Génesis 22

La prueba de fe de Abraham

1 Tiempo después, Dios probó la fe de Abraham.

—¡Abraham! —lo llamó Dios.

—Sí —respondió él—, aquí estoy.

2 —Toma a tu hijo, tu único hijo —sí, a Isaac, a quien tanto amas— y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que yo te mostraré.

3 A la mañana siguiente, Abraham se levantó temprano. Ensilló su burro y llevó con él a dos de sus siervos, junto con su hijo Isaac. Después cortó leña para el fuego de la ofrenda y salió hacia el lugar que Dios le había indicado.

4 Al tercer día de viaje, Abraham levantó la vista y vio el lugar a la distancia.

5 «Quédense aquí con el burro —dijo Abraham a los siervos—. El muchacho y yo seguiremos un poco más adelante. Allí adoraremos y volveremos enseguida».

6 Entonces Abraham puso la leña para la ofrenda sobre los hombros de Isaac, mientras que él llevó el fuego y el cuchillo. Mientras caminaban juntos,

7 Isaac se dio vuelta y le dijo a Abraham:

—¿Padre?

—Sí, hijo mío —contestó Abraham.

—Tenemos el fuego y la leña —dijo el muchacho—, ¿pero dónde está el cordero para la ofrenda quemada?

8 —Dios proveerá un cordero para la ofrenda quemada, hijo mío —contestó Abraham.

Así que ambos siguieron caminando juntos.

9 Cuando llegaron al lugar indicado por Dios, Abraham construyó un altar y colocó la leña encima. Luego ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar, encima de la leña.

10 Y Abraham tomó el cuchillo para matar a su hijo en sacrificio.

11 En ese momento, el ángel delSeñorlo llamó desde el cielo:

—¡Abraham! ¡Abraham!

—Sí —respondió Abraham—, ¡aquí estoy!

12 —¡No pongas tu mano sobre el muchacho! —dijo el ángel—. No le hagas ningún daño, porque ahora sé que de verdad temes a Dios. No me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo.

13 Entonces Abraham levantó los ojos y vio un carnero que estaba enredado por los cuernos en un matorral. Así que tomó el carnero y lo sacrificó como ofrenda quemada en lugar de su hijo.

14 Abraham llamó a aquel lugar Yahveh-jireh (que significa «elSeñorproveerá»). Hasta el día de hoy, la gente todavía usa ese nombre como proverbio: «En el monte delSeñorserá provisto».

15 Luego el ángel delSeñorvolvió a llamar a Abraham desde el cielo.

16 —ElSeñordice: Ya que me has obedecido y no me has negado ni siquiera a tu hijo, tu único hijo, juro por mi nombre que

17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendenciahasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos;

18 y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Todo eso, porque me has obedecido.

19 Luego volvieron al lugar donde estaban los siervos y viajaron de regreso a Beerseba, donde Abraham siguió habitando.

20 Poco tiempo después, Abraham oyó que Milca, la esposa de su hermano Nacor, le había dado a Nacor ocho hijos.

21 El mayor se llamaba Uz, el siguiente era Buz, seguido por Kemuel (antepasado de los arameos),

22 Quésed, Hazó, Pildás, Jidlaf y Betuel.

23 (Betuel fue el padre de Rebeca). Además de esos ocho hijos de Milca,

24 Nacor tuvo otros cuatro hijos con su concubina Reúma. Sus nombres eran Teba, Gahán, Tahás y Maaca.

Génesis 23

Entierro de Sara

1 A la edad de ciento veintisiete años,

2 Sara murió en Quiriat-arba (actualmente se llama Hebrón), en la tierra de Canaán. Allí Abraham hizo duelo y lloró por ella.

3 Luego, se apartó del cuerpo de su esposa y dijo a los ancianos hititas:

4 —Aquí estoy, vivo entre ustedes como forastero y extranjero. Por favor, véndanme una parcela de terreno para darle un entierro apropiado a mi esposa.

5 —Escúchenos, señor —respondieron los hititas a Abraham—,

6 usted es un príncipe de honor entre nosotros. Escoja la mejor de nuestras tumbas y entiérrela allí. Ninguno de nosotros se negará a ayudarle en ese sentido.

7 Entonces Abraham se inclinó hasta el suelo ante los hititas

8 y dijo:

—Ya que ustedes están dispuestos a brindarme esa ayuda, sean tan amables de pedir a Efrón, hijo de Zohar,

9 que me permita comprar su cueva en Macpela, que está al final de su campo. Yo pagaré el precio total en presencia de testigos, a fin de tener un lugar permanente donde enterrar a mi familia.

10 Efrón estaba sentado allí entre los demás y respondió a Abraham mientras los demás escuchaban. Habló públicamente delante de todos los ancianos hititas de la ciudad.

11 —No, mi señor —le dijo a Abraham—, por favor, escúcheme. Yo le regalaré el campo y la cueva. Aquí mismo, en presencia de mi pueblo, se lo regalo. Vaya y entierre a su esposa.

12 Abraham volvió a inclinarse hasta el suelo ante los ciudadanos del lugar

13 y respondió a Efrón a oídos de todos.

—No, escúcheme. Yo se lo compraré. Permítame pagar el precio total del campo, para poder enterrar allí a mi esposa.

14 Efrón respondió a Abraham:

15 —Mi señor, por favor, escúcheme. El campo vale cuatrocientas monedasde plata, ¿pero qué es eso entre amigos? Vaya y entierre a su esposa.

16 Abraham estuvo de acuerdo con el precio sugerido por Efrón y pagó la cantidad total: cuatrocientas monedas de plata, pesadas según la norma de los comerciantes; y los ancianos hititas presenciaron la transacción.

17 Así fue que Abraham compró la parcela que pertenecía a Efrón en Macpela, cerca de Mamre. La parcela constaba del campo, la cueva y todos los árboles que la rodeaban.

18 Se transfirió a Abraham como posesión permanente en presencia de los ancianos hititas, en la puerta de la ciudad.

19 Después Abraham enterró a su esposa, Sara, allí en Canaán, en la cueva de Macpela, cerca de Mamre (también llamado Hebrón).

20 Así que el campo y la cueva de los hititas pasaron a manos de Abraham, para ser usados como lugar de sepultura permanente.

Génesis 24

Una esposa para Isaac

1 Abraham ya era un hombre muy anciano, y elSeñorlo había bendecido en todo.

2 Cierto día Abraham le dijo a su siervo más antiguo, el hombre que estaba a cargo de su casa:

—Haz un juramento poniendo tu mano debajo de mi muslo.

3 Jura por elSeñor, Dios del cielo y de la tierra, que no dejarás que mi hijo se case con una de esas mujeres cananeas.

4 En cambio, vuelve a mi tierra natal, donde están mis parientes, y encuentra allí una esposa para mi hijo Isaac.

5 El siervo preguntó:

—¿Pero qué pasaría si no puedo encontrar una joven que esté dispuesta a viajar tan lejos de su casa? ¿Debería, entonces, llevar allí a Isaac para que viva entre sus parientes, en la tierra de donde usted proviene?

6 —¡No! —contestó Abraham—. Procura no llevar nunca a mi hijo allí.

7 Pues elSeñor, Dios del cielo, quien me sacó de la casa de mi padre y de mi tierra natal, prometió solemnemente dar esta tierra a mis descendientes.Él enviará a su ángel delante de ti y se encargará de que encuentres allí una esposa para mi hijo.

