita llamada Jabes de Galaad. Pero los habitantes de Jabes pidieron paz.

—Haz un tratado con nosotros y seremos tus siervos —rogaron.

2 —Está bien —dijo Nahas—, pero con una sola condición. ¡Le sacaré el ojo derecho a cada uno de ustedes para deshonrar a todo Israel!

3 —¡Danos siete días para enviar mensajeros por todo Israel! —respondieron los ancianos de Jabes—. Si nadie viene a salvarnos, aceptaremos tus condiciones.

4 Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y le contaron al pueblo acerca de su aprieto, todos se echaron a llorar.

5 Saúl había estado arando un campo con sus bueyes y, cuando regresó a la ciudad, preguntó: «¿Qué les pasa? ¿Por qué están llorando?». Así que le contaron del mensaje de Jabes.

6 Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl y se enojó mucho.

7 Así que, tomó dos bueyes, los cortó en pedazos y envió mensajeros para que los llevaran por todo Israel con el siguiente mensaje: «¡Esto es lo que le pasará a los bueyes del que se niegue a seguir a Saúl y a Samuel a la batalla!». Entonces elSeñorhizo que la gente tuviera miedo del enojo de Saúl, por lo tanto, todos salieron a la guerra como un solo hombre.

8 Cuando Saúl los movilizó en Bezec, se dio cuenta de que había trescientos mil hombres de Israel y treinta milde Judá.

9 Entonces Saúl envió a los mensajeros de regreso a Jabes de Galaad para decir: «¡Los rescataremos mañana antes del mediodía!». Cuando llegó el mensaje, ¡hubo gran alegría en toda la ciudad!

10 Así que los hombres de Jabes dijeron a sus enemigos: «Mañana iremos a ustedes y podrán hacer con nosotros lo que quieran».

11 Pero a la mañana siguiente, antes del amanecer, Saúl llegó con su ejército dividido en tres destacamentos. Entonces atacó por sorpresa a los amonitas y los masacró durante toda la mañana. El resto del ejército amonita quedó tan disperso que no había dos de ellos juntos.

12 Entonces la gente clamó a Samuel:

—¿Ahora, dónde están esos hombres que decían: “¿Por qué debe Saúl gobernarnos?”? ¡Tráiganlos aquí y los mataremos!

13 Pero Saúl respondió:

—Nadie será ejecutado hoy, ¡porque este día elSeñorrescató a Israel!

14 Luego Samuel dijo a la gente:

—¡Vengan, vamos todos a Gilgal para renovar el reino!

15 Así que todos fueron a Gilgal y en una ceremonia solemne delante delSeñorproclamaron rey a Saúl. Después ofrecieron ofrendas de paz alSeñor, y Saúl y todos los israelitas se llenaron de alegría.

1 Samuel 12

Discurso de despedida de Samuel

1 Entonces Samuel se dirigió a todo Israel:

—He hecho lo que me han pedido y les he dado un rey.

2 Ahora el rey es su líder. Estoy aquí delante de ustedes —un hombre ya viejo y canoso— y mis hijos les sirven. He sido su líder desde mi niñez hasta el día de hoy.

3 Ahora testifiquen contra mí en presencia delSeñory ante su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un burro? ¿Alguna vez he estafado a alguno de ustedes? ¿Alguna vez los he oprimido? ¿Alguna vez he aceptado soborno o he pervertido la justicia? Díganmelo y corregiré cualquier cosa incorrecta que haya hecho.

4 —No —le contestaron ellos—, nunca nos has engañado ni oprimido y nunca has aceptado soborno alguno.

5 —ElSeñory su ungido son mis testigos hoy —declaró Samuel— de que mis manos están limpias.

—Sí, él es nuestro testigo —respondieron.

6 —Fue elSeñorquien designó a Moisés y a Aarón —continuó Samuel—. Él sacó a sus antepasados de la tierra de Egipto.

7 Ahora, permanezcan aquí en silencio delante delSeñormientras les recuerdo todas las grandes cosas que elSeñorha hecho por ustedes y por sus antepasados.

8 »Cuando los israelitas estabanen Egipto y clamaron alSeñor, él envió a Moisés y a Aarón para rescatarlos de Egipto y traerlos a esta tierra.

9 Sin embargo, los israelitas pronto se olvidaron delSeñorsu Dios, entonces él los entregó a Sísara, el comandante del ejército de Hazor, y también a los filisteos y al rey de Moab, quienes lucharon contra ellos.

10 »Entonces clamaron alSeñornuevamente y confesaron: “Hemos pecado al apartarnos delSeñory al rendir culto a las imágenes de Baal y Astoret. Pero te adoraremos a ti y solo a ti si nos rescatas de nuestros enemigos”.

11 Luego elSeñorenvió a Gedeón,a Bedán,a Jefté y a Samuelpara salvarlos, y ustedes vivieron a salvo.

12 »Pero cuando tuvieron miedo de Nahas, rey de Amón, vinieron a mí y dijeron que querían un rey para que gobernara sobre ustedes, aun cuando elSeñorsu Dios ya era su rey.

13 Está bien, aquí está el rey que han escogido. Ustedes lo pidieron y elSeñorse lo concedió.

14 »Ahora, si ustedes temen alSeñory lo adoran, si escuchan su voz y no se rebelan contra sus mandatos, entonces tanto ustedes como su rey demostrarán que reconocen alSeñorcomo su Dios.