8 Si ella no está dispuesta a regresar contigo, entonces quedarás libre de este juramento que haces conmigo; pero bajo ninguna circunstancia, llevarás a mi hijo allí.

9 Entonces el siervo hizo un juramento poniendo su mano debajo del muslo de su señor, Abraham, y juró seguir sus instrucciones.

10 Después tomó diez de los camellos de Abraham y los cargó con toda clase de regalos valiosos de parte de su señor, y viajó hasta la lejana tierra de Aram-naharaim. Una vez allí, se dirigió a la ciudad donde se había establecido Nacor, hermano de Abraham.

11 Hizo que los camellos se arrodillaran junto a un pozo justo a las afueras de la ciudad. Era la caída de la tarde, y las mujeres salían a sacar agua.

12 «OhSeñor, Dios de mi amo, Abraham —oró—. Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham.

13 Aquí me encuentro junto a este manantial, y las jóvenes de la ciudad vienen a sacar agua.

14 Mi petición es la siguiente: yo le diré a una de ellas: “Por favor, deme de beber de su cántaro”; si ella dice: “Sí, beba usted, ¡y también daré de beber a sus camellos!”, que sea ella la que has elegido como esposa para Isaac. De esa forma sabré que has mostrado amor inagotable a mi amo».

15 Entonces, antes de terminar su oración, vio a una joven llamada Rebeca, que salía con su cántaro al hombro. Ella era hija de Betuel, quien era hijo de Nacor —hermano de Abraham— y de Milca, su esposa.

16 Rebeca era muy hermosa y tenía edad suficiente para estar casada, pero aún era virgen. Ella descendió hasta el manantial, llenó su cántaro y volvió a subir.

17 Entonces el siervo corrió hasta alcanzarla y le dijo:

—Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro.

18 —Sí, mi señor, beba —respondió ella.

Enseguida bajó su cántaro del hombro y le dio de beber.

19 Después de darle de beber, dijo:

—También sacaré agua para sus camellos y les daré de beber hasta que se sacien.

20 Así que, de inmediato, vació su cántaro en el bebedero y volvió corriendo al pozo a sacar agua para todos los camellos.

21 El siervo la observaba en silencio mientras se preguntaba si elSeñorle había dado éxito en la misión.

22 Cuando los camellos terminaron de beber, sacó un anillo de oro para la nariz de la muchacha y dos pulseras grandes de oropara sus muñecas.

23 —¿De quién es hija usted? —le preguntó—, y dígame, por favor, ¿tendría su padre algún lugar para hospedarnos esta noche?

24 —Soy hija de Betuel —contestó ella—, y mis abuelos son Nacor y Milca.

25 Sí, tenemos más que suficiente paja y alimento para los camellos, y también tenemos lugar para huéspedes.

26 El hombre se inclinó hasta el suelo y adoró alSeñor.

27 —Alabado sea elSeñor, Dios de mi amo, Abraham —dijo—. ElSeñorha mostrado amor inagotable y fidelidad a mi amo, porque me ha guiado directamente a los parientes de mi señor.

28 La joven corrió a su casa para contarle a su familia todo lo que había ocurrido.

29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán, el cual salió corriendo al manantial para encontrarse con el hombre.

30 Había visto el anillo en la nariz de su hermana y las pulseras en sus muñecas, y había oído a Rebeca contar lo que el hombre le había dicho. Así que corrió hasta llegar al manantial, donde el hombre aún estaba parado al lado de sus camellos.

31 Entonces Labán le dijo: «¡Ven y quédate con nosotros, hombre bendecido por elSeñor! ¿Por qué estás aquí, fuera de la ciudad, cuando yo tengo un cuarto preparado para ti y un lugar para los camellos?».

32 Entonces el hombre fue con Labán a su casa, y Labán descargó los camellos, y para que se tendieran les proveyó paja, los alimentó, y también trajo agua para que el hombre y los camelleros se lavaran los pies.

33 Luego sirvieron la comida, pero el siervo de Abraham dijo:

—No quiero comer hasta que les haya dicho la razón por la que vine.

—Muy bien —respondió Labán—, dinos.

34 —Yo soy siervo de Abraham —explicó—.

35 Y elSeñorha bendecido mucho a mi amo; y él se ha enriquecido. ElSeñorle ha dado rebaños de ovejas y cabras, manadas de ganado, una fortuna en plata y en oro, y muchos siervos y siervas, camellos y burros.

36 »Cuando Sara, la esposa de mi amo, era ya muy anciana, le dio un hijo a mi amo, y mi amo le ha dado a él todo lo que posee.

37 Mi amo me hizo jurar, y me dijo: “No dejes que mi hijo se case con una de esas mujeres cananeas.

38 En cambio, vuelve a la casa de mi padre, a mis parientes, y encuentra allí una esposa para mi hijo”.

39 »Pero yo le dije a mi amo: “¿Y si no encuentro una joven que esté dispuesta a regresar conmigo?”.

40 Y él contestó: “ElSeñor, en cuya presencia he vivido, enviará a su ángel contigo y hará que tu misión tenga éxito. Es verdad, debes encontrar una esposa para mi hijo entre mis parientes, en la familia de mi padre.

41 Entonces habrás cumplido tu obligación; pero si vas a mis parientes y ellos se niegan a dejarla ir contigo, quedarás libre de mi juramento”.

42 »Así que cuando llegué al manantial, hice esta oración: “OhSeñor, Dios de mi amo, Abraham, te ruego que me des éxito en esta misión.

43 Mira, aquí estoy, parado junto a este manantial, y esta es mi petición: cuando venga una joven a sacar agua, yo le diré: ‘Por favor, deme de beber un poco de agua de su cántaro’;

44 si ella dice: ‘Sí, beba usted, y también sacaré agua para sus camellos’, que sea ella la que has elegido para ser la esposa del hijo de mi amo”.

45 »Antes de terminar de orar en mi corazón, vi a Rebeca saliendo con un cántaro de agua al hombro. Ella descendió hasta el manantial y sacó agua. Entonces yo le dije: “Por favor, deme de beber”.

46 Enseguida ella bajó el cántaro del hombro y dijo: “Sí, beba usted, ¡y también daré de beber a sus camellos!”. Así que bebí, y después ella dio de beber a los camellos.

47 »Entonces le pregunté: “¿De quién es hija usted?”, y ella contestó: “Soy hija de Betuel, y mis abuelos son Nacor y Milca”. Así que puse el anillo en su nariz y las pulseras en sus muñecas.

48 »Después me incliné hasta el suelo y adoré alSeñor. Alabé alSeñor, Dios de mi amo, Abraham, porque me había guiado directamente a la sobrina de mi amo, para que ella sea la esposa de su hijo.

49 Así que díganme: ¿quieren o no mostrar amor inagotable y fidelidad a mi amo? Por favor, respóndanme “sí” o “no”, y de esa manera sabré qué hacer después.

50 Entonces Betuel y Labán respondieron:

—Es evidente que elSeñorte trajo hasta aquí, así que no hay nada que podamos decir.

51 Aquí está Rebeca; tómala y vete. Efectivamente, que ella sea la esposa del hijo de tu amo, tal como elSeñorlo ha dispuesto.

52 Cuando el siervo de Abraham oyó la respuesta, se postró hasta el suelo y adoró alSeñor.

53 Después sacó joyas de plata y de oro, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó valiosos regalos a su hermano y a su madre.

54 Luego comieron, y el siervo y los hombres que lo acompañaban pasaron allí la noche.

Pero temprano a la mañana siguiente, el siervo de Abraham dijo:

—Envíenme de regreso a mi amo.

55 —Queremos que Rebeca se quede con nosotros al menos diez días —dijeron su madre y su hermano—, y luego podrá irse.

56 Pero él dijo:

—No me retrasen. ElSeñorhizo que mi misión tuviera éxito; ahora envíenme, para que pueda regresar a la casa de mi amo.

57 —Bien —dijeron ellos—, llamaremos a Rebeca y le preguntaremos qué le parece a ella.

58 Entonces llamaron a Rebeca.

—¿Estás dispuesta a irte con este hombre? —le preguntaron.

—Sí —contestó—, iré.

59 Entonces se despidieron de Rebeca y la enviaron con el siervo de Abraham y sus hombres. La mujer que había sido niñera de Rebeca la acompañó.

60 Cuando Rebeca partía le dieron la siguiente bendición:

«Hermana nuestra, ¡que llegues a ser

la madre de muchos millones!

Que tus descendientes sean fuertes

y conquisten las ciudades de sus enemigos».

61 Después Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al hombre. Así que el siervo de Abraham se llevó a Rebeca y emprendió el viaje.

62 Mientras tanto, Isaac, que vivía en el Neguev, había regresado de Beer-lajai-roi.

63 Una tarde, mientras caminaba por los campos y meditaba, levantó la vista y vio que se acercaban los camellos.

64 Cuando Rebeca levantó la vista y vio a Isaac, se bajó enseguida del camello.

65 —¿Quién es ese hombre que viene a nuestro encuentro caminando por los campos? —preguntó al siervo.

Y él contestó:

—Es mi amo.

Entonces Rebeca se cubrió el rostro con el velo,

66 y el siervo le contó a Isaac todo lo que había hecho.

67 Luego Isaac la llevó a la carpa de Sara, su madre, y Rebeca fue su esposa. Él la amó profundamente, y ella fue para él un consuelo especial después de la muerte de su madre.

Génesis 25

Muerte de Abraham

1 Abraham volvió a casarse, con una mujer llamada Cetura.

2 Ella dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa.

3 Jocsán fue el padre de Seba y Dedán. Los descendientes de Dedán fueron los asureos, los letuseos y los leumeos.

4 Los hijos de Madián fueron Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos ellos fueron descendientes de Abraham por medio de Cetura.

5 Abraham le dio todo lo que poseía a su hijo Isaac;

6 pero antes de morir, les dio regalos a los hijos de sus concubinas y los separó de su hijo Isaac, enviándolos a una tierra en el oriente.

7 Abraham vivió ciento setenta y cinco años,

8 y murió en buena vejez, luego de una vida larga y satisfactoria. Dio su último suspiro y se reunió con sus antepasados al morir.

9 Sus hijos Isaac e Ismael lo enterraron en la cueva de Macpela, cerca de Mamre, en el campo de Efrón, hijo de Zohar el hitita.

10 Ese era el campo que Abraham había comprado a los hititas y donde había enterrado a su esposa Sara.

11 Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a su hijo Isaac, quien se estableció cerca de Beer-lajai-roi, en el Neguev.

Descendientes de Ismael

12 Este es el relato de la familia de Ismael, el hijo de Abraham por medio de Agar, la sierva egipcia de Sara.

13 La siguiente lista corresponde a los descendientes de Ismael por nombres y clanes: el hijo mayor fue Nebaiot, seguido por Cedar, Adbeel, Mibsam,

14 Misma, Duma, Massa,

15 Hadad, Tema, Jetur, Nafis y Cedema.

16 Estos doce hijos de Ismael fueron los fundadores de doce tribus —cada una llevaba el nombre de su fundador—, registradas según los lugares donde se establecieron y acamparon.

17 Ismael vivió ciento treinta y siete años. Después dio su último respiro y se reunió con sus antepasados al morir.

18 Los descendientes de Ismael ocuparon la región que va desde Havila hasta Shur, que está al oriente de Egipto, en dirección a Asiria. Allí vivieron en franca oposición con todos sus parientes.

Nacimiento de Esaú y Jacob

19 Este es el relato de la familia de Isaac, hijo de Abraham.

20 Cuando Isaac tenía cuarenta años, se casó con Rebeca, hija de Betuel el arameo, de Padán-aram, y hermana de Labán el arameo.

21 Isaac rogó alSeñora favor de su esposa, porque ella no podía tener hijos. ElSeñorcontestó la oración de Isaac, y Rebeca quedó embarazada de mellizos.

22 Pero los dos niños luchaban entre sí dentro de su vientre. Así que ella consultó alSeñor:

—¿Por qué me pasa esto? —preguntó.

23 Y elSeñorle dijo:

—Los hijos que llevas en tu vientre llegarán a ser dos naciones, y desde el principio las dos naciones serán rivales. Una nación será más fuerte que la otra; y tu hijo mayor servirá a tu hijo menor.

24 Cuando le llegó el momento de dar a luz, ¡Rebeca comprobó que de verdad tenía mellizos!

25 El primero en nacer era muy rojizo y estaba cubierto de mucho vello, como con un abrigo de piel; por eso lo llamaron Esaú.

26 Después nació el otro mellizo, agarrando con la mano el talón de Esaú; por eso lo llamaron Jacob.Isaac tenía sesenta años cuando nacieron los mellizos.

Esaú vende sus derechos de hijo mayor

27 Los muchachos fueron creciendo, y Esaú se convirtió en un hábil cazador. Él era un hombre de campo, pero Jacob tenía un temperamento tranquilo y prefería quedarse en casa.

28 Isaac amaba a Esaú porque le gustaba comer los animales que cazaba, pero Rebeca amaba a Jacob.

29 Cierto día, mientras Jacob preparaba un guiso, Esaú regresó del desierto, agotado y hambriento.

30 Esaú le dijo a Jacob:

—¡Me muero de hambre! ¡Dame un poco de ese guiso rojo!

(Así es como Esaú obtuvo su otro nombre, Edom, que significa «rojo»).

31 —Muy bien —respondió Jacob—, pero dame a cambio tus derechos de hijo mayor.

32 —Mira, ¡me estoy muriendo de hambre! —dijo Esaú—. ¿De qué me sirven ahora los derechos de hijo mayor?

33 Pero Jacob dijo:

—Primero tienes que jurar que los derechos de hijo mayor me pertenecen a mí.

Así que Esaú hizo un juramento, mediante el cual vendía todos sus derechos de hijo mayor a su hermano Jacob.

34 Entonces Jacob le dio a Esaú guiso de lentejas y algo de pan. Esaú comió, y luego se levantó y se fue. Así mostró desprecio por sus derechos de hijo mayor.

Génesis 26

Isaac engaña a Abimelec

1 Un hambre terrible azotó la tierra, como había ocurrido antes en tiempos de Abraham. Así que Isaac se trasladó a Gerar, donde vivía Abimelec, rey de los filisteos.

2 ElSeñorse le apareció a Isaac y le dijo: «No desciendas a Egipto, sino haz lo que yo te digo.

3 Vive aquí como extranjero en esta tierra, y yo estaré contigo y te bendeciré. Yo, con estas palabras, confirmo que te daré todas estas tierras a ti y a tu descendencia,tal como le prometí solemnemente a Abraham, tu padre.

4 Haré que tus descendientes sean tan numerosos como las estrellas de los cielos, y les daré todas estas tierras. Y mediante tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas.