15 Pero si se rebelan contra los mandatos delSeñory rehúsan escucharlo, entonces su mano será tan dura con ustedes como ha sido con sus antepasados.

16 »Ahora quédense aquí y vean la maravilla que elSeñorestá a punto de hacer.

17 Ustedes saben que nunca llueve en esta época del año durante la cosecha de trigo. Le pediré alSeñorque hoy envíe truenos y lluvia. ¡Entonces se darán cuenta de qué tan perversos han sido al pedirle alSeñorun rey!

18 Entonces Samuel clamó alSeñor, y ese mismo día envió truenos y lluvia. Y todo el pueblo quedó aterrado delSeñory de Samuel.

19 —¡Ora alSeñortu Dios por nosotros o moriremos! —le dijeron a Samuel—. A nuestras faltas hemos agregado el pecado de pedir un rey.

20 —No teman —los tranquilizó Samuel—, de verdad han hecho mal, pero ahora asegúrense de adorar alSeñorcon todo el corazón y no le den la espalda.

21 No vuelvan a rendir culto a ídolos despreciables que no pueden ayudarlos o rescatarlos, ¡son completamente inútiles!

22 ElSeñorno abandonará a su pueblo, porque eso traería deshonra a su gran nombre. Pues le agradó alSeñorhacerlos su pueblo.

23 »En cuanto a mí, ciertamente no pecaré contra elSeñoral dejar de orar por ustedes. Y seguiré enseñándoles lo que es bueno y correcto.

24 Por su parte, asegúrense de temer alSeñory de servirlo fielmente. Piensen en todas las cosas maravillosas que él ha hecho por ustedes.

25 Pero si siguen pecando, ustedes y su rey serán destruidos.

1 Samuel 13

Guerra constante contra los filisteos

1 Saúl tenía treintaaños cuando subió al trono, y reinó durante cuarenta y dos años.

2 Saúl eligió a tres mil soldados selectos del ejército de Israel y mandó a los demás hombres a casa. Llevó consigo a dos mil de los hombres escogidos a Micmas y a la zona montañosa de Betel. Los otros mil fueron con Jonatán, el hijo de Saúl, a Guibeá en la tierra de Benjamín.

3 Poco tiempo después, Jonatán atacó y derrotó la guarnición de los filisteos en Geba. La noticia corrió rápidamente entre los filisteos. Entonces Saúl tocó el cuerno de carnero por toda la tierra, y dijo: «¡Hebreos, escuchen esto! ¡Levántense! ¡Sublévense!».

4 Así que todo Israel oyó la noticia que Saúl había destruido la guarnición filistea en Geba y que ahora los filisteos odiaban a los israelitas más que nunca. Entonces todo el ejército israelita fue llamado para unirse a Saúl en Gilgal.

5 Los filisteos reunieron un ejército poderoso de tres milcarros de guerra, seis mil hombres para conducirlos, y ¡tantos guerreros como los granos de arena a la orilla del mar! Acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.

6 Los hombres de Israel vieron el gran aprieto en el que se encontraban y, como estaban fuertemente presionados por el enemigo, trataron de esconderse en cuevas, matorrales, rocas, hoyos y cisternas.

7 Algunos cruzaron el río Jordán y escaparon a la tierra de Gad y de Galaad.

Desobediencia de Saúl y reproche de Samuel

Mientras tanto, Saúl se quedó en Gilgal, y sus hombres temblaban de miedo.

8 Durante siete días Saúl esperó allí, según las instrucciones de Samuel, pero aun así Samuel no llegaba. Saúl se dio cuenta de que sus tropas habían comenzado a desertar,

9 de modo que ordenó: «¡Tráiganme la ofrenda quemada y las ofrendas de paz!». Y Saúl mismo sacrificó la ofrenda quemada.

10 Precisamente cuando Saúl terminaba de sacrificar la ofrenda quemada, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo,

11 pero Samuel preguntó:

—¿Qué has hecho?

Saúl le contestó:

—Vi que mis hombres me abandonaban, y que tú no llegabas cuando prometiste, y que los filisteos ya están en Micmas, listos para la batalla.

12 Así que dije: “¡Los filisteos están listos para marchar contra nosotros en Gilgal, y yo ni siquiera he pedido ayuda alSeñor!”. De manera que me vi obligado a ofrecer yo mismo la ofrenda quemada antes de que tú llegaras.

13 —¡Qué tontería! —exclamó Samuel—. No obedeciste al mandato que te dio elSeñortu Dios. Si lo hubieras obedecido, elSeñorhabría establecido tu reinado sobre Israel para siempre.

14 Pero ahora tu reino tiene que terminar, porque elSeñorha buscado a un hombre conforme a su propio corazón. ElSeñorya lo ha nombrado para ser líder de su pueblo, porque tú no obedeciste el mandato delSeñor.

Desventaja militar de Israel

15 Después Samuel salió de Gilgal y siguió su camino, pero el resto de las tropas fue con Saúl a encontrarse con el ejército. De Gilgal subieron a Guibeá en la tierra de Benjamín.Cuando Saúl contó los hombres que todavía estaban con él, ¡descubrió que solo quedaban seiscientos!