5 Yo haré esto porque Abraham me escuchó y obedeció todos mis requisitos, mandatos, decretos e instrucciones».

6 Entonces Isaac se quedó en Gerar.

7 Cuando los hombres que vivían allí le preguntaron a Isaac acerca de Rebeca, su esposa, él dijo: «Es mi hermana». Tenía temor de decir: «Ella es mi esposa» porque pensó: «Me matarán para conseguirla, pues es muy hermosa»;

8 pero tiempo después, Abimelec, rey de los filisteos, miró por la ventana y vio a Isaac acariciando a Rebeca.

9 Al instante, Abimelec mandó llamar a Isaac y exclamó:

—¡Es evidente que ella es tu esposa! ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”?

—Porque tuve temor de que alguien me matara para quitármela —contestó Isaac.

10 —¿Cómo pudiste hacernos semejante cosa? —exclamó Abimelec—. Uno de mis hombres bien podría haber tomado a tu esposa para dormir con ella, y tú nos habrías hecho culpables de un gran pecado.

11 Entonces Abimelec dio esta orden a todo el pueblo: «Cualquiera que toque a este hombre o a su esposa, ¡será ejecutado!».

Conflicto por los derechos del agua

12 Cuando Isaac sembró sus cultivos ese año, cosechó cien veces más grano del que había plantado, porque elSeñorlo bendijo.

13 Se hizo muy rico, y su riqueza siguió aumentando.

14 Adquirió tantos rebaños de ovejas y de cabras, manadas de ganado, y siervos, que los filisteos comenzaron a tenerle envidia.

15 Así que los filisteos taparon con tierra todos los pozos de Isaac. Eran los pozos que habían cavado los siervos de su padre Abraham.

16 Por último, Abimelec ordenó a Isaac que se fuera de la región. «Vete a algún otro lugar —le dijo—, porque te has hecho demasiado poderoso para nosotros».

17 Así que Isaac se mudó al valle de Gerar y allí armó sus carpas y se estableció.

18 También reabrió los pozos que su padre Abraham había cavado, porque los filisteos los habían tapado después de su muerte, y les puso nuevamente los nombres que Abraham les había dado.

19 Los siervos de Isaac también cavaron en el valle de Gerar y descubrieron un pozo de agua fresca;

20 pero después, los pastores de Gerar llegaron y reclamaron el manantial. «Esta agua es nuestra», dijeron ellos, y discutieron sobre el pozo con los pastores de Isaac. Por eso Isaac llamó a aquel pozo Esek (que significa «disputa»).

21 Luego los hombres de Isaac cavaron otro pozo, pero de nuevo hubo conflicto. Por eso Isaac lo llamó Sitna (que significa «hostilidad»).

22 Isaac abandonó ese pozo, siguió adelante y cavó otro. Esta vez no hubo ningún conflicto, entonces Isaac llamó a aquel lugar Rehobot (que significa «espacio abierto»), porque dijo: «Al fin elSeñorha creado espacio suficiente para que prosperemos en esta tierra».

23 De allí Isaac se mudó a Beerseba,

24 donde elSeñorse le apareció la noche de su llegada. «Yo soy el Dios de tu padre Abraham —dijo—. No tengas miedo, porque yo estoy contigo y te bendeciré. Multiplicaré a tus descendientes, y se convertirán en una gran nación. Lo haré a causa de la promesa que hice a Abraham, mi siervo».

25 Luego Isaac construyó allí un altar y adoró alSeñor. Estableció su campamento en ese lugar, y sus siervos cavaron otro pozo.

Pacto de Isaac con Abimelec

26 Cierto día, el rey Abimelec llegó desde Gerar con su consejero, Ahuzat, y también con Ficol, el comandante de su ejército.

27 —¿Por qué han venido aquí? —preguntó Isaac—. Es evidente que ustedes me odian, ya que me echaron de su tierra.

28 —Podemos ver claramente que elSeñorestá contigo —respondieron ellos—. Por eso queremos hacer un tratado contigo bajo juramento.

29 Jura que no nos harás daño, ya que nosotros nunca te hemos causado problemas a ti. Siempre te hemos tratado bien, y te despedimos en paz. ¡Y mira ahora cómo elSeñorte ha bendecido!

30 Entonces Isaac preparó un banquete para celebrar el tratado, y comieron y bebieron juntos.

31 Temprano a la mañana siguiente, cada uno hizo el solemne juramento de no interferir con el otro. Luego Isaac los envió de regreso a su tierra, y ellos se fueron en paz.

32 Ese mismo día, los siervos de Isaac llegaron y le contaron acerca de un nuevo pozo que habían cavado. «¡Hemos encontrado agua!», exclamaron ellos.

33 Por eso Isaac llamó al pozo Seba (que significa «juramento»). Hasta el día de hoy, la ciudad que surgió allí se llama Beerseba (que significa «pozo del juramento»).

34 Cuando Esaú tenía cuarenta años, se casó con dos mujeres hititas: Judit, hija de Beeri, y Basemat, hija de Elón;

35 pero las esposas de Esaú amargaron la vida de Isaac y Rebeca.

Génesis 27

Jacob roba la bendición de Esaú

1 Cierto día, cuando Isaac ya era viejo y se estaba quedando ciego, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:

—Hijo mío.

—¿Sí, padre? —respondió Esaú.

2 —Yo ya soy un hombre viejo —dijo Isaac—, y no sé cuándo moriré.

3 Toma tu arco y una aljaba llena de flechas, y sal a campo abierto a cazar un animal para mí.

4 Prepara mi comida preferida y tráemela aquí para que la coma. Entonces pronunciaré la bendición que te pertenece a ti, mi primer hijo varón, antes de que yo muera.

5 Rebeca oyó lo que Isaac le había dicho a su hijo Esaú. Entonces, cuando Esaú salió a cazar un animal,

6 ella le dijo a su hijo Jacob:

—Escucha. Oí a tu padre decirle a Esaú:

7 “Caza un animal y prepárame una comida deliciosa. Entonces te bendeciré en presencia delSeñorantes de morir”.

8 Ahora, hijo mío, escúchame. Haz exactamente lo que yo te diga.

9 Vete a los rebaños y tráeme dos de los mejores cabritos. Con ellos prepararé el plato favorito de tu padre.

10 Después lleva la comida a tu padre para que se la coma y te bendiga antes de morir.

11 —Pero mira —respondió Jacob a Rebeca—, mi hermano Esaú es muy velludo; en cambio, mi piel es suave.

12 ¿Y si mi padre me toca? Entonces se dará cuenta de que intento engañarlo, y en lugar de bendecirme, me maldecirá.

13 Pero su madre respondió:

—¡Entonces que la maldición caiga sobre mí, hijo mío! Tú simplemente haz lo que te digo. ¡Sal y tráeme los cabritos!

14 Así que Jacob salió y consiguió los cabritos para su madre. Rebeca preparó con ellos un plato delicioso, tal como le gustaba a Isaac.

15 Después tomó las ropas favoritas de Esaú, que estaban allí en casa, y se las dio a su hijo menor, Jacob.

16 Con la piel de los cabritos, ella le cubrió los brazos y la parte del cuello donde él no tenía vello.

17 Luego le entregó a Jacob el plato delicioso y el pan recién horneado.

18 Entonces Jacob llevó la comida a su padre.

—¿Padre? —dijo.

—Sí, hijo mío —respondió Isaac—. ¿Quién eres, Esaú o Jacob?