16 Saúl, Jonatán y las tropas acampaban en Geba, en la tierra de Benjamín; mientras que los filisteos levantaron su campamento en Micmas.

17 Tres destacamentos de asalto pronto salieron del campamento de los filisteos. Uno fue al norte hacia Ofra, en la tierra de Sual;

18 otro fue al occidente, a Bet-horón, y el tercero avanzó hacia la frontera sobre el valle de Seboim, cerca del desierto.

19 No había herreros en la tierra de Israel en esos días. Los filisteos no los permitían, por miedo a que forjaran espadas y lanzas para los hebreos.

20 Entonces cada vez que los israelitas necesitaban afilar sus rejas de arado, picos, hachas y hoces,tenían que llevarlos a un herrero filisteo.

21 Lo que cobraban era lo siguiente: ocho gramosde plata por afilar una reja de arado o un pico, y cuatro gramospor afilar un hacha o hacer la punta de una aguijada para bueyes.

22 Por eso el día de la batalla, nadie del pueblo de Israel tenía espada o lanza, excepto Saúl y Jonatán.

23 El paso de Micmas, mientras tanto, había sido asegurado por un contingente del ejército filisteo.

1 Samuel 14

Plan intrépido de Jonatán

1 Cierto día, Jonatán le dijo a su escudero: «Ven, vamos a donde está la avanzada de los filisteos». Pero Jonatán no le dijo a su padre lo que pensaba hacer.

2 Mientras tanto, Saúl y sus seiscientos hombres acamparon en las afueras de Guibeá alrededor del árbol de granadasde Migrón.

3 Entre los hombres de Saúl estaba Ahías, el sacerdote, que vestía el efod, el chaleco sacerdotal. Ahías era hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote delSeñorque había servido en Silo.

Nadie se dio cuenta de que Jonatán había dejado el campamento israelita.

4 Para llegar al puesto de avanzada de los filisteos, Jonatán tuvo que descender de entre dos peñascos llamados Boses y Sene.

5 Un peñasco estaba al norte, frente a Micmas; el otro estaba al sur, delante de Geba.

6 —Crucemos hasta la avanzada de esos paganos —le dijo Jonatán a su escudero—. Tal vez elSeñornos ayude, porque nada puede detener alSeñor. ¡Él puede ganar la batalla ya sea que tenga muchos guerreros o solo unos cuantos!

7 —Haz lo que mejor te parezca —respondió el escudero—. Estoy contigo, decidas lo que decidas.

8 —Muy bien —le dijo Jonatán—. Cruzaremos y dejaremos que nos vean.

9 Si nos dicen: “Quédense donde están o los mataremos”, entonces nos detendremos y no subiremos hacia ellos.

10 Pero si nos dicen: “Suban y peleen”, entonces subiremos. Esa será la señal delSeñorde que nos ayudará a derrotarlos.

11 Cuando los filisteos vieron que se acercaban, gritaron: «¡Miren, los hebreos salen de sus escondites!».

12 Entonces los hombres de la avanzada le gritaron a Jonatán: «¡Suban aquí y les daremos una lección!».

«Vamos, sube detrás de mí —le dijo Jonatán a su escudero—, ¡porque elSeñornos ayudará a derrotarlos!».

13 Así que escalaron usando pies y manos. Entonces los filisteos caían ante Jonatán, y su escudero mataba a los que venían por detrás.

14 Mataron a unos veinte hombres en total, y sus cuerpos quedaron dispersos en un espacio de cuarta hectárea.

15 De repente, el ejército de los filisteos se llenó de pánico, tanto los que estaban en el campamento como los que estaban en el campo, hasta las avanzadas y los destacamentos de asalto. Y en ese preciso momento hubo un terremoto, y todos quedaron aterrorizados.

Israel derrota a los filisteos

16 Entonces los centinelas de Saúl en Guibeá de Benjamín vieron algo muy extraño: el inmenso ejército filisteo comenzó a dispersarse en todas direcciones.

17 «Pasen lista y averigüen quién falta», ordenó Saúl. Y cuando hicieron el recuento, descubrieron que Jonatán y su escudero no estaban.

18 Entonces Saúl le gritó a Ahías: «¡Trae el efod aquí!». Pues en ese tiempo Ahías llevaba puesto el efod delante de los israelitas.

19 Pero mientras Saúl hablaba con el sacerdote, la confusión en el campamento de los filisteos era cada vez más fuerte. Entonces Saúl le dijo al sacerdote: «No importa, ¡vamos ya!».

20 Enseguida Saúl y sus hombres corrieron a la batalla y encontraron que los filisteos estaban matándose unos a otros. Había una terrible confusión en todas partes.

21 Aun los hebreos, que anteriormente se habían unido al ejército filisteo, se rebelaron y se unieron a Saúl, a Jonatán y al resto de los israelitas.

22 De igual manera, los hombres de Israel que estaban escondidos en la zona montañosa de Efraín, cuando vieron que los filisteos huían, se unieron a la persecución.