19 —Soy Esaú, tu hijo mayor —contestó Jacob—. Hice tal como me pediste; aquí está lo que cacé. Ahora levántate y come, para que puedas darme tu bendición.

20 —¿Cómo es que encontraste la presa tan pronto, hijo mío?

—¡ElSeñortu Dios la puso en mi camino! —contestó Jacob.

21 Entonces Isaac le dijo a Jacob:

—Acércate para que pueda tocarte y asegurarme de que de verdad eres Esaú.

22 Entonces Jacob se acercó a su padre, e Isaac lo tocó.

—La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú —dijo Isaac.

23 Sin embargo, no reconoció a Jacob porque, cuando tocó las manos de Jacob, estaban velludas como las de Esaú. Así que Isaac se preparó para bendecir a Jacob.

24 —¿De verdad eres mi hijo Esaú? —preguntó.

—Sí, lo soy —contestó Jacob.

25 Entonces Isaac dijo:

—Ahora, hijo mío, tráeme lo que cazaste. Primero comeré y después te daré mi bendición.

Entonces Jacob llevó la comida a su padre, e Isaac la comió. También bebió el vino que Jacob le sirvió.

26 Luego Isaac le dijo a Jacob:

—Acércate un poco más y dame un beso, hijo mío.

27 Así que Jacob se le acercó y le dio un beso. Entonces Isaac, al sentir el olor de la ropa, finalmente se convenció y bendijo a su hijo diciendo: «¡Ah! ¡El olor de mi hijo es como el olor del campo, que elSeñorha bendecido!

28 »Del rocío de los cielos

y la riqueza de la tierra,

que Dios te conceda siempre abundantes cosechas de grano

y vino nuevo en cantidad.

29 Que muchas naciones sean tus servidoras

y se inclinen ante ti.

Que seas el amo de tus hermanos,

y que los hijos de tu madre se inclinen ante ti.

Todos los que te maldigan serán malditos,

y todos los que te bendigan serán bendecidos».

30 En cuanto Isaac terminó de bendecir a Jacob y casi antes de que Jacob saliera de la presencia de su padre, Esaú regresó de cazar.

31 Preparó una comida deliciosa y se la llevó a su padre. Entonces dijo:

—Levántate, padre mío, y come de lo que he cazado, para que puedas darme tu bendición.

32 Pero Isaac le preguntó:

—¿Quién eres tú?

—Soy tu hijo, tu hijo mayor, Esaú —contestó.

33 Isaac comenzó a temblar de manera incontrolable y dijo:

—¿Entonces quién me acaba de servir lo que cazó? Ya he comido, y lo bendije a él poco antes de que llegaras, ¡y esa bendición quedará en pie!

34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lanzó un grito fuerte y lleno de amargura.

—Oh padre mío, ¿y yo? ¡Bendíceme también a mí! —le suplicó.

35 Pero Isaac le dijo:

—Tu hermano estuvo aquí y me engañó. Él se ha llevado tu bendición.

36 —Con razón su nombre es Jacob —exclamó Esaú—, porque ahora ya me ha engañado dos veces.Primero tomó mis derechos de hijo mayor, y ahora me robó la bendición. ¿No has guardado ni una bendición para mí?

37 —He puesto a Jacob como tu amo —dijo Isaac a Esaú—, y he declarado que todos sus hermanos serán sus siervos. Le he garantizado abundancia de grano y de vino; ¿qué me queda para darte a ti, hijo mío?

38 —¿Pero acaso tienes una sola bendición? Oh padre mío, ¡bendíceme también a mí! —le rogó Esaú.

Entonces Esaú perdió el control y se echó a llorar.

39 Finalmente su padre Isaac le dijo:

«Tú vivirás lejos de las riquezas de la tierra

y lejos del rocío que desciende de los cielos.

40 Vivirás de la espada

y servirás a tu hermano.

Sin embargo, cuando decidas liberarte,

te sacudirás su yugo del cuello».

Jacob huye a Padán-aram

41 Desde ese momento, Esaú odió a Jacob, porque su padre le había dado la bendición a él. Entonces Esaú comenzó a tramar: «Pronto haré duelo por la muerte de mi padre y después mataré a mi hermano Jacob».

42 Entonces Rebeca se enteró de los planes de Esaú y llamó a Jacob y le dijo:

—Escucha, Esaú se consuela haciendo planes para matarte.

43 Así que, hijo mío, presta mucha atención. Prepárate y huye a casa de mi hermano Labán, en Harán.

44 Quédate allí con él hasta que tu hermano se calme.

45 Cuando él se haya calmado y olvide lo que le hiciste, mandaré a buscarte para que regreses. ¿Por qué tendría que perder a los dos hijos en un solo día?

46 Luego Rebeca le dijo a Isaac:

—¡Estoy harta de estas mujeres hititas de aquí! Preferiría morir antes que ver a Jacob casado con una de ellas.

Génesis 28

1 Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó:

—No te cases con ninguna de estas mujeres cananeas.

2 En cambio, vete de inmediato a Padán-aram, a la casa de tu abuelo Betuel, y cásate con una de las hijas de tu tío Labán.

3 Que el Dios Todopoderosote bendiga y te conceda muchos hijos. ¡Y que tus descendientes se multipliquen y formen numerosas naciones!

4 Que Dios te dé a ti y a tu descendencialas bendiciones que prometió a Abraham. Que llegues a ser dueño de esta tierra donde ahora vives como extranjero, porque Dios le entregó esta tierra a Abraham.

5 Así que Isaac despidió a Jacob, y él se fue a Padán-aram a quedarse con su tío Labán, hermano de su madre, hijo de Betuel el arameo.

6 Esaú se enteró de que su padre Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padán-aram para que encontrara una esposa, y que le había advertido a Jacob: «No te cases con una mujer cananea».

7 También supo que Jacob había obedecido a sus padres y se había ido a Padán-aram.

8 A Esaú ya no le quedaban dudas de que a su padre no le agradaban las mujeres cananeas del lugar.

9 Por lo tanto, fue a visitar a la familia de su tío Ismael y se casó con una de las hijas de Ismael, además de las esposas que ya tenía. Su nueva esposa se llamaba Mahalat. Era hermana de Nebaiot e hija de Ismael, el hijo de Abraham.

El sueño de Jacob en Betel

10 Mientras tanto, Jacob salió de Beerseba y viajó hacia Harán.

11 A la caída del sol, llegó a un buen lugar para acampar, y se quedó allí a pasar la noche. Jacob encontró una piedra donde reposar su cabeza y se acostó a dormir.

12 Mientras dormía, soñó con una escalera que se extendía desde la tierra hasta el cielo, y vio a los ángeles de Dios que subían y bajaban por ella.

13 En la parte superior de la escalera estaba elSeñor, quien le dijo: «Yo soy elSeñor, Dios de tu abuelo Abraham, y Dios de tu padre Isaac. La tierra en la que estás acostado te pertenece. Te la entrego a ti y a tu descendencia.

14 ¡Tus descendientes serán tan numerosos como el polvo de la tierra! Se esparcirán en todas las direcciones: hacia el oriente y el occidente, hacia el norte y el sur; y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.

15 Además, yo estoy contigo y te protegeré dondequiera que vayas. Llegará el día en que te traeré de regreso a esta tierra. No te dejaré hasta que haya terminado de darte todo lo que te he prometido».