23 Así que en ese día elSeñorsalvó a Israel, y la recia batalla se extendió aún más allá de Bet-avén.

Juramento necio de Saúl

24 Ahora bien, ese día los hombres de Israel quedaron agotados porque Saúl los había puesto bajo juramento diciendo: «Que caiga una maldición sobre cualquiera que coma antes del anochecer, antes de que me vengue por completo de mis enemigos». De manera que nadie comió nada en todo el día,

25 aun cuando en el suelo del bosque todos habían encontrado panales de miel.

26 Así que no se atrevieron a tocar la miel por miedo al juramento que habían hecho.

27 Pero Jonatán no había escuchado la orden de su padre, y metió la punta de su vara en un panal y comió la miel. Después de haberla comido, cobró nuevas fuerzas.

28 Pero uno de los hombres lo vio y le dijo:

—Tu padre obligó al ejército que hiciera un juramento estricto que cualquiera que comiera algún alimento hoy sería maldito. Por eso todos están cansados y desfallecidos.

29 —¡Mi padre nos ha creado dificultades a todos! —exclamó Jonatán—. Una orden como esa solo puede causarnos daño. ¡Miren cómo he cobrado nuevas fuerzas después de haber comido un poco de miel!

30 Si a los hombres se les hubiera permitido comer libremente del alimento que encontraran entre nuestros enemigos, ¡imagínese a cuántos filisteos más habríamos podido matar!

31 Así que los israelitas persiguieron y mataron a los filisteos todo el día desde Micmas hasta Ajalón, pero los soldados iban debilitándose.

32 Esa noche se apresuraron a echar mano del botín y mataron ovejas, cabras, ganado y becerros, pero los comieron sin escurrirles la sangre.

33 Entonces alguien le informó a Saúl:

—Mira, los hombres están pecando contra elSeñoral comer carne que todavía tiene sangre.

—¡Eso está muy mal! —dijo Saúl—. Busquen una piedra grande y háganla rodar hasta aquí.

34 Luego vayan entre las tropas y díganles: “Tráiganme el ganado, las ovejas y las cabras. Mátenlos aquí y escúrranles la sangre antes de comérselos. No pequen contra elSeñoral comer carne que aún tiene sangre”.

Así que esa noche las tropas llevaron sus animales y los mataron allí.

35 Luego Saúl construyó un altar alSeñor; fue el primer altar que él le construyó alSeñor.

36 Después Saúl dijo:

—Persigamos a los filisteos toda la noche y saqueemos sus bienes hasta el amanecer. Destruyamos hasta el último hombre.

Sus hombres respondieron:

—Haremos lo que mejor te parezca.

Pero el sacerdote dijo:

—Primero consultemos a Dios.

37 Entonces Saúl le preguntó a Dios:

—¿Debemos perseguir a los filisteos? ¿Nos ayudarás a derrotarlos?

Pero Dios no respondió ese día.

38 Entonces Saúl les dijo a los líderes:

—¡Algo anda mal! Que vengan aquí todos los comandantes de mi ejército. Debemos descubrir qué pecado se ha cometido hoy.

39 Juro por el nombre delSeñor, quien rescató a Israel, que el pecador morirá, ¡aun si fuera mi propio hijo Jonatán!

Pero nadie se atrevía a decirle cuál era el problema.

40 Entonces Saúl dijo:

—Jonatán y yo nos pondremos aquí, y todos ustedes se pondrán allá.

Y el pueblo respondió a Saúl:

—Lo que mejor te parezca.

41 Entonces Saúl oró:

—OhSeñor, Dios de Israel, por favor, muéstranos quién es culpable y quién es inocente.

Entonces hicieron un sorteo sagrado, y Jonatán y Saúl fueron señalados como los culpables, y los demás declarados inocentes.

42 Después dijo Saúl:

—Ahora hagan otro sorteo para señalar si es Jonatán o soy yo.

Entonces, Jonatán fue indicado como el culpable.

43 —Dime lo que has hecho —le preguntó Saúl a Jonatán.

—Probé un poco de miel —admitió Jonatán—. Fue solo un poco en la punta de mi vara. ¿Merece eso la muerte?

44 —Sí, Jonatán —dijo Saúl—, ¡debes morir! Que Dios me castigue e incluso me mate si no mueres por esto.

45 Pero la gente intervino y le dijo a Saúl:

—Jonatán ganó esta gran victoria para Israel. ¿Debe morir? ¡De ningún modo! Tan cierto como que elSeñorvive, que ni un solo cabello de su cabeza será tocado, porque hoy Dios lo ayudó a hacer esta gran proeza.

De modo que la gente salvó a Jonatán de la muerte.

46 Entonces Saúl llamó a su ejército y no persiguieron más a los filisteos, y los filisteos volvieron a sus casas.

Victorias militares de Saúl

47 Cuando Saúl aseguró su posición de rey sobre Israel, peleó contra sus enemigos en todas las direcciones: contra Moab, Amón, Edom, los reyes de Soba y los filisteos. Y dondequiera que iba, obtenía la victoria.

48 Realizó grandes proezas y conquistó a los amalecitas y así salvó a Israel de todos aquellos que lo habían saqueado.

49 Los hijos de Saúl eran Jonatán, Is-bosety Malquisúa. También tuvo dos hijas, Merab, la mayor, y Mical.

50 La esposa de Saúl era Ahinoam, la hija de Ahimaas. El comandante del ejército de Saúl era Abner, hijo de Ner, tío de Saúl.