16 Entonces Jacob se despertó del sueño y dijo: «¡Ciertamente elSeñorestá en este lugar, y yo ni me di cuenta!»;

17 pero también tuvo temor y dijo: «¡Qué temible es este lugar! No es ni más ni menos que la casa de Dios, ¡la puerta misma del cielo!».

18 A la mañana siguiente, Jacob despertó muy temprano y erigió como columna conmemorativa la piedra en la que había reposado la cabeza y después derramó aceite de oliva sobre ella.

19 Llamó a aquel lugar Betel (que significa «casa de Dios»), aunque antes se llamaba Luz.

20 Luego Jacob hizo el siguiente voto: «Si Dios en verdad está conmigo y me protege en este viaje, y si él me provee de comida y de ropa,

21 y si yo regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces elSeñorciertamente será mi Dios.

22 Y esta piedra que levanté como columna conmemorativa será un lugar de adoración a Dios, y yo le daré a Dios una décima parte de todo lo que él me dé».

Génesis 29

Jacob llega a Padán-aram

1 Entonces Jacob se apresuró y por fin llegó a la tierra del oriente.

2 A la distancia vio un pozo. Junto al pozo, en campo abierto, había tres rebaños de ovejas y de cabras esperando a que les dieran de beber; pero una pesada piedra tapaba la boca del pozo.

3 Era costumbre del lugar esperar a que llegaran todos los rebaños antes de quitar la piedra y dar de beber a los animales. Después se volvía a tapar la boca del pozo con la piedra.

4 Jacob se acercó a los pastores y preguntó:

—¿De dónde son ustedes, amigos?

—Somos de Harán —contestaron ellos.

5 —¿Conocen allí a un hombre llamado Labán, el nieto de Nacor? —les preguntó.

—Sí, lo conocemos —contestaron.

6 —¿Y él está bien? —preguntó Jacob.

—Sí, está bien —contestaron—. Mire, ahí viene su hija Raquel con los rebaños.

7 —Todavía estamos a plena luz del día —dijo Jacob—, por lo que es demasiado temprano para reunir a los animales. ¿Por qué no dan ustedes de beber a las ovejas y a las cabras para que así puedan volver a pastar?

8 —No podemos dar de beber a los animales hasta que hayan llegado todos los rebaños —contestaron—. Entonces los pastores quitan la piedra de la boca del pozo y damos de beber a todas las ovejas y las cabras.

9 Todavía estaba Jacob hablando con ellos cuando llegó Raquel con los rebaños de su padre, porque ella era pastora.

10 Ya que Raquel era su prima —la hija de Labán, el hermano de su madre—, y como las ovejas y las cabras eran de su tío Labán, Jacob fue al pozo, quitó la piedra que tapaba la boca y dio de beber al rebaño de su tío.

11 Luego Jacob besó a Raquel y lloró en voz alta.

12 Le explicó a Raquel que él era su primo por parte de su padre, el hijo de su tía Rebeca. Enseguida Raquel salió corriendo y se lo contó a su padre Labán.

13 En cuanto Labán oyó que su sobrino Jacob había llegado, corrió a encontrarse con él. Lo abrazó y lo besó, y lo llevó a su casa. Cuando Jacob le contó su historia,

14 Labán exclamó: «¡Verdaderamente eres de mi misma sangre!».

Jacob se casa con Lea y con Raquel

Jacob se quedó con Labán alrededor de un mes, y después

15 Labán le dijo:

—No deberías trabajar para mí sin recibir pago, solo porque somos parientes. Dime cuánto debería ser tu salario.

16 Labán tenía dos hijas. La mayor se llamaba Lea, y la menor se llamaba Raquel.

17 No había brillo en los ojos de Lea,pero Raquel tenía una hermosa figura y una cara bonita.

18 Ya que Jacob estaba enamorado de Raquel, le dijo a su padre:

—Trabajaré para ti siete años si me entregas como esposa a Raquel, tu hija menor.

19 —¡De acuerdo! —respondió Labán—. Prefiero entregártela a ti que a cualquier otro. Quédate y trabaja para mí.

20 Así que Jacob trabajó siete años para obtener a Raquel; pero su amor por ella era tan fuerte que le parecieron unos pocos días.

21 Finalmente llegó el momento de casarse con ella. «He cumplido mi parte del acuerdo —le dijo Jacob a Labán—. Ahora entrégame a mi esposa para acostarme con ella».

22 Entonces Labán invitó a toda la gente de los alrededores y preparó una fiesta de bodas;

23 pero aquella noche, cuando estaba oscuro, Labán tomó a Lea y se la entregó a Jacob, y él durmió con ella.

24 (Labán le había dado a Lea una sierva, Zilpa, para que la atendiera).

25 A la mañana siguiente, cuando Jacob se despertó, ¡vio que era Lea!

—¿Qué me has hecho? —le dijo a Labán con furia—. ¡He trabajado siete años por Raquel! ¿Por qué me has engañado?

26 —Aquí no es nuestra costumbre casar a la hija menor antes que a la mayor —contestó Labán—,

27 pero espera hasta que termine la semana nupcial y entonces te daré también a Raquel, siempre y cuando prometas trabajar para mí otros siete años.

28 Así que Jacob aceptó trabajar siete años más. Una semana después de casarse con Lea, Labán también le entregó a Raquel.

29 (Labán le dio a Raquel una sierva, Bilha, para que la atendiera).

30 Entonces Jacob durmió también con Raquel, y la amó mucho más que a Lea. Y se quedó allí y trabajó para Labán los siete años adicionales.

Los muchos hijos de Jacob

31 Cuando elSeñorvio que Lea no era amada, le concedió que tuviera hijos, pero Raquel no podía concebir.

32 Así que Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo, a quien llamó Rubén,porque dijo: «ElSeñorse ha dado cuenta de mi sufrimiento, y ahora mi esposo me amará».

33 Al poco tiempo, volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, a quien llamó Simeón,porque dijo: «ElSeñoroyó que yo no era amada y me ha dado otro hijo».

34 Después quedó embarazada por tercera vez y dio a luz otro hijo. Lo llamaron Leví,porque ella dijo: «Ciertamente esta vez mi esposo sentirá cariño por mí, ya que le he dado tres hijos».

35 Una vez más Lea quedó embarazada y dio a luz otro hijo, a quien llamó Judá,porque dijo: «¡Ahora alabaré alSeñor!». Y entonces dejó de tener hijos.

Génesis 30

1 Cuando Raquel vio que no podía darle hijos a Jacob, tuvo celos de su hermana. Le rogaba a Jacob:

—¡Dame hijos o moriré!

2 Entonces Jacob se puso furioso con Raquel.

—¿Acaso yo soy Dios? —le dijo—. ¡Él es el que no te ha permitido tener hijos!

3 Entonces Raquel le dijo:

—Toma a mi sierva, Bilha, y duerme con ella. Ella dará a luz hijos por mí,y a través de ella yo también podré tener una familia.

4 Entonces Raquel entregó a su sierva Bilha como esposa para Jacob, y él durmió con ella.

5 Bilha quedó embarazada y le dio a Jacob un hijo.

6 Raquel le puso por nombre Dan,porque dijo: «¡Dios me ha hecho justicia! Oyó mi petición y me dio un hijo».

7 Luego Bilha volvió a embarazarse y dio a Jacob un segundo hijo.

8 Raquel le puso por nombre Neftalí,porque dijo: «He luchado mucho con mi hermana, ¡y estoy ganando!».

9 Mientras tanto, Lea se dio cuenta de que ya no quedaba embarazada, entonces tomó a su sierva, Zilpa, y la entregó a Jacob como esposa.

10 Pronto Zilpa le dio un hijo a Jacob.

11 Lea le puso por nombre Gad,porque dijo: «¡Qué afortunada soy!».

12 Entonces Zilpa dio a Jacob un segundo hijo,

13 y Lea le puso por nombre Aser,porque dijo: «¡Qué alegría que tengo! Ahora las demás mujeres celebrarán conmigo».

14 Cierto día, durante la cosecha de trigo, Rubén encontró algunas mandrágoras que crecían en el campo y se las llevó a su madre, Lea. Raquel le suplicó a Lea:

—Por favor, dame algunas de las mandrágoras que te trajo tu hijo.

15 —¿No fue suficiente que me robaras a mi marido? ¿Ahora también te robarás las mandrágoras de mi hijo? —le respondió Lea con enojo.

Raquel contestó:

—Dejaré que Jacob duerma contigo esta noche si me das algunas mandrágoras.

16 Así que, al atardecer, cuando Jacob regresaba de los campos, Lea salió a su encuentro. «¡Debes venir a dormir conmigo esta noche! —le dijo ella—. Pagué por ti con algunas mandrágoras que encontró mi hijo». Por lo tanto, esa noche él durmió con Lea;

17 y Dios contestó las oraciones de Lea, y ella volvió a quedar embarazada y dio a luz un quinto hijo a Jacob.

18 Ella le puso por nombre Isacar,porque dijo: «Dios me ha recompensado por haber dado a mi sierva como esposa a mi marido».

19 Luego Lea quedó embarazada de nuevo y dio a luz un sexto hijo a Jacob.

20 Le puso por nombre Zabulón,porque dijo: «Dios me ha dado una buena recompensa. Ahora mi marido me tratará con respeto, porque le he dado seis hijos».

21 Más adelante, ella dio a luz una hija y le puso por nombre Dina.

22 Después Dios se acordó de la dificultad de Raquel y contestó sus oraciones permitiéndole tener hijos.

23 Ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. «Dios ha quitado mi deshonra», dijo ella.

24 Y le puso por nombre José,porque dijo: «Que elSeñorañada aún otro hijo a mi familia».

Las riquezas de Jacob aumentan

25 Poco tiempo después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán:

—Por favor, libérame para que regrese a mi hogar en mi propia tierra.

26 Permíteme llevar a mis esposas y a mis hijos, porque me los he ganado sirviéndote a ti, y déjame ir. Tú sabes con cuánto esfuerzo he trabajado para ti.

27 —Por favor, escúchame —respondió Labán—. Me he enriquecido, porqueelSeñorme ha bendecido por causa de ti.

28 Dime cuánto te debo. Sea lo que fuere, yo te lo pagaré.

29 —Tú sabes con cuánto esfuerzo he trabajado para ti —respondió Jacob—, y cómo tus rebaños y tus manadas han aumentado a mi cuidado.

30 En verdad tenías muy poco antes de que yo llegara, pero tu riqueza aumentó enormemente. ElSeñorte ha bendecido mediante todo lo que he hecho. ¿Pero y yo, qué? ¿Cuándo podré comenzar a mantener a mi propia familia?

31 —¿Qué salario quieres que te pague? —volvió a preguntar Labán.

—No me des nada. Haz una sola cosa, y yo seguiré ocupándome de tus rebaños y cuidando de ellos.

32 Déjame inspeccionar hoy tus rebaños y separar todas las ovejas y las cabras que estén manchadas o moteadas, junto con todas las ovejas negras. Dame esas a modo de salario.

33 En el futuro, cuando revises los animales que me hayas dado como salario, verás que he sido honesto contigo: si encuentras en mi rebaño alguna cabra que no esté manchada o moteada, o alguna oveja que no sea negra, sabrás que te la he robado.

34 —De acuerdo —respondió Labán—, será tal como has dicho.

35 Ese mismo día, Labán salió y sacó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas o que tuvieran manchas blancas, y todas las ovejas negras. Puso los animales al cuidado de sus propios hijos,

36 quienes se los llevaron a una distancia de tres días de camino del lugar donde estaba Jacob. Mientras tanto, Jacob se quedó y cuidó del resto del rebaño de Labán.

37 Luego Jacob tomó algunas ramas verdes de álamo, de almendro y de plátano oriental, y las peló quitándoles tiras de la corteza, de modo que quedaran con rayas blancas.

38 Después puso esas ramas peladas en los bebederos donde los rebaños iban a tomar agua, porque era allí donde se apareaban;

39 y cuando se apareaban frente a las ramas peladas con rayas blancas, tenían crías rayadas, manchadas y moteadas.

40 Jacob separaba esos corderos del rebaño de Labán. En la época de celo, los ponía frente a los animales de Labán que fueran rayados o negros. Así es como él aumentaba su propio rebaño en lugar de incrementar el de Labán.

41 Cada vez que las hembras más fuertes estaban listas para aparearse, Jacob ponía las ramas peladas en los bebederos frente a ellas. Entonces se apareaban frente a las ramas;

42 pero no lo hacía con las hembras más débiles, de modo que los animales más débiles pertenecían a Labán y los más fuertes, a Jacob.

43 Como resultado, Jacob se hizo muy rico, con grandes rebaños de ovejas y cabras, siervas y siervos, y muchos camellos y burros.

Génesis 31

Jacob huye de Labán

1 Entonces Jacob se enteró de que los hijos de Labán se quejaban de él, y decían: «¡Jacob le robó todo a nuestro padre! Logró toda su riqueza a costa de nuestro padre».

2 Y Jacob comenzó a notar un cambio en la actitud de Labán hacia él.

3 Entonces elSeñorle dijo a Jacob: «Regresa a la tierra de tu padre y de tu abuelo, y a tus parientes de allí y yo estaré contigo».

4 Entonces Jacob mandó llamar a Raquel y a Lea al campo donde él cuidaba el rebaño

5 y les dijo:

—Noto un cambio en la actitud de su padre hacia mí, pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.

6 Ustedes saben con cuánto esfuerzo trabajé para su padre;

7 sin embargo, me ha estafado, cambiando mi salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me haga ningún daño.

8 Pues, si él decía: “Los animales manchados serán tu salario”, todo el rebaño comenzaba a dar crías manchadas. Y cuando él cambiaba de opinión y decía: “Los animales rayados serán tu salario”, entonces todo el rebaño producía crías rayadas.

9 De esa manera, Dios ha tomado los animales de su padre y me los ha entregado a mí.

10 »En una ocasión, durante la época de apareamiento, tuve un sueño y vi que los chivos que se apareaban con las hembras eran rayados, manchados y moteados.

11 Y en mi sueño, el ángel de Dios me dijo: “¡Jacob!”. Y yo respondí: “Sí, aquí estoy”.

12 »El ángel dijo: “Levanta la vista, y verás que solamente los machos rayados, manchados y moteados se aparean con las hembras de tu rebaño. Pues he visto el modo en que Labán te ha tratado.

13 Yo soy el Dios que se te apareció en Betel,el lugar donde ungiste la columna de piedra y me hiciste el voto. Ahora prepárate, sal de este país y regresa a la tierra donde naciste”.

14 Raquel y Lea respondieron:

—¡Por nuestra parte está bien! De todos modos, nosotras no heredaremos nada de las riquezas de nuestro padre.