51 Cis, el padre de Saúl, y Ner, el padre de Abner, eran hijos de Abiel.

52 Los israelitas pelearon constantemente con los filisteos durante toda la vida de Saúl. Así que cada vez que Saúl veía a un joven fuerte y valiente, lo reclutaba en su ejército.

1 Samuel 15

Saúl derrota a los amalecitas

1 Cierto día, Samuel le dijo a Saúl: «Fue elSeñorquien me dijo que te ungiera como rey de su pueblo, Israel. ¡Ahora escucha este mensaje delSeñor!

2 Esto es lo que elSeñorde los Ejércitos Celestiales ha declarado: “He decidido ajustar cuentas con la nación de Amalec por oponerse a Israel cuando salió de Egipto.

3 Ve ahora y destruye por completoa toda la nación amalecita: hombres, mujeres, niños, recién nacidos, ganado, ovejas, cabras, camellos y burros”».

4 Entonces Saúl movilizó a su ejército en Telaim. Eran doscientos mil soldados de Israel y diez mil hombres de Judá.

5 Después Saúl y su ejército fueron a una ciudad de los amalecitas y se pusieron al acecho en el valle.

6 Saúl envió esta advertencia a los ceneos: «Apártense de donde viven los amalecitas o morirán junto con ellos. Pues ustedes fueron bondadosos con el pueblo de Israel cuando salió de Egipto». Así que los ceneos empacaron sus cosas y se fueron.

7 Luego Saúl mató a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, al oriente de Egipto.

8 Capturó a Agag, el rey amalecita, pero destruyó por completo a todos los demás.

9 Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Solo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad.

El Señor rechaza a Saúl

10 Luego elSeñorle dijo a Samuel:

11 «Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó alSeñordurante toda la noche.

12 Temprano a la mañana siguiente Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal».

13 Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría.

—Que elSeñorte bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato delSeñor.

14 —Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? —le preguntó Samuel.

15 —Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos alSeñortu Dios. Hemos destruido todo lo demás.

16 Entonces Samuel le dijo a Saúl:

—¡Basta! ¡Escucha lo que elSeñorme dijo anoche!

—¿Qué te dijo? —preguntó Saúl.

17 Y Samuel le dijo:

—Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? ElSeñorte ungió como rey de Israel,

18 te envió en una misión y te dijo: “Ve y destruye por completo a los pecadores —a los amalecitas— hasta que todos estén muertos”.

19 ¿Por qué no obedeciste alSeñor? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos delSeñor?

20 —¡Pero yo sí obedecí alSeñor! —insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás.

21 Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos alSeñortu Dios en Gilgal.

22 Pero Samuel respondió:

—¿Qué es lo que más le agrada alSeñor:

tus ofrendas quemadas y sacrificios,

o que obedezcas a su voz?

¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio,

y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.

23 La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería,

y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos.

Así que, por cuanto has rechazado el mandato delSeñor,

él te ha rechazado como rey.

Saúl implora perdón

24 Entonces Saúl le confesó a Samuel:

—Es cierto, he pecado. He desobedecido tus instrucciones y el mandato delSeñor, porque tuve miedo del pueblo y por eso hice lo que ellos me pidieron.

25 Pero ahora, por favor, perdona mi pecado y regresa conmigo para que pueda adorar alSeñor.

26 Pero Samuel respondió:

—¡No volveré contigo! Ya que tú rechazaste el mandato delSeñor, él te ha rechazado como rey de Israel.

27 Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl trató de detenerlo y rasgó el borde de su túnica.

28 Entonces Samuel le dijo:

—Hoy elSeñorte ha arrancado el reino de Israel y se lo ha dado a otro: a uno que es mejor que tú.

29 Y aquel que es la Gloria de Israel, no mentirá ni cambiará de parecer porque no es humano para que cambie de parecer.

30 Entonces Saúl volvió a implorar:

—Sé que he pecado. Pero al menos te ruego que me honres ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel al volver conmigo para que adore alSeñortu Dios.

31 Entonces Samuel por fin accedió y regresó con él, y Saúl adoró alSeñor.

Samuel ejecuta al rey Agag

32 Luego Samuel dijo:

—Tráiganme al rey Agag.

Agag llegó lleno de esperanza, porque pensó: «¡Seguramente ya pasó lo peor, y he sido librado de la muerte!».

33 Pero Samuel le dijo:

—Como tu espada ha matado a los hijos de muchas madres, ahora tu madre se quedará sin hijos.

Y Samuel cortó a Agag en pedazos delante delSeñoren Gilgal.

34 Después Samuel fue a su casa en Ramá, y Saúl regresó a su casa en Guibeá de Saúl.

35 Samuel nunca más volvió a ver a Saúl, pero lloraba por él constantemente. Y elSeñorse lamentó de haber hecho a Saúl rey de Israel.

1 Samuel 16

Samuel unge a David como rey

1 Ahora bien, elSeñorle dijo a Samuel:

—Ya has hecho suficiente duelo por Saúl. Lo he rechazado como rey de Israel, así que llena tu frasco con aceite de oliva y ve a Belén. Busca a un hombre llamado Isaí que vive allí, porque he elegido a uno de sus hijos para que sea mi rey.