15 Él ha reducido nuestros derechos a los mismos que tienen las mujeres extranjeras, y después de habernos vendido, derrochó el dinero que tú le pagaste por nosotras.

16 Toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre y te ha dado a ti nos pertenece legalmente a nosotras y a nuestros hijos. Así que, adelante, haz todo lo que Dios te ha dicho.

17 Entonces Jacob hizo que sus esposas y sus hijos subieran a los camellos

18 y puso en marcha a todos sus animales. Reunió todas las pertenencias que había adquirido en Padán-aram y salió hacia la tierra de Canaán, donde vivía su padre Isaac.

19 En el momento de partir, Labán estaba lejos, esquilando sus ovejas. Así que Raquel robó los ídolos de familia de su padre y los llevó consigo.

20 Jacob fue más listo que Labán el arameo, porque salieron en secreto y nunca le dijeron que se iban.

21 De ese modo Jacob se llevó todas sus pertenencias y cruzó el río Éufratesen dirección a la zona montañosa de Galaad.

Labán persigue a Jacob

22 Tres días después, le avisaron a Labán que Jacob había huido.

23 Entonces él reunió a un grupo de sus parientes y emprendió la búsqueda. Alcanzó a Jacob siete días después en la zona montañosa de Galaad;

24 pero la noche anterior, Dios se le había aparecido a Labán el arameo en un sueño y le había dicho: «Te advierto que dejes en paz a Jacob».

25 Labán alcanzó a Jacob, quien acampaba en la zona montañosa de Galaad, y armó su campamento no muy lejos del campamento de Jacob.

26 —¿Qué pretendes engañándome de esa manera? —preguntó Labán—. ¿Cómo te atreves a llevarte a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra?

27 ¿Por qué huiste en secreto? ¿Por qué me engañaste? ¿Y por qué no me dijiste que querías marcharte? Yo te habría hecho una fiesta de despedida con cánticos y música, al son de panderetas y arpas.

28 ¿Por qué no me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos, y despedirme de ellos? ¡Has actuado como un necio!

29 Yo podría destruirte, pero el Dios de tu padre se me apareció anoche y me advirtió: “¡Deja en paz a Jacob!”.

30 Puedo entender que sientas que debes irte y anhelas intensamente la casa de tu padre, pero ¿por qué robaste mis dioses?

31 —Me apresuré a irme porque tuve miedo —contestó Jacob—. Pensé que me quitarías a tus hijas por la fuerza.

32 Ahora, en cuanto a tus dioses, si puedes encontrarlos, ¡que muera la persona que los haya tomado! Si encuentras alguna otra cosa que te pertenezca, identifícala delante de estos parientes nuestros, y yo te la devolveré.

Pero Jacob no sabía que Raquel había robado los ídolos de familia.

33 Labán fue a buscar primero en la carpa de Jacob, luego entró en la de Lea y después buscó en las carpas de las dos esposas esclavas, pero no encontró nada. Por último fue a la carpa de Raquel,

34 pero Raquel había tomado los ídolos y los había escondido en la montura de su camello, y estaba sentada encima de ellos. Cuando Labán terminó de buscar en cada rincón de la carpa sin encontrarlos,

35 ella le dijo a su padre: «Por favor, perdone, mi señor, si no me levanto ante usted. Es que estoy con mi período menstrual». Labán, pues, continuó su búsqueda, pero no pudo encontrar los ídolos de familia.

36 Entonces Jacob se enojó mucho y desafió a Labán.

—¿Cuál es mi delito? —preguntó él—. ¿Qué mal he hecho para que me persigas como si fuera un criminal?

37 Has registrado todas mis pertenencias. ¡Muéstrame ahora lo que hayas encontrado que sea tuyo! Ponlo aquí delante de nosotros, a la vista de nuestros parientes, para que todos lo vean. ¡Que ellos juzguen entre nosotros!

38 »Durante veinte años he estado contigo, cuidando de tus rebaños. En todo ese tiempo, tus ovejas y tus cabras nunca abortaron. En todos esos años, nunca tomé ni un solo carnero tuyo para comérmelo.

39 Si alguno de ellos era atacado por animales salvajes y moría, yo nunca te mostraba el cadáver ni te pedía que lo descontaras de tu rebaño. No, ¡yo mismo me hacía cargo de la pérdida! Tú me hacías pagar por cada animal robado, ya fuera a plena luz del día o en la oscuridad de la noche.

40 »Trabajé para ti bajo el sofocante calor del día y en el frío de la noche, sin dormir.

41 Sí, ¡durante veinte años trabajé como un esclavo en tu casa! Trabajé catorce años para ganarme a tus dos hijas y, después, seis años más por tu rebaño. ¡Y cambiaste mi salario diez veces!

42 En realidad, si el Dios de mi padre no hubiera estado de mi parte —el Dios de Abraham y el temible Dios de Isaac—, tú me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios ha visto tu abuso y mi arduo trabajo. ¡Por eso se te apareció anoche y te reprendió!

Tratado de Jacob con Labán

43 Entonces Labán respondió a Jacob:

—Esas mujeres son mis hijas, esos niños son mis nietos, y esos rebaños son mis rebaños; de hecho, todo lo que ves es mío; pero ¿qué puedo hacer ahora respecto a mis hijas y a mis nietos?

44 Así que hagamos un pacto tú y yo, y ese pacto será un testimonio de nuestro compromiso.

45 Entonces Jacob tomó una piedra y la erigió como columna conmemorativa.

46 Y dijo a los miembros de su familia: «Recojan algunas piedras». Entonces ellos juntaron piedras y las apilaron. Luego Jacob y Labán se sentaron junto al montículo de piedras y compartieron una comida para celebrar el pacto.

47 Con el fin de conmemorar el suceso, Labán llamó a aquel lugar Jegar-sahaduta (que significa «montículo del testimonio» en arameo), y Jacob lo llamó Galaad (que significa «montículo del testimonio» en hebreo).

48 Entonces Labán declaró: «Este montículo de piedras quedará como testimonio para recordarnos el pacto que hemos hecho hoy». Esto explica por qué ese lugar fue llamado Galaad: «montículo del testimonio»,

49 pero también se le llamó Mizpa (que significa «torre de vigilancia»), pues Labán dijo: «Que elSeñornos vigile a los dos para cerciorarse de que guardemos este pacto cuando estemos lejos el uno del otro.

50 Si tú maltratas a mis hijas o te casas con otras mujeres, Dios lo verá aunque nadie más lo vea. Él es testigo de este pacto entre nosotros.

51 »Mira este montículo de piedras —continuó Labán— y mira esta columna conmemorativa que he levantado entre nosotros.

52 Están entre tú y yo como testigos de nuestros votos. Yo nunca cruzaré este montículo de piedras para hacerte daño, y tú nunca debes cruzar estas piedras o esta columna conmemorativa para hacerme daño.

53 Invoco al Dios de nuestros antepasados —el Dios de tu abuelo Abraham y el Dios de mi abuelo Nacor— para que sea juez entre nosotros».

Entonces Jacob juró, delante del temible Dios de su padre Isaac,respetar la línea fronteriza.

54 Luego Jacob ofreció un sacrificio a Dios allí en el monte e invitó a todos a un banquete para celebrar el pacto. Después de comer, pasaron la noche en el monte.

55 Labán se levantó temprano a la mañana siguiente, besó a sus nietos y a sus hijas, y los bendijo. Después se marchó y regresó a su casa.