2 Pero Samuel le preguntó:

—¿Cómo puedo hacerlo? Si Saúl llega a enterarse, me matará.

—Lleva contigo una novilla —le contestó elSeñor— y di que has venido para ofrecer un sacrificio alSeñor.

3 Invita a Isaí al sacrificio, y te mostraré a cuál de sus hijos ungirás para mí.

4 Así que Samuel hizo como elSeñorle indicó. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo salieron a su encuentro temblando.

—¿Qué pasa? —le preguntaron—. ¿Vienes en son de paz?

5 —Sí —contestó Samuel—, vine para ofrecer un sacrificio alSeñor. Purifíquense y vengan conmigo al sacrificio.

Luego Samuel realizó el rito de purificación para Isaí y sus hijos y también los invitó al sacrificio.

6 Cuando llegaron, Samuel se fijó en Eliab y pensó: «¡Seguramente este es el ungido delSeñor!».

7 Pero elSeñorle dijo a Samuel:

—No juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. ElSeñorno ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero elSeñormira el corazón.

8 Entonces Isaí le dijo a su hijo Abinadab que caminara delante de Samuel. Pero Samuel dijo:

—Este no es el que elSeñorha elegido.

9 Después Isaí llamó a Simea,pero Samuel dijo:

—Tampoco es este a quien elSeñorha elegido.

10 De la misma manera, Isaí le presentó sus siete hijos a Samuel. Pero Samuel le dijo:

—ElSeñorno ha elegido a ninguno de ellos.

11 Después Samuel preguntó:

—¿Son estos todos los hijos que tienes?

—Queda todavía el más joven —contestó Isaí—. Pero está en el campo cuidando las ovejas y las cabras.

—Manda llamarlo de inmediato —dijo Samuel—. No nos sentaremos a comer hasta que él llegue.

12 Entonces Isaí mandó a buscarlo. El joven era trigueño y apuesto, y de hermosos ojos.

Y elSeñordijo:

—Este es, úngelo.

13 Al estar David de pie entre sus hermanos, Samuel tomó el frasco de aceite de oliva que había traído y ungió a David con el aceite. Y el Espíritu delSeñorvino con gran poder sobre David a partir de ese día. Luego Samuel regresó a Ramá.

David sirve en la corte de Saúl

14 Ahora bien, el Espíritu delSeñorse había apartado de Saúl, y elSeñorenvió un espíritu atormentador.

15 Algunos de los siervos de Saúl le dijeron:

—Un espíritu atormentador de parte de Dios te está afligiendo.

16 Busquemos a un buen músico para que toque el arpa cada vez que el espíritu atormentador te aflija. Tocará música relajante, y dentro de poco estarás bien.

17 —Me parece bien —dijo Saúl—. Búsquenme a alguien que toque bien y tráiganlo aquí.

18 Entonces un siervo le dijo a Saúl:

—Uno de los hijos de Isaí de Belén tiene mucho talento para tocar el arpa. No solo eso, es un guerrero valiente, un hombre de guerra y de buen juicio. También es un joven bien parecido y elSeñorestá con él.

19 Entonces Saúl mandó mensajeros a Isaí para decirle: «Envíame a tu hijo David, el pastor».

20 Isaí hizo caso y envió a su hijo David a Saúl, junto con un cabrito, un burro cargado de pan y un cuero lleno de vino.

21 Así que David llegó a donde estaba Saúl y quedó a su servicio. Saúl llegó a apreciar mucho a David, y el joven se convirtió en su escudero.

22 Luego Saúl mandó un recado a Isaí con una petición: «Por favor, permite que David quede a mi servicio, porque me simpatiza mucho».

23 Y cada vez que el espíritu atormentador de parte de Dios afligía a Saúl, David tocaba el arpa. Entonces Saúl se sentía mejor, y el espíritu atormentador se iba.

1 Samuel 17

Goliat desafía a los israelitas

1 Los filisteos reunieron su ejército para la batalla y acamparon en Efes-damim, que queda entre Soco en Judá y Azeca.

2 Saúl respondió reuniendo a las tropas israelitas cerca del valle de Ela.

3 De modo que los filisteos y los israelitas quedaron frente a frente en montes opuestos, separados por el valle.

4 Luego Goliat, un campeón filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos para enfrentarse a las fuerzas de Israel. ¡Medía casi tres metrosde altura!

5 Llevaba un casco de bronce y su cota de malla, hecha de bronce, pesaba cincuenta y siete kilos.

6 También tenía puestos protectores de bronce en las piernas y llevaba una jabalina de bronce sobre el hombro.

7 El asta de su lanza era tan pesada y gruesa como un rodillo de telar, con una punta de hierro que pesaba casi siete kilos.Su escudero iba delante de él.

8 Entonces Goliat se detuvo y gritó mofándose de los israelitas: «¿Por qué salen todos ustedes a pelear? Yo soy el campeón filisteo, pero ustedes no son más que siervos de Saúl. ¡Elijan a un hombre para que venga aquí a pelear conmigo!

9 Si me mata, entonces seremos sus esclavos; pero si yo lo mato a él, ¡ustedes serán nuestros esclavos!

10 ¡Hoy desafío a los ejércitos de Israel! ¡Envíenme a un hombre que me enfrente!».

11 Cuando Saúl y los israelitas lo escucharon, quedaron aterrados y profundamente perturbados.

Isaí envía a David al campamento de Saúl

12 Ahora bien, David era hijo de un hombre llamado Isaí, un efrateo de Belén, en la tierra de Judá. En ese tiempo Isaí era anciano y tenía ocho hijos.

13 Sus tres hijos mayores —Eliab, Abinadab y Simea—ya se habían unido al ejército de Saúl para pelear contra los filisteos.

14 David era el menor de los hijos. Sus tres hermanos mayores se quedaron con el ejército de Saúl,

15 pero David iba y venía para ayudar a su padre con las ovejas en Belén.

16 Durante cuarenta días, cada mañana y cada tarde, el campeón filisteo se paseaba dándose aires delante del ejército israelita.

17 Un día, Isaí le dijo a David: «Toma esta canastade grano tostado y estos diez panes, y llévaselos de prisa a tus hermanos.

18 Y dale estos diez pedazos de queso a su capitán. Averigua cómo están tus hermanos y tráeme un informe de cómo les va».

19 Los hermanos de David estaban con Saúl y el ejército israelita en el valle de Ela, peleando contra los filisteos.

20 Así que temprano a la mañana siguiente, David dejó las ovejas al cuidado de otro pastor y salió con los regalos, como Isaí le había indicado. Llegó al campamento justo cuando el ejército de Israel salía al campo de batalla dando gritos de guerra.

21 Poco tiempo después las fuerzas israelitas y filisteas quedaron frente a frente, ejército contra ejército.

22 David dejó sus cosas con el hombre que guardaba las provisiones y se apresuró a ir hacia las filas para saludar a sus hermanos.

23 Mientras hablaba con ellos, Goliat, el campeón filisteo de Gat, salió de entre las tropas filisteas. En ese momento, David lo escuchó gritar sus ya acostumbradas burlas al ejército de Israel.

24 Tan pronto como las tropas israelitas lo vieron, comenzaron a huir espantadas.

25 —¿Ya vieron al gigante? —preguntaban los hombres—. Sale cada día a desafiar a Israel. El rey ha ofrecido una enorme recompensa a cualquiera que lo mate. ¡A ese hombre le dará una de sus hijas como esposa y toda su familia quedará exonerada de pagar impuestos!

26 David les preguntó a los soldados que estaban cerca de él:

—¿Qué recibirá el hombre que mate al filisteo y ponga fin a su desafío contra Israel? Y a fin de cuentas, ¿quién es este filisteo pagano, al que se le permite desafiar a los ejércitos del Dios viviente?

27 Estos hombres le dieron a David la misma respuesta. Le dijeron:

—Efectivamente, esa es la recompensa por matarlo.

28 Pero cuando Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres, se enojó.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le reclamó—. ¿Qué pasó con esas pocas ovejas que se supone que deberías estar cuidando? Conozco tu orgullo y tu engaño. ¡Solo quieres ver la batalla!

29 —¿Qué hice ahora? —contestó David—. ¡Solo hacía una pregunta!

30 Entonces caminó hacia otros y les preguntó lo mismo, y recibió la misma respuesta.

31 Entonces le contaron a Saúl la pregunta de David, y el rey mandó llamarlo.

David mata a Goliat

32 —No se preocupe por este filisteo —le dijo David a Saúl—. ¡Yo iré a pelear contra él!

33 —¡No seas ridículo! —respondió Saúl—. ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan solo un muchacho, y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud.

34 Pero David insistió:

—He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño,

35 yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo.

36 Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente!

37 ¡El mismoSeñorque me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo!

Así que Saúl por fin accedió:

—Está bien, adelante. ¡Y que elSeñoresté contigo!

38 Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de bronce y una cota de malla.

39 David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con algo semejante.

—No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—. No estoy acostumbrado a usarlo.

Así que David se lo quitó.

40 Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.

41 Goliat caminaba hacia David con su escudero delante de él,

42 mirando con desdén al muchacho de mejillas sonrosadas.

43 —¿Soy acaso un perro —le rugió a David— para que vengas contra mí con un palo?

Y maldijo a David en nombre de sus dioses.

44 —¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! —gritó Goliat.

45 David le respondió al filisteo:

—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre delSeñorde los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.

46 Hoy elSeñorte conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel!

47 Todos los que están aquí reunidos sabrán que elSeñorrescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla delSeñor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!

48 Cuando Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él.

49 Metió la mano en su bolsa de pastor, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo.

50 Así David triunfó sobre el filisteo con solo una honda y una piedra, porque no tenía espada.

51 Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle la cabeza.

Israel derrota a los filisteos

Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, se dieron la vuelta y huyeron.

52 Así que los hombres de Israel y Judá dieron un gran grito de triunfo y corrieron tras los filisteos, persiguiéndolos tan lejos como Gaty hasta las puertas de Ecrón. Los cuerpos de los filisteos muertos y heridos estuvieron esparcidos a lo largo del camino de Saaraim, hasta Gat y Ecrón.

53 Luego el ejército de Israel regresó y saqueó el campamento abandonado de los filisteos.

54 (David llevó la cabeza del filisteo a Jerusalén, pero guardó la armadura en su propia carpa).

55 Al observar a David pelear contra el filisteo, Saúl le preguntó a Abner, el comandante de su ejército:

—Abner, ¿quién es el padre de este muchacho?

—En realidad no lo sé —declaró Abner.

56 —Bueno, ¡averigua quién es! —le dijo el rey.

57 Tan pronto como David regresó de matar a Goliat, Abner lo llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo todavía en la mano.

58 —Dime quién es tu padre, muchacho —le dijo Saúl.

—Su nombre es Isaí, y vivimos en Belén —contestó David.

1 Samuel 18

Saúl tiene celos de David

1 Después de que David terminó de hablar con Saúl, conoció a Jonatán, el hijo del rey. De inmediato se creó un vínculo entre ellos, pues Jonatán amó a David como a sí mismo.

2 A partir de ese día Saúl mantuvo a David con él y no lo dejaba volver a su casa.

3 Jonatán hizo un pacto solemne con David, porque lo amaba tanto como a sí mismo.

4 Para sellar el pacto quitó su manto y se lo dio a David junto con su túnica, su espada, su arco y su cinturón.

5 Todo lo que Saúl le pedía a David que hiciera, él lo hacía con éxito. Como resultado, Saúl lo hizo comandante sobre los hombres de guerra, un nombramiento que fue bien recibido tanto por el pueblo como por los oficiales de Saúl.

6 Cuando el ejército de Israel regresaba triunfante después que David mató al filisteo, mujeres de todas las ciudades de Israel salieron para recibir al rey Saúl. Cantaron y danzaron de alegría con panderetas y címbalos.

7 Este era su canto:

«Saúl mató a sus miles,

¡y David, a sus diez miles!».

8 Esto hizo que Saúl se enojara mucho. «¿Qué es esto? —dijo—. Le dan crédito a David por diez miles y a mí solamente por miles. ¡Solo falta que lo hagan su rey!».

9 Desde ese momento Saúl miró con recelo a David.

10 Al día siguiente, un espíritu atormentadorde parte de Dios abrumó a Saúl, y comenzó a desvariar como un loco en su casa. David tocaba el arpa, tal como lo hacía cada día. Pero Saúl tenía una lanza en la mano,

11 y de repente se la arrojó a David, tratando de clavarlo en la pared, pero David lo esquivó dos veces.

12 Después Saúl tenía miedo de David porque elSeñorestaba con David pero se había apartado de él.

13 Finalmente lo echó de su presencia y lo nombró comandante sobre mil hombres, y David dirigía fielmente a las tropas en batalla.

14 David siguió teniendo éxito en todo lo que hacía porque elSeñorestaba con él.

15 Cuando Saúl reconoció esto, le tuvo aún más miedo.

16 Pero todos en Israel y en Judá amaban a David porque tenía tanto éxito al dirigir a sus tropas en batalla.

David se casa con la hija de Saúl

17 Cierto día, Saúl le dijo a David:

—Estoy listo para darte a mi hija mayor, Merab, por esposa. Pero antes deberás demostrar que eres un guerrero de verdad al pelear las batallas delSeñor.

Pues Saúl pensó: «Voy a enviar a David contra los filisteos y dejar que ellos lo maten, en vez de hacerlo yo mismo».

18 —¿Quién soy yo, y quién es mi familia en Israel para que yo sea el yerno del rey? —exclamó David—. ¡La familia de mi padre no es nadie!

19 Así que,cuando llegó el momento para que Saúl le diera su hija Merab en matrimonio a David, Saúl se la dio a Adriel, un hombre de Mehola.

20 Mientras tanto, Mical, otra hija de Saúl, se había enamorado de David, y cuando Saúl se enteró se puso contento.

21 «¡Me da otra oportunidad para que los filisteos lo maten!», se dijo Saúl a sí mismo; pero a David le dijo:

—Hoy tienes una segunda oportunidad para llegar a ser mi yerno.

22 Después Saúl instruyó a sus siervos para que le dijeran a David: «El rey te aprecia mucho, al igual que nosotros. ¿Por qué no aceptas lo que el rey te ofrece y te conviertes en su yerno?».

23 Cuando los hombres de Saúl le dijeron estas cosas a David, él respondió: «¿Cómo puede un hombre pobre y de familia humilde reunir la dote por la hija de un rey?».

24 Cuando los hombres de Saúl le informaron al rey,

25 él les dijo: «Díganle a David que lo único que quiero por dote son los prepucios de cien filisteos. Vengarme de mis enemigos es todo lo que realmente quiero». Pero lo que Saúl tenía en mente era que mataran a David en la pelea.

26 David estuvo encantado de aceptar la oferta. Antes de que se cumpliera la fecha límite,

27 él y sus hombres salieron y mataron a doscientos filisteos. Así que David cumplió con el requisito del rey entregándole los prepucios de ellos. Entonces Saúl le entregó a su hija Mical por esposa.

28 Cuando Saúl se dio cuenta de que elSeñorestaba con David, y cuánto su hija Mical lo amaba,

29 le tuvo aún más miedo y quedó como enemigo de David por el resto de su vida.

30 Cada vez que los comandantes filisteos atacaban, David tenía más éxito en contra de ellos que todos los demás oficiales de Saúl; por eso el nombre de David llegó a ser muy famoso